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Autor: teatrounam

Víctor Rivera

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Víctor Rivera

30 años / México, Ciudad de México

Lugar principal de trabajo (País, estado, ciudad): México, Ciudad de México

Oficio: Actor, productor

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Recuerdo que cuando estaba en el Colegio de Ciencias y Humanidades, tuve una mala experiencia cuando fui a presenciar una puesta en escena de un texto de Jodorowsky, por lo que decidí nunca más ir al teatro. Afortunadamente la vida dio muchas vueltas y yo le di una nueva oportunidad a lo escénico. Hoy agradezco que eso hubiera sucedido porque pude ver montajes que cambiaron mi percepción de lo que era el teatro y me dieron ganas de vivirlo de una forma más cercana. Elijo carrera y me aceptan en la Licenciatura en Literatura Dramática y Teatro. En mis primeros meses de carrera vi El playboy del oeste del Carro de Comedias de la UNAM y al terminar la función recuerdo que sonreí y me dije a mí mismo: estás en el lugar correcto, ahora vívelo y disfrútalo.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

Las preguntas que siguen resonando en mi ser son muchas y van desde las clásicas ¿de dónde vienes? y ¿a dónde vas?, pero también ¿Qué deseo comunicar con mi quehacer teatral? ¿Qué quiero provocar en el espectador? ¿Qué quiero que el público se cuestione? ¿Qué temas quiero manifestar en escena?

Y anhelos, muchos: deseo fervientemente estudiar y/o hacer teatro en Alemania, explorar nuevas formas con diversas compañías, seguir aprendiendo de los demás, crear desde todas las caras del teatro y sobretodo deseo seguir en este barco por el resto de mi vida.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Disciplina, pasión, imaginación.
Para mí, el camino del teatro debe atravesar estas tres variantes, porque con ellas puedo llegar a crear galaxias enteras en este pequeño lugar que habito.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

El teatro constantemente está cambiando, está explorando nuevas formas, nuevas plataformas, nuevas vertientes. Actualmente estamos viviendo un tiempo extraordinario en el que nos hemos visto privados del convivio escénico, de lo presencial, del frente a frente; pero hemos desarrollado herramientas que, junto con la tecnología, nos han ayudado a hacer y ver el teatro desde otro punto de vista.
Aprender y aceptar también que el hecho escénico debe transformarse, porque eso también lo hace vivo.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

No sé si hay un modelo teatral como tal, pero lo que me gustaría es que las instituciones culturales dieran oportunidad a quienes hacemos teatro, que hubiera más espacios de exploración y creación, que todos los discursos tuvieran oportunidad de tener voz.
¡Que recuerden que afuera hay miles de personas que constantemente estamos buscando una oportunidad y que trabajamos desde diversas trincheras para lograrlo!

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

No solo a la siguiente generación, sino a todos los que hacemos y han hecho teatro desde hace muchos años: verdaderas condiciones de trabajo, un sueldo digno y mucha pasión para seguir haciendo teatro hasta el último día de nuestra vida.
Y les pediría que sigamos haciendo ruido, que sigamos gritando, que sigamos manifestándonos, que sigamos creando, que sigamos luchando para poder lograrlo.
¡Nunca dejemos de alzar la voz, así se nos vaya la vida en ello!

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

Sigo entrenándome, sigo aprendiendo, sigo educándome, sigo experimentando, sigo creando, sigo haciendo, sigo imaginando, sigo sintiendo, sigo pensando, sigo leyendo, sigo recordando, para que cuando volvamos a estar juntos, pueda compartir todo eso con cada una de las personas con las que trabaje y las que presencien esto que llamamos TEATRO.
Y que nos abracemos, nos miremos a los ojos y nos digamos todo eso que no pudimos decir durante mucho tiempo.

