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Categoría: Instantánea

Raúl Morquecho Somera

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Raúl Morquecho Somera

43 años / México, Estado de México, Toluca

Lugar principal de trabajo (País, estado, ciudad): México, Ciudad de México

Oficio: Gestor, productor ejecutivo

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

De pequeño, mi mamá me llevó al teatro. Sentado en la gran butaca veía cómo transcurría la historia, entendía que un señor engañaba a una monja, y que éste, en medio de una discusión, mataba al padre de ella. Así la historia continuaba como algo cotidiano, hasta el momento en que de la nada el escenario oscurece, se transforma en panteón. En la tumba del padre se encontraba una estatua de “mármol” que, evidentemente, era de él. De repente, aparece Don Juan; más tardó en aparecer, cuando la estatua, que yo veía de mármol, comenzó a moverse, a hablar y a reclamarle; yo sentado, sin entender por qué una estatua hablaba y se movía; me encontraba impactado, en shock, deslumbrado y maravillado; en ese preciso momento recuerdo que en mi interior se prendió el deseo de querer estar ahí, en ese espacio en el que la magia existe y lo imposible puede ser posible.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

Definitivamente, creo que todos los seres humanos tenemos el don de la reflexión, cada obra en la que colaboro se abre la oportunidad de entender y replantear el enigma de la vida y la conducta humana. Cada vez que se abre el telón es una posibilidad para reflexionar, reflejarnos y conocernos un poco más.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Gestionar, producir, crear.
Las experiencias, sentimientos, emociones, reflexiones, todo lo que vives día a día, lo pones al servicio de la creación; una combinación de la experiencia y lo humano, eso lo hace para mí singular y diferente.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

El teatro, por cada una de las etapas que ha pasado a lo largo de la historia, se ha ido perfeccionando, detallando, adaptando a las necesidades que ha tenido cada sociedad, para permitirnos reflexionar y transmitirnos el comportamiento del ser humano, hasta lograr tener todas las vertientes con las que actualmente contamos; la pandemia en este momento encuentra a sus artistas, replanteándose, reformulándose, entendiendo y sobreviviendo para poder resurgir como el ave fénix, y de esta forma expresar el nuevo universo que se creó en su interior. Los escenarios ya no serán lo mismo, porque cada uno de los hacedores de este arte, llegaremos con otra perspectiva de lo que son la vida y la muerte.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Para lograr un equilibrio entre la demanda de proyectos teatrales que requieren recursos financieros para su realización, y la oferta que otorga el estado para su producción, considero que el gobierno tiene la posibilidad de incentivar a la iniciativa privada para apoyar a grupos artísticos, a través de créditos fiscales deducibles 100% de impuestos; esto apoyaría a que una mayor cantidad de proyectos de calidad pueda tener salida al público cada año a nivel nacional.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Que encuentren un país con mayor igualdad social en todas las áreas; que cuenten con los recursos y apoyos financieros para la creación; que las artes escénicas se conviertan en una necesidad “de consumo” para todos los mexicanos, y que cada individuo cuente con los medios necesarios para ejercer su derecho a crear y consumir éstas, según cada caso.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

Que las artes escénicas tengan presencia en un mega evento que les dé voz en todo el país, con la realización, por ejemplo: del primer Festival Nacional de Artes Escénicas o La Semana Nacional de las Artes Escénicas, teniendo como sedes y promoción los 2,457 municipios que constituyen las 32 entidades federativas de nuestro país.

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Sandra Cecilia

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Sandra Cecilia

23 años / México, Ciudad de México

Lugar principal de trabajo (País, estado, ciudad): México, Ciudad de México

Oficio: Actriz, cantante.

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Inicié la práctica teatral desde los diez años de edad y mi forma de acercarme a ella fue a través de la multiplicidad de disciplinas; es decir, a través de la Comedia Musical. Quizá al nombrar este término haya un prejuicio de por medio debido a que esta teatralidad, aún para mucha gente del gremio, no se alcanza a visibilizar los distintos modos de producción de cada tipo de teatralidad. Sin embargo, creo que para mí fue la manera que alimentó la forma de percibir y entender el teatro: hermanado a sus disciplinas hermanas. Yo no puedo concebir el teatro desasociado de la música y sus herramientas técnicas, así como la danza o cualquier otra herramienta que nos conforme como creadores interdisciplinarios.
Decidí dedicarme a ella por varios motivos: El primero fue porque no me concebía (ni me concibo) haciendo otra cosa que no sea esta puesto que, aunque suene reiterado y romántico, me siento en plenitud y encuentro momentos de belleza, libertad, descubrimiento y autodescubrimiento.
La segunda es la necesidad constante del autoconocimiento y autorreflexión. A la vez que me puedo ver a mí, puedo verme reflejada en los otros en lo que nos encanta llamar como «la otredad», el comportamiento humano por naturaleza que también me pertenece.
La tercera es por visibilizar aquello que permanece oculto y que no se expone: visibilizar las minorías. Y en ese sentido no generalizo y me pronuncio desde esta minoría a la que pertenezco y que me impulsa a hacer teatro: las disidencias corporales y su incorporación en la disciplina teatral. Este impulso es algo relativamente nuevo, ya que después de egresar de la carrera de Teatro y Actuación me quedaron cuestionamientos al aire sobre cómo funcionan las normativas corporales en nuestro gremio.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

