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Categoría: Instantánea

Itzhel Razo

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Itzhel Razo

30 años / México, Yucatán, Mérida

Lugar principal de trabajo (País, estado, ciudad): México, Ciudad de México

Oficio: Actriz, directora de teatro

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

De niña me gustaba inventar historias y crear personajes, siempre tuve un talento para la imitación. Recuerdo que uno de mis pasatiempos favoritos era sentarme en una banca del parque y observar a los desconocidos, pensaba: ¿Cómo se llamarán? ¿A qué se dedicarán? ¿Qué les gustará? ¿Dónde y con quién vivirán? Estudiaba cada detalle de sus gestos y sus movimientos y trataba de descifrar su personalidad, incluso algunas veces llegaba a hablarles para cerciorarme que mi lectura sobre ellos había sido la correcta, la mayoría de las veces acertaba. De alguna manera estaba ya estudiando al mundo desde una perspectiva teatral.
Después en la secundaria comencé a imitar a todos mis maestros, era tan precisa y diestra que mis compañeros del salón me pagaban por estudiar a alguien e imitarlo, comencé a ganar dinero pasando el «sombrero» con mis imitaciones, un maestro que un día me vio me recomendó asistir a clases de teatro, finalmente lo hice y desde el primer momento supe que esa era mi vocación. Todo lo demás se fue dando naturalmente. Me gusta estudiar al mundo y al otro para entenderme a mí misma, y el teatro ha sido siempre un espejo certero de nosotros mismos.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

Hago teatro como un medio, así lo he dicho siempre, como un medio de salvación, personal y social; confío en que este arte vivo tenga la fuerza suficiente para transformar tanto a quien lo hace, a quien lo vive, lo escribe, lo interpreta, así como quien lo recrea y a quien lo percibe desde las butacas. A diferencia del cine o digamos del audiovisual que pasa por un filtro, una edición, una corrección, el teatro es el momento que se vive y sucede; permite la magia, la mística, que permite también el ritual: la ritualidad. Sus orígenes, justo el nacimiento del teatro que tenía que ver con la posesión de un Dios, me hacen muchísimo sentido.
¿Me pregunto si el teatro tiene el mismo poder de reencarnar, de vivir en la piel y experimentar situaciones únicas que suceden sólo en ese momento? Si ese hilo conductor que al mismo tiempo se transforma en el actor también se está transformado en el espectador, ¿si el teatro logra un estado metafísico?
Estas preguntas me mantienen en una búsqueda constante y hacen que se mantenga viva y radiante la añoranza de volver al escenario.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Ritualidad, poética, liminalidad.
Me gusta interpretar y crear desde ese lugar que es el riesgo, desde la escena Liminal, desde las Disidencias y desde un sitio Border, del que no sabes cómo vas a salir; meterme en trances.
Hago teatro como un medio de salvación, personal, social e histórico. Siempre he puesto un cachito de mi vida en cada uno de los personajes que he interpretado y las obras que he escrito y dirigido…algo que he tenido necesidad de exorcizar.
El teatro me ha regalado la cura a muchos de mis males, ¿qué más le puedo pedir?

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

Resistir. No tenemos ahora un escenario, pero tenemos este escenario que es la vida.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Es una pregunta interesante, creo que más que cambiar se trata de aperturar. Somos muchos y la queja del millón es que no alcanza para todos. Me pregunto constantemente ¿Cómo podríamos todos tener oportunidades de recibir apoyos y mostrar nuestro trabajo escénico?
Se vienen tiempos difíciles y ahora más que nunca hay que construir comunidad, ser un verdadero gremio, lo que sea que esto signifique.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Crear comunidad, crear sistemas de apoyo, generar un gremio teatral desde un nuevo lugar y una nueva perspectiva. Mantenerse fieles a sus ideales, a sus intuiciones, a sus impulsos creativos. Y sobre todo no desistir. El teatro seguirá y se transformará como lo ha hecho durante años. No bajemos la guardia. Aún hay mucho por hacer.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

¿Qué es lo que me ha mantenido a flote este año? Me preguntaba justo hace unos días, luego de varios meses de no pisar un escenario. Creo que la respuesta más satisfactoria que pude responderme a mí misma es mi creatividad, todas las obras de teatro, los personajes que se viven en el día a día, la magia misma de la vida, del observar, de cuestionarme y de crear ficción. Esa chispa creativa sigue aquí, sigue en mí; cómo habito mi espacio, modifico o no mi casa, cómo vivo el día a día y cómo construyo historias, aunque sean para para mí misma o un espectador menor.
Espero con mucha urgencia volver a mi oficio, estoy paciente, estoy convencida que el teatro volverá con mucha más fuerza. Aunque suene paradójico y aunque creemos que nadie nos extraña, esa idea de que no somos indispensables para la sociedad, creo que si lo somos, y quizás no nos hemos dado cuenta de qué tanto. El teatro se está modificando, está surgiendo una transformación y cuando regrese lo hará con más fuerza, con la necesidad urgente de hablar, de estar y de vibrar. Esto una gran lección, estábamos demasiados sistematizados en esta idea de las convocatorias, las temporadas, una rutina de vida; ahora esto nos puso en pausa, nos hizo entrar más en nosotros mismos, entrar más –en mi caso- en mí misma, en tocar mi esencia creativa, ese primer impulso de cuando era adolescente, una niña, y pensaba «quiero hacer teatro». Creo que regresé a mi niña artista y es algo que agradezco mucho.
Cuando volvamos a estar juntos, ¡uy!… lo que suceda será maravilloso. ¡Abriremos telón!

