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Categoría: Instantánea

Gabriela Lozano

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Gabriela Lozano

47 años / Facultad de Filosofía y Letras, UNAM

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Mi gusto por el mundo del teatro y la danza surgió desde muy pequeña, sin embargo, no fue hasta nivel preparatoria que pude enfrentarme a mi padre que desde niña a cualquier manifestación artística le rechinaban los dientes, argumentando que eso era una pérdida de tiempo y de dinero.
Al escoger mi carrera en la UNAM, él ya no pudo hacer nada… pero le estoy infinitamente agradecida pues, aunque nunca comprendió mi decisión, jamás dejo de apoyarme.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

Al terminar mi carrera como actriz y directora en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, la vida me llevo a conocer activamente a mi comunidad y el mundo del teatro desde lo institucional: en el Centro Cultural Helénico como funcionaria y después trabajando con muchos directores ya consolidados, que me llamaron como asistente de dirección. Este período fue muy enriquecedor y gratificante. Sin embargo, nunca dejó de existir en mí la necesidad profunda de contar, desde mi óptica, las historias que a mí me conmovían e interesaban. Y aunque durante este periodo me di los espacios para hacerlo, hasta hace algunos años la tarea como directora y productora de mis propios proyectos se apoderó de la totalidad de mi tiempo y mi energía.
Y la única pregunta que me mueve a seguir en mi quehacer escénico es: ¿Cómo hacer que mis sueños, sensaciones y emociones puedan traducirse escénicamente para generar en el otro algo que lo conmueva e inspire?

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Vivir mis sueños.
El teatro es mi forma de vivir, expresar y transformarme en la eterna tarea de ser un mejor ser humano. Yo no creo ser una artista, me considero un artesano, aquel que conoce su oficio y trabaja mucho con un grupo de personas que tienen intereses similares para lograr contar una historia conmovedora y que inspire al que la ve y escucha.
Es un trabajo de equipo en el que todos aportamos algo y puede ser un trabajo muy divertido y gratificante.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

Este momento es de incertidumbre e introspección. Creo que mi tarea principal ha sido cuestionarme personal y socialmente muchas cosas.
No sé qué va a resultar de este cuestionamiento, pero quiero pensar que saldremos transformados y nuestra visión del mundo y de lo que significa habitar este tiempo y cada espacio será otra. Así como el valor de cada acto y cada gesto tendrán dimensiones y significados distintos.
Habrá que re-configurar nuestro estar en este mundo y re-valorar cada cosa desde otra óptica. El teatro, como eterno espejo de la vida, tendrá la tarea de reajustar los filtros para contar historias desde una nueva y re-configurada visión.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Yo no considero que el modelo teatral, entiéndase “público observando un hecho escénico” tenga que ser modificado.
Será un proceso de adaptación lento y cuidadoso, tendremos público con tapabocas y con distancia entre cada asiento, pero deseo que con el tiempo la cercanía y el contacto humano retome su curso natural.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Ha sido palpable ver que las nuevas generaciones de hacedores de teatro han tomado un modelo de trabajo mucho más horizontal y me parece excelente.
Cuando yo inicié en este mundo las jerarquías eran muy marcadas, era algo que a mí no me gustaba, pero había que jugar el juego bajo esas reglas. Hoy percibo las tareas de cada integrante con el mismo valor y sin ego. Lo que importa es el resultado y ahí el teatro se fortalecerá, en la unión y la equidad.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

En cuanto a mis deseos para el día que regresemos al teatro: no puedo responder nada claro pues depende del día que vivo; como puedo tener sueños alegres y optimistas como puedo tener un día con una visión muy pesimista… Por lo que me gustaría compartir lo que dice el Maestro Eugenio Barba que me parece inspirador y un gran deseo: “Puede ser que la pandemia sea un regalo de los dioses y corresponda al trastorno que representó la fotografía para los pintores, y el cine para los teatreros al comienzo del siglo XX, con el consiguiente descubrimiento de inimaginables funciones y expresiones artísticas. Puede ser que la pandemia sea el presagio de una vuelta a la humildad, a la esencia y a la potencialidad interior de nuestro oficio. Tengo una única certeza: el futuro del teatro no es la tecnología, lo es el encuentro de dos individuos heridos, solitarios, rebeldes. El abrazo de una energía activa y una energía receptiva.”

