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Día: 26 de octubre de 2020

Bitácora 10. Los restos

Bitácora 10

Los restos

En Casa, que ya es un teatro

¿Qué estamos haciendo?

¿Qué estamos haciendo? Me pregunto hoy mientras veo las redes sociales: ¿Qué estamos haciendo?

¿Por qué las opiniones se dividen todo el tiempo?

¿Es o no es teatro?

Estamos ante la crisis y nos estamos quedando sin trabajo.

Estamos resistiendo desde nuestra trinchera.

No se me olvida, ni se me olvidará nunca lo que dijo Jaboco Dayán sobre lo que hay que hacer ante momentos de pandemia, y no la pandemia del covid, sino la pandemia que ha generado la violencia en este país.

Me duele mucho que como comunidad teatral estemos divididos, y no sepamos que lo que hacemos lo hacemos por resistir, por sobrevivir. En la comunidad siempre ha existido división y espejismos que se diluyen. Nunca me ha gustado eso de este medio, pareciera que si estás haciendo algo, todos lo aceptan y si no estás haciendo nada, nadie sabe nada de ti. Mucha energía gastada, nunca le das gusto a la gente. No me gusta enfocarme en esas cosas, pero es inevitable pasar por ahí, y más cuando los comentarios quedan registrados en las redes sociales.

Ni siquiera sé por qué hablo de eso, siento como si estuviera articulando algún diálogo de Arkadina, que sólo se preocupa por el qué dirán.

Estamos a punto de pasar a otra etapa del proceso, la más intensa y la que acabará por cerrar este gran camino: las funciones.

He de confesar que los ensayos abiertos fueron muy difíciles, aunque fáciles para nosotros, porque el hecho de sacarlos grabados ayudó a relajarnos a la hora de la transmisión y a enfocarnos sólo en la charla. No lo sé, pero creo que estuvimos hablando demasiado del proyecto. Siento que en la última charla ya repetía demasiado las cosas y empezaba a enfocarme en puntos que ni siquiera sé si son importantes para la gente.

Juan Pablo Villa quedó muy entusiasmado por la charla. Le gustó mucho.

Estoy agotada de este proyecto, estoy cansada, pero contenta. Hoy Toño me decía que gracias a este proyecto puedo darle sentido a esta crisis generada por la pandemia.

El ánimo sigue raro en torno a ese contexto, pero se me olvida cuando estamos así, haciendo teatro. No sé si la gente se emocionará por lo que estamos haciendo.

Cuando me preguntan por qué hablar de este tema, nunca me he atrevido a decir que es por miedo a que a mí me pase; tengo miedo de salir a la calle y que me suban a un coche y desaparecer. Una vez me siguió un coche blanco en plena luz del día, corrí a mi casa para perderlo, me siguió por las calles de Coyoacán. Mucha gente me critica porque vivo en esta zona, pero prefiero sentirme segura (aunque fue evidente que aquella vez no lo estaba), porque cuando vivía en la obrera y fui asaltada, quise huir de las zonas más peligrosas de esta ciudad. Fue una experiencia traumática. Intento de violación, al escribir esto se me hace un nudo en la garganta. No quiero imaginar lo que una niña o mujer pasa cuando sus vidas son arrebatadas por alguien o alguienes, cuando sus cuerpos son explotados con fines sexuales o cuando son violentadas por alguien. Mi pequeño infierno me acompañó muchos años y de alguna manera transgredió mi cuerpo, dejando trauma en él, es por eso que me encorvo, para no mostrar y no provocar a nadie en la calle, para no ser objeto de deseo de nadie y pasar desapercibida. Eso ha sido un problema porque en la escena tiene que suceder lo contrario.

Desdémona es una mujer que me ha enseñado muchas cosas, es inocente, confía, ama. Pero al mismo tiempo sus virtudes la han llevado a pasar por un infierno, tiene muchas heridas internas y muchas marcas de una vida feliz y desgraciada, he ahí el nombre, no en vano Shakespeare la nombra así.

¿Por qué hablar de este tema?

Porque no quiero que me pase, no quiero que le pase a ninguna amiga, hermana o madre. No quiero que les pase a mis hijas y quiero que algo cambie, desde esta pequeña trinchera, desde este hogar y desde lo que sé hacer.

Si la gente critica, que critique, nunca nos libraremos de eso… somos humanos…

 

En el sillón, con frío, entre dos gatos.

En nombre de muchas mujeres asesinadas

En nombre de muchas mujeres asesinadas gritamos en las calles y destruimos los muros.

Crecí en los noventas, con las noticias diarias de mujeres que desaparecieron y no volvieron a casa.