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Jocelyn Mercedes Pérez Mendoza

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Jocelyn Mercedes Pérez Mendoza

25 años / México, Estado de México, Nezahualcóyotl

Lugar principal de trabajo (País, estado, ciudad): México, Ciudad de México

Oficio: Dramaturgista, dramaturga

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Desde niña quería ser actriz, vivir otras vidas era algo que me llamaba la atención. Además de que es una disciplina en la que puedes aprender sobre todo. Luego entré a la carrera y me di cuenta de la complejidad del teatro, todos los elementos que lo constituyen y no se ven en escena. Probé la actuación, me gustó, pero me sentí más cómoda detrás.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

¿Cuáles son los límites del teatro? ¿Cómo conectar con los y las espectadoras? ¿Qué historias me gustarían ver? ¿Cómo hacerle ver cierto tema al espectador? ¿Cómo evadir el lugar común? y muchos «Por qué».
Quisiera hacer teatro experimental, comenzar un proceso con actrices y ver hacia dónde nos lleva, probar un lenguaje en escena (o varios) para crear una obra que los y las espectadoras disfruten.
También me gustaría hacer más investigación sobre las publicaciones periódicas teatrales del siglo XX. Siento que hay mucho pensamiento encerrado en las páginas que podría servirnos.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Proceso, prueba, error.
Mi punto de vista y que intento trabajar desde los afectos y no desde una pedagogía de la crueldad.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

La necesidad de conectar, a pesar de que el convivio sea imposible en estos momentos.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Las dictaduras. Creo que debería haber más espacios para jóvenes y más horizontalidad.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Espacios para presentarse y que las ideas lluevan.
Que dejen de enfrentarse a la misoginia y demás discriminaciones. Que el teatro se convierta en un lugar seguro y amable al que podamos acudir.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

Hay muchas formas de encontrarnos con las otras personas, la necesidad de conectar es inherente a los seres humanos. Por eso encontramos maneras alternas de acompañarnos a la distancia. El teatro solo cambió de medio.
Deseo que haya salud y encontrar una buena cartelera.

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Talia Yael Rodríguez

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Talia Yael Rodríguez

32 años / México, Ciudad de México

Lugar principal de trabajo (País, estado, ciudad): México, Ciudad de México

Oficio: Creadora escénica

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Inicié en el taller de teatro, mientras cursaba la licenciatura en psicología. Al segundo año del taller comprobé que en el teatro podía profundizar sobre mí y el mundo.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

Las preguntas son diversas, pero las que más aparecen en mi práctica tienen que ver con el sentido de hacer las cosas. ¿Para qué? ¿Por qué? ¿Por qué destruimos? y ¿Por qué amamos?
Mis anhelos son bastante sencillos: Quiero crear desde la necesidad y la obsesión. Me interesa el cruce de miradas y el descolocar los lugares hegemónicos para hacer, pensar y vivir el arte.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Quizá mi singularidad radica en mi capacidad de desplazarme del centro. Me gusta habitar lo periférico y no pertenecer del todo a una sola mirada. Disfruto crear dramaturgias abiertas y exploro mucho el lenguaje, sus metáforas, lo subterráneo de las palabras, lo que se guarda bajo la alfombra.
No sé si me vuelve singular, pero disfruto crear desde la libertad del no saber. No tengo métodos, sólo intuiciones que voy domando.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

Pienso en la pausa y al mismo tiempo en el movimiento. El teatro ha sobrevivido muchísimo tiempo porque ha roto sus propios límites. Creo que vivimos un momento de inseguridad que no es una desventaja sino una oportunidad de transformar nuestras prácticas, descolocarnos del centro. Desplazar las formas y abrir las preguntas. Trabajar con las fisuras y no con la necesidad de nombrar lo que hacemos. Para mí ya no causa sentido el saber si teatro en Zoom es o no teatro. Es así y la pregunta es ¿cómo trabajar con lo inasible?

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Quizá la idea nostálgica de querer hacer teatro como siempre, como antes de…
No existirá, no existe ya un antes. No digo que desaparezca, pero pienso en ¿qué cosas quiero ver al regresar al teatro? ¿Qué ficciones voy a crear? ¿Desde qué lugares voy a hablar? ¿Qué voz necesito para la catástrofe? ¿Qué voz para la esperanza?

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Que el teatro no lo es todo, pero por alguna magia hermosa… el universo cabe ahí.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

Quizá un abrazo y abrir la mirada y la escucha para formular en conjunto nuevas preguntas.

