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Categoría: Instantánea

Teatro al Vacío

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Teatro al Vacío

40 años / Ciudad de México

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Antes de generar la Compañía Teatro al Vacío, hicimos un primer proyecto de intervenciones artísticas en hospitales pediátricos de la Ciudad de México. Proponíamos un espacio de creación y acompañamiento para niñes hospitalizades, apoyados en distintas experiencias artísticas. Una tarea intensa que nos puso enfrente de las diferentes realidades que viven las múltiples infancias. Esto nos movilizó a generar un proyecto más fuerte donde nuestra formación teatral guiara los procesos de trabajo y así nació Teatro al Vacío en el año 2008.
Cuando generamos el proyecto las preguntas fundamentales fueron ¿a quién queremos dirigir nuestro trabajo? y ¿para quién queremos trabajar? Después de la experiencia que habíamos realizado en los hospitales, la respuesta no fue difícil, les niñes. Los intereses y necesidades de les niñes y cómo generar propuestas escénicas para elles a partir de estos intereses y necesidades se convirtieron en objetivo principal y perfil de la compañía. Pensar siempre en el público ha sido una constante dentro de nuestros procesos de trabajo.
Desde que comenzamos sabíamos que queríamos trabajar con y para niñes porque elles nos ofrecen la posibilidad de establecer diálogos y compartir experiencias creativas. Nuestro trabajo se enfocó entonces a niñes en edad preescolar entre los 3 y 6 años y luego también a niñes de 0 a 3 años. Nuestra investigación consiste en acercarnos a públicos específicos, conociendo sus intereses y necesidades según el momento de vida en que se encuentren. Desarrollamos procesos creativos sobre temas que tiene que ver con esos intereses y necesidades, a partir de una investigación en la que profundizamos indagando desde la pedagogía, la neurociencia, la psicología, la producción literaria para niñes, las diversas estéticas con las que conviven les niñes, las artes visuales y sobre todo desde la fisicalidad del teatro y la danza.
Comenzamos con una investigación primero desde la teoría, que después llevamos a la práctica escénica donde vamos generando material que conforma luego la puesta en escena. Los procesos creativos son desde la escena misma, con una dramaturgia construida in situ. A partir de las experiencias generadas en la creación escénica para los primeros años y apoyados en diálogos con otros creadores fuimos generando una metodología de trabajo que hemos podido compartir en cursos y talleres.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

Las preguntas que aparecen siempre en nuestra práctica tienen que ver con los retos que las audiencias nos inspiran. ¿Cómo involucrar a les niñes en nuestros procesos creativos?
¿Que otro tipo de relaciones espectador – escena podemos ofrecer? ¿Qué otro tipo de formatos escénicos podemos encontrar que generen experiencias artísticas significativas para la niñez?

¿Cómo nos relacionamos desde nuestro rol como creadores escénicos con las audiencias? ¿Cuál es nuestro rol como profesionales de las artes escénicas en la sociedad?
Nos interesa generar propuestas diversas, incluyentes y que ofrezcan la posibilidad de pensamiento crítico.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

La investigación escénica, la lúdica, la experiencia.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

La posibilidad de encuentro que el teatro en todas sus formas ofrece es un acto de resistencia frente a una humanidad en crisis.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Los modos de producción que deberían dar importancia a la propuesta creativa por sobre los recursos económicos.
La estructura vertical / patriarcal que rige el modelo teatral en todos los ámbitos: formación, creación, producción, difusión, programación, etc.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Deseamos que las nuevas generaciones de hacedores teatrales generen procesos creativos desde el pensamiento, enfocados en las audiencias, conscientes de su responsabilidad e importancia.
Deseamos que desarrollen un trabajo en equipo de manera horizontal, dando valor a la cualidad plural y colectiva que el teatro nos ofrece. Que su hacer, desde la búsqueda y la posibilidad proponga y cuestione las convenciones.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

Deseamos que seamos capaces de reflexionar sobre las relaciones sociales, humanas, afectivas y políticas que establecemos. Que podamos reunirnos para hablar y pensar nuestros contextos políticos y/o culturales.
La situación de confinamiento nos revela la necesidad del encuentro, la importancia de la participación en la vida de la comunidad. Deseamos que podamos valorizar el evento teatral como esa posibilidad de compartir el espacio y tiempo para ser y estar en relación con les otres.