Crecí creyendo que eso sólo sucedía en el norte y el sur, y no en el centro.

Crecí con el miedo a mi lado.

Aprendí a vivir con él y me lo hice aliado.

Aprendí a mirar el peligro y a sentirlo a la distancia.

A darle la vuelta a las miradas que desnudaban y los hombres que acechaban.

Aprendí a ser invisible y a no ser nadie para no morir.

Pero el deseo de conectar con mi feminidad chocaba con mi deseo de vivir en un país feminicida.

No enseñar de más.

No mover las caderas para no atraer a los hombres como moscas.

Usar ropa holgada.

Tener una actitud machorra para defenderme.

Estar a la altura de los hombres y no dejarme.

Defenderme de ellos, de todos, del mismo mundo que hunde y levanta.

Mi madre me enseñó a defenderme poco, porque a ella no la enseñaron.

Vengo de un contexto machista, donde los hombres están bien y las mujeres mal por principio.

Pensamiento latente que se queda ahí como un cáncer.

Un país dividido, entre hombre y mujeres, fuertes y débiles.

Escuché historias garrafales de vecinas y familiares lejanas que aparecieron muertas debajo de un árbol o en un terreno baldío.

La familia prefirió callar y culparlas de su propia muerte.

Vivimos en un país con un sistema corrupto y también vivimos en un país violento.

Nos matamos, nos devoramos, nos aniquilamos y todo ¿por qué?

No hay confianza, hay rabia.

Hay odio, represión.

No desaparecen.

Hacer arte

hacer teatro

hacer lo que sabemos hacer y demandar desde el arte.

Construir la sociedad desde ahí

Desde el teatro

Hay esperanza

Sí la hay.

Mi cuarto

Cerrando filas

Me he desconectado de la escritura de esta bitácora

el ritmo de trabajo me lo ha pedido,

regreso a casa y lo único que quiero es descansar,

dormir,

ver la tele,

olvidar,

soltar para después retomar.

Estos días han sido intensos,

muy intensos,

estamos por estrenar,

mañana es el ensayo general,

ONLINE,

muy extraño es todo,

muy rico,

estamos en terrenos desconocidos,

pienso muchas cosas,

cada vez que escribo en esta bitácora pienso muchas cosas,

cómo inició todo,

los caminos que ha tomado,

decisiones,

decisiones.

Todo ha sido tan vertiginoso,

cada día es un paso gigantesco,

no hemos tenido tiempo de pensar,

de reflexionar,

de detenernos y pensar si es el camino,

¿Es el camino?

Sobre la marcha lo decidimos;

Es muy posible que no sea,

que estemos perdidos,

y está bien,

y es sano.

Todos en este proyecto estamos desde nuestra trinchera,

trabajando al máximo,

juntos,

creyendo,

hoy pasaron cosas que me gustaron:

Corrimos la obra,

como es,

pujada sí,

con algunas metidas de pata,

también,

pero quedó,

hace unos minutos que la vi,

y me

gusta mucho,

es un proyecto complejo,

bien hecho,

pero corrió por primera vez como debe ser,

faltó Juan Pablo,

pero todo lo demás estaba.

Luego fue el cumpleaños de Ricardo,

le reciclamos un pastel,

y cantamos las mañanitas,

el 19 fue el del Potro,

y el 10 el de Miriam,

pronto será el de Érika,

casi todo el equipo cumplió años cerca del estreno,

una extraña coincidencia,

un buen equipo.

Es difícil hacer una obra,

y esta la levantamos desde cero,

todo,

todo,

un trabajo titánico,

pienso hacia atrás,

desde Raúl,

luego se va,

y luego entra gente,

y luego Paty y yo le empezamos a meter candela en su casa,

exhaustivamente,

pienso en la lectura en tiempo real del primer cadáver,

esa fue la base,

pienso en el día que hicimos las secuencias de movimiento,

en un día,

para mostrarlas a Ricardo y Miriam,

y esa fue la base,

las peleas,

regresar en mi bici nuevamente a media noche…

El ensayo del viernes yo estaba fulminado,

quería llorar,

estaba muy agotado,

mareado,

desgasté mucho mi cuerpo,

nunca me había sentido tan cansado.

La corrida salió bien,

pero yo necesitaba descansar,

pálido,

sin comer bien,

quería decirle a Paty que no iba a ensayar,

que me iba ir a mi casa,

pero no,

era el único día antes de mañana que todos íbamos a estar reunidos.