Una pregunta que me ronda mucho por la cabeza es ¿cómo dejar empezar a incluir la transdisciplina, multidisciplina e interdisciplina a los centros teatrales sin que sean cuestionados de si eso es teatro o no? Me pregunto ¿cómo podemos empezar a crear más a partir de otros elementos que se alejen del texto-centrismo y que se puedan basar en otras disciplinas (como por ejemplo: una partitura, una sinfonía, etcétera) y que finalmente se derive en una puesta en escena nutrida de los distintos modos de producción requeridos para el montaje determinado.
Me vuela la cabeza la educación vocal hablada y cantada en las actrices y los actores y en cómo elaborar un puente de conexión entre estas dos áreas de estudio, ya que pertenecen al mismo plano, pero constantemente se piensan por separado. Y por último, me pregunto ¿cómo podemos hacer un teatro más inclusivo para los cuerpos que salen fuera de la norma en nuestro gremio?
Anhelo vivir la incursión de las nuevas teatralidades y ver la potencialización de festivales universitarios como IM.PULSO, en el cual se incentivaba la fusión de disciplinas hermanas al teatro como la música y la danza. Eso, la «hibridación» en el teatro me mantiene viva y con curiosidad. Anhelo que la educación vocal para el actor se vea como algo de primera necesidad, ya que es nuestra materia prima de pronunciamiento. Siento que hay mucho campo de investigación de la voz y en el desarrollo vocal-musical en las actrices y actores.
Desearía que llegaran cada vez más técnicas vocales de autoconocimiento como el
Linklater que no deslinda la voz y el cuerpo. En general, la creación a partir de la voz, el canto y sus raíces me mantienen en un campo de investigación constante. Vivir del teatro-canto es mi anhelo principal.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Interdisciplina, visibilización, autoconocimiento.
Vivirlo desde mis dos disciplinas amadas: el quehacer belcantista y el teatral y saber en qué momento estas dos pueden coincidir y potenciarse mutuamente.
También habitar desde este cuerpo que no pertenece a los cánones estéticos y cómo me pronuncio desde ese lugar.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

Es materia de escape, de diversión, de conmoción, de introspección, quizá, para algunos, de distracción, quizá de olvido contextual -ahora más que nunca- de canalizar energía que se enfoca en pensamientos avasalladores debido a este tiempo.
Si bien el teatro no está focalizado en fines terapéuticos, pero hay momentos de alivio cuando se vive el acontecimiento escénico. Es una zona de restauración y no me considero romántica al nombrar esto, pero siempre hemos necesitado del arte para restaurar y canalizar nuestros monstruos internos.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

El enfoque reiterado en el texto-centrismo y la negación a las nuevas teatralidades. El darnos la oportunidad de ser científicos de nuestras propias teatralidades sin tratar de cataloguizarlas en algún tipo de «genero», «estilo» o como se deseé llamar en su momento.
La imposición de cómo debería ser el cuerpo de las actrices y los actores y la constante presión a nivel académico que se vive a través de comentarios gordofóbicos que excluyen la diversificación de formas corporales y que eso no tiene nada que ver con la disciplina artística. En sí, la normalización de toda la violencia -pasiva o no- que se vive en el universo teatral por tener cuerpos fuera de la norma.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Deseo que por sobre todas las cosas defiendan su postura al momento de empezar su quehacer teatral. Que se vuelvan sus propios laboratorios de investigación y que cuando sientan el llamado de algo que sientan que puede nutrir la disciplina teatral, le hagan caso y exploren por nuevos campos, técnicas, modos, entre otras cosas y potencien todos sus recursos a favor de la escena.
Deseo que cuestionen todo lo que viven en su alrededor, su historia, su contexto y cómo eso influye en la manera de habitar en un mundo socializado. Deseo que nunca se pierdan las ganas de pronunciar discursos que crean que es de vida o muerte visibilizar. Deseo que haya disciplina y templanza, ya que es un camino de resistencia no de velocidad; y eso es algo que me digo constantemente. Deseo que aprendan a valorar los años de trabajo que les ha costado estar donde están, sin que eso les nuble la vista: camino andado. Deseo que sean inagotables sus ganas de crear y, que si es así, sea un momento para contemplar qué está pasando en el interior de cada uno de nosotros.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

Pienso que no hay manera de contraponerse a una situación de salud tan poderosa como la que estamos viviendo ahora y que lamentablemente el teatro se vio directamente confrontado con la no presencia del espectador. Sin embargo, este es un buen momento para la creación, el entrenamiento, la investigación, retomar disciplinas olvidadas, gestar proyectos en el papel y seguir, pero también darnos espacios de descanso mental. No todo el tiempo tenemos que ser productivos. Pero cuando exista el momento propicio para crear, aprovechar este tiempo para hacerlo.
Que las ganas del encuentro no nos avasallen y que lo hagamos paulatinamente para que, más adelante, podamos sentirnos con la libertad de que hemos seguido el proceso correcto y propicio para reencontrarnos como debe ser: en vivo y a todo color. Que valoremos el encuentro como individuos y, por ende, haya más contacto con la labor teatral.

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Yoalli Michelle Covarrubias

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Yoalli Michelle Covarrubias

24 años / México, Morelos, Cuautla

Lugar principal de trabajo (País, estado, ciudad): México, Ciudad de México

Oficio: Actriz, creadora escénica

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Llegué de Cuautla a la Ciudad de México a los 15 años porque me quedé en un Centro de Educación Artística. Mi intención era continuar con la música y prepararme para ser pianista. En cuanto comencé a tener una probadita del universo del teatro en la escuela y vi las obras que se presentaban en la ciudad, me enamoré por completo y yo decía: “No sé cómo se hace ni cómo le voy a hacer pero algún día yo quiero estar ahí”.
Fue en la preparatoria que realicé mi primer montaje con Sixto Castro Santillán y estando concursando en el Festival Internacional de Teatro Universitario que dije: “Yo quiero hacer esto toda mi vida. Quiero estar aquí (en el escenario) hasta que me muera”. Un año después entré al Centro Universitario de Teatro y ya de ahí nada me detuvo.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