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Miguel Ángel López Delgado

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Miguel Ángel López Delgado

45 años / México, Puebla, Tehuitzingo

Lugar principal de trabajo (País, estado, ciudad): México, Ciudad de México

Oficio: Creador escénico

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Jajajajajajajajajajaja, pues recién saliendo de una crisis existencial a los 17 años mi búsqueda inconsciente me llevó a coincidir con una escuela de actuación y encontré en la formación actoral muchas de las respuestas que me estaba haciendo en ese presente.
De alguna manera me salvo la vida y me invito a reconciliarme conmigo mismo.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

Uuuuuuuuuuffffffff, es un cúmulo de muchas sensaciones, emociones y pensamientos que obedecen a mi naturaleza íntima y personal. Me lo pregunto justo en este momento y vaya que alimentan mi practica: ¿Para qué lo sigo haciendo? ¿Qué caso tiene continuar haciendo esto? ¿En verdad me es trascendental? ¿Soy feliz haciendo esto? ¿En verdad quiero envejecer haciendo esto? ¿Tengo algo más que hacer en esto?
Jiiiiijooooeeeeelaaaa…jajajajajajajajaja. Son dos muy claros, uno desde que estaba en la escuela:
Macbeth. Y el otro es concluir un proyecto teatral que tenemos mi hermano Carlos Felipe y yo.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Jajajajajajajajajajajajajaja, están chingonas estas preguntas.
Vida, muerte, amor.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

No tengo idea. A mí me inspira a seguir existiendo y para mí eso ya es fundamental.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Híjole, lo que me imagino me lleva a una utopía, por lo cual, y en el momento que estamos atravesando desde hace mucho tiempo, es imposible que se alcance.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Inspiración.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

Hoy es viernes 4 de diciembre y son las 22:16 horas. Hace unos días estrené Los empeños de un engaño, incluso tengo la fortuna de justo estar regresando de ofrecer una función con público.
Para mí, volver a estar en un escenario junto con mis compañeros y compartirlo con el público en vivo es una celebración.
Celebremos el tiempo que dure, porque todo parece indicar que nos volveremos a guardar.

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Omar García Sandoval

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Omar García Sandoval

38 años / México, Ciudad de México

Lugar principal de trabajo (País, estado, ciudad): México, Ciudad de México

Oficio: Profesor, investigador, actor, bailarín, psicoterapeuta

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Es fácil para mí responder esto, pero la respuesta no alcanza a ser precisa: cuando era niño, jugaba a que hacía «locuras» para que mis primos y hermanos me vieran, y no para que admiraran mi posible destreza o se asombraran con mi posible fuerza, sino para que les gustara, nada más, para que sintieran «algo», los primeros recuerdos sobre esto se remontan a mis escasos cinco años, luego supe (como a los once años, en la secundaria), que eso «se llamaba teatro».
Ya la iniciación pudo darse formalmente hasta mis quince años en la Preparatoria 3 en el grupo estudiantil de teatro; siento que, como que no inicié en la disciplina teatral, sino que soy Actor desde que tengo consciencia, porque no he sabido (gracias miles a Dios) cómo se siente no serlo. Y eso me lleva a responder que decidí dedicarme a la ejecución actoral teatral porque no tenía otro remedio más que ser yo mismo.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

Muchas inquietudes: ¿Cómo conseguiremos los y las ejecutantes actorales establecer novedosos criterios de codificación artística, sin el uso de otros lenguajes y con el uso de otros lenguajes? ¿Queremos y querremos conseguirlo? Y si es con otros lenguajes, ¿cómo sería con las Tecnologías de la Información y Comunicación?
El gran anhelo que contemplo es el de la LIBERACIÓN de todes las y los ejecutantes escénicos -particularmente de quienes somos Actores y Actrices-, cuyo movimiento ha dado inicio en Latinoamérica para el mundo: la Modernidad nos ha colocado en la inapropiada nomenclatura de intérpretes, ¡no somos intérpretes! SOMOS CREADORES, somos ejecutantes, somos constructores de discursos claros y definidos cuyos códigos son inherentes y suficientes al arte u oficio que practicamos.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Presencia presente teatral.
Desde hace quince años vengo realizando una investigación (artística, escénica y teórica) sobre la cualidad de Presente del Teatro, para ello realice estudios de maestría en Investigación Gestalt, impulso que sentí (estudiar Gestalt) desde que fui discípulo del Maestro Rodolfo Valencia en el Colegio de Teatro de la Facultad de Filosofía de la UNAM; si bien tenía el antecedente de mi preparación en licenciatura con mi maestro, al estudiar directa y profundamente Gestalt, se me abrió un panorama vasto sobre la fenomenología, la estética y el arte, esta condición de Presente ha cobrado dimensiones no esperadas y me ha llevado a formular distintos, diversos y diferentes planteamientos sobre lo que mi maestro llamó Especificidad del Lenguaje del Actor, inevitable y dolorosamente he tenido que avanzar sobre las vigentes y actuales investigaciones en Gestalt y además adentrarme en Neurociencias y en Ciencias de la Complejidad, y dejar las enseñanzas de Valencia en su propio contexto, para poder comprender lo que actualmente atravesamos los creadores actorales, todo esto se verá materializado (confío) con mi investigación doctoral, misma que está a un año de concluir en el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (en el DAVEI, Doctorado de Artes Visuales, Escénicas e Interdisciplina) que, en suma, trata del Lenguaje Actoral, fenoménica,
epistemia, arte y estética, cuyo vértice es lo que he llamado Presencia Presente del/a Actor/Actriz.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