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Aristeo Mora

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Aristeo Mora

31 años / Guadalajara, Jalisco

 

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Me inicié en el teatro gracias a la arquitectura. De niño imaginaba distintas escenas cuando dibujaba planos en el trabajo de mi mamá y mi papá. Mi madre me retaba para diseñar pequeñas viviendas; mientras lo hacía me gustaba pensar en cómo se viviría en esas casas, qué pasaba si una habitación se ubicaba frente a otra o si el comedor se abría a un pequeño patio, o qué se podría ver desde una ventana a la calle. Así comencé a pensar en las posibles interacciones de los habitantes de un espacio y a descubrir la teatralidad y la ficción que despliegan los lugares que habitamos, diseñados para que cierto tipo de vidas sean posibles.
El teatro llegó a mí de forma tangencial, no como disciplina sino como algo que es inherente a la vida, por eso me gusta pensar desde la teatralidad y no desde el teatro, que en tanto disciplina ahora mismo me parece que puede limitar lo que podemos hacer desde las artes en vivo. Creo que lo que más me interesa es la manera en que el mundo, o las cosas que somos capaces de contar o hacer, nos representan, es decir, nos hacen sentido como posibilidades de vida.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

Me pregunto sobre las teatralidades que producimos todos los días, sobre las formas en las que nos representamos, representamos o nos representan, qué pueden hacer esas representaciones y qué sentidos estamos construyendo con ellas. Y por esto mismo ¿qué pactos de sentido y que formas de vida se legitiman o posibilitamos de forma temporal en los espacios en los que vivimos?
Ahora mismo algo que anhelo es imaginar cómo sería un teatro del paisaje, un teatro de las geografías, la botánica, o cómo sería un teatro de los animales, qué tipo de teatralidades, es decir de formas de representación podemos leer en una planta, en una roca o en una falla geológica, en un risco, en una montaña. Digamos que para nosotros el paisaje ha sido una pantalla sobre la que proyectamos lo que queremos ver, y que lo que el teatro puede hacer es retirar el velo de la pantalla para dejar hablar a los materiales que habitan el mundo, preguntándonos cuál es el lugar de los animales y también del espacio en una labor que podríamos reconocer como etnográfica.
¿Podemos pensar formas de escritura o de teatro que no sean humanas? y de ser así: ¿qué nos exigiría cruzar el límite que separa la naturaleza de lo que entendemos por cultura? ¿Cómo se producen y se leen otras escrituras no humanas? ¿Y qué tipo de espectador sería aquel que opera como un agrimensor del territorio teatral? ¿Cómo sería un espectador que delimita y lee la escena junto a lo que la habita? ¿Cómo se pacta sentido junto a algo que no es humano? ¿Cuál es por lo tanto el límite entre lo humano y lo no humano?

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Docuficcionar, invencionar, biografiar.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

La creación de contra relatos, de nuevos pactos de sentido y de las formas de habitar otros escenarios biopolíticos, es decir, personales y colectivos, es vital.
Es un pacto de vida, que en medio del pacto de muerte que vivimos todos los días en nuestro contexto, resulta una posibilidad para resistir al horror.
El teatro puede abrir ese espacio temporal, ese estado de excepción en donde podemos ensayar la vida que deseamos; y creo que la intensidad con la que vivimos la crisis del presente debería de ser un lugar desde el que podamos mirar hacia el pasado para entender la posición histórica que queremos tomarnos, oponiéndose colectivamente a la validación del relato de muerte impuesto en nuestro presente.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Primero me gustaría decir que reconozco distintos modelos teatrales, es decir distintos compendios de prácticas, de formas de hacer, que entiendo como modelos, y estas formas constituyen históricamente lo que entendemos como disciplina o “escuelas” del teatro.
Desde mi punto de vista sería necesario cuestionar estas formas de ser disciplinar, abrir o mezclar, distorsionar o dar paso a formas híbridas que nos permitan contagiar el “teatro”, la “escuela” de otras formas de ser, de hacer, vinculadas a preguntas y a herramientas, o a otras potencias, imaginaciones, preguntas que respondan de manera coherente ante la complejidad que vivimos. Esto no quiere decir que las formas de ser/hacer de nuestra escuela/disciplina/teatro sean menos válidas, significa reconocer la necesidad de vincularnos y ser con otras formas, para colaborar en la creación de preguntas y respuestas más contundentes ante nuestra realidad.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Deseo que podamos construir para todas ellas mucha imaginación, intensidad y potencia, que sus teatros sean posibles en el lugar de la vida y que este horror no nos alcance nunca más. Les deseo, y con esta palabra quiero decir que yo agencio, construyo, trabajo, para que esto sea posible, las condiciones de vida que nos merecemos, esas en las que podemos contar y hacer lo que queremos vivir.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