Terminé mi formación universitaria hace casi dos años y cada vez tengo menos certezas que cuando comencé. Uno de mis más grandes anhelos es descentralizar el teatro. Que el teatro de calidad, el teatro informado, llegue a todos los rincones de mi país y que cada vez menos artistas tengamos que mudarnos a la capital para tener trabajo o una formación más sólida. Me confronta y me ocupa también el teatro que estamos entregando a las infancias y qué temas y recursos podemos seguir incursionando, qué nuevas historias y narrativas podemos experimentar en el aquí y ahora, en este mundo tan apocalíptico que estamos viviendo. Cómo vamos a seguir trabajando en la inclusión y visibilización de las disidencias, cómo nos vamos a salir de los moldes ya conocidos para generar nuevas poéticas y discursos que repercutan en el presente y en el futuro, no solo seguir dialogando con reproducciones del pasado.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Magia, resiliencia, confrontación.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

Seguir congregando a la materia viva para habitar realidades imposibles. Que el streaming, que el Zoom… recordemos que seguimos siendo personas realizando un esfuerzo por seguir unidas a través de pantallas a kilómetros de distancia.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Debemos ya dejar de mitificar y endiosar a ciertas figuras de poder en el gremio, generar redes de comunicación entre las y los jóvenes creadores y los que tienen más trayectoria. Esto con el objetivo de desarrollar nuevas poéticas y cuestionamientos que permitan que todos juntos salgamos de este estancamiento. Dejemos de lado esa barrera generacional de una vez por todas. ¿Qué pasaría si esas voces se escucharan y trabajaran en conjunto?
Encontremos nuevas posibilidades en cada rincón de nuestro país para nutrir y generar historias que tengan relación con nuestro entorno y no solo con el entorno de las décadas pasadas. Hay teatro en otros 31 estados, no solo en la Ciudad de México.
Por último, pero no menos importante: Hay cientos de miles de perfiles de actrices, actores y creadores en el medio y no sólo los tres estereotípicos que al gremio le encanta reciclar y querer que todxs encajemos en esos moldes caducos. DIVERSIDAD, POR FAVOR.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Que encuentren un terreno fértil para poder sembrar y cosechar sus ideas a la edad que tengan. Que puedan vivir dignamente de lo que aman y que revolucionen su quehacer recordando el pasado sí, pero generando discursos con su entorno presente. Que les paguen ensayos. Que trabajen porque un proyecto les apasiona y no sólo porque necesitan el dinero para sobrevivir porque no se les paga lo necesario. Que las escuelas de teatro enseñen a sus actrices y actores enfrentarse de verdad a las condiciones que tendrán cuando salgan. Y que se les enseñe a cobrar dignamente y trabajar con humildad.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

Bien decimos que el teatro es una carrera de resistencia y al igual que siempre, el teatro se resiste a morir buscando distintas posibilidades. Quienes trabajamos en esto nos aferramos con garras y dientes haciendo de todo para sobrevivir con la esperanza de pronto volver a los teatros.
¿Cómo la enfrento? Trabajando en lo que puedo, ensayando, investigando, vendiendo, comprando, traqueando, enseñando, aprendiendo.
¿Qué deseo? Qué sigamos trabajando en tener condiciones laborales dignas para que más allá de que el teatro sea resistencia, sea pasión y dignidad.

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Diana Sedano

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Diana Sedano

36 años / México, Ciudad de México

Lugar principal de trabajo (País, estado, ciudad): México, Ciudad de México

Oficio: Actriz

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Nunca tuve dudas de que quería ser actriz. Creo que en mi adolescencia trataba de ocultarlo. Cada vez que me preguntaban yo decía cualquier otra cosa, como medicina o biología marina, pero decir que quería dedicarme al teatro me producía una vergüenza casi dolorosa con mi grupo de amigas y en la escuela (la intuición de que mi vida de adulta no sería como la de mi círculo de amistades me apenaba y fascinaba al mismo tiempo); me gustaba asumirme con distintas inquietudes pero me costaba compartirlo, poco a poco no sólo lo fui asumiendo sino que empecé a disfrutarlo.
Mi madre es actriz y tenía una compañía en Cuernavaca, se llamaba
Drama Cinco, con ella y con su compañía yo trabajaba desde pequeña, primero en la taquilla (cortaba los boletos), en la cabina poniendo audio y luego en las obras estaba el personaje de LA NIÑA, y yo, pues era la única niña real, así que me subían a actuar. Después trascendí ser niña y actuar LA NIÑA para llegar al personaje ÁRBOL y GOTA DE AGUA y con los años llegué a ser MICROBIO SIN TEXTO y debido a mí dedicación MICROBIO CON TEXTO. Todo esto en una obra que montamos por años de Emilio Carballido La lente maravillosa. Y así fui creciendo en nuestra pequeña gran compañía hasta tener experiencias verdaderamente emocionantes.
Si tengo recuerdos de felicidad plena fue ahí, sentía una enorme libertad de ser yo acompañada de mi madre y de un grupo de personas que no solo me cuidaban, si no que me impulsaban y se divertían con todas las locuras que hacía. Esos años han sido mi gran encuentro con la vida y con el teatro.
Decidir estudiar actuación no fue una sorpresa para nadie, yo creo que mi madre lo supo antes que yo.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

He encontrado distintos lugares desde donde ejercer mi práctica y en la pandemia se amplió mi horizonte laboral, es raro por las circunstancia que estamos viviendo, pero pasó.
Mis preguntas tiran hacia muchos lados, desde el lugar muy práctico a uno más existencial y de construcción de sentido hasta preguntas muy técnicas.
¿Hasta dónde puedo desarrollarme artísticamente? Yo le he dedicado mucho tiempo a mirar personas en la vida y la representación. A mirarme. ¿Hasta dónde se puede «expandir» este ejercicio y mi mirada? ¿Qué más se puede hacer con esto que sé?
¿Quién soy? ¿Qué quiero? ¿Qué me duele? ¿Qué hacemos con el desamor? ¿Qué es la maternidad? ¿Dónde ponemos la esperanza? ¿Qué es lo necesario? ¿Qué pasa con nuestro cuerpo en estos momentos? ¿Cómo seguirnos vinculando? ¿Cómo no perder el sentido? ¿Cómo le hacen para saber dónde se pone una cámara? ¿Dónde deposito todo esto que tengo dentro?
Las preguntas nunca se detienen. Y yo soy caótica. Así que me detengo.
Mi anhelo será siempre poder generar los espacios para hacerme las preguntas en colaboración con otras personas.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

¿Ya le hago?