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Eduardo Ruiz Saviñón

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Eduardo Ruiz Saviñón

70 años / Cuernavaca, Morelos

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Vengo de familia de Teatro. Mi hermana, Rosa María Saviñón, estuvo en el movimiento llamado Poesía en voz alta.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

Continuar con mi carrera unos 5 años y lograr instituir el Radioteatro.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Es una realización personal.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

Las de siempre, ser un espejo de la realidad.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Que existieran más foros y tomar todos los Teatros del gobierno para lograr un real movimiento teatral y quitar el teatro comercial de estos teatros.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Que sean menos y mejores y más preparados y que tengan más apoyos.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

Hacer de veras un Congreso Teatral Nacional y encontrar las soluciones en conjunto.

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Macedonio Cervantes Mejía

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Macedonio Cervantes Mejía

67 años / Guanajuato

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Haciendo utilería para algunas obras de la UNAM decidí dedicarme a la construcción porque es un aprendizaje constante.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

¿Cómo mejorar los procesos de fabricación de las escenografías?
Anhelo que las artes escénicas fluyan ágilmente en todos los procesos de producción para poder lograr la mejor realización posible.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Construcción de escenografía.
Siempre construir lo mejor posible.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

Es una forma de educación y comunicación para el público que asiste al teatro.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Incremento de inversión para cuestiones escenográficas.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Que trabajen duramente para lograr un buen diseño de escenografía que exprese lo que desean comunicar.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

Enfrentó la emergencia desde casa, aislado. Que todos los proyectos se organicen para que se presenten de nuevo y de manera que puedan convivir entre grupos.

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Miguel Ángel Gutiérrez

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Miguel Ángel Gutiérrez

45 años / Ciudad de México

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

El dibujo me condujo al diseño. El diseño se abrió al movimiento, a la búsqueda animada. Siempre quise ser animador en medios audiovisuales (dibujos animados, stop motion). En el camino me encontré con los títeres. En ellos descubrí la forma de animación más antigua. Los títeres me llevaron al teatro.
El teatro de títeres y formas animadas resumía todo lo que me interesaba: dibujo, imagen, materia, luz, movimiento, sonido, historias, convivio, misterio, vida…

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

Algunas son las mismas de siempre: ¿por qué? y ¿para qué? A veces se confrontan, a veces se vacían. La mayor parte del tiempo se transforman. Pero al final siguen intactas, mirándome inquisitivamente a los ojos y al corazón.
Los anhelos se acercan cada vez más a sentir en la práctica una noción de cercanía con la otredad, con la(s) comunidad(es), con la humanidad…

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Alma-cuerpo-objeto.
El hecho de «hacer mentir a la materia» cual artesano, es una singular manera de habitar la ficción. Compartir los universos espacio-temporales de los individuos y de los objetos, sin distinción o racismo, es una práctica más cercana a la de un demiurgo o un observador devoto, que a la de un ser pragmático o realista.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

La misma que la de los ancianos y los niños en las sociedades modernas.
El sistema miope en el que vivimos quiere desaparecerlos o nulificarlos, pero son ellos quienes poseen la memoria y la semilla de lo imperecedero, lo fútil, lo verdaderamente inútil a los ojos del mundo actual y por lo tanto lo más cercano a la verdad…

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Si lo hay (un modelo teatral), el dejar de serlo para que puedan florecer sin obstáculos las distintas maneras de hacer y vivir la teatralidad.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Que sigan su instinto para no ser réplicas de otras voces. Que logren ser realmente independientes del Estado y que puedan vivir de lo que aman.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