La corrida salió bien,

pero no me vuelvo a hacer eso,

no me vuelvo a desgastar de esa manera…

Por otro lado, estoy orgulloso de poder hacerlo,

de haber podido hacerlo,

hoy ya siento mi poder de nuevo,

he comido,

regresé a la carne,

momentáneamente,

vitaminas,

desayunar

y bajarle a las harinas….

En fin.

Mañana es un gran día.

Ya extrañaba escribir.

 

En algún lugar

De noche

Ya de noche me pongo a pensar en todo lo que hemos hecho hasta ahora.

Hemos logrado mucho.

Avanzado bastante.

No sé si eso se vea en algo.

Me gusta el resultado.

Ya estamos a nada de sobrepasar las cuestiones técnicas.

Me gusta que no se sienta un estreno como tal, porque ya hemos tenido contacto directo con el público.

Nos han visto, saben de nosotros.

No sé qué vaya a pasar, si vaya a gustar o si sea contundente.

Siempre queda esa sensación de falta, que si se transforma se vuelve en una sensación de búsqueda constante.

A detalle, a profundidad.

Nos pasa algo como compañía, que es que nos involucramos en todas las áreas, no sé si eso sea bueno. Nos ayuda a reducir costos, eso sí. Pero nos quita energía y concentración en la actuación. Antes no sabíamos cómo lidiar con ello, pero agarramos habilidad para hacerlo. Ya me estreso menos al hacerlo, me siento capaz.

Pero no sé si eso haga que pese en la actuación.

Hoy vi el ensayo que tuvimos hoy. Creo que estuvimos fríos, pero eso hacía que a ojo de la cámara nos viéramos más relajados. No me gusta mi voz a cámara, porque suele ser aguda, pero cuando conecto con algo profundo, mi voz también cambia. De eso me he vuelto más consciente en este proceso.

Paciencia, he aprendido a tener paciencia con lo que no puedo controlar. Eso es bueno.

Aunque a veces me gana la necesidad de controlar.

En resumen, ha sido un proceso del que he aprendido mucho.

Hay otro tiempo, más dilatado.

Eso sentimos hoy en la corrida, no hay necesidad de correr, de apresurarnos.

Tenemos un montaje que a lo mucho durará 45 minutos, y eso está bien.

Se dice lo que se tiene que decir.

En síntesis.

El resumen de todos los cadáveres, la esencia.

Resumen de las pláticas.

No sé cómo nos vaya a ir.

Si vaya a gustar o no. Espero que sí. Me angustia la idea de sentir que no logramos algo.

Pero en este proceso no hay expectativas, porque los únicos sinodales son los personajes y los testigos los espectadores.

Se trata de gozarla.

Pienso en Raúl y Dania, qué lástima que ya no están.

Fue una pena y fue necesario.

Pienso en qué hubiera salido.

No lo sé.

Hay que seguir.

No sé cómo se sienta Toño.

Cómo se sientan los demás.

Me alegra que mi novio también se involucre.

Está haciendo algo y no sólo está siendo invadido.

Eso está bien.

Voy a dormir

Nerviosa.

Mañana será otro día.

Al lado de la ventana

Hoy estrenamos

Hoy estrenamos. Ayer fue un ensayo general difícil, se nos cayó la transmisión. No sé por qué sucedió eso, si se supone que hemos trabajado para tener las mejores condiciones, el mejor equipo y ajustarnos a lo que hay. Algo no se está dando de la mejor manera.

Ayer Ricardo y Miriam, se quedaron trabajando más tiempo, después de que suspendimos el ensayo, eso me tranquilizó.

¿Qué hacer hoy si eso nos vuelve a pasar?

Espero que eso no suceda, y que mi corazón y mi mente estén en la ficción y no en la preocupación por la señal.

He estado en contacto con Fausto para saber qué podemos hacer. Espero que esto se solucione.

Ayer me quedé rara, en parte por suspender el ensayo y en parte por enterarme que es posible que volvamos a semáforo rojo. Los contagios siguen y la UNAM sacó un comunicado diciendo que no se volverían a actividades presenciales hasta el 2021.

Qué situación tan rara. Pero habrá que adaptarnos. Adaptarnos y trabajar.

Me gusta este proyecto, pero deseo que salga de la mejor manera para que pueda resultar una experiencia agradable al público.