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Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Leonardo Soqui

44 años / México, Ciudad de México

Lugar principal de trabajo (País, estado, ciudad): México, Ciudad de México

Oficio: Compositor, director musical

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Al salir de estudiar música, mi primer trabajo fue como payaso y músico con Camilo Albornoz y Eli Portugal en Mojiganga Arte Escénico. Con ellos descubrí mi pasión por la escena.
Siempre me sorprende, me estimula y me lleva por caminos desconocidos.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

Cada proyecto es una incógnita. Esa es mi eterna pregunta.
Mi anhelo es estar siempre ahí, en este lugar donde no dejo de sorprenderme.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Sonido, encuentro, armonía.
Mi manera de reconocer el mundo es principalmente a través de la escucha. Me encanta pensar en el universo sonoro de la escena como revelador y detonador de detalles y sensaciones que pueden ser protagonistas, acompañantes o subliminales.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

La importancia del teatro es sentir la necesidad del teatro.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

El teatro tendría que diversificarse para llegar a todas las personas. Eso es una labor tanto de los creadores, como de las instancias gubernamentales, la educación y los individuos.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Que tengan el tiempo para experimentar y desarrollar proyectos propios. Y que no tengan que buscar otros trabajos para lograrlo.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

Lo tomo con calma. Me entrego a mi familia. Desentumo los dedos y desempolvo instrumentos olvidados por el acelere de aquella cotidianidad en la que vivíamos. Desarrollo proyectos propios, que en otra circunstancia probablemente no me habría dado cuenta que estaban ahí.
Que la necesidad que tenemos de vernos en estos tiempos se acumule de tal manera que explote en una pasión por los eventos en vivo: el teatro, la música, la danza, las exposiciones, etc.

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Santiago López Álvarez

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Santiago López Álvarez

58 años / México, Ciudad de México

Lugar principal de trabajo (País, estado, ciudad): México, Ciudad de México

Oficio: Técnico teatral

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Inicié cuando me enseñaron la construcción de escenografías de mano del maestro Manuel Colunga. Me enseñó a trabajar desde cómo clavar un clavo, cortar y cómo ir armando cada parte de los diseños. Poco a poco me fue gustando. Me enseñó parte por parte a descifrar la construcción de una escenografía para una obra de teatro.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

Es seguir aprendiendo cosas nuevas para aprender a descifrar la construcción de una escenografía para la nueva obra de teatro con la nueva tecnología y proyectar el mundo donde se va a desarrollar la historia.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Concentración, atención, descifrar.
Es para poder concentrarme en los ensayos para poder conocer a los personajes, estar atento para sus gestos o movimientos y descifrar a dónde quieren transportar al público.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

Para muchos nos hace ejercitar la imaginación: las «artes” que teníamos escondidas en nuestra mente.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Más bien tendremos que hacer una reunión con todos para conocer de cada uno su área y formar un equipo unido como si fuera un engranaje.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Primero que no se olviden de su esencia, el por qué les llamó la atención el teatro y empezar a desarrollar sus proyectos dándoles naturaleza a sus personajes y poder llevar al público a su universo.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

Primero salud a todos los que estemos vivos y estar conscientes de que tenemos que apoyarnos para volver a hacer un equipo de trabajo para seguir adelante.

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Quinta Teatro

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Quinta Teatro

10 años / México, Ciudad de México

Lugar principal de trabajo (País, estado, ciudad): México, Ciudad de México

Oficio: Compañía de teatro de calle y teatro visual

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

En el núcleo actual de la compañía convivimos personas que provenimos de tres escuelas o colegios principales de teatro: la Escuela Nacional de Arte Teatral, el Colegio de Literatura Dramática y Teatro y del Centro Universitario de Teatro, curiosamente coincidimos en provenir de barrios populares de la ciudad, compartimos el gusto por un teatro que sucede fuera de las salas de teatro, que explora lugares acercándose e intercambiando formas directamente con lo popular, el juego con la música, los sonidos y la creación de mundos de ensueño que invaden o intervienen los espacios a cielo abierto.
Como mujeres y hombres que crecimos en la ciudad posiblemente nos atrajo la necesidad de dialogar con el cúmulo de identidades y estímulos con los que crecimos. Así surge la pregunta “¿Cómo generar lo inesperado en una ciudad como la capital de México?» es un reto constante y un excelente entrenamiento para la creatividad artística.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

Constantemente nos preguntamos en la práctica sobre los límites de nuestro oficio como gente de teatro, ¿Cómo intercambiar y adquirir conocimientos? ¿Qué elementos de la realidad (tecnología, arte, ciencia, etc.) actual se pueden integrar al teatro que hacemos? y ¿Qué puede resultar fascinante y cómo integrar un público que está en lugares que son de la comunidad?
Anhelamos colocar al teatro de calle Mexicano como un punto de referencia en el panorama internacional y protagonizar como compañía festivales y encuentros a nivel internacional.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Color, títeres, música.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

Creemos que en este momento la interacción humana está profundamente dañada. Hay muchas personas con pánico a relacionarse, con pánico a salir a la calle. Creemos que la situación de aislamiento está dejando profundas huellas psicológicas, entre ellas depresión y ansiedad. Además de polarizar a los diversos sectores sociales en donde se busca culpar a aquel que no se queda en su casa. Cuando el quedarse en casa es para muchos imposible.
Creemos que hoy más que nunca es necesario el encuentro. Creemos en la necesidad de buscar y poner en marcha mecanismos que propicien el encuentro de manera segura; porque todos necesitamos volver a interactuar en el espacio público. Necesitamos cantar, bailar, sonreír. Hay muchas maneras de hacerlo, pero lamentablemente en estos momentos impera la preocupación más que la prevención, el discurso más que la acción.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Creemos que se necesita dotar al hacedor de teatro desde la escuela de habilidades no solamente técnicas y expresivas con respecto a su quehacer; sino que se debería desarrollar desde siempre toda esa gama de habilidades de gestión, promoción y producción que al final resultan ser el pilar de nuestro oficio. Todos hemos tenido que aprender esas cosas con la práctica. Quizás si se ejercitaran ese tipo de habilidades con la misma seriedad con la que se trabaja lo artístico tendríamos una comunidad mucho más preparada para enfrentar una situación como la actual.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Que la brecha de transmisión y flujo de conocimiento sea más abierta de una generación a otra y podamos entender más prontamente que el conocimiento y las tradiciones teatrales son vivas, cambiantes y múltiples y que únicamente de nosotros depende la renovación constante para crear belleza a través del gesto y la acción en el mundo.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