Este momento lo vivo tratando de avanzar en las tareas propias de la soledad dentro de mi oficio; echando a perder, experimentando con ideas y proyectos que había dejado de lado por la saturación del quehacer cotidiano. Escuchando a mis hijos crecer. Creo que esta pausa obligada puede hacernos retumbar de tal manera, que al salir del encierro, de nosotros dependerá el seguir habitando el mundo de la misma manera, o intentar encontrar otros caminos y buscar otras verdades.
Desearía que podamos sentirnos realmente cerca y actuar en consecuencia…

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Carolina Jiménez Flores

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Carolina Jiménez Flores

45 años / Ciudad de México

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Estudié la Licenciatura en Escenografía porque me interesaba acercarme al diseño de espacios efímeros. Decidí quedarme porque me he vuelto adicta a la creación efímera a través de procesos que pueden comprobarse y renovarse constantemente.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

¿Qué estamos ofreciendo al público? ¿Cómo ser lo suficientemente clara? ¿Cómo conjugar lo bello con lo significativo?
Mi anhelo en las artes escénicas es generar una diferencia que mejore las condiciones y genere procesos replicables a través de la docencia.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Desahogo, tenacidad, descubrimiento.
Disfruto hacer teatro y me gusta compartir ese estar con mis compañeros de creación.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

Como siempre, debe ser una guía para tomar decisiones y, sobre todo, ofrecer preguntas.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

No creo que exista ni que deba existir un modelo teatral en relación con lo artístico, sin embargo, creo que se debe generar un modelo de diseño teatral que permita que esta oportunidad se aproveche para encontrar un teatro diverso, pero sobre todo, libre y auténtico.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

No perder la sorpresa, la honestidad y la posibilidad de mirarse en los ojos del otro.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

Deseo que seamos diferentes, más generosos y con más empatía.

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Tenzing Ortega

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Tenzing Ortega

36 años / Ciudad de México

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Mi madre es titiritera, es lo primero que siempre digo, pero la verdad es que mi madre es maestra de jardín de niños, mi madre es cuentacuentos, mi madre es escenógrafa, mi madre es pintora y escultora.
Sé lo tengo que agradecer a su constante estimulación y búsqueda personal que, en algún momento, cuando no llegaba ni a los 15 años, me empujó junto con Raquel Bárcena a subirme a un minúsculo templete donde las luces se manejaban con
dimmers de pared para dar función de una obra que ya había visto una veintena de veces y que iluminé por 30 o 40 funciones después de eso. Ahí me picó el bichito y aunque durante muchos años pretendí decantarme por la arquitectura, el teatro tiene sus formas de seducirte. El teatro y mi madre, que no dejó de direccionarme hacia el escenario ya sea cuando encontró el Centro Andaluz de Teatro en Sevilla, España donde cursé estudios técnicos en iluminación, o cuando casualmente dejó el tríptico del Centro de las Artes entre mis cosas.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

¡Demasiadas! ¿Qué quieres decir con esto? ¿Qué hay de ti en lo que estás haciendo? ¿Qué pensarías como espectador al verlo en escena?
Incluso antes de realizar me he llegado a preguntar ¿Vale la pena matar árboles para realizar eso que diseñaste? Y muchas veces he vuelto al boceto después de respondérmelo. Pero es verdad que mientras más tiempo pasa y más proyectos van quedando en el tintero es imposible no preguntarme ¿qué hay para mí en él? y no sólo en el montaje a diseñar, sino en el teatro en general. Ya he tenido mi racha de desilusiones y me ha llevado a buscar en lo que hago algo más que presupuesto para diseños monumentales o actores taquilleros, prefiero un texto que tenga algo que yo quiera decir, un director con el que pueda ser cómplice y un equipo de trabajo donde existan amigos más que colegas.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Pesimista lumino-escénico.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