Este tiempo suspendido, este ensayo biopolítico, nos da la posibilidad de ver cómo se practican nuevas formas de representación del horror y del control.

Me gustaría que probemos al término de esto otras que contrarresten el miedo, que cuando volvamos a estar juntas podamos volver a abrazarnos sin miedo, que el teatro sea un lugar para ver con extrañeza, para redescubrir el mundo y volvernos a mirar, un refugio.

 

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Me pregunto sobre las teatralidades que producimos todos los días, sobre las formas en las que nos representamos, representamos o nos representan, qué pueden hacer...

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Enrique Singer

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Enrique Singer

61 años / Ciudad de México

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Inicié mi carrera como mimo. Siempre quise dedicarme a esto.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

Hay una pregunta que no tiene palabras y la respuesta siempre se me escapa de las manos, busco definir la pregunta y encontrar esa respuesta.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Mi práctica es plural, viví el teatro como productor, director, actor y docente. No me es posible suscribir únicamente una sola de estas áreas.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

El teatro es el arte de la presencia y como ahora la presencia está anulada, es cuando más vamos a ser necesarios.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Necesitamos más compañías con elencos estables.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Un contacto más activo con el público.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

Podemos buscar formas de expresión en redes sociales, pero tenemos que reflexionar sobre nuestra práctica en presencia del público para que sea más efectiva.

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Sergio Medina Meneses

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Sergio Medina Meneses

24 años / Querétaro

 

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Desde niño el crear universos y jugar en ellos ha sido una constante en mi vida. El teatro me ha vuelto alguien más enfocado.
Es ese lugar donde imaginación y disciplina juegan tomados de la mano y se crean maravillas.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

¿Cómo dejar que mi cuerpo accione sin tanto control de mi mente?
¿Cómo ser curioso después de tantas repeticiones?
Anhelo crear historias, universos y personajes. Que causen algo a los que decidan vivir mis creaciones.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Mi manera de razonar y de ver el mundo. Creo que es único para todos. Aunque el teatro es colectivo, parte del individuo y cada individuo tiene algo qué aportar.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

Demostrar que el teatro no es un arte arcaico. Que es necesario para seguir. Que a diferencia de otras artes, el teatro puede existir mientras haya alguien dispuesto a vivir algo y otro dispuesto a observarle.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Como academia: enseñar más acerca del negocio del teatro. Tener cursos, clases o seminarios de (ya sea actor, director, productor, escenógrafo, etc.) cómo iniciar la vida laboral sin ponernos en riesgo.
Como arte: considero que la UNAM tiene buen modelo teatral. Sería genial invertir en llevar teatro de la UNAM a diferentes lugares de este país para que no esté tan centralizado.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Mejores oportunidades. Que no crezcan en un ambiente donde se escucha regularmente: «de teatro no se vive» o «la vas a ver difícil con el dinero».

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

Sanitarios donde haya jabón, secador de manos (eléctrico, para mayor higiene y ecología). También dar gel antibacterial en las entradas a todos los asistentes.

No estoy muy seguro de cómo enfrentar la emergencia. Es la primera vez que me toca algo así. Pero es importante que las artes también razonen con la ciencia. Si, por motivos de salud, se considera que los espacios no estén tan aglomerados, es importante que exista una regulación para todos los que trabajen en esto. Sé que suena imposible, pero es algo que siento correcto.