Nosotros hemos estado buscando maneras de seguir creando a pesar de todo. Desarrollamos procesos pedagógicos a distancia, lo cual ha sido un descubrimiento muy grato, que nos ha conectado con creadores alrededor del mundo, en otras circunstancias quizá nunca nos habríamos conocido.
Como compañía, nos hemos mantenido en contacto desarrollando procesos de investigación escénica, resolviendo y adaptando proyectos que ya estaban en proceso antes de la cuarentena. Cuando el semáforo disminuyó en octubre-noviembre del año pasado movidos por la crisis económica que está sufriendo el gremio, convocamos a un laboratorio de unipersonales en calle. La premisa era: ¿Cómo hacer dialogar nuestro trabajo con algún oficio de intercambio económico en calle? Optamos por el Unipersonal, por aquello de reducir el riesgo de contagio al mínimo, e incluimos en nuestros personajes el uso justificado de mascarilla, pudimos hacer un par de pruebas en calle y la acogida del público fue muy cálida.
Actualmente trabajamos en la construcción de un teatrino en el patio de nuestra sede en la colonia Obrera apostando a la posibilidad de dar funciones de títeres para poco público en un espacio abierto. También hemos estado haciendo intervenciones móviles, pasacalles musicales que generan interacción, pero no aglomeraciones ni contacto físico.
Añoramos que los parques y las plazas se llenen de artistas y nuevos formatos. Creemos que la crisis es una oportunidad de explorar nuevas posibilidades de interacción con el público. Quizás es un tanto utópico y requerirá de una larga inversión de tiempo, pero creo que es necesario recordar que el teatro es un oficio y que nosotros comerciamos con nuestros espectáculos y nuestras habilidades.
Qué se vuelva común ver a un actor, un cantante o un titiritero así como es normal ver al señor el pan y al bolero. Creemos que tenemos que aprender a hacer convivir nuestro oficio con la realidad que nos toca vivir cada vez y encontrar nuevas estrategias para generarnos una economía estable y constante. Retomando la maestría del arte del teatro y abandonar la idea romántica del sufrimiento del artista.
Deseamos profundamente que haya un “boom” de espectáculos al aire libre. Es interesante lo que está sucediendo con los restaurantes, el espacio público se está recuperando. Ahora es por un requisito sanitario, pero es sumamente importante cada día salir por lo menos un momento a tomar el aire y mirar el cielo.

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Enrique Gorostieta Damm

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Enrique Gorostieta Damm

55 años / México, Nuevo León, Monterrey

Lugar principal de trabajo (País, estado, ciudad): México, Nuevo León, Monterrey

Oficio: Fotógrafo escénico, historiador gráfico teatral, traductor, director

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

En 1984 entré a estudiar teatro en la Universidad Autónoma de Nuevo León, en ese entonces mi interés principal era el cine y tenía curiosidad de saber qué tan difícil era ser actor, lo más cercano era estudiar Teatro ya que no había ninguna escuela de actuación para cine en la ciudad. En la Escuela de Artes Escénicas tuve la suerte de tener como primer maestro de actuación a Sergio García, gracias a él se me fue descubriendo el gran valor del teatro. Fui reconociendo y experimentando muchos de los factores que hacen única e irrepetible esta experiencia. Había mucho que aprender tanto de las magníficas obras que iba viendo como de los trabajos menos afortunados.
Siempre me ha asombrado reconocer esas cualidades que el Teatro brinda al público y que el cine o la televisión no puede. En 1993, casi por accidente, empecé a tomar fotografías de varías obras en las que participaba o que iba a ver como público. Alentado por el resultado de las fotografías descubrí la vocación de registrar obras teatrales y otros espectáculos escénicos. Para mí era muy importante que no se perdiera todo ese esfuerzo, que quedara algo físico que sirviera para recordar lo que ahí sucedió, tanto para los que pudieron verlo, como para los que no fueron tan afortunados.
Para mí era una manera de repensar el teatro sin la necesidad de tener que participar activamente en las obras. Creo que esa es una de las razones de porque se pierden muchos talentos que no pueden encontrar oportunidades para actuar tan seguido como quisieran. A final de cuentas y a lo largo de tantos años lo único que he podido enunciar para explicar esa relación es: “El teatro es un bicho raro que cuando bien te muerde, no te suelta”.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

¿Qué nuevo proyecto tienen en puerta los grandes directores que me han sorprendido antes? ¿Cuáles son los nuevos actores, directores o dramaturgos que vienen a marcar la diferencia? ¿Qué tratamiento darán a un texto que ya ha sido montado anteriormente? ¿Cuáles son los elementos en común que pueden reconocerse entre las diferentes obras como una nueva tendencia, moda o estilo?
Siempre me gustará escuchar y ver historias, nuevas o re-enunciadas que me hagan vibrar junto a los actores. Interpretaciones, en todos los sentidos, que sean entrañables y reveladoras. Espacios transformados por atmosferas llenas de energía actoral o de “dispositivos escénicos” ingeniosos y sorprendentes.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Observar, fotografiar, revalorar.
Aunque el ser fotógrafo escénico pudiera ser apreciado como un proveedor más de ese producto artístico, la calidad de las imágenes y el uso que se le da a ellas determina el compromiso y vocación de este oficio, pocas veces se puede compartir con palabras lo que las fotos no dicen. Lo que todo este oficio significa: por qué y para quién lo hacemos.
Hay tantas dimensiones que descubrir atrás de una fotografía escénica más allá de lo que a simple vista se percibe. Somos cronistas que, a pesar de cualquier opinión personal sobre la obra registrada, siempre procuramos registrarlas de la manera más atractiva y contundente posible.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