El teatro es comunión, es reflexión, es cuestionamiento y abstracción, todo esto será necesario en la reconstrucción de la normalidad, llegará el momento que nos sentemos en la oscuridad de la butaquería y olvidemos que algo sucedió; será trabajo del teatro recordárnoslo también si es que se comienza a olvidar.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Más que cambiar creo que lo que tendría que hacer es re-enfocarse, si algo ha quedado más claro que nunca es que la disparidad económica, educativa, moral y social nos afecta directamente a todos, aunque nos creamos seguros en nuestras micro esferas.
El teatro debe salir de los edificios teatrales para acercarse a la gente de a pie, y no quiero decir con esto que el teatro de edificio deba dejar de existir, sino todo lo contrario, para que éste exista tiene que existir un teatro para todos, un teatro que reconstruya comunidad y empatía.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Que siempre tengan escepticismo y autocrítica.
Que no frivolicen gratuitamente.
Que encuentren el nexo entre especialización y obsesión.
Que encuentren qué es lo que ellos quieren decir personalmente y también que puedan decir cuándo ya no quieren hacerlo.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

Parte del trabajo de un diseñador involucra un proceso de interiorización que demanda grandes cantidades de tiempo alejados del mundo, o por lo menos para mí es necesario el anacoretismo funcional, creo que en cierta forma es un deseo cumplido el tener tiempo para dedicarle a mis aficiones y obsesiones.
Es un ejercicio de paciencia y control el entender que al final de todo esto veré, abrazaré y besaré a quien no he dejado de mensajearme un solo día, me reencontraré con mis amigos y volveremos a hacer teatro.

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Javier Malpica

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Javier Malpica

54 años / Ciudad de México

 

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Inicié montando obras de teatro con un grupo de amigos. Primero montábamos obras de autores clásicos, después junto con mi hermano di el salto a convertirme en el creador de los textos que llevábamos a escena. Y desde ese momento decidí que quería seguir por ese camino. La posibilidad de ver a tus propios personajes materializarse en personas reales, así como el proceso creativo que exigía el trabajo de muchos cómplices, me hizo enamorarme del teatro.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

Mis motivaciones como dramaturgo están ahora orientadas en los alcances del diálogo y la palabra para materializar mundos y personajes complejos. Estoy en la búsqueda de lo mínimo en lo escénico y lo máximo en lo imaginario.
Mi principal anhelo es poder llevar a escena tanto texto como pueda escribir y conectar con el público, provocarlo y emocionarlo.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Buscar lo entrañable.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

En cada momento de crisis considero al teatro como el arte más crítico y capaz de llevar a la transformación del mundo, a partir de la transferencia que consigue con los espectadores.
Actualmente las crisis sanitaria y económica nos exigen preguntarnos cuáles son los caminos que debemos seguir como sociedad para superarlas.
El teatro siempre es capaz de incitar a la reflexión y a provocar a los creadores y al público a cambiar y mejorar el sistema en que vivimos.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

La primordial necesidad del teatro, así como de todas las artes escénicas, está en la existencia de un público.
El verdadero cambio en el modelo teatral institucional sería aquel que permitiera la creación de públicos fieles y abundantes, de modo que el teatro sea una necesidad para la sociedad y un producto sustentable para sus creadores. Los caminos para lograr esto tal vez estarían definidos a partir de una correcta dirección del presupuesto destinado a las artes escénicas, para que en lugar de que éste se destine en la producción de montajes (a veces excedidos) sea posible garantizar las salas llenas y las temporadas duraderas.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Que el modelo teatral permita la inclusión de todos los creadores teatrales, sin que por ello signifique entrar en una competencia descarnada.
Deseo que haya sitio de trabajo para todos.
Deseo que cada actor, dramaturgo, director, escenógrafo, etc., pueda encontrar un lugar de expresión.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

Mi modo de enfrentar la cuarentena es a partir de la creación. No necesariamente escribiendo de modo emergente sobre el momento histórico actual, pero si expresándome en textos que sean factibles de llevarse más adelante a escena.
Mi principal deseo es que la crisis económica que será provocada por esta pandemia, no obstaculice el quehacer teatral, que los viejos proyectos sigan adelante, que no se corten presupuestos, ni se rompan compromisos. Y que si cambiamos sea sólo para bien del crear más y mejor teatro.

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Emma Dib

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Emma Dib

55 años / Ciudad de México

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Siempre quise ser actriz. De niña había participado en obras de teatro escolar y mi madre me llevó al teatro. El impacto de esas experiencias fue contundente para mí. Pero no fue sino después de dos años de haber terminado la carrera de Pedagogía en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, que tomé la decisión.