 

Darwin Enahudy Castillo López

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Darwin Enahudy Castillo López

37 años / México, Chiapas, Motozintla

Lugar principal de trabajo (País, estado, ciudad): México, Chiapas, Tuxtla Gutiérrez

Oficio: Actor, director de escena, docente

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Tenía la necesidad de ser menos tímido y mi intuición me indicó que había que hacer algo, mi maestra de lectura hizo un anuncio, su grupo de teatro estaba buscando actrices… con la pena necesaria, pero con la determinación indispensable me acerqué y le pregunté qué sí podía asistir al ensayo, me dijo que sí, que podría servirme de algo. Un sábado a las 9 am empezó el camino hacia mi vocación, era un grupo de teatro de universitarios la mayoría egresados de la licenciatura en comunicación que en ese entonces yo estudiaba aquí en Chiapas.
Montamos
Dolores o la Felicidad de David Olguín y fue revelador algo de magia, algo de búsqueda se revelaba, en la obra la protagonista busca la felicidad y pasa por varias estaciones, de alguna manera fui avanzando en mi camino hasta que en un festival de Teatro Escolar en Aguascalientes al que acudimos un mago -o un duende no lo sé-, me pidió la mano izquierda y aseguró que leía que iba a ser actor, era el impulso de la magia lo que necesitaba para afianzar mi decisión pues durante los talleres que tomé en el festival supe que el Teatro es un espacio de juego y libertad, que era algo que quería hacer el resto de mi vida y aún tenía 18 años. Lo decidí así confiando en la magia, en la fuerza de la magia que me hacía sentir libre y un poco menos tímido.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

Una de las más importantes puede ser: ¿Cómo producir espectáculos cómicos con discursos complejos? ¿Cómo hacer para que el público aquí en Chiapas quiera ir a mis propuestas y las de mis compañeros en el estado? ¿Cómo hacer para que siempre nos paguen lo justo y a tiempo las instituciones culturales del Estado?
Ahora mis deseos están en generar las condiciones necesarias para que exista una compañía estatal en Chiapas, promover y llevar a cabo las gestiones necesarias para que se funde la Licenciatura en Artes Escénicas aquí en Chiapas.
Desarrollar una metodología pedagógica. Ganar el premio Chiapas y viajar por el mundo con mi compañía de teatro.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Deseo, pasión y reflexión.
Cada creador escénico es único en su práctica, ahora en lo que pienso es que nuestra actividad debe procurar espacios seguros de violencias, todas. Trabajo mucho sobre la deconstrucción del Director o Directora escénico en la verticalidad de su ejercicio, procuro un diálogo que asegure confianza, libertad y seguridad a las actrices, actores, alumnas, alumnos.
Nadie está por encima del Deseo del otre, son sueños los que se depositan en nuestras manos cuando estamos frente a un grupo de alumnas, alumnos, actores y actrices.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

Es un espacio de juego y libertad, así lo entendí desde siempre. En este momento el teatro desde su práctica y sea cual sea el lugar en el que nos toque jugar nos procuremos eso: juego, libertad y estar libre de violencias.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

El uso del lenguaje violento y las prácticas violentas. Analizar qué es lo fundamental para realizarlo y no negarnos a lo que acontece, es fundamental mantenernos a salvo, cuidarnos en comunidad, estar atentos y adaptarnos cuando se pueda volveremos al convivio, cuando todos podamos estar y sentirnos seguros.
Cuando lo logremos revisemos qué es lo que comunicamos en nuestros discursos escénicos también (y además).

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Que tengan seguro médico, que su trabajo siempre esté bien pagado y a tiempo, pensión para el retiro, que tengan maestros, maestras, maestres que los acompañen desde una metodología pedagógica que promueva la investigación y el pensamiento crítico.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?


Pienso que se podrá si procuramos a les otres, pienso que es momento de analizar lo que provocó la peste y modificar lo que sea necesario para que todos estemos mejor. Pienso que la prioridad es atender lo inmediato y lo inmediato es la salud de todes.
Deseo que todes estemos bien y volvamos a acariciar nuestra alma y apretarnos en un abrazo.

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Rocío Carrillo

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Rocío Carrillo

57 años / México, Ciudad de México

Lugar principal de trabajo (País, estado, ciudad): México, Ciudad de México

Oficio: Directora de teatro, iluminadora

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Tuve la influencia de un grupo amateur conformado por los maestros de mi primaria. Entre ellos estaba Águeda Incháustegui, madre de María Rojo. Después, descubrí que era una pasión hacer teatro.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

¿Es posible comunicar emociones y símbolos universales prescindiendo de la palabra? ¿Puede el mito a través del teatro crear conciencia y alentar un cambio de percepción en los espectadores?
Me gustaría consolidar mi compañía a través de un subsidio que garantice sus honorarios.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Mito e interdisciplina.
Creo que todo proceso creativo conlleva una labor de investigación alrededor de la temática de la obra y sobre nosotros mismos, los involucrados. Que mis procesos son largos.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

El sentido de colectividad inherente al teatro.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Creo que no hay un sólo modelo teatral. Son expresiones cada vez más diversas.
Lo que creo que debería cambiar es la visión unilateral de las instituciones sobre lo que debe ser el teatro.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Optimismo

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?