Creo que la pandemia ha venido a trastocar mucho ese concepto de importancia que pudimos haber tenido del teatro. Ahora sabemos que no es esencial y que nadie va a morir por no hacer teatro o no ver teatro, pero las consecuencias no son inmediatas y requieren un análisis más complejo y elaborado; algo tiene que perderse, debe de haber un costo.
Creo que casi todos estamos convencidos que el teatro no morirá, muy probablemente se transformará pero responderá a las mismas necesidades de antes, pero en su materialización como producto tendrá que adaptarse y quizá con esas modificaciones muchos de esos agentes que participaban de la producción teatral lo abandonen o sean reemplazados por alguien más, como la rotación de personal en cualquier otra industria.
Habrá gente que de un nuevo impulso y ayude a repensar la producción teatral, pero también habrá muchos oportunistas que sólo buscarán reacomodarse para sobrevivir creando una dura competencia y poniendo en peligro la recuperación de públicos

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Hay mucha dependencia de las instituciones culturales públicas o privadas en la que los funcionarios abusan de su posición para beneficio personal o de sus círculos de privilegio.
Deben de cambiar los métodos para la asignación de oportunidades a través de apoyos, becas, temporadas, espacios para funciones o ensayos. Se asignan muchos ya sea por meritocracia o por la elaboración de proyectos “apantalladores” que cuando se realizan no cumplen con las expectativas y de cualquier manera sean buenos o malos los resultados alimentan la lista curricular de los creadores, creando un círculo vicioso.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Que puedan recuperar el convivio presencial de antes de la pandemia.
Que se den la oportunidad de revisitar a textos clásicos de todas las épocas.
Que se den la oportunidad de experimentar el ver y hacer teatro más “ortodoxo” y menos “contemporáneo”.
Que puedan reconocer sus zonas de confort y experimentar cosas nuevas.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

Es sumamente triste cuando tienes arraigada la experiencia presencial y la oferta de contenido en línea no la puede substituir. Sólo queda resistir y esperar.
No me despiertan mucho interés la oferta y la promoción de las “nuevas teatralidades a distancia” hay muy pocas excepciones que se revelan como verdaderas joyas de creatividad e ingenio que asimilan esta circunstancia y logran destacar. En verdad espero que la nueva normalidad no condicione ni a los creadores ni al público.
Quisiera volver al teatro sin que las medidas de sanidad alteren la experiencia de hacer o ver teatro como antes.

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Oficio: Fotógrafo, diseñador gráfico

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

El año de 2008 se llevó a cabo la XXIX Muestra Nacional de Teatro en Ciudad Juárez, Chihuahua y el Instituto Chihuahuense de la Cultura (ahora Secretaría de Cultura) me buscó para unirme al equipo de fotógrafos que llevarían a cabo el registro gráfico artístico de la Muestra, buscando crear una colección digna de una exposición fotográfica al final de la Muestra y un archivo de calidad para los archivos del Instituto Nacional de Bellas Artes. Tenía en ese entonces cinco años recorridos en el desarrollo de proyectos documentales y exposiciones a nivel estatal y nacional, experiencia que fortalecía la invitación por parte del Instituto, pero más que nada existía en mí un nuevo interés por las artes escénicas ya que siempre las he considerado la expresión artística más viva y cercana para la reflexión del ser humano. Retratar sus procesos y los destellos de emoción era algo que quería experimentar de forma profesional.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

Han sido ya once años ininterrumpidos de documentación teatral y el aprendizaje nunca termina al enfrentarse a la puesta en escena. Podría dividir esta respuesta en dos partes, la primera sería una reflexión antes de entrar a cada una de las obras, cada una es diferente y compleja de forma única ¿qué limitaciones tendré en esta obra? Soy consciente que la cámara en sí es un artefacto invasivo que tiene que ser utilizado con respeto para los creadores y el público. La segunda sería una idea más conceptual en cuanto a donde vamos con la documentación gráfica de las obras de teatro ante esta pandemia y la “nueva realidad»: ¿En qué nivel sigue siendo una prioridad la documentación fotográfica de las obras de teatro? Sin duda el valor de capturar la creación de los compañeros de teatro siempre será importante, pero quizá esta pandemia marca aún más los límites al acceso o inversión a la documentación fotográfica por cuestiones presupuestales.
(Anhelo) Compartir de nuevo el espacio creativo de un teatro ante grandes obras llenas de reflexión y aprendizaje. Sigo buscando esa otra gran puesta en escena que me haga llorar o reír como loco y que se quede conmigo para siempre por su mensaje y calidad.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Documentación, respeto, aprendizaje.
Quizá el sigilo que busco siempre tener en las butacas o donde me toque posicionarme para las fotos. Sin duda es algo que comparto con los demás compañeros fotógrafos, pero aquí vale la pena mencionar la diferencia entre la fotografía documental artística y la periodística, algunas veces mal hecha. Su conceptualización y producción son totalmente diferentes. La foto periodística busca dar la nota técnica de cierto montaje lo más pronto posible, desgraciadamente algunas veces no le importa adentrarse al mensaje en sí, no profundiza en la concepción de la historia y puede ser una documentación fugaz, a veces faltando al respeto al escenario y al público.
La documentación artística siempre trata de fluir con la obra, analiza el mensaje y respetuosamente lleva a cabo el proceso de registro con los menos clics posibles, respetando actores y público. Busca comprender lo más posible el mensaje de la obra para ofrecer una foto realmente sensible y llena de contenido estético y conceptual.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