La respuesta es inevitablemente política, porque es mi postura frente al mundo y con lo que al mundo me entrego. No sé nada más que Teatro, luego, desde la singularidad de mi oficio, la importancia es crucial, porque activamos la consciencia sobre el entramado de las circunstancias y las vicisitudes humanas, pero debemos entender esta consciencia no como una reflexión cognitiva, sino como una consciencia de la carne, esa que se asemeja al hambre, pero que no es hambre ni deseo nada más, sino un querer satisfacer la incógnita (lo que de cognitivo no alcanza a reconocer la cognición propia), esa es la consciencia a la que apunto; porque no se trata de atravesar una crisis pandémica global nada más, sino de cómo esa crisis activa políticas económicas y administrativas excluyentes y fascistas; el lenguaje teatral es crucial, necesario, para mí importante y crucial, para otros quizá no lo es.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Las hegemonías heredadas del siglo XX. A medida que actores y actrices tomemos consciencia y avancemos hacia la liberación de nuestro lenguaje, en tanto que sujetos políticos, epistémicos y – ¡claro! – artísticos, derribaremos las hegemonías teatrales del siglo pasado (epítome de la Modernidad), y, por fin, seremos los estructuradores de nuestro ser-en-sí, porque recuperaremos nuestro ser-para-sí, continuando con la apertura para dialogar y discurrir hacia la comunidad (ser-para-otro).

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

¡La liberación creativa!
Ojo… no la Libertad, esa pugna se consiguió y nos colocó en la categoría de intérprete (quien traslada un lenguaje a otro, donde inevitablemente la pureza y la originalidad siempre permanecerá en la
lingua franca o canónica).

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

Sigo investigando para la escrituración de mi tesis, y, como soy Actor, pues me pican los dedos por presentar mi oficio, he tenido la fortuna de que pude presentar funciones de mi trabajo en el Teatro de la Ciudad del Sistema de Teatros de la Ciudad de México; imparto actuación en la UNAM, en el Colegio de Teatro de Filosofía, entonces, sigo aplicando las nociones halladas al compartir conocimientos en clases a distancia con los alumnos y alumnas; sé muy bien y de primera mano que el oficio actoral puede aplicarse y dialogar con otros lenguajes, el cinemático, el televisivo, el video gráfico, etc.
También aplico en estos otros terrenos planteando cómo funciona con las Tecnologías de la Información; y, finalmente, respiro y tomo consciencia de la situación, acompañado de mis colegas actores y actrices cercanos y con quienes vamos preparando ya nuestro reencuentro.
Deseo que sea tal cual ha de ser, encontrándome con el/la otre para sentir-nos cerca.

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Horacio Almada Anderson

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Horacio Almada Anderson

55 años / México, Ciudad de México

Lugar principal de trabajo (País, estado, ciudad): México, Ciudad de México

Oficio: Director de escena, profesor de teatro

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Un día llegué a casa de José Luis Ibáñez -yo no sabía quién era- con Arturo Aldama, un amigo compañero de la preparatoria. Desde ese momento, un 18 de marzo de 1983 decidí, sin reservas y sin saber por qué, que me dedicaría al teatro.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