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Rubén Ortiz

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Rubén Ortiz

51 años / Ciudad de México

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Un día, haciendo «El enfermo imaginario» en la prepa, me di cuenta que haciendo ciertas cosas en ciertos momentos, el público se impresionaba. Era más fácil eso que la Bioquímica. Y años después llegué con Margules y cuando me di cuenta ya era un profesional. Pronto me dedicaré a otra cosa.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

La poesía y la filosofía son mi verdadera vocación. Como ya soy un poco mayor, prefiero volcarlas en asuntos escénicos.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

La(s) comuna(s) vive(n).

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

Construir escenarios para problematizar lo común entre la gente.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Siempre cambia, nada puede hacerse. Pero el campo artístico necesita diálogo a la altura de la complejidad de los tiempos que corren.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Que renuncien a las pasiones tristes que les enseñan en la escuela y que refuerzan en lo cotidiano. Que rechacen la servidumbre en favor de los escenarios complejos y vigorizantes para el bien común.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

Que podamos reescribir los pactos de muerte que hemos alimentado para luego poder imaginar posibilidades de la vida en común.

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Alejandra Serrano

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Alejandra Serrano

38 años / Ciudad de México / Xalapa, Ver.

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

No lo sé, tengo una historia que ahora me cuento y hace sentido, la verdad es que no lo sé. Pero lo cierto es que en principio tenía un sentido de hacer política, de difundir ideas. Era joven, por supuesto la política me decepcionó y solo me quedó el teatro.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

El teatro como fenómeno social de convivencia y cómo podemos acercarnos más como personas a partir de éste.
Me preocupa reducir la brecha entre diferentes estratos socioculturales y al mismo tiempo ver un teatro interesante, potente en temas fundamentales, no coyunturales, sino como preguntas de nuestro tiempo y nuestro ser.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Empatía, crítica, pasión.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

La internet poco a poco nos ha ido enseñando que podemos vivir físicamente separados y no salir de casa a menos que lo deseemos, la emergencia pandémica nos está llevando a hacerlo de manera forzosa y acelerando esa curva de aprendizaje. Dentro de ese aprendizaje, lo que se está evidenciando es cómo es importante la convivencia y encontrarnos con otros, aunque no tengamos que hacerlo, el teatro responde a esa necesidad básica del ser humano.
El teatro será una vía importante para la reconstrucción y la estabilización de nuestras sociedades que están al filo de un cambio paradigmático.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

La situación laboral: en esta pandemia seremos uno de los gremios más afectados y sin ninguna protección.
También debemos cambiar la forma de acercarnos al público, modelos fluidos y combinables para llegar a otros públicos, necesitamos tener más alianzas, ser menos aislados.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Deseo que sean más valientes, menos institucionales y capaces de ver a los otros.
Deseo que estén mejor preparados y tengan más autocrítica para ejercer la crítica sobre el sistema de una forma más estructurada, que no significa más académica.

 

De hecho deseo -quizá sobre todas las cosas- que dejemos de querer validarnos a través de la academia y aprendamos a comunicar el valor de lo sensible.
Deseo que sean más irreverentes, más políticamente incorrectos de maneras nuevas, que no incluyan misoginia o ataques a grupos vulnerables.
Deseo que dejen de buscar gurús y que sepan reconocer sus errores, algo que mi generación no pudo.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

Creo que contesté esto en una pregunta anterior, pero sí el teatro tiene un gran reto.