El teatro adquiere ahora un valor aún más relevante, pero un gran reto también. Dentro de la inestabilidad económica mundial tiene que encontrar nuevas formas de llegar al público (bombardeado de contenido digital) con producciones dignas de sus creadores y quienes lo consumen. La pandemia ha destapado la cloaca mental del ser humano común y corriente que no sabía que tenía tanta oscuridad dentro de sí. El estar confinado con uno mismo ha resultado peligroso para la misma humanidad y eso el teatro debe reflexionarlo y compartirlo, para de nuevo ser parte del entendimiento social.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

El teatro nacional tiene ya muchos años experimentando con nuevos modelos de presentación y expresión artística, mezclando documentación, danza, canto, etc. Considero que a estas alturas del arte universal todo es válido siempre y cuando exista calidad y valor en el mensaje, respetando las bases de la creación artística y buscando un acercamiento al público en general; las “grandes obras” con mensajes rebuscados, escenarios atiborrados de elementos y personajes sin valor real, tienden a ser un desperdicio de inversión y alejan al público al no sentirse parte de la historia, se pierden de lo bello que es el ser “abrazado” por el teatro.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Un gran éxito encontrándose primero como un ser humano completo, capaz de expresarse lo mejor posible ante el nuevo mundo post pandemia, con todos los nuevos retos que ello significa.
Como creadores escénicos que busquen la pasión en cada uno de sus proyectos y se establezcan retos personales en cada una de sus experimentaciones.
¡También mucha mierda!

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

Afortunadamente hace unos días la compañía de Teatro Bárbaro aquí en Chihuahua encontró una alternativa en cuanto al desarrollo de las obras de teatro en un estacionamiento techado con buena ventilación y pudimos volver a disfrutar de un montaje -de nuevo alternativo- desde la comodidad de los autos con el audio transmitido por estación de radio local. Dentro de lo permitido por el semáforo de la pandemia, pude tener de nuevo el gusto de documentar una obra de teatro y ser parte de un respiro para el público que busca consumir algo diferente ante esta situación.
(Deseo) Que todos estemos bien y reflexionemos de nuestro encierro físico y mental, que honremos a los que se fueron con trabajo de calidad y nuestro mayor esfuerzo por ser uno con el otro.

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Ana Beatriz Martínez

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Ana Beatriz Martínez

34 años / México, Ciudad de México

Lugar principal de trabajo (País, estado, ciudad): Ciudad Cloaca

Oficio: Animal escénica

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Me marcó la sensación de poder desfogar mis propias inquietudes en escena. Tenía 14 años y estaba en la prisión juvenil N.58 también llamada secundaria técnica. Nos dejaron escribir un guión dramático y me apasioné un montón al escribir y actuar ese pequeño debrayé. Luego, en un rave un vago me dijo que había estudiado en un Centro de Estudios Artísticos, así que a pesar de que absolutamente nadie de mi entorno conocía esas escuelas y hasta me decían que no existían, mi mamá y yo llegamos a la puerta. Cuando se abrió, olí que eso era para mí.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

Anhelo ser nadie. Me parece que en estos tiempos tan envenenados de narcicismo, deseos de fama, éxito, premios y seguidores, ser nadie puede ser un lugar más potente para la creación.
Me siento atraída por la firma anónima, por la seudónima, por la colectividad que juega al cardumen y asusta al depredador más grande.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Hembrismo, colectividad, humor.
Y no creo que sea singular y distinta pero…
Crear en colectiva me atrae desde siempre (lo difícil es encontrar con quien jugar que no busque desesperadamente SER ALGUIEN).
Crear en equipas cien por ciento conformadas por nosotrAs. Un placer brutal que encontré hace apenas unos siete años, que nos permite poner nuestras inquietudes y rebotar la pelota con quienes compartimos experiencias que nos atraviesan la cuerpa.
Crear con humor para descolocar a media carcajada, también un placer encontrado hace no tanto mediante la fascinante cabareteada.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

La verdad no lo sé. Pienso que hay cosas más urgentes ahora mismo y que nuestra burbuja, léase con tono dramático-solemne, «de artistas», nos está impidiendo ver-experimentar otras formas tanto de vida como de la experiencia teatral y artística que ya se venían viviendo-haciendo antes, fuera de la hegemonía y la comodidad de lxs normales y adaptadxs.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