Creo que cuando estaba empezando empleaba mucho esfuerzo en querer ser singular y eso, contrariamente a mi deseo, me llevaba a querer pertenecer y a ser parecida a algo que no tengo claro qué era, ni de dónde venía. ¿Quién lo dictaba? Los artistas, las personas, ya somos singulares, el mundo es el que nos dice o exige determinadas características para ponernos en un lugar. La búsqueda de la «singularidad» si es el caso, tendrá que ver más con saber escuchar el deseo propio para entender esto que somos y poder descubrir nuestros temas, nuestras historias. ¿De qué queremos hablar? ¿A dónde dirigimos la mirada?
Estoy muy consciente de que no puedo hacer nada sola. Que siempre necesito de las demás personas. Pienso mucho en una frase de Elena Garro: «Uno no se salva solo, se salva en el otro».

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

No entiendo bien el momento histórico y esto viene antes de la pandemia, así que creo que el teatro ha sido la herramienta que decidí utilizar para entender eso del mundo que me desconcierta o que me extraña. Me gusta pensar que estudiamos el comportamiento del ser humano y su misterio social desde la mirada íntima de (y sobre) las personas.
Creo que el teatro tendría que acercarnos a los problemas desde otras perspectivas.
Lo veo ahora como una práctica crítico-lúdica-poética de aquello que se nos presenta como la realidad. Nos ayuda a entender lo que escapa de nuestra vista y nuestra razón, nos incomoda, nos confronta, nos duele, nos confunde, pero también cuando nos sorprende con la pregunta correcta, ésa que abre un camino de búsqueda personal, nos reconcilia.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

No sé a qué se refiere «el modelo teatral». ¿Lo necesitamos? ¿Es importante definirlo?
En todo caso creo que las instituciones culturales lo que tendrían que proteger y promover es una libertad artística y de pensamiento, un rigor en la discusión y un espacio destinado a la investigación y no ser únicamente un sistema de programación y divulgación.
En términos de apoyos, veo que a nuestro quehacer lo sostienen dos edificios, el del gobierno y el de las empresas. Por un lado el gobierno tiene una agenda social que tira una línea clara de lo que se apoya y eso obliga a una comunidad a plantear proyectos para ser apoyados con la única finalidad de ser apoyados, y por otro lado las empresas con los intereses comerciales que cada una tiene y con la dificultad que representa para los y las creadoras poder aplicar a uno de estos estímulos porque no todo mundo tiene los contactos para acceder a las empresas.
El modelo no tendría que moldear las inquietudes artísticas y los y las artistas no deberíamos de permitirlo.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Que tengan criterio.
Que tengan seguro de gastos médicos.
Que resistan.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

Supongo que la enfrento como todas las personas: cómo puedo. Tengo un piso firme que me permite estar triste de vez en cuando, he tenido la enorme fortuna de tener trabajo todo el año, pero me cuesta mucho lidiar con la incertidumbre laboral de la pandemia.
Extraño muchísimo actuar y abrazar a la gente y bailar. Me he encontrado con colegas para trabajar, intentamos cuidarnos mientras trabajamos y confiamos en que la otra parte lo esté haciendo también.
Le estoy entrando al mundo de la virtualidad con mesura y pensando que es una gran herramienta pero que no deberíamos poner todos nuestros esfuerzos en la traducción digital de nuestra práctica.
Estuve trabajando con Ana Sofía Gatica, Joshua Okamoto y Mariana Reskala de manera virtual por muchos meses, nos veíamos por Zoom un par de veces a la semana a hablar del amor y a seleccionar lecturas que discutíamos desde nuestras casas (
Tristán e Isolda, Amor y Occidente y Farabeuf nos acompañaron meses). Hicimos un proyecto que ahora está en pausa pero queremos retomar, diseñamos una convocatoria para escuchar las historias del desamor en estos tiempos y mientras Mariana y yo le dábamos estructura, Joshua y Ana las representaban.
La mayor parte de nuestro trabajo fue virtual y lo disfruté. Estar con una generación de jóvenes artistas a los y las que la pandemia toma al inicio de su carrera, me abrió un horizonte creativo y la posibilidad de retomar un tema ahora que el mundo es distinto. Dar clases en Casa del Teatro también ha sido un salvavidas, mis alumnas y alumnos me han enseñado mucho, ver a Stefanie Weiss junto con Andrea Celeste (y seguro mucha gente más con ellas) torear como unas maestras las incertidumbres pedagógicas e institucionales ha sido muy alentador también.
Aun cuando he pasado por momentos de creación fértiles y bellos en el año, la verdad es que me cuesta ver el lado positivo de lo que está pasando porque no creo que lo tenga (habrá gente que lo lleve mejor y personas a las que esto las está devastando y matando) creo que cualquier exceso perceptivo es un riesgo de ceguera y que mi trabajo está en tratar de entender el mundo y recuperar el sentido.
Es lo que nos tocó vivir y punto. Ya el tiempo y las futuras generaciones nos harán ver la clase de testigos que hemos sido de nuestra época. Estoy entendiendo que no hay un lugar al cual regresar, que más bien hay un lugar por construir. Los y las que seguimos, estamos resistiendo, estamos teniendo una oportunidad.
Deseo que cuando estemos juntas y juntos, nuestro estar tenga sentido.