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Silvia Peláez

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Silvia Peláez

Ciudad de México / Cuernavaca, Morelos

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Mis inicios.
Descubrí el teatro desde la actuación en los relatos que hacía mi padre cuando, en su juventud, participó como actor en los primeros entremeses cervantinos, y en obras como «Las cosas simples» de Héctor Mendoza. Gracias a mi padre también conocí y memoricé el monólogo de Emilio Carballido «La Selaginela». Entonces estudiaba yo primero de secundaria y muy cerca de mi casa estaba el Instituto Regional de Bellas Artes. Ahí fui aceptada en el grupo que dirigía el maestro Raúl Moncada Galán y a mis 12 años empecé a estudiar actuación y obtuve un papel en la obra «Anastas Rey o el origen de la Constitución» de Juan Benet. Me acerqué a teatro desde la pasión, el anhelo de conocimiento, la actoralidad, la escena. Seguí estudios de preparatoria, intérprete-traductor, comunicación. Cuando estaba ya en la universidad, estudiaba actuación con Soledad Ruiz quien al terminar el curso, me sugirió que me pusiera en contacto con José Luis Ibáñez con quien estudié de 1983 a 1997 tanto en su estudio y como invitada en la Facultad de Filosofía y Letras. Con él aprendí el oficio de la actuación como una profesión compleja, profunda, divertida y transformadora. Puedo decir que de él aprendí mucho de lo que sé de la disciplina teatral, de trabajar en un grupo, en equipo, del compromiso de una función y de la maravilla del arte teatral. Sin embargo, en 1989 terminé mi primera obra teatral titulada «La espera». La envié al concurso de Juegos Florales del Estado de Guerrero y ganó el primer lugar. Para mí, eso fue una buena señal y desde entonces he seguido escribiendo para la escena, como una necesidad, con una gran pasión, con una relación con el teatro como la de un eterno amante, que te sorprende y desafía, que te moldea e invita a seguir conociéndolo y a comprenderte como ser humano. Una vez que decidí ser dramaturga, me preparé con lecturas, cursos, talleres y críticas de tutores y colegas. Entre mis maestros, haya tomado clase con ellos o no, más memorables e influyentes en mi proceso están: Alí Chumacero, Carlos Montemayor, Emilio Carballido, Jesús González Dávila, José Sanchis Sinisterra, Luis de Tavira, María Irene Fornés. También he aprendido de los directores con quienes he trabajado y de los colegas con quienes he reflexionado sobre el teatro y la dramaturgia; de la productora Marisa de León con su visión crítica; y de los numerosos alumnos que he tenido a lo largo de 20 años de dar clase. He cumplido 30 años de escribir historias para la escena, durante los cuales he concluido 50 obras de teatro hasta hoy, con diversidad de temas, personajes, estructuras, siempre escuchando lo que la historia por contar me propone. También en los años recientes he escrito libretos para ópera.
Decidí dedicarme a la disciplina del teatro porque me define como artista, me desafía en todo sentido ya que para mí hacer teatro es configurar al mundo; escribir para la escena es contribuir a dar sentido al mundo, desde una visión subjetiva y personal que se vincula con lo colectivo y social. Me dedico al teatro porque me alimenta tanto en lo que yo escribo, al crear esos mundos posibles, como en lo que vivo al involucrarme en un proceso creativo como dramaturga o directora.

Aprendo mucho y aprehendo el mundo cuando escribo teatro, cuando hago teatro, cuando soy teatro. Escribir para el teatro es una forma de arte muy especial por lo que tiene de ritual, de colectivo, de social, de irreverente, de poderoso, de profundo, de divertido, de relevante para dialogar con nuestros contemporáneos y con las distintas épocas.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

Entre las preguntas que me surgen antes de escribir están: ¿Qué historias contar hoy? ¿Cuáles son los desafíos para el arte teatral en la actualidad? ¿Cómo no ser complaciente con la propia escritura? ¿Cómo contar esta historia de la mejor manera en la escena? ¿Dónde poner el énfasis en esta historia? ¿Por qué en este momento hay que hablar de este tema o de este personaje? ¿A quién le voy a hablar con esta obra? ¿Qué quiero que sienta el público cuando vea esta obra? ¿Cómo vincular mi quehacer con el de mis colegas en los distintos campos del teatro, y con otras disciplinas? ¿Cómo avanzar en el campo de la interdisciplina? ¿Qué propone nuestro teatro hoy con respecto de lo que está ocurriendo en el mundo? ¿Cómo seguir cuestionando a nuestras sociedades complejas en estos tiempos desde la teatralidad?¿Quién soy yo hoy en relación con el teatro y la dramaturgia? ¿Cómo involucrarme en proceso de creación que implique la actoralidad, o el trabajo con una compañía?
Dadas las condiciones de producción de nuestro teatro, mis anhelos tienen que ver con la relación entre lo que escribo y el tiempo que puede tardar una obra en llegar a la escena. También me interesa colaborar como una dramaturga en residencia con alguna compañía para propiciar y participar en diálogos creativos, que conduzcan a la creación de obra significativas y diferentes en el universo de posibilidades dramatúrgicas, escénicas y performáticas. También anhelo vincularme con creadores de otras disciplinas artísticas y aun científicas, además de involucrarme en procesos transdisciplinarios. Anhelo ser cada día una mejor dramaturga.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Riesgo. Poético. Multiplicidad.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