¿Qué hago ahora? ¿Qué necesita/quiere el espectador? ¿Qué quiero y cómo lo quiero? Si yo fuera el primer espectador, ¿qué quisiera escuchar/ver en este espectáculo?
Mi vocación por la docencia es tan poderosa como la de la actuación o la dirección. Quiero pasar lo que en mi vida me ha enseñado el teatro. Comunicar la pasión que implica, la disciplina que se requiere.
Anhelo un mundo con más teatro, que sea escuchado y visto por más espectadores, para que nos enseñe, nos muestre, nos revele… y seguir haciéndolo

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Pasión, disciplina, rigor.
Creo que la perspectiva de todo en la vida es particular y subjetiva. Uno puede dar lo que tiene, al final nadie lo tendría como yo (lo que tenga y comparta). Eso lo vuelve siempre particular, siempre único, si se juega con honestidad y humildad.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

Más que en ningún otro momento que me ha tocado vivir, es más urgente la comunicación, la identificación, la creación de comunidad.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Todo, todos los días. Así como cambiamos nosotros, como cambia la cultura que nos cobija, la realidad que -como el mar- siempre es el mismo, siempre re-iniciado.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Que lo hagan con entereza, con honestidad, con urgencia. Que se comprometan con la verdad y con los deseos de armar comunidad.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

Deseo que estemos juntos ahora. El teatro se transforma, puede cambiar, modificarse, reinventarse para estar unidos, para compartir espacios y tiempos. Para ser uno y poder ser otros. ¿Para qué esperar? Re-unámonos hoy.

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Isis García Estrada

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Isis García Estrada

42 años / México, Ciudad de México

Lugar principal de trabajo (País, estado, ciudad): México, Ciudad de México

Oficio: Productora teatral

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Inicié en el teatro en la preparatoria, jugando. En un principio decidí estudiar teatro guiada por mi intuición, cuando conocí más a fondo el mundo teatral, encontré mi lugar dentro de la producción.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

El anhelo es tocar los sentimientos o la conciencia de las personas. Me doy cuenta que para ello primero hay que ver a esas personas, conocerlas. Un anhelo grande en este momento es lograr que haya espacio para el desarrollo de las mujeres y que se acaben las violencias contra nosotras. Estamos es ese camino.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Buscando honestidad y autenticidad.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

Creo que solamente cuando las necesidades de salud, seguridad, alimentación, etc. están resueltas, entonces el teatro o el arte tienen relevancia. Como creadoras y creadores nos cuesta aceptarlo. El teatro no puede estar por encima de las personas. Esto no quiere decir que el teatro se quede de lado, pero es lógico que su frecuencia baje, que se alente. Suena a una buena oportunidad para realizarlo con más profundidad.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Una cosa que debe atenderse urgentemente es la precarización de las, los artistas, las condiciones de incertidumbre en las que vive la mayoría no son aceptables. Durante esta pandemia se ha visto claramente la vulnerabilidad en la que se encuentran muchas, muchos creadores y el nulo respaldo que les brinda el estado.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Que sean libres, que encuentren sus propios lenguajes. Que se logre valorar socialmente su trabajo. Les deseo, sobre todo, un mundo equitativo con las mujeres.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

Enfrento la emergencia con agradecimiento, la asumo como una oportunidad para parar y pensar, observar, ayudar, ubicar las prioridades y poner el teatro en su lugar. Cuando volvamos a estar juntas, juntos, espero que valoremos los hallazgos que hemos tenido al explorar las vías de expresión que ofrecen las redes y plataformas.
Me encantará poder seguir escuchando sobre los procesos creativos, los desmontajes, las charlas. Y poder regresar a estar juntas, juntos pero más cerca de la «compartencia» que de la competencia.

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Nydia Parra

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Nydia Parra

25 años / México, Ciudad de México

Lugar principal de trabajo (País, estado, ciudad): México, Ciudad de México

Oficio: Actriz, músico

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Siempre me imaginé en el escenario. Tuve la fortuna y oportunidad de pisar escenarios desde los tres años bailando, tocando instrumentos, cantando y actuando. Pasaron los años y llegó el momento de escoger una carrera, quería algo que me diera la posibilidad de aprovechar y explotar toda la danza y música que había practicado a lo largo de mi vida sin excluir ninguna disciplina.
El teatro me dio y sigue dando la posibilidad de hacer lo que me apasiona ya sea actuando, componiendo música para la escena, danzando y, últimamente, escribiendo para jóvenes audiencias.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