Descubrí a través de la obra
Otra Electra, que actualmente estoy presentando en vivo en La Capilla a través de la plataforma Zoom que, de otra forma, el convivio es posible. En este formato hemos llegado a tener conversatorios de casi dos horas sumamente enriquecedoras con público de otras latitudes, con gente de teatro, críticos y artistas de otras disciplinas. Ha sido una retroalimentación que no es común en el teatro presencial.
Me gustaría que esto pudiera conservarse así como los hallazgos que hemos tenido los creadores en esta situación de emergencia.

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Alfredo Michel Modenessi

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Alfredo Michel Modenessi

62 años / México, Ciudad de México

Lugar principal de trabajo (País, estado, ciudad): México, Ciudad de México

Oficio: Doctor en Literatura Comparada, catedrático UNAM, traductor escénico

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Originalmente, por la cruda emoción de habitar la ficción del escenario cuando adolescente, a la par de visitar frecuentemente sus potenciales desde muchas y muy diversas páginas. Tiempo después, tras un periplo por la academia y la literatura, volví como generador de opciones a través del trabajo textual y la producción crítica. Me dedico a esto porque casi no hay nada que me satisfaga más, creativa, espiritual, política y profesionalmente hablando.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

Todas: para mí, no hay pregunta que en última instancia no se pueda ligar a la práctica profesional que he elegido y me hace feliz.
Anhelos: contribuir, aun de modo mínimo o efímero, a la claridad y gozo que el teatro pueda traerle a sus participantes dentro de la oscuridad en que hoy, aquí –y con frecuencia– vivimos.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Abrir la mente.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

La de todos los momentos anteriores: ser eje y espacio de convergencia inmediata, real, tangible, sensible, de ideas, experiencias, sensaciones y demás que ubiquen y amplíen el horizonte de sus concurrentes y, por extensión, de ser posible, sus periferias.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Larga lista.
Tres cambios básicos: 1. La escasa promoción y educación teatral en numerosos niveles y ámbitos sociales. 2. La aburrida dependencia y codependencia de ciertos agentes escénicos en forma de cotos y egos incompatibles. 3. Lo que persiste de resistencia (bastante) a la generación e interacción de modos de producción económicamente más dinámicos.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Los cambios señalados, cuando menos. Un ambiente de verdadera libertad educativa y creativa, acompañado de una real y sólida formación, libre de imposturas.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

Uno, no hemos dejado de «encontrarnos»; se ha vuelto diferente, y quizá más difícil, pero no ha dejado de suceder.
La enfrento produciendo en mis dos ámbitos: el práctico y el académico, y tratando de contribuir a la discusión respecto de esos modos diferentes de encontrarnos.
Cuando volvamos: que estemos/sigamos comprometidos con hacer teatro de modos honestos e incisivos.

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Andrea Salmerón Sanginés

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Andrea Salmerón Sanginés

47 años / México, Ciudad de México

Lugar principal de trabajo (País, estado, ciudad): México, Ciudad de México

Oficio: Gestora, directora

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Crecí en la última calle de Celaya, Guanajuato en un ámbito semirural. Mi curiosidad y mi imaginación eran grandes y mi entorno pequeño y diverso porque estuve siempre en escuelas públicas. Aunque teníamos muchas carencias económicas y emocionales, en mi casa había libros y eso nos salvó: los libros nos llevaban a mundos menos precarios.
Me gustaba cantar y contar cuentos; los actuaba y todo, así que quienes me rodeaban insistieron con que era yo talentosa y debería ser artista y me lo fui creyendo. También me creí que era mala para las matemáticas y el pensamiento abstracto.
En la preparatoria había un grupo de teatro. Ahí encontré una posibilidad para manifestarme desde lo creativo y contar historias. Después, en el 91, hicimos otro grupo muy amateur y nos fue muy bien, básicamente porque no había más opciones culturales en Celaya. Terminando la prepa migré a la Ciudad de México a estudiar teatro profesionalmente solo porque parecía lo natural, ya que todos decían que era buena en eso.
El primer año no entré. No tenía referentes y aparentemente no estaba a la altura. Ahora pienso que soy buena para las matemáticas y el pensamiento abstracto y que, si hubiera tenido más información, tal vez no hubiera estudiado teatro, pero en ese tiempo y lugar, parecía el único panorama creativo.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