El teatro sigue y seguirá siendo importante en nuestra sociedad por la intensidad al contar historias en tiempo real; por esa energía que emana al estar en presencia de la historia en que se sumerge el espectador; porque toca temas que reverberan en la sociedad o por propiciar la conciencia acerca de algunas situaciones; porque es un arte rebelde; por su capacidad de cimbrar al público y porque es un arte que se apropia del contexto, sean situaciones, temáticas y tecnologías, lo que le permite conservar su sentido ritual originario al tiempo que se adapta al momento presente. Es el arte que puede decirlo todo.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Creo que actualmente no hay un solo modelo teatral. Por un lado, se ha desarrollado una variedad de dramaturgias y procesos de creación escénica, alejados de los cánones y paradigmas del teatro del siglo XX en México. Se sigue escribiendo dramaturgia de texto, con valor artístico y autoral, al mismo tiempo que se crean dramaturgias desde las propias necesidades actorales y de grupos. Es decir, el abanico de la creación se ha complejizado, lo cual no ha ocurrido de igual manera con los modelos de producción de la misma manera.
Sería interesante cuestionar los modelos de producción y prácticas que se han venido repitiendo durante decenios, la vocación de los espacios escénicos convencionales disponibles, y las posibilidades de los espacios no convencionales. Considerar que existen tanto propuestas de grupo como propuestas de autor; que existe una gran demanda de recursos para la producción y no suficientes recursos financieros y espaciales por lo que se precisa de un diseño imaginativo y desafiante para la programación de los espacios y la asignación de los diversos recursos.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Les deseo que sigan creando, que cuestionen sus saberes para no estancarse, que conozcan la genealogía del teatro mexicano para seguir del presente hacia el futuro. Deseo que sorprendan, fascinen, cuestionen y desafíen a sus públicos, lejos de las modas y tendencias. Que escuchen su propia voz y se alejen del deseo de copiar a otros. Que se vinculen con profundidad con otras artes y saberes. Que amplíen su horizonte de experiencias, temáticas, historias. Que se afanen en su arte más que en la carrera por la fama, las becas, el prestigio que llegarán si no son complacientes con su obra. Que perduren. Que haya mucho teatro.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

El encuentro en persona con el otro es sustancial al teatro. El otro-colega, el otro-creador, el otro-público. Hoy nos separamos y es dolorosa esa distancia por lo que implica, pues, precisamente, se trunca la naturaleza del teatro. Confiada en que los tiempos de cambios por venir vuelvan a abrir los teatros, los escenarios, los espacios donde se hace teatro, deseo que se recuperen las obras que ya estaban en escena, que se sienta la ciudad, el país, vibrante de teatro que conecta con el espectador; de obras y propuestas escénicas significativas y poderosas, con multiplicidad de temas. Que veamos la obra de dramaturgos también a los grupos y sus propuestas. Deseo que nos veamos con menos egoísmo y más empatía. Sigamos haciendo teatro juntos.

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Ginés Cruz

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Ginés Cruz

39 años / Ciudad de México

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Inicié en la adolescencia, en un grupo de un Centro de Educación Artística dirigido por Mauricio Rodríguez y Fernando Briones.
Me dediqué al teatro porque la primera vez que asistí a ver una obra siendo un niño me maravillé con lo que ocurría en la escena, era magia que me atrapó y no me pude liberar de ese encanto.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