¿Qué más puedo seguir aprendiendo? ¿Qué nuevo conocimiento puedo emplear en el teatro? ¿Qué otras técnicas hay? Nunca dejar de aprender ni de entrenar el cuerpo, la mente, el alma.
Se me hace indispensable la búsqueda y el aprendizaje día a día para alimentar el ser creativo, tener herramientas para llevarlas a cabo con conocimiento y brindarle lo mejor al público.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Música, danza, sueños.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

Una importante ancla a la realidad tanto del creador como del espectador.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

El teatro está sufriendo muchos cambios extraños, ésta cuarentena fue un laboratorio de exploración de posibilidades. Espero que de esto surja un nuevo modelo nacional renovado, potenciado y que cautive a más público con una chispa llena de esperanza, que a pesar de las medidas de sana distancia nos acerquemos a las personas y que no nos alejemos más.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Más que deseo es una postdata: Cree, siente, vive tus sueños, trabaja en ti para poder llegar a los demás.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

Ha sido un encuentro conmigo misma, con las personas que me rodean. Es una nueva manera de leer la vida sin contacto físico, con cubre bocas y careta que tapan las «micro expresiones» pero dejan al descubierto «macro expresiones» que en algunos casos se ven incompletas o extrañas.
Estamos encontrando nuevas maneras de conectar físicamente con el otro y aprendiendo un nuevo lenguaje físico.
Deseo que encontremos un punto medio entre lo que era nuestra normalidad y los nuevos retos que presenta la situación actual y que podamos salir adelante apoyándonos unos a otros.

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Dorte Jansen

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Dorte Jansen

35 años / Alemania, Baja Sajonia, Hannover

Lugar principal de trabajo (País, estado, ciudad): México, Ciudad de México

Oficio: Investigadora, dramaturga

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

A los 19 años me operaron la rodilla y fue un freno inesperado. Justo había comenzado a estudiar mi Licenciatura en Enseñanza del Francés y del Español en Marburg, Alemania. Recién curada la cicatriz, una amiga me invitó a actuar en un grupo de estudiantes y presentamos en alemán Después de la lluvia de Sergi Belbel. Desde entonces el virus teatral no me ha soltado.
A continuación hice teatro en diversos lados, casi siempre con un cruce de idiomas y culturas: un taller de teatro en Sevilla (España), teatro en lengua española en mi facultad alemana y dos semestres en la facultad de
Arts de spectacles-théâtre en Montpellier (Francia). En 2010 fundé un grupo de teatro con estudiantes de francés en Alemania y descubrí mi gusto por la dirección. Ya en mi país natal me nació el deseo de escribir mis propias obras, pero mi primer intento fracasó. Ya habíamos comenzado a ensayar mi texto, cuando la misma amiga que me invitó a actuar años atrás se convirtió en la principal opositora de mi trabajo. Después viví unos tres años desconectada de mi pasión y la volví a descubrir hasta llegar a la Ciudad de México. Recuerdo a una persona que se burló de mí porque ningún texto mío (hasta entonces) se había quedado en Microteatro. Fue a partir de mi primer reconocimiento por Los güeros no me excitan que comencé a creerme mi papel de dramaturga y creer es crear.
Escribo y sueño en una lengua que no es mi lengua materna, pero que me conecta con mis emociones más profundas. El español se ha convertido en el idioma de mi corazón.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

Siempre me pregunto hasta dónde las artes escénicas son una verdadera necesidad. ¿Hasta dónde lo que hago está inspirado en una voluntad intrínseca y hasta dónde hago las cosas por reconocimiento? Cuando el motor es exterior se vuelve un motor pobre. En cada investigación, en cada obra de teatro, se requiere de pasión. Mis procesos más bellos fueron aquellos cuando sentí un cosquilleo o una inquietud que no me dejaba en paz hasta terminar la obra. En su mayoría mis escrituras han sido procesos de sanación: Sana, sana alita de murciélago, obra para niños para abrazar la amistad y la confianza; Acuña el de Laura Méndez, para disputar la idea del amor romántico; Los güeros no me excitan, para sacar enojo y rabia frente al patriarcado; Libélulas hembras, para sobrevivir la violencia de género en un país feminicida, Historias de carriolas, para luchar por un lugar digno siendo madre soltera; Amor para consumo inmediato, para criticar a nuestra sociedad “líquida” y a mí misma; Gerd loco: backstage de un maníaco permanente, para rendirle un homenaje a quienes viven con una enfermedad mental como mi padre.