Considero que llegué justo cuando estaba preparada. Tenía que vivir tres acontecimientos fundamentales en mi vida: Primero, estudiar pedagogía con grandes maestros -mujeres sobre todo- transitando este camino en un equipo de trabajo muy interesante. Segundo, y al mismo tiempo, ser Consejera Técnica Alumna de la Facultad y formar parte activa en el Movimiento Estudiantil del 86, dentro del CEU, Consejo Estudiantil Universitario. Y el Tercero, que catapultó mi decisión, fue trabajar dos años en Educación Tecnológica y Educación para los adultos, eran interesantes, pero no estaba en mi sitio. Estas tres experiencias me permitieron aproximarme a mí misma, a los otros y a un propósito de vida de un modo que no había conocido, intenso, profundo, solidario y comprometido, excepcional. Entonces, me di a la tarea de ver dónde podía estudiar.

«Pero ¿qué estoy buscando? -me dije- tengo que ser una actriz universitaria, si no es en la Facultad -tenía que tomar distancia-, será en el Centro Universitario de Teatro». Recuerdo en mi primera entrevista, cuando Julieta Egurrola me preguntó ¿por qué actuación?, le contesté «no puedo dejar pasar más tiempo». A pesar de que ese proceso fue de un alto nivel de exigencia en todos sentidos, me sentía muy bien. Entonces, recuerdo haberle dicho a mi madre, «estoy en el camino, pero si no es aquí será en otro lado» y cuando me aceptaron le dije «estoy en el camino y estoy en el lugar». Desde entonces el Teatro es mi trinchera y la actuación mi compromiso vital.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

¿Estoy siendo consecuente con lo que siento, quiero y pienso? ¿Estos tres aspectos están en armonía o no? ¿Qué tengo que hacer para encontrar un equilibrio?

Creo que mi anhelo fundamental es aspirar a un crecimiento y un aprendizaje continuos, constantes y consistentes en el Teatro, en lo ontológico, mi ser actriz, en lo axiológico, mi ethos profesional y en lo poético, en mis procesos creativos.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Actuación, pedagogía e investigación, tanto del proceso escénico como del proceso pedagógico.

En mi devenir, he tenido la fortuna de aprehender al lado de grandes maestros y grandes compañeros, tanto en la Pedagogía como en el Teatro, porque a pesar de que cuando inicié en el segundo, en un proceso de autoafirmación medio ingrata e ignorante, quise olvidar y dejar por completo a la primera, pero fueron precisamente dos grandes maestros de teatro quienes me lo impidieron: Esther Seligson y José Ramón Enríquez. Entonces, considero que si en algo es particular mi manera de habitar el teatro es el cruce de ambos caminos. Además de que provengo de una familia muy numerosa y eso me ha hecho entender, vivir y valorar desde siempre, a veces a trompicones, la importancia del colectivo. Por esto último es que, a pesar de que he cometido varios errores en mi vida, creo que soy una persona que tiende a mediar y a cooperar más que distanciar y competir, sin que por ello haya dejado de plantear mi posición.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

El Teatro es una de las manifestaciones artísticas más complejas del ser humano. Es un arte que congrega, concilia y confronta. Es un espejo de la naturaleza humana en toda su dimensión, desde la parte más luminosa hasta las zonas más oscuras.

Tiene el poder de develar y revelar hasta los rincones más intrínsecos del ser, no por nada ha sido referente de la Filosofía, la Literatura, la Sociología y la Psicología. Es la unión de los contrarios, es -como dijera Ludwik Margules- una militancia, yo diría vital, poética, estética y discursiva. Es pasión y es vida.

Es y ha sido siempre imprescindible porque es liberador y propicia la consciencia de lo que somos y de lo que somos capaces de pensar, sentir y hacer. En momentos como éste, tan abrumadoramente difíciles, su ausencia de los escenarios ha evidenciado la necesidad invaluable de su presencia, porque en su cualidad efímera, es un presente que deja huellas indelebles.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

No sé bien a bien qué significa «nuestro modelo teatral». Yo creo que no existe una forma sino varias de aproximarse a y hacer teatro y esto es muy sano, porque abre la posibilidad del diálogo.