¿La condición humana cambiará algún día?
¿La condición humana permanece igual desde hace años, a pesar de los cambios, el tiempo, las nuevas tecnologías?
¿Por qué el ser humano destruye al ser humano?
Me gustaría vivir más intercambios culturales con otros países, dirigir a grandes actores y actrices con quienes aún no trabajo, o actuar con ellos, en ambos casos aprendo más y más de mi carrera.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Perversión, humor y farsa.
Me gusta trabajar desde la perversión humana. Creo que esa parte oscura que negamos es esencial del ser humano, es la que nos mueve.
Considero que los caminos del realismo cada vez me son menos atractivos, me gusta jugar con la farsa porque veo más verdad en un universo trastocado. Sin embargo, nunca me he divorciado del realismo, encuentro ahí también la perversión y el humor.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

Cada vez nos desconectamos más del encuentro con lo humano. Lo humano en todos sus sentidos, bondadoso o destructivo.
Recordarnos que las historias, ya sean teatrales, escritas o expresadas con cualquier arte, están ahí para mostrarnos alguna parte de nuestra humanidad.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Me gustaría vivir un momento en que el teatro y las artes en general sean una carrera donde sus trabajadores vivan de forma digna con las mismas prestaciones de ley que tiene cualquier trabajador. Que el arte se vea como una parte integral de la sociedad, no sólo por un pequeño sector.
Considero que las búsquedas de cada artista son algo muy personal y que cada quien trabajará lo que quiera trabajar estética y discursivamente de forma honesta.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Que conozcan la tradición teatral, que no crean que están inventando algo que ya se había hecho. Conocer las tradiciones teatrales ayudarán a continuarlas y a no repetirse en los engaños de «lo nuevo».
Que sigan luchando por mejores condiciones para los artistas, lo cual es una lucha política necesaria y vital.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

He de decir con toda honestidad que no tengo respuesta para la primera pregunta. Apenas estoy entrando a este momento en que he perdido muchas opciones laborales debido a la emergencia (digo perdido, pero en realidad se posponen hasta nuevo aviso).
Apenas estoy intentando entender qué hacer: encerrarme y carpetear, leer mucho, escribir lo que he dejado de escribir, ver todas las películas que no he podido ver, aprender japonés, llorar todo el día (risa); no lo sé. Lo que sí estoy haciendo es tratar de impulsar junto con otros artistas una ley que proteja a los artistas en estas situaciones de emergencia, es decir, desde lo político ver cómo ayudar a personas que están en mi misma situación: la incertidumbre económica ante la emergencia. Apoyaré lo más que se pueda para que esto sea una realidad.
Cuando volvamos a estar juntos: veamos mucho teatro, apoyemos al teatro, hagamos que los públicos vuelvan a llenar las salas. Lo demás, trabajar para seguir creando y construyendo, lo seguiremos haciendo siempre… ¿acaso el teatro no siempre está en crisis?

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Diana Fidelia

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Diana Fidelia

40 años / Ciudad de México

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

A la edad de 7 años mi hermana mayor me inscribió en un taller de teatro infantil en el Centro de Actualización Profesional y Desarrollo Cultural de la Asociación Nacional de Actores, luego seguí con un taller de Teatro para Jóvenes en el Núcleo de Estudios Teatrales, posteriormente estudié en el Centro de Educación Artística Frida Kahlo, finalmente ingresé a la Escuela Nacional de Arte Teatral del INBA para cursar la Licenciatura en Actuación.
Desde niña descubrí que el teatro es mi razón de ser y mi gran pasión. Por ello no podría dedicarme a otra cosa. Todo fue gracias a mi hermana quien me inscribió en el taller de teatro infantil.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

Siempre me pregunto:
¿Qué quiero decir?
¿Cómo puedo expresar mi discurso a través de las palabras de un personaje?
¿Cómo lograr entender el sueño del director o directora y poder crear juntos el universo planteado en un escenario?
Uno de mis mayores anhelos es que el teatro siga existiendo y ojalá que se entienda la importancia de su existencia en nuestra sociedad.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Pasión, amor, poética.
Pensar en la poética de la creación, pensar que crear es una mirada particular para entender nuestros vínculos con las cosas, con las personas y con el universo entero.
Ser un ser con un entendimiento honesto del comportamiento humano.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

La importancia radica en la posibilidad que nos brinda mirarse frente a un espejo y tomar conciencia de lo que somos como seres humanos en sociedad.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

No tengo una certeza, pero quizá volver al origen, es decir: replantearnos las preguntas básicas para la creación:
¿Qué decir?
¿Por qué decir?
¿Para qué decir?
¿Con quién decir?
¿Desde dónde expresar el discurso?