Mi principal interés es poder llegar a más personas y serles útil.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Intento decir algo.
Me llevó años dejar de preocuparme por el reconocimiento del gremio y por la crítica y asumir que no trabajo para ellos y que no tengo que demostrar nada. Ahora lo primero que pienso es para quién es ese algo que quiero hacer; me acerco al público objetivo, dialogo con ellos/ellas.
Y hago todo desde ese lugar: trabajo para un público objetivo que viene y recomienda la obra y el teatro se va nutriendo. Y nos hacen comentarios y opinan. Me ha dado gusto que mucha gente ha venido por primera vez al teatro y han salido contentos, se han sentido escuchados, reflejados e incluidos.
Eso quiero, que se sientan incluidos.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

La posibilidad de compartir espacio, tiempo, mirada, diálogo. Cuando podamos volver a compartir, el teatro ayudará a despantallizar, a perderle el miedo a la calle y a la reunión.

Para mí, el teatro se enriquece tridimensionalmente: Hay una dirección de quienes lo hacemos hacia quien lo mira; otra de regreso y otra, más potente aún, entre los espectadores que miran y escuchan uno al lado del otro. Esta última es para mí la dirección más importante: la persona que mira de reojo a la de al lado a ver qué cara hace, que se pregunta por qué el otro se ríe o suspira y eso mismo le inspira preguntas y dudas. Ellos crean la atmósfera que nos contiene a todos y al final dialogan entre ellos. Cada dirección va y viene enriquecida.
El teatro sano es como una gráfica de frecuencia cardiaca sana: va arriba, abajo, al lado, arriba, abajo, al lado.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Siento que la demasiada teoría nos aleja de nuestros interlocutores. Parece que tratamos de encontrar sentido a nuestro quehacer desde nosotros mismos y nuestra propia necesidad. Nos reunimos demasiado entre nosotros para demostrar que lo nuestro tiene validez académica e inventamos nuevos términos cada vez más elaborados y excluyentes.
Para mí el sentido del teatro lo da el diálogo con los espectadores. Hay que mirar al público y a la gente que todavía no es público porque no siente que tiene cabida. También debemos mirar a nuestros colegas de todos los estados del país, de las ciudades más pequeñas y compartir con ellos.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Deseo que rompan la endogamia y que no se enreden tanto con la demasiada teoría. Deseo que sigan su instinto, salgan y vean el mundo y sus habitantes, que hablen con las otredades y aprendan de ellas, horizontalmente; que no sean turistas del otro mirando desde la intelectualidad del artista de la alta cultura; sino que sean generosos, amorosos, que se diviertan y que sean útiles desde el gozo. Deseo que no se preocupen de lo que digan de ellos los colegas «más importantes». También deseo que hagan redes entre todos los estados.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?


Enfrento esta emergencia esperando. Soy paciente y lo seré hasta que podamos encontrarnos. Hasta que podamos cerrar el diagrama que conforma nuestro latido. En estos momentos, con los experimentos virtuales, siento incompletas las direcciones. Me falta el regreso de energía del espectador al hacedor y también me falta el espectador compartiendo con el espectador.
Deseo que cuando volvamos estar juntos, juntas, lo hagamos con una conciencia de nuestra justa dimensión y valor: servicio, humildad y generosidad.

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Daniel Austria

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Daniel Austria

38 años / México, Ciudad de México

Lugar principal de trabajo (País, estado, ciudad): México, Ciudad de México

Oficio: Difusión, relaciones públicas

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Aunque inicié actuando cuando era niño en un grupo de teatro de mi colonia en la Ciudad de México, mi verdadero encuentro con el teatro sucedió en un momento crucial en mi vida: cuando descubría quién era yo y hacia dónde quería dirigirme profesionalmente. Tras haber incursionado en los medios de comunicación, tuve la oportunidad de integrarme al equipo de difusión del Centro Cultural Helénico, donde encontré un refugio que me ayudó a encausarme. Pocos días después supe que había encontrado una auténtica pasión.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

¿Cómo acercar el teatro a cada rincón? ¿Cómo se comparte la emoción que te hace sentir el teatro?
Llegará algún día en el que el teatro tenga un lugar más importante dentro de la vida pública. Quien no lo haya hecho aún, descubrirá las bondades del teatro y hará de éste un hábito.
Hay muchos prejuicios en torno al teatro que impiden a las personas acercarse: que si es caro, que si se requiere tener cierto nivel académico o cultural. No es así. Lo único que se necesita es abrir la mente y el corazón; después solo debes entregarte a la experiencia y disfrutar.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Difusión, mediación, organización.
Quizá lo más característico en la labor de difusión sea desempeñarse como un enlace entre las y los artistas escénicos y su público. Para ello hay que entender a ambas partes; si eso se logra, la comunicación fluirá.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