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Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Beatriz Valdés Rabling

39 años / México, Hidalgo, Pachuca

Lugar principal de trabajo (País, estado, ciudad): México, Hidalgo, Pachuca

Oficio: Actriz, directora

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Mi gusto por el teatro nace cuando era una niña a partir de que fui a un taller, los juegos y dinámicas me parecían muy divertidos además de que podía estar rodeada de otros niños y niñas como yo, así que le pedí a mi madre que me metiera a estudiar a la Escuela de Artes del estado. Estando ahí, recuerdo alguna vez haber pasado por un salón y a través del cristal pude ver a actores profesionales que venían de la Ciudad de México porque iban a dar una función en el Teatro San Francisco, recuerdo haberlos visto descalzos en su calentamiento, todos de negro, esa disciplina y mística que había en torno a su preparación me atrapó, y recuerdo haber pensado yo quiero ser eso que ellos son. Estas experiencias sumadas a mis tiernas lecturas determinaron mi pasión por el teatro, mis padres tenían en la «biblioteca familiar» un tomo grande con las obras completas de William Shakespeare y siendo de edad corta había leído gran parte de sus obras cosa que yo disfrutaba tremendamente.
No fue difícil decidir dedicar mi vida al teatro, pese a las advertencias de adultos cercanos y pese a que hice un recorrido por distintas carreras previo a mis estudios profesionales de teatro, siempre supe en el fondo que mi pasión estaba ahí, en las artes escénicas.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

El cómo generar ficciones efectivas es una pregunta que me mueve a seguir construyendo la escena como intérprete y directora y sin duda me lleva esta misma pregunta a una búsqueda constante en diversas áreas del conocimiento humano, siento que nunca dejare de aprender y anhelo poder profundizar en mi arte y extender lazos de creación con muchos artistas en el mundo, así como poder tener un sustento económico digno para mí y para quienes me acompañan en el camino.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Amor, búsqueda, resistencia.
El resistir amorosamente ante las condiciones no propias para desarrollar nuestro arte con dignidad, el mantenerme en la búsqueda compartiendo con distintos públicos no dejando de ejercer mi capacidad de creación sean o no favorables las condiciones, es algo que podría definir mi forma de habitar el teatro, no sé qué tan distinta de las demás en este momento.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

En este mundo tecnológico, cibernético y globalizado tocado además por la pandemia nos ha llevado a cambiar las formas de comunicarnos provocando un aislamiento y distorsión o transformación de la realidad. Creo que el teatro como un arte viva es algo necesario y urgente además de irremplazable, siempre necesitaremos espacios poéticos vivos que inviten a la reflexión y que nos recuerden y confronten con nuestra condición humana.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Creo que el teatro podría ser valorado en verdad como una necesidad cultural de toda nuestra gente de tal manera que el pagar una entrada no represente un gasto inútil, para eso creo que falta un trabajo amplio en los terrenos de educación que involucra a las instituciones públicas y privadas de todos los estados de la República, así como el perfeccionamiento y profesionalización de las artes escénicas en todo el país.
Los pagos dignos que cobijen al artista desde la preparación de su espectáculo hasta la representación misma deberían considerarse como en otros países del mundo, los espacios para la representación sean cerrados o abiertos deberían estar condicionados para que la experiencia sea grata para el espectador.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Que tengan todas las condiciones para que puedan desarrollarse con dignidad, que las consciencia y sensibilidad colectiva sea tal que sepa que el teatro es una expresión artística necesaria y que tiene que ser pagada como cualquier otro trabajo respaldado por el estudio y experiencia. Que los teatros estén llenos y vibrantes.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

Ha sido complicado tener que detener todos los proyectos programados para el año y luego en este intento de seguir creando y estar en contacto con el público tener que incursionar a las formas virtuales donde el teatro no es teatro ni cine, sino algo sin nombre parecido a una representación en la virtualidad. Sin embargo, estamos en un momento de transición interesante y en esta adaptación hemos encontrado otras formas y herramientas interesantes que nos han ayudado a visualizarnos y a contemplarnos como una comunidad más amplia con problemática en común.
Económicamente hablando han habido algunos apoyos federales para los artistas pero aun así, no les ha tocado a todos los creadores, y las programaciones virtuales que son pagadas no han dado lo suficiente para cubrir las necesidades de todos. Los caminos para sobrevivir se siguen ideando.
Cuando nos volvamos a juntar es probable que algunos ya no estén, el mundo cambió, pero ahí donde nuestras miradas se encuentren tendré la certeza de estar viva más que nunca, deseo que podamos mirarnos con otro compromiso y convicción, en el aquí y en el ahora, respirando, haciendo del teatro una experiencia única y vibrante, preparando el camino para otros con la esperanza de tener un mejor mundo.