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Que tomen como una disciplina estudiar y alimentarse de todas las manifestaciones artísticas: música, danza, teatro, artes plásticas, cine, literatura, etc.
Todo lo que pueda aportar para la creación de personajes. De esta manera abrir la concepción del mundo para crear.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

Ante esta situación mundial por la que transitamos y donde vivimos con extremos cuidados y evitamos los encuentros entre seres humanos, me lleva a reflexionar sobre un cambio radical para la humanidad.
Pienso en muchas cosas que nos permitan estar en contacto con nosotros mismos y profundizar nuestra existencia desde esa fuerza que nos da el estar en resguardo.
Deseo que cuando nos volvamos a encontrar logremos ser más solidarios y logremos llenarnos de cariño en cada gesto, en cada acción y en cada una de nuestras palabras.

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Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Clarissa Malheiros

59 años / Brasil

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Fui al teatro de chiquita, me encantó y ya no pude dejar de ir.
Después me puse a tomar clases en la adolescencia y siguió la licenciatura.
Seguí buscando maestros por el mundo afuera: afortunadamente los encontré.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

¿Cómo caminar sobre las huellas de la vida?
¿Cómo hacer del acto, contacto?
¿Cómo estar preparada para encontrar junto a los demás lo que no sabía que buscaba?
Es pura metafísica pero, en el ámbito de lo escénico, crear es adentrar por la acción al pensamiento, al cuerpo y a la comunidad.
Mis anhelos… son que las circunstancias no sean tan adversas, que la gente pueda acudir al teatro, que les sea accesible, cercano y que encuentren en él algo de lo que somos o de lo que podemos venir a ser. Un teatro en diálogo con su entorno. Un espacio de celebración.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Presente, atenta y cómplice.
Habitar el teatro me implica en una constante transparencia, generosidad y curiosidad.
Mi vida diaria se prepara para el teatro y son los ensayos, búsquedas y funciones lo que hace mi rueda (de la fortuna) girar. Hay otras cosas también importantes pero lo que implica mantener una compañía de teatro, actuar, escribir y dirigir exige, a veces, unas tres vidas.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

En el teatro nos pensamos y nos preguntamos acerca de un sentido ético común.
Podemos mirar desde la experiencia colectiva que nos ofrece, tanto en el encantamiento, como en el rechazo, otras formas de colocarnos unos frente a los otros. Permite que revisemos acciones y verdades dichas. Sea desde la historia, de las experiencias personales o también desde la utopía.
Hay mucho que platicar en este momento histórico acerca de nuestras responsabilidades como individuos, comunidad, especie y lo que denominamos cultura.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

El teatro puede ser un business pero en su esencia es un colectivo.
Me parece importante apoyar los colectivos y no solamente las producciones para que los discursos artísticos no sean de una sola voz y de una sola vez.
Que se considere a las compañías teatrales como pequeñas empresas culturales que tienen la capacidad de actuar en diferentes frentes como son la atención a comunidades desde el arte, programas educativos en las escuelas, la organización de eventos y claro, la creación y presentación de obras de teatro para públicos diversos y/o con públicos diversos. Eso va en contra corriente del éxito personal o de un éxito comercial, aunque no son incompatibles. Pero cada vez menos encontramos apoyos económicos que consideran el colectivo como potencial creativo, propositivo y en constante investigación teatral.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Siguiendo en esta línea de pensamiento: que busquen crear en colectivo, que experimenten el contacto con diferentes públicos, que apliquen sus conocimientos para estar cerca de la gente que en nuestro país no tiene acceso a una educación de calidad y cree que El Arte es solo para quien paga.
Que hagan su teatro con ética y se hagan responsables de su discurso.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

Qué vayamos volando para reencontrar la experiencia del teatro.
Tal vez entonces con una escucha más atenta, sensible, en consecuencia de un tiempo de encierro y de silencio.
Qué vayamos a celebrar y cuestionar lo que somos: El teatro como un espejo y una ventana.

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