Nuestra sociedad está enferma; la Covid-19 es un síntoma más en un planeta que lleva tosiendo desde hace mucho. (Olvidadas las islas flotantes de plástico, olvidada la carencia del agua potable, olvidado el cambio climático).
Mi anhelo principal en el teatro es seguir sanando juntos, reflexionar y volvernos seres más conscientes y empáticos.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Pariente de la familia de las (auto)ficciones.
En busca de una voz directa, honesta e íntima.
¿Una terapia grupal?

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

Coincido en que son tiempos de reflexión y de introspección, para detenernos. Por ejemplo, está ahí un David Gaitán que (por fin) encuentra tiempo para escribir/pensar/meditar e intercambiarse cartas con Gabino Rodríguez. Una Micaela Gramajo de repente comienza a estudiar alemán y a la vez regresa a la locura de ensayar tres obras al mismo tiempo. Una Nora Coss se encierra para avanzar en su segunda novela. Una Gabriela Román termina su tesis. Una Conchi León explora el teatro virtual en todas sus dimensiones. Una Valeria Fabbri gana un premio en el Helénico con Excepto un pájaro y experimenta en las formas híbridas: ni tele, ni teatro.
La Compañía Nacional tiene el privilegio de abrir los foros institucionales del INBAL. Surgen nuevas convocatorias y con ellas nuevas voces como la de Iliana Muñoz u otras más antiguas e incesables como la de Mariana Hartasánchez. Ahí están
Los habladores de David Olguín y Hombruna de Richard Viqueira. Se inaugura Teatrix. El teatro sigue, se transmuta, se reinventa. El teatro es ahora de quienes necesitan continuar.
El teatro ha sido siempre un pastel peleado, pero ahora lo es un poco más por la menor capacidad en los foros, las temporadas aplazadas, etcétera. A falta de espacios para representarse, ahora todo el mundo agarra la pluma y escribe. Quizás es un instinto de sobrevivencia, un “necesito volcar mi sentir en un algo”. Las redes sociales, más que antes, se han convertido en un escenario para exponer o exhibir la permanente productividad (intelectual y creativa). Las convocatorias se han llenado de textos, (¡pobres jurados!). Las voces se han diversificado y se siguen diversificando.
No obstante, este confinamiento ha agarrado a las madres de una forma especial. Nuestro enfoque está en los hijos, en el teatro de la vida, es decir, en la familia. Imposible seguir fabricando teatro, cuando la mayor obra está en casa: sacar adelante a los hijos.
En este preciso momento me encuentro más en una fase reflexión y no de creación. En estos tiempos poco previsibles para las artes escénicas me vuelven las ganas de investigar y analizar el teatro. La investigación es una tarea noble porque dirige la mirada hacia el otro. Es una actividad que se sale del ensimismamiento. En estos tiempos pandémicos me parece más vital que nunca que escuchemos al otro y que nos preguntemos: ¿Cómo te sientes? ¿Qué estás haciendo tú?

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Si nosotros estamos cambiando como sociedad, también el teatro se tiene que adaptar a estas circunstancias. La pregunta es cómo repartir este pastel peleado de manera justa. No tengo la respuesta. De hecho, siento que he escrito muchas recetas de pastel, pero no tengo horno para hornearlos, ni tengo el presupuesto para pagar los ingredientes. Cada vez me parece más importante crear condiciones dignas para los creadores. Puedo enseñar a escribir recetas. ¿Quién me enseña a hornear?