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Ernesto Lecuona

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Ernesto Lecuona

37 años / México, Ciudad de México

Lugar principal de trabajo (País, estado, ciudad): México, Ciudad de México

Oficio: Actor, docente de teatro

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Entré a estudiar el bachillerato al Centro de Educación Artística Diego Rivera del INBAL, mi primera intención era ser pintor, pero el sistema educativo plantea un tronco común de materias artísticas (música, danza, artes plásticas y teatro) en los dos semestres de inicio, para después especializarse en los siguientes cuatro semestres en una disciplina específica de las artes.
Al finalizar los dos semestres de tronco común escogí teatro como primera opción por las posibilidades expresivas (el escenario como un lienzo donde converge el color, la composición, los signos, el tiempo, ritmo, la música, el cuerpo humano, su voz, sus movimientos, sus significados) y el autoconocimiento (descubrir nuevas capacidades con mi cuerpo, voz y espíritu como herramienta de juego).
Terminar el bachillerato y decidir sobre qué y dónde estudiar se volvió trascendente. La decisión inmediata fue la UNAM, específicamente la Licenciatura de Literatura Dramática y Teatro.
Estudiar en el Colegio de Literatura Dramática y Teatro fue trascendente en mi formación, en primera por el plan de estudios y en segunda por la necesidad de resolver montajes de manera autogestiva.
¡Gracias a las escuelas públicas! (INBAL y UNAM). Sin ustedes todo sería distinto.
*Sigo pintando hasta hoy día como una actividad complementaria de gozo y expresión.
¿Por qué decidiste dedicarte a ella?
Después de haber experimentado la riqueza de las artes, encontraba cada vez más el sentido de vida en el teatro, un camino con corazón, que me hacía (hace) sentir pleno profesionalmente, y como ser humano. La decisión se consolido al inicio de mi carrera cuando fui parte de un proyecto de teatro itinerante para toda la Ciudad de México donde percibí el poder del teatro en espacios no convencionales y con públicos que NUNCA habían visto teatro (las vidas de esas personas quedaron marcadas, al igual que la mía).
El sentido social era (es) evidente, el teatro como generador de una pausa, de una convivencia extra cotidiana, de una reflexión social e individual.
El teatro es necesario para el desarrollo de nuestra sociedad (sé que lo mismo dirán de otras carreras) pero es cierto que el teatro aporta al desarrollo humano y cultural de un país.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

Las preguntas generadoras siempre son muchas, comparto algunas que me parecen pertinentes: ¿Qué sentido tiene mi discurso con la sociedad? ¿Qué nuevos elementos se integrarán (revelarán) al lenguaje escénico de la producción del momento? ¿Cómo vincular a la sociedad con nuestras producciones de una manera sustentable? ¿Qué mecanismos eficientes, éticos y colectivos necesitamos como gremio para tener una participación activa de las políticas públicas?
¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?
Ser parte de un nuevo reencuentro entre el teatro y la sociedad como un estilo de vida que incluya a más públicos. En este punto me doy cuenta de la influencia que tuvo en mí el teatro itinerante porque públicos hay, lo que necesitamos son proyectos que fomenten el teatro a corto, mediano y largo plazo con un carácter inclusivo para que todos los públicos también sean participantes activos del hecho escénico en todas sus formas y nuevas posibilidades.
Sentar las bases en colectividad para que el teatro sea reconocido como elemento esencial del desarrollo artístico, cultural y social del país.
Que las y los profesionales podamos vivir dignamente de nuestra labor artística y social.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

LÚDICO. Procuro que todos los procesos sean nuevos, enriquecedores y divertidos.
SOCIAL. Me gusta que los montajes tengan un discurso que detone cuestionamientos en mí, y en los diferentes públicos.
FLEXIBLE. La organización, programación y/o recursos de casi todas las producciones son susceptibles a cambios de último momento. Ante dichas circunstancias se requiere exigir las condiciones adecuadas, pero teniendo la apertura para llegar de manera óptima a la realización del montaje.
¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?
Personalmente tengo un agradecimiento implícito, porque dar función se convierte en un acto extraordinario en todos los aspectos de la palabra. Concretar un proyecto dentro del teatro independiente se vuelve una hazaña digna de reconocimiento y compromiso por parte de los creadores y creadoras.
El hecho teatral es un evento humanista donde confluimos muchas voluntades (instituciones, productoras, creativos y públicos) con el objetivo de que la ficción se vuelva realidad.
Dicho evento de comunión requiere ética en todas y todos los que somos parte de él. Respeto a los públicos, para generar discursos inteligentes, innovadores y dinámicos.
Otro punto es la búsqueda de ampliar los públicos, en especial los que no son “cautivos” o de “tradición teatral” (la constancia de ellas y ellos se nota en los teatros, y mucho se les agradece) pero necesitamos convocar más públicos a ser parte del fenómeno.



¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

El teatro es filosofía, esperanza y acción en movimiento.
El teatro nos puede mostrar formas, caminos y opciones de manera artística, sutil, cruda y divertida.
Considero que la responsabilidad que tiene el teatro con nuestra sociedad es mucho mayor por la oferta de series de tv y películas (en general Hollywood) que llegan a toda la población a través de las pantallas de sus dispositivos.
Nuestra oferta también tiene que ser atractiva y adaptativa en todos los sentidos para nuevos públicos de todas las edades, de todos los géneros.
El teatro necesita evolucionar y acompañar a la sociedad como amigos íntimos que dialogan de todo.
El teatro requiere generar historias que conecten dinámicamente con la gente, me refiero a buscar, encontrar y orientar la individualidad creativa a los intereses sociales.
Nuestro contexto es complejo, tenemos una mezcla generacional que requiere acciones específicas basadas en diagnósticos previos.
Aquí pongo como ejemplo: Las propuestas de teatro digital que han surgido a partir de la situación sanitaria (algunas bien logradas y otras todavía en proceso de experimentación) pueden ser un factor de atracción de nuevos públicos, o el instrumento de rechazo de un futuro “público” al teatro.
Por tal motivo los contenidos y la producción de nuestros montajes requieren un espíritu de disponibilidad y disposición para mostrarnos como una opción de disfrute, gozo y reflexión para nuestra sociedad, y nuestros públicos.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Es necesario intervenir directamente en la sociedad para reconstruir la relación entre los públicos y el teatro.
El modelo teatral desde mi punto de vista tendría que ser incluido en los planes y programas de estudio (públicas y privadas) desde el nivel básico, no para formar actores y actrices sino para mostrar a las generaciones de “nativ@s digitales” los beneficios de las artes escénicas en el desarrollo humano.
Propongo que haya más agrupaciones de teatro itinerante (tipo el carro de comedias) que tengan apoyo institucional para hacer llegar el teatro a zonas y personas que de manera cotidiana no podrían verlo.
“Cuando la gente ve buen teatro se queda con ganas de más”. Considero que con estos puntos podemos fortalecer el gusto y la asistencia al teatro por parte de gente que nunca asiste (asistirá) a un teatro por distintos factores económicos, sociales y culturales.
Al formar nuevos públicos la gente empezará a interesarse por la oferta teatral y estoy seguro que un porcentaje de esa población comenzará a asistir a las salas, foros y teatros.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Que sigan investigando y sorprendiéndose de la vida, que salgamos de las colinas gentrificadas y observemos nuevas realidades que tienen un potencial creador y significativo para nuestros públicos.