El teatro es un lugar de encuentro entre personas, ideas y emociones. ¿Cuándo ha prescindido de esto la humanidad? Ahora más que nunca es necesario.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

He visto más de un modelo teatral y no creo que haya uno que sea mejor o peor; simplemente cada quien debe ajustarse al que más le convenga para desarrollar su proyecto.
Lo que debería cambiar es nuestro modelo educativo, con el fin de acercar a las personas al arte en general y al teatro en particular. Eso transformaría, sin duda, a nuestra sociedad.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Que su vida se enriquezca de experiencias, ¿acaso no es la mejor inspiración para la creación?
Que haya espacios para que todas y todos logren desarrollar su creatividad con compromiso y que esos espacios se llenen de espectadores.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?


Hay que resistir, ayudar en lo que se pueda desde donde estés, mantener el ánimo y permanecer cerca a pesar de la distancia.
En mi caso, lo más importante es hacer presente el teatro en la virtualidad. Aunque evidentemente no es lo mismo, la gente agradece seguir teniendo contacto de alguna manera con el teatro.
También toca planear, repensar y replantearse el regreso. Hay mucho por hacer y eso siempre me entusiasma.

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Auda Caraza

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Auda Caraza

41 años / México, Ciudad de México

Lugar principal de trabajo (País, estado, ciudad): México

Oficio: Escenógrafa

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Creo desde que puedo recordar que he podido admirar el sitio desde donde se construyen imágenes para nombrar y descubrir procesos. He podido observar a través de un espacio, cómo muchas personas tienen preguntas en común y que es vital reunirse para crear respuestas. Viví mi infancia siendo observadora de lo que se procesaba en un salón de ensayos, para así, compartirlo orgullosamente en un escenario, al principio pensaba que era un entretenimiento ver el mundo laboral de mi madre, ahora me doy cuenta cuan preciso fue encontrarme en esa circunstancia, que me permite seguir haciendo preguntas vitales de responder para el entendimiento de la práctica espacial.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

El espacio escénico para mí ha sido un laboratorio de preguntas y de no tantas respuestas lógicas, por lo cual podría decir que se vuelve ciclo vicioso porque existen muchas respuestas que quiero entender, encontrar lógica y sentido, para así comprender la vida cotidiana, las relaciones humanas, los afectos, los dolores, los placeres, los miedos.
Mi manera de descifrar todo esto que nos acontece ha sido a través del diseño de espacio, del teatro. Mi anhelo es poder ubicar ese espacio de reflexión y creación como herramienta para descifrar el comportamiento humano a través del espacio.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Síntesis poética, claridad espacial.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

En estos tiempos de pandemia, lo que he podido entender es que el teatro no silencia, es un perpetuo estimulante de preguntas, un buen aliado que me ha permitido cambiar de lugar desde dónde observar y accionar.
Para mí la experiencia del teatro en este momento histórico ha sido situarme en mi propio escenario de interrogantes y muy pertinentes incertidumbres, esperando que lo teatral nos reúna para contarnos quiénes somos y quiénes estamos siendo dentro de ésta situación insólita y desde ahí ¿qué podemos crear?

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Hablando de preguntas, que difícil dar una respuesta y que sea lógica… considero este tiempo como un paréntesis que pueda albergar a la creación más como un proceso intuitivo e incierto, con demasiado espacio de prueba y error, para que la interrogante siga siendo la detonante vital de acción.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Les deseo conectar con lo otro, con los demás, encontrar en el lenguaje espacial el sitio y las herramientas para descifrar circunstancias, que sean necias (os), apasionadas (os), curiosas (os), imperfectas (os), que extiendan su potencia para transformar lo que nos acontece en algo más, un espacio de reflexión colectiva.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?


Deseo un espacio de pensamiento colectivo, un espacio que nos descubre después de la tormenta, sacudidos y confundidos.
Ojalá que nos encuentre haciendo distintas preguntas, que rompa la estructura vertical y nos encontramos en un estado horizontal de creación.