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Creo que algo que escribí en mi ensayo Feliz nuevo siglo de dramaturgas (2018) ya se está cumpliendo: la emancipación de los artistas. El que todos tengamos una voz y sepamos articularla, tanto hombres como mujeres. Un sistema teatral democrático.
Horizontalidad en la forma de relacionarnos. No deseo a nadie maestros arrogantes y humillantes.
Les deseo un medio con menos envidias y más trabajo en equipo.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

El encuentro con el otro no ha cesado, solo se ha trasladado. Entre tantos mensajitos a veces se nos olvida que podemos hacer llamadas. Los proyectos que pude acompañar u observar a lo largo de este año se tuvieron que repensar de pies a cabeza, sobre todo aquellos que ya tuvieron un compromiso con una institución por ser beneficiarios de alguna beca. Por ejemplo, Oscar Serrano Cotán sostiene: “De lo que menos quiero hablar ahora es de un hombre encerrado, kafkiano, ahora mi personaje tiene que viajar”. La pandemia hizo que Irene Repeto se confrontara al tema de la muerte y enfermedad tanto en España como en México. Su monólogo Mi hermana extranjera adquirió un tono más sombrío. ¡Se estrenó en Youtube! La cabaretera Leticia Pedrajo replanteó su unipersonal a última hora y lo adaptó por completo al formato audiovisual. De esta forma su espectáculo grabado Cómo deconstruirse del patriarcado y venirse en el momento queda disponible para la posteridad y eternidad.
El único taller al que pude asistir fue
Juego y Encuentro, principios de creación escénica para los primeros años impartido por Susana Romo. Se trató de un acto muy amoroso y cordial, en el cual se tejieron vínculos afectivos entre los participantes. Estos lazos afectivos son los que tenemos que seguir fortaleciendo entre los creadores.
Los pocos re-encuentros que he vivido en el teatro presencial fueron sumamente cordiales, cargados de cariño. Nos hemos extrañado y nos seguimos extrañando. He observado una mirada más profunda tanto en los creadores como en los espectadores. Como si nos valorásemos un poco más. El tener que renunciar a tantas cosas durante la pandemia nos ha hecho madurar y crecer. Para nosotras, las mamás, la cuarentena no representó una renuncia tan repentina como para otros. Desde antes hemos vivido en una cuarentena. En esta pandemia he tenido muy poca terapia, es decir, muy poco teatro. Deseo a las mamás que pronto recuperen su “cuarto propio” y que tengan otra vez el espacio y tiempo para desenvolverse en el quehacer artístico.

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Graciela Cázares Hernández

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Graciela Cázares Hernández

38 años / México, Ciudad de México

Lugar principal de trabajo (País, estado, ciudad): México, Ciudad de México

Oficio: Gestora cultural, productora de teatro

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

No vengo de familia de artistas. Curiosamente comencé a conocer las bellas artes, a través de mi estancia en un coro de iglesia. Ahí descubrí la música, el canto y el teatro. Para mí fue un encuentro revelador y que definitivamente me cambió la vida. Me ayudó a saber que quería a las artes en mi vida.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

Más allá de dudas, tengo certezas: No veo mi vida sin el arte. Creo en la importancia del arte en la vida de la gente porque nos hace otros seres humanos, nos da herramientas para ser mejores personas.
Trabajo por él, porque creo en su capacidad de transformación de la sociedad y del ser humano.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Honestidad, lealtad, pasión.
No me veo en el teatro sin estas tres cualidades. Creo que son necesarias para una práctica sana y un buen trabajo en equipo.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

Es mucha. Hoy en día nos dimos cuenta la importancia de las artes, no sólo del teatro, para llegar a la población, desde Netflix, hasta las clases en casa.
Las herramientas que tenemos y de las que nos hemos hecho hoy en día los creadores, no debemos dejarlas del lado, cuando las cosas «regresen a la normalidad». También tenemos que hacer valer la importancia de nuestro quehacer en la sociedad.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Creo que hay modelos teatrales para todos. Y que nosotros los vamos inventando o reinventado según sea el caso, que no podemos limitarnos a lo que está establecido, la pandemia nos vino a enseñar eso a punta de golpes. Entonces creo que jamás dejemos de inventar o crear.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Lo anterior: que jamás dejemos de inventar o crear. Que lo importante es llegar al público, crear nuevos públicos, que más gente se contagie del arte, pues de verdad transforma y ayuda a crear una mejor sociedad.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

Hoy en día presento una obra (presencial) que produzco, ese término que jamás pensamos que se diría hace tiempo.
El teatro es el contacto con el otro, sea digital o en vivo, así que lo que espero es que sigamos creando a pesar de la pandemia o de lo que venga. El mundo necesita del arte o estaremos perdidos como humanidad.

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