Que vinculen de manera armónica los principios del teatro a las nuevas tecnologías, ya que es necesario tener en cuenta los recursos que nos brinda cada época, sin descuidar la esencia teatral.
Que utilicen los contratiempos como oportunidades para resolver creativamente sus producciones.
Que su pasión por el arte teatral siga creciendo y madurando a través del tiempo.
Que sigan mirando hacia afuera, sin descuidar su mundo interior.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

La situación que experimentamos fue atípica, el mundo entero se detuvo y junto con él muchas actividades productivas.
El teatro, las y los creadores tenemos en frente un reto evolutivo que nos sacó de nuestra zona de confort ¿Qué hacer cuando el contacto y la convivencia social están restringidas? ¿Qué hacer para que volvamos a estar juntos?
Para mí toda crisis es un estado de nuevas posibilidades, durante el periodo más intenso de la pandemia empezamos a crear ejercicios con nuestros recursos, desde nuestras casas.
Este ejercicio nos sirvió para entrenarnos y descubrir las nuevas posibilidades y códigos que nos presenta la nueva realidad.
El resultado fue increíble porque al no estar de manera física y utilizar la cámara para actuar, se empezó a gestar una expresión hibrida (entre el teatro y la actuación frente a cámara)
Desde luego que muchas y muchos entraban (entrábamos) en crisis por no tener un público de manera física que reaccione como en el teatro.
Pero público hay (con su micrófono y cámara apagada) y lo que estamos aprendiendo es a transmitir de manera viva una historia que es transmitida
on line.
Vuelvo a repetir que estamos en una situación donde se puede aprovechar la coyuntura sanitaria y digital para hacer y atraer a más públicos.
Lo que deseo es que exista una vacuna efectiva (ojalá llegue pronto) pero en lo mientras, contar con todas las medidas sanitarias para que la gente se sienta protegida y segura al acompañarnos.
Ligado al punto de arriba me encantaría encontrar mucha gente que quiere ver teatro.
Y también un gran deseo también, es repartir muchos abrazos.
Gracias Teatro UNAM

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Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Carlos Alberto Orozco Plascencia

47 años / México, Jalisco, Guadalajara

Lugar principal de trabajo (País, estado, ciudad): México, Ciudad de México

Oficio: Actor

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Siempre me deslumbró el mundo de la ficción, desde la infancia. Los cuentos, las historias, las películas de Chaplin, de Disney, el teatro infantil, las representaciones de la Pasión de Cristo en Semana Santa. En mi familia se apreciaba el teatro clásico, me lo inculcaron: mi papá vio mucho teatro del que produjo el Seguro Social en los años 60, admiraba a los grandes actores que participaron en el teatro de aquella época. Después fui familiarizándome con la actoralidad de las grandes figuras del teatro nacional a través de la televisión, porque yo era muy pequeño para que mis padres me llevaran a ver obras “de adultos”.

López Tarso, Ancira, Guilmáin, Bonilla y una verdadera multitud de actores que me deslumbraban por la profundidad y complejidad de su trabajo actoral. Y no los voy a mencionar a todos pero los retengo en la memoria, a muchos, a muchísimos. Poderosas actuaciones, deslumbrantes y llenas de belleza. Fue entonces un enamoramiento intenso y absoluto del arte escénico. Al salir de prepa elegí la carrera de Música (con la especialidad de piano) porque vivía en provincia y no sabía cómo acceder a una carrera profesional de teatro. Más adelante, a los 27 años, y ya instalado en la Ciudad de México, decidí aplicar a la Escuela Nacional de Arte Teatral.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

Mis preguntas y mis anhelos permanentes en el teatro tienen que ver con un deseo esencial: quiero que durante la función, el público y los actores seamos arrastrados, inundados, arrebatados por una tempestad de emoción tan poderosa que se nos olvide dónde estamos y quiénes somos (ya lo recordaremos después), que no podamos ni hablar, ni movernos, que alcancemos el éxtasis, que logremos ver, no a Dios, tal vez sólo la sombra de Dios o una huella de Dios, y nos quedemos petrificados. Que aspiremos a tocar la Verdad, la Belleza, lo sublime.

Y sucede. No siempre, pero sí sucede.

Mi misión personal, artística es promover una visión de Luz, en franca oposición a las tinieblas. El Arte teatral (según mi punto de vista) toca la totalidad de la experiencia humana: la oscuridad y la Luz; pero la intención de fondo es poner el acento en la región donde cabe la esperanza, la belleza, la generosidad, la bondad, la Luz.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Amor, responsabilidad, pasión.

Me precio de ser un compañero actor generoso. Me entrego con sinceridad al objetivo común de cada proyecto teatral. Soy muy apasionado: les profeso un agradecimiento y un amor sin límites, eterno, a los directores y compañeros actores con quienes coincido. Me gusta el rigor, todo lo que tenga que ver con la técnica. Le doy una importancia especial a la voz, a la palabra, porque ahí se concentra la emoción: en el sonido, en el ritmo, la entonación, los acentos, las inflexiones.

El Teatro es, en gran medida, una sinfonía, que provoca emociones intensas, a través del puro sonido, más allá de la dimensión intelectual de la obra.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

Yo no soy una persona de puritanismos, ni en lo espiritual ni en lo artístico. Por lo tanto, creo que hay un valor especial y muy valioso tanto en el cine como en la televisión. Pero lo que el teatro nos puede dar es insustituible.