Por otro lado, me parece que el Teatro está siempre en constante cambio y nosotros tenemos que estar a la altura de las circunstancias, si no es así, no es él, sino nosotros quienes nos estamos anquilosando.

Estos tiempos nos están enseñando, desde mi punto de vista, que es fundamental que no pierda su esencia viva del presente in situ, pero que puede dialogar, sin que esto se vuelva una condición, con los nuevos lenguajes que ofrece la virtualidad, como en otro tiempo ha ocurrido de maneras muy afortunadas con el cine.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Que desplieguen todo su potencial con determinación, pero con humildad, respeto y agradecimiento tanto al Teatro como a todos aquellos que les han antecedido, porque si bien pueden tener -y es deseable- posiciones distintas, innovadoras y hasta opositoras, pueden andar y generar nuevos caminos gracias a todo lo que se ha sembrado con anterioridad.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

Digamos que estoy tratando de prepararme para el reencuentro vivo e inexorable del acontecer vital del teatro. Extraño mucho las presencias, la experiencia cuerpo a cuerpo con el otro, pero trato de valorar estos momentos en su carácter excepcional e intento acompañar y sentirme acompañada por mis familiares, amigos y colegas, ya sean docentes, estudiantes y compañeros de montaje en esta dura batalla contra el virus. Estoy segura que algo tenemos que aprehender y escuchar de la Naturaleza, del otro, de lo Otro, del Teatro y de nosotros mismos.

Cuando volvamos a estar juntos espero que hayamos aprehendido lo que a cada quien nos toca y hayamos pasado por una «metamorfosis» que nos haga mejores seres humanos y mejores personas de Teatro.

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Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Antonio Salinas

44 años / Ciudad de México

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Tuve la suerte de estudiar el Bachillerato de Arte y Humanidades en un Centro de Educación Artística del INBA, ese fue mi primer acercamiento al arte. Tenía la disyuntiva de estudiar danza o teatro. Y gracias a una intuición y a la orientación de mis maestros hice primero la carrera de bailarín en la Escuela Nacional de Danza y luego la de actuación en la Casa del Teatro. El cuerpo tiene un tiempo y era importante darse prisa para aprovechar al máximo las posibilidades corporales. Ahora me encuentro muy contento fluyendo de un lenguaje a otro.
Pienso que uno se dedica al teatro por un contagio luminoso. Un día ves alguna obra que incendia tu mente, cuerpo y corazón y quieres ser parte de ese incendio. Ese fue mi caso, vi danza y teatro que me cautivaron. Conocí artistas multidisciplinarios que me inspiraron a crear obra y pensar el arte como una profesión compleja y respetable. Yo me dedico al teatro porque ante todo me provoca un enorme placer.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

La más importante para mí tiene que ver con el milagro y misterio del lenguaje. Los seres humanos hemos desarrollado complejas estrategias y herramientas para comunicarnos, para hablar de lo que inquieta nuestra razón, nuestro sentido de justicia, nuestro malestar emocional y lo sublime que es pensar la vida en sí. ¿Cómo estructurar el lenguaje escénico rompiéndose a sí mismo a la vez que toca al espectador? Para mí el final último del teatro es tocar.
Hay algo que a mi entender ningún arte puede lograr tan claramente como el teatro y es lo que denominamos ficción. La naturaleza puede aludir al canto, a la danza, la plástica e incluso a la arquitectura. Pero el concepto de ficción, según yo, solo pertenece a los seres humanos y eso me apasiona.
De ahí que mi anhelo por vivir en las artes escénicas es tocar y ser tocado. Hacerme y hacer sentir que la vida corre por nuestras venas. Uno hace y va al teatro para matar al monstruo del aburrimiento y recordar que está vivo y que vale la pena vivir.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Esas tres palabras más que una descripción, son un constante deseo: Prenderse en llamas.
Todos mis trabajos tienen implícita una pregunta que tiene que ver con los límites y bordes del lenguaje. ¿Cómo se transita entre la palabra y la acción física por ejemplo? ¿Cómo dialoga lo clásico y lo contemporáneo?