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Angélica Rogel

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Angélica Rogel

45 años / México, Ciudad de México

Lugar principal de trabajo (País, estado, ciudad): México, Ciudad de México

Oficio: TEATRO (Así en mayúsculas)

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Encontré la actuación queriendo ser gimnasta, a los ocho años. La gimnasia me trató con mucho desdén y, como a muchas y a muchos, el Teatro llegó a protegerme y a ser mi compañero de tardes de infancia. Después fue mi protector, el anti-bullying de mi adolescencia. Así llegué hasta la Escuela Nacional de Arte Teatral, en donde varias preguntas se fueron concentrando dentro de mí y las respuestas terminaron guiándome al camino de la Dirección escénica y de la Improvisación teatral.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

Las preguntas constantes son: ¿Qué está pasando a mi alrededor? ¿Cómo transformar lo que pienso y siento al acontecimiento escénico? Esas preguntas, casi siempre, se decantan en una hipótesis activa que me lleva a la tercera pregunta: ¿Cómo se imprimirá este hecho teatral en quién lo observa? Esas preguntas van modificándome, generando nuevas preguntas y siendo la base, hasta ahora, de lo que voy creando.
Si aplico el «aquí y ahora», mi anhelo es estar en presente. Futurear agota demasiado.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Me gusta jugar.
Esas son las tres palabras y se unen en una oración; son las que me han acompañado en este camino. Me gusta jugar, en serio… a veces tanto que el juego pesa. Pero creo en el teatro-juego. En la ficción con reglas y apuestas.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

El Teatro ahora debe escuchar muy atentamente para poder reunir a las personas. RE-UNIRLAS. Somos personas rotas, fragmentadas, alejadas. Y sigo creyendo que el Teatro es un buen pegamento social.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Me parece una pregunta muy abierta. El modelo teatral como… ¿la forma de generarlo, de hacerlo, de producirlo, de gestionarlo, de interpretarlo, de etcétera? En general, creo que hay muchos esquemas que deben cambiar para no dar continuidad al anquilosamiento.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Que encuentren su camino, el propio. Y que lo recorran de ojos abiertos y escucha alerta, para que no haya encrucijada que les traicione.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?


Le enfrento paso a paso. Extraño el espacio que nos convoca materialmente, que no reúne y nos permite sentirnos. Creo que los espacios virtuales nos han ayudado a explorar el convivio teatral y a buscar diferentes tipos de conexiones (no sólo de un buen wifi).
Deseo que, ahora que vamos de regreso, sepamos qué hacer con todo esto y que no se lo lleve el olvido, que tanto nos daña.

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Camino andado

Casa de mi madre

Camino andado

Ha sido el primer día de descanso desde hace mucho tiempo

desde que iniciamos este proceso,

aunque no estuviéramos ensayando,

la mente estaba pensando,

pensando muchas cosas,

y hoy descansé.

 

Llegué a casa de mi madre,

a las 4,

comimos,

me recosté en un sillón y me dormí,

dos horas,

tenía mucho tiempo que no dormías así en la tarde,

estaba cansado,

no podía despertar,

luego vimos películas…

Ya extrañaba estar en casa,

ya extrañaba,

pienso que mañana no tengo que ensayar,

ni pensar ideas,

ni memorizar,

y siento extraño,

voy a extrañar el proceso,

los problemas,

el cansancio,

las juntas,

los ensayos,

me siento extraño,

todo pasa…

 

Estrenamos hace unos días,

y todo salió increíble,

se siente bien actuar,

dar función,

invitar gente,

mostrar lo que se hizo.

Hoy me encontré con unos amigos,

de teatro,

los vi por casualidad

y me felicitaron,

habían estado siguiendo el proceso,

decían que estaba muy chingón,

me preguntaban por cosas,

pienso qué hubiera pasado si me hubiera quedado en la CNT,

me hubiera quedado sin esto,

con la posibilidad de crear mis imaginarios,

por la paga, eso sí

pero uno no puede estar buscando la feria…

 

Al final de la función me quedé pensando en cómo lo hice,

si actué bien,

si logré lo que ya había hecho en ensayos,

luego pensé en quién me metió ese estrés,

en qué momento de mi formación me hicieron dudar,

pienso en mis maestres,

y yo creo que fue en el montaje de Del otro lado de la puerta,

tratar de alcanzar algo que ya había hecho,

el no estar bien,

el no conectar y tener que empujar,

forzar,

mentir…

 

Pienso en disfrutar las funciones,

sin importar si está bien hecho o no,

desaprender también es un camino,

una vez mi maestra me dijo:

Que nadie te quite el gozo de actuar, no te lo permitas,

eso,

a pesar de ser oscura,

es gozo,

el gozo del equipo,

de un trabajo titánico para que nos veamos,

compartir escena con Paty y Juan Pablo,

no sé cuándo se vuelva a repetir.

 

Pienso que me hubiera privado de esta sensación

de completa libertad,

en caso de haber entrado a la CNT,

este último proceso ha sido muy pleno,

la obra es lo que tenía que ser,

mi corazón no puede compartir más que agradecimiento,

en fin…