Lo que el Teatro nos da es un voltaje energético que el cine o la televisión no alcanzan. Y no los desdeño: el cine y la televisión son maravillosos y tienen otras virtudes, pero en el teatro sucede algo singular: el actor y el público comparten el mismo tiempo-espacio, entonces las emociones se viven en una condición de cercanía plena y es algo muy fuerte.

El teatro por ahora, debe esperar. La importancia del teatro en este o en cualquier otro momento es fundamental, pero, dado que la pandemia parece persistir, el teatro deberá esperar.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

La decencia. No puede ser que el actor sabe que su función es a las 8 pm y el funcionario no sabe a qué hora le tiene que pagar al actor. Me refiero al teatro institucional. La UNAM, en general, siempre se condujo con más seriedad, pero el INBA siempre ha sido una desgracia. Pasaban dos, cuatro, seis meses y el funcionario, prácticamente se burlaba del actor en su cara porque no había fecha para cobrar. (Todo esto en la época “neoliberal”. Actualmente es mucho peor. Sin considerar la pandemia).

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Confianza. Entereza. Seguridad en sí mismos. Escepticismo respecto a los gurús. Humildad. Y un terreno propicio, labrado por ellos mismos, para desarrollar sus proyectos.

Les deseo mucha más apertura al campo laboral del teatro comercial e independiente, porque en el teatro oficial no veo un horizonte alentador (a excepción de la Compañía Nacional de Teatro).

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?



La emergencia la enfrento con paciencia. En este tiempo de aislamiento, de resguardo, trato de mantenerme con el espíritu arriba.

Cuando regresemos me gustaría seguir viendo el teatro del cual he estado enamorado toda mi vida.

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Ángel Ancona

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Ángel Ancona

64 años / México, Tamaulipas, Reynosa

Lugar principal de trabajo (País, estado, ciudad): México, Ciudad de México

Oficio: Diseñador de iluminación teatral, promotor, productor

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Por el gusto y la magia de hacer teatro.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

Seguir haciendo teatro, seguir habitando los escenarios.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

No es distinta, ¡es única!

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

En su momento descubriremos que es la manera de interpretar las circunstancias que vivimos.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Hay que hacer muchos cambios: desde la manera de gestionarlo, promocionarlo y ahora con el desarrollo de las tecnologías la necesidad de creación de nuevas dramaturgias para el crecimiento de las artes escénicas en las pantallas, no necesitamos simplemente grabar obras de teatro o danza, sino encontrar la manera dramática de interpretar frente a las pantallas.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

La siguiente generación seguramente descubrirá nuevas dramaturgias, los nuevos lenguajes para la escena, que ese desarrollo sea muy pleno y logren mejores formas de desarrollo para que tengan una mejor calidad de vida.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?


Esta pandemia nos está enseñando cuánto necesitamos del otro, seguramente encontraremos la mejor manera de estar juntos, la humanidad siempre lo ha hecho, quizá nos enfrentamos a un enorme y mágico desafío del reencuentro de nuevas formas, habrá que descubrirlas.

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Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Ángel Ortiz González

42 años / México, Guanajuato, León

Lugar principal de trabajo (País, estado, ciudad): México, Guanajuato, León

Oficio: Escenógrafo, iluminador, productor

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Diseñador gráfico insatisfecho con ganas de explorar otras posibilidades.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

Cada proyecto representa preguntas nuevas. Poder ejercer en mi localidad.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Juego, tiempo, acción.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

El desarrollo de los procesos creativos (con tiempo para ello).

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Las jerarquías y la hiperculturización.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Maestros con ganas de compartirse.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

Desearía que podamos estar juntos, solo eso.

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Lugar principal de trabajo (País, estado, ciudad): México y Estado de México

Oficio: Actor, director de escena, docente

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Inicié a los 18 años, quería dedicarme a la música por lo que me inscribí en el Centro de Educación Artística Frida Kahlo y para entrar a dicha institución nos pidieron que fuéramos a ver las obras. Vi la obra de «Mokimpot» y ahí supe que dedicaría mi vida al teatro…

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

Considero que uno como persona siempre se está cuestionando todo y, dependiendo el momento en que te encuentres, te das respuestas e intentas decir lo que entendiste de la vida a través del arte y cuando piensas que lo has descubierto todo, algo nuevo surge y con ello más preguntas y la inquietud de poder resolverlas y poder compartir…

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

No creo que sea tan distinta ni tan singular, pienso que de raíz tod@s buscamos lo mismo, solo el cascarón es otro.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

De las Artes en general pienso que es la misma que ha sido siempre: la comprensión del mundo desde otra perspectiva, la importancia de saber que podemos generar el mundo que queremos y poner atención en lo que ya desapareció, pero que ahí sigue.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Lo más importante para mí sería dejar de lado la competencia, me refiero a todo el tiempo concursar por becas y esos concursos que lo que fomentan es la separación y la envidia, me pregunto: ¿por qué alguien tendría que decidir si tu proyecto es bueno o malo o si es mejor que otro?? Si ninguno de los dedos de la mano es igual al otro.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Les deseo que exploten su creatividad artística y que rompan los pantalones dogmáticos que hemos venido arrastrando, pero que poco a poco se han desgastado. Lo deseo con todo mi ser.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

Deseo encontrarme con un arte diferente, no sé si mejor o peor, pero deseo que más nutrido. Estas nuevas circunstancias nos enseñan que existe más que solo preocupaciones efímeras y superficiales, nos han enseñado a reflexionar, a estudiar, buscar otras herramientas para hacernos entender y a ser espectadores.
Ahora que nos tocó estar del otro lado y entendemos al que mira activamente y participa desde la butaca, creo que podremos pensar más en ellos.

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