No sé si haya UNO, sin embargo al igual que el mundo, es patriarcal. Así que apelo a la destrucción del androcentrismo, el narcisismo y toda la blanquitud colonial que carga.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Que no pasen por la escuela, es más que la destruyan. Sé que esta declaración será nada popular ni bien vista, pero en mi experiencia la escuela es una fábrica de producción, y en estos casos: de «artistas», donde se eligen cuerpos y se estandarizan formas de hacer/pensar.
Nunca tuve un momento más heterosexual en mi vida que cuando estuve en la escuela de teatro tratando de ser ese molde de actriz (con sus tacones y su maquillaje haciendo la performance) que se nos proponía. Y sin embargo no contradigo la idea de que es necesaria una preparación, un estudio profundo, conocimiento de técnica y mucha práctica, pero todas esas cosas se pueden encontrar de forma más singular (de hecho, muchas admiradas lo han hecho por esos caminos: los no trazados, inventados, los fuera de la ruta) fuera de esas fábricas estandarizantes, nidos de violadores, acosadores y pedófilos. Por supuesto, hablo como me fue en la feria, pero sé que mi experiencia no es particular ni aislada. Es política.
Sori not sori.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

Deseo que dejemos de anhelar el pasado como si hubiera sido el paraíso. No lo era. Deseo que este tiempo sirva para problematizar todo lo que del sistema tenemos dentro de nosotras y empecemos a imaginar otras posibilidades. Yo no anhelo salas llenas.
Anhelo calles, teatro de cerros, teatro de balcones, teatro que se ve desde las ventanas, teatro de distancia… qué se yo, imaginemos.
Para mí lo importante está en plantear otras posibilidades, no en adaptarnos y mirar con nostalgia un pasado que tampoco era para todas.

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T3Y

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

T3Y

6 años / México, Ciudad de México

Lugar principal de trabajo (País, estado, ciudad): México, Ciudad de México

Oficio: Compañía de teatro

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Somos Te tres Y Griega, somos autonomía, somos un grupo de teatro independiente. Somos human_s, somos artistas, universitarias, somos hijas, brujas, madres, somos las que amamos a los hijos que no son nuestros, somos productoras de nuestro propio discurso artístico y de nuestro propio sustento, somos cuerpo continente de historias, sueños e ideas, somos testimonio de guerra y también de paz. Somos una bola de teatrer_s que piensan el teatro como un espacio de libertad, un espacio para comunicar su percepción del mundo y su sentir al respecto. Nacimos en la era del plástico y del consumo, aprendimos a reciclar la vida en todos los sentidos. Somos la estudiante, el pepenador, la contaminación, somos la igualdad, somos el equilibrio, somos la basura, el tiempo presente y también el pasado, somos el activista, el indígena, la persona privada de su libertad, somos el futuro, somos lo que nunca fue, somos todos, somos todas, somos la hermana que no cesa en buscar a su hermano desaparecido, somos huerfratas – Fragmento del Manifiesto T3Y, mayo 2019.
Dionisio nos hizo y nosotr_s nos juntamos. Somos el origen de una casualidad, de un encantamiento mágico, de una sorpresa inesperada, somos una pulsión curiosa e inquieta, sin querer fuimos y a fuerza de voluntad y amor seguimos siendo. Nuestra relación con el teatro es muy personal, es un abrazo consciente y constante; hacemos teatro para conjurarnos, para dar testimonio de quienes somos, de lo que podemos ser y hemos sido, hablando hemos aprendido a escucharnos y a entendernos. Jugamos. Todo el tiempo jugamos, y de este juego ha nacido nuestra poética como grupo. Cada integrante viene de caminos diferentes, pero nuestros rumbos coincidieron e iniciamos este camino llamado
T3Y en diciembre del 2014.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

Primero el gran qué luego el complejo cómo, siempre con el por qué intrínseco; ¿Cuál es la función del teatro en cada momento social e histórico? El ejercicio de hacer teatro trae de por sí muchas preguntas, tanto en su concepción filosófica como en su práctica; más ahora, en una era digital donde interactuamos con un público remoto y la fragilidad de la permanencia impera.
El anhelo se torna en realidades, el anhelo es seguir siendo, como dice Café Tacuba. Seguir investigando la escena y sus potencialidades discursivas desde nuestra realidad común, individual y en compañía.
La práctica va forjando los cuestionamientos, hoy más que nunca nos preguntamos cómo, por qué y para qué. Cada tiempo trae consigo sus propios retos, y como grupo, hacemos frente a esos retos cuestionándonos, todos los días la función de nuestro quehacer escénico.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Testimonio. Teatralidad. Tripié.

Habitamos nuestra poética desde el testimonio, la teatralidad y la digitalidad, con el fin de reconciliarnos con nuestro pasado y reciclar nuestras memorias en un espacio seguro, solidario y amoroso. La teatralidad, es el medio para compartir ese espacio íntimo; mientras que la representacionalidad, nos ha permitido tomar distancia para contemplarnos tridimensionalmente, para poder leernos las espaldas y decir lo que en ellas está inscrito, sus lunares, sus tatuajes, sus cicatrices.
Hacemos un Zoom en la mirada de quienes comparten nuestro lenguaje escénico/testimonial y agrandamos aquello a lo que queremos dar foco, mediante una cámara de video y una proyección de la imagen, potenciando el detalle, sin dejar de dar testimonio de los hechos, de quienes somos. La forma en la que buscamos hacer teatro tiene que ver directamente con las realidades que nos han permeado, darles voz a esas inquietudes, a esos mundos ocultos, todo a través del trenzado entre el testimonio, la ficción y el documento.
La cámara de video se ha vuelto un medio al que volvemos con frecuencia, es nuestro continente de testimonios, y creemos que investigar las potencialidades de este objeto, desde el primer montaje, nos ha permitido conservar esos vistazos y desarrollarlos en los montajes posteriores, pues siempre recurrimos, de una u otra forma, a la cámara y al tripié: de alguna forma se ha vuelto parte importante de nuestras exploraciones y ejecuciones, incluso se ha convertido en un sello que nos distingue. Esta familiaridad con las cámaras, los proyectores y los trípodes nos ha dado cierta pericia en el juego visual que gustamos de seguir explorando y compartiendo ahora en los medios digitales.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