¿Cómo se relaciona lo real y la ficción?
Tuve una formación multidisciplinaria y eso me disciplinó de una manera que valoro y al mismo tiempo trato de romper constantemente. No sé si eso me hace singular porque muchos artistas nos estamos haciendo la misma pregunta. Sobre todo en una era donde lo tecnológico lo atraviesa todo.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

El teatro ha sido importante por diferentes razones a lo largo de la historia, hoy me parece que es una especie de resistencia de la experiencia de lo vivido y presencial frente a una sociedad que se torna cada vez más virtual. Actualmente podemos reconocer y entender más o menos la importancia de ambas.
Hoy día es importante porque NO es posible dadas las condiciones de pandemia mundial. Y los “NOs” tan exacerbados derivan en “SIs”.
Hacedores y espectadores, de manera forzada y en algunos casos obligatoria nos tuvimos que encerrar y en algún momento tenemos que ponernos a pensar en qué queremos, quiénes somos, a dónde vamos. Este forzamiento por supuesto que provoca tensiones que generan más preguntas efervescentes que sin duda encontrarán posibles respuestas en el teatro, el arte, la ciencia, la política y un extenso etcétera.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Es una pregunta muy difícil de responder porque vivimos en un país muy grande, con muchos tipos de teatro y por lo tanto múltiples modelos posibles.
A cada lugar que he tenido la oportunidad de viajar le pregunto a los hacedores de teatro sobre las ventajas y desventajas del modelo que usan para crear y todos en muy diversas partes del mundo tienen las mismas quejas, todos creen que sus modelos son perfectibles y que dejan a alguien fuera.
He observado que cada gestión cultural mal o bien trata de incluir a los más diversos tipos de arte, pero ha sido imposible incluirnos a todos.
Lo que pienso que tenemos que revisar, es el modelo de mundo en el que vivimos.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Que sean muy felices haciendo teatro, parece una obviedad pero a veces no lo es. Les deseo que conserven su espíritu de cuestionar los paradigmas antiguos de éxito, de ser hombre, mujer, artista y más.
Y que tengan mucha fuerza, amor y valor de vivir un mundo que está cambiando de manera vertiginosa.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

Extraño ya estar en el teatro, dando funciones, trabajando en el salón de ensayos, dando clases.
Es muy fuerte, pero comprensible dada la coyuntura no poder hacer la actividad para la que te has preparado constantemente toda tu vida porque tienes la esperanza de que el teatro le hace bien al mundo.

Pero hoy estar juntos es peligroso y eso impacta de manera muy resonadora en la mente de hacedores y espectadores. Por lo tanto, implica ser muy creativo para mantener la calma y la conexión con la gente que amas y aprecias profesionalmente.
Deseo que cuando volvamos a estar juntos valoremos nuevamente la presencia. El estar unos frente a otros disponibles para compartirnos. Mi deseo utópico es que no solo los hacedores de arte en todas sus áreas reactivemos la actividad cultural, si no que el público haya reclamado para que se abrieran prontamente los teatros porque es importante y porque todo esto ha pasado.

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¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

¡Realmente fue el azar!

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

Producir Hamilton algún día.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

La producción es el eje comunicador entre los creadores y el público.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

El teatro cuenta historias, nos ayuda a vernos y ya escribe nuestras experiencias en este difícil momento desde ahora.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

La separación entre el llamado teatro subsidiado y el comercial. Ambos nos retroalimentamos.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Que nunca pierdan de vista al público.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

Desde el Colegio de Productores estamos trabajando de la mano de autoridades para crear estrategias que permitan la supervivencia del sector y de la infraestructura teatral; los espacios y la gente que labora en ellos.
Espero que el regreso sea gozoso, extenso y que el teatro sea de nuevo un espacio seguro para todos.

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