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Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Tenzing Ortega

36 años / Ciudad de México

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Mi madre es titiritera, es lo primero que siempre digo, pero la verdad es que mi madre es maestra de jardín de niños, mi madre es cuentacuentos, mi madre es escenógrafa, mi madre es pintora y escultora.
Sé lo tengo que agradecer a su constante estimulación y búsqueda personal que, en algún momento, cuando no llegaba ni a los 15 años, me empujó junto con Raquel Bárcena a subirme a un minúsculo templete donde las luces se manejaban con
dimmers de pared para dar función de una obra que ya había visto una veintena de veces y que iluminé por 30 o 40 funciones después de eso. Ahí me picó el bichito y aunque durante muchos años pretendí decantarme por la arquitectura, el teatro tiene sus formas de seducirte. El teatro y mi madre, que no dejó de direccionarme hacia el escenario ya sea cuando encontró el Centro Andaluz de Teatro en Sevilla, España donde cursé estudios técnicos en iluminación, o cuando casualmente dejó el tríptico del Centro de las Artes entre mis cosas.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

¡Demasiadas! ¿Qué quieres decir con esto? ¿Qué hay de ti en lo que estás haciendo? ¿Qué pensarías como espectador al verlo en escena?
Incluso antes de realizar me he llegado a preguntar ¿Vale la pena matar árboles para realizar eso que diseñaste? Y muchas veces he vuelto al boceto después de respondérmelo. Pero es verdad que mientras más tiempo pasa y más proyectos van quedando en el tintero es imposible no preguntarme ¿qué hay para mí en él? y no sólo en el montaje a diseñar, sino en el teatro en general. Ya he tenido mi racha de desilusiones y me ha llevado a buscar en lo que hago algo más que presupuesto para diseños monumentales o actores taquilleros, prefiero un texto que tenga algo que yo quiera decir, un director con el que pueda ser cómplice y un equipo de trabajo donde existan amigos más que colegas.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Pesimista lumino-escénico.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

El teatro es comunión, es reflexión, es cuestionamiento y abstracción, todo esto será necesario en la reconstrucción de la normalidad, llegará el momento que nos sentemos en la oscuridad de la butaquería y olvidemos que algo sucedió; será trabajo del teatro recordárnoslo también si es que se comienza a olvidar.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Más que cambiar creo que lo que tendría que hacer es re-enfocarse, si algo ha quedado más claro que nunca es que la disparidad económica, educativa, moral y social nos afecta directamente a todos, aunque nos creamos seguros en nuestras micro esferas.
El teatro debe salir de los edificios teatrales para acercarse a la gente de a pie, y no quiero decir con esto que el teatro de edificio deba dejar de existir, sino todo lo contrario, para que éste exista tiene que existir un teatro para todos, un teatro que reconstruya comunidad y empatía.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Que siempre tengan escepticismo y autocrítica.
Que no frivolicen gratuitamente.
Que encuentren el nexo entre especialización y obsesión.
Que encuentren qué es lo que ellos quieren decir personalmente y también que puedan decir cuándo ya no quieren hacerlo.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

Parte del trabajo de un diseñador involucra un proceso de interiorización que demanda grandes cantidades de tiempo alejados del mundo, o por lo menos para mí es necesario el anacoretismo funcional, creo que en cierta forma es un deseo cumplido el tener tiempo para dedicarle a mis aficiones y obsesiones.
Es un ejercicio de paciencia y control el entender que al final de todo esto veré, abrazaré y besaré a quien no he dejado de mensajearme un solo día, me reencontraré con mis amigos y volveremos a hacer teatro.

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