El teatro expone aquello que está en crisis, hoy las necesidades expresivas y de consumo de arte han crecido de forma exponencial, hoy tod_s estamos en crisis. Necesitamos conmovernos, reír y estremecernos. Reflexionar. Confrontar. Perdonar. Observar un reflejo de nuestra historia, identificarnos, forjar un criterio. Necesitamos ser creadores y espectadores. Eso es lo que importa del teatro, o eso creemos hoy. Es importante expresar nuestra realidad, mantener ese reflejo humano recíproco. Hoy pese al distanciamiento por pandemia, y en busca nuevos espacios de creación, se han desarrollado otro tipo de lenguajes con temáticas específicas para estos. El teatro siempre está en estado de supervivencia, y hasta ahora siempre ha logrado sobrevivir.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

¿Cuál es la idea, que como sociedad mexicana en el 2021 tenemos del teatro, qué sí es, qué no, dónde se encuentra?

El teatro es más accesible de lo que a veces pesamos. El teatro está en todos lados, no está encerrado en un edificio, el teatro no es una estructura formal inmutable, sino todo lo contrario; el teatro es movimiento, es palabra y respiración, sonido y silencio. El teatro habita dentro de cada ser humano y es necesario hacer un ejercicio consiente para reconocerlo, para habitar ese estado y propiciar que otr_s también lo habiten, lo vivan. El teatro no es de quien lo hace y de quien lo ve, para que exista el teatro es necesario crear junt_s y eso, indiscutiblemente, es un acto de placer.
Por otra parte también debería haber una legislación que nos permita movernos en un territorio común que nos permita generar relaciones más horizontales y transparentes.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Como estudiante, tengo muy claro que estamos desarrollando poéticas muy propias de esta generación con particularidades que se orientan mucho hacia la salud mental, hacia la espiritualidad. Nosotros crecimos con la depresión y la ansiedad que generaron las redes sociales y ahora estas son nuestra realidad de todos los días. Me gustaría muchísimo que estas generaciones que vienen le den al teatro esa llama de sanación y de respiración, que encuentren su calma en esta disciplina y se conserve en la sociedad como algo de verdadera utilidad. – Alan Victoria Lara, aprendiz de T3Y
Claridad en todo lo que emprendan, que hagan todo aquello que les flipe; para empezar, les deseo ánimo, mucho ánimo, que logren agarrar fuerzas para continuar, de verdad, deseo que tengan el coraje de sostener su palabra ante la belleza de crear, porque se necesita más que discurso en este momento, se necesita mucho corazón y sostener eso, está cañón, pero es puro fuego y certeza, es lo que les deseo de todo corazón. – Abril Pinedo Díaz, actriz y colaboradora creativa
Generosidad, apertura y mucha curiosidad, que no pierdan la oportunidad de explorar y experimentar este quehacer que ha demostrado que tiene miles de líneas y posibilidades. Deseo que sean flexibles, que sean arriesgados y que sean entrones, este mundo es de los arriesgados. – Kenia Castillo Mendoza, asistente de dirección y producción
Que exploren y busquen las posibilidades que nos brindan los nuevos canales de comunicación, espero que en algún momento regresemos a las salas, pero que no se deje de lado esta posibilidad de las transmisiones virtuales, ya que es una extraordinaria opción de alcanzar públicos lejanos. – Mariana Chaveste Aguirre, productora
Después de una función en el Reclusorio Oriente el señor “S” nos dijo: “El teatro derriba muros y construye puentes”. Tomando esta frase como inicio, les deseo que imaginen esos puentes y que los construyan, que desarmen los muros que no les permitan ver más allá, que los dejan avanzar; y que logren reciclar esas piezas para construir nuevos puentes. Un puente es conexión, comunicación, lazo. – Tania Yabel Mayrén Degollado, directora artística, dramaturga y actriz

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

Antes que nada procuramos conservar la calma, aunque a veces es difícil; una vez logrado esto, nos sacudimos el miedo mutuamente; nos volvimos a inventar desde la autonomía y pusimos manos a la digitalidad. No me queda más, diría Selena.
Valorar el encuentro y reconocer la magia de la presencia próxima después de tanto tiempo remotos; sabemos que no vamos a regresar los mismos que se “detuvieron” en marzo del 2020, estamos mutando, volviéndonos anfibios, generando branquias digitales, hablándole de amor a una cámara de celular. Lo desconocido da miedo, el cambio asusta. Pero de las crisis se saca provecho, se crece; y volveremos más fuertes.
Post manifiesto:
Sí, somos huerfratas, pero nos encontramos,
hemos sobrepasado nuestros miedos,
hemos aprendido a confiar,
hemos confiado como fraternas.
Y confiamos,
Y nos sostenemos como un tripié Y nos confortamos Y nos derrumbamos
porque también necesitamos reconstruirnos, reconciliarnos, reciclarnos
para volver a ser cada día.
Y ya 🙂
(hasta ahora)
Gracias, Instantánea UNAM.
Con amor,
T3Y

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