×

Categoría: Instantánea

David Luciano Ruiz Durán

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

David Luciano Ruiz Durán

51 años / México, Oaxaca, Oaxaca de Juárez

Lugar principal de trabajo (País, estado, ciudad): México, Oaxaca, Oaxaca de Juárez

Oficio: Director, actor, titiritero, realizador de producción

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Acercándome al taller del Bachillerato y luego a la Casa de Cultura.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

¿Quiénes somos y cómo funcionamos en la sociedad?
Cada vez que me subo, comparto escenarios y espacios, me reafirmo como ser Humano comprometido con la sociedad a la que pertenezco y puedo contribuir a mejorarnos a nosotros mismos.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Identidad, cosmogonía y pertenencia.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

Como siempre es el lugar, el sitio donde podemos manifestar temores y esperanzas, para mí no es mero entretenimiento, es el sitio donde podemos recurrir para enfrentar nuestra realidad histórica, llorarla, reírla y superarla.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Para mí el teatro siempre evoluciona, pero en este momento en particular debemos vincularlo nuevamente a su raíz humana de recuperación en esa comunicación simple y sencilla del uno con el otro.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Más bien deseo tener la fortaleza para poder transmitir mis experiencias y que la siguiente generación pueda superar nuestros errores y no desvincular nuestra realidad humana.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

Poder mirarnos con una nueva visión, más humana y comprometida, llena de participación y trabajo conjunto.

Más participantes

Abigail Pulido

Anhelo que siempre haya rupturas y cambios. Que todo se cuestione, TODO. Que siga estando en movimiento, que nuestros derechos como artistas escénicxs también mejoren,...

Leer más

Enrique Singer

Hay una pregunta que no tiene palabras y la respuesta siempre se me escapa de las manos, busco definir la pregunta y encontrar esa respuesta.

Leer más

Tania Rodríguez

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Tania Rodríguez

47 años / Ciudad de México

Lugar principal de trabajo (País, estado, ciudad): México

Oficio: Escenógrafa, iluminadora, directora técnica

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Por una amiga que me pidió ayuda con la luz y el audio en una función. Me enamoré de la iluminación viendo un espectáculo.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

¿Cómo traduzco en espacio y luz mi visión de una puesta en escena y que ésta fluya con los intérpretes? ¡Uff! Muchos.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Espacio, luz, tiempo.
El teatro es mi casa, me siento totalmente libre en él.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

El teatro sucede en vivo y cada presentación es diferente.
Lo que sucede en cada espectador derivado de presenciar un acto escénico es único.
Esta relación debemos valorarla.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

La forma de programar. Darle más importancia a la calidad de los trabajos y con esto me refiero a darles el tiempo para llegar a un estreno en mejores condiciones. Considerar tiempos de montaje, ensayos, etcétera.
Poder diseñar realmente en beneficio del proyecto y no pensando en que hay 5 obras en la misma semana y que tienen a veces menos de dos horas para cambiar de escenografía. Crear más públicos y que las obras tengan más vida.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Que disfruten cada momento del proceso para llegar a una puesta en escena, que tengan el tiempo para crear y que las obras tengan larga vida.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

Con paciencia. Sé que esta situación es temporal y estoy convencida de que vamos a volver al teatro. Deseo que todos disfrutemos más nuestro quehacer y valoremos más el privilegio de hacer teatro.

Más participantes

Casilda Madrazo

Como una persona que comenzó en el ámbito de la danza, muchas de mis preguntas surgen con respecto al cuerpo y sus posibilidades. Necesito confesar...

Leer más

Carlos Sergio Guízar Cosío

¿Cuál será la próxima obra? Quiero descubrir el enjambre de secretos que esconde la escena, con 40 años de experiencia todavía me falta descubrir muchos.

Leer más

Oscar Gordillo

Cada que me involucro en un trabajo (para obtener ingresos extras) que no tiene nada que ver con el arte de la puesta en escena,...

Leer más

Luisa Pardo Urías

Mi forma de habitar el teatro tiene relación directa con mis necesidades profundas, con la sociedad, con la Historia, con la memoria y las preguntas...

Leer más

Zabdi Blanco

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Zabdi Blanco

31 años / Salina Cruz, Oaxaca

Lugar principal de trabajo: México, CDMX

Oficio: Actor

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Comencé estudiando música desde pequeño, después decidí ser cantante de ópera y en el camino me topé con el teatro, y me atrapó. Me gustaba la magia que envolvía a los actores: la entrega y pasión que mostraban a la hora de imaginar y jugar, se comprometían verdaderamente con lo que hacían en escena, y a la vez se veían naturales con todo lo que ocurría.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

Como artista, me pregunto constantemente si lo que estoy haciendo es vigente, si es útil para la sociedad, si lo que estoy diciendo es lo que pienso y hago, si es lo que quiero decir.
Como Actor, me pregunto ¿hasta dónde puedo llegar?, tal situación ¿realmente se siente así? ¿qué estaría pensando realmente? ¿estaría pensando o solo reaccionaría instintivamente?…
He buscado estar en proyectos que me digan algo, también me gusta sentirme parte del equipo, así todos crecemos, aprendemos, nos divertimos y la creatividad fluye. Me gusta sentir la reacción casi inmediata del público: la risa, el asombro… quizás por eso me gusta el teatro de calle y la comedia. Si además de todo esto hay música en escena, maravilloso.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Recibir, proponer, mutar.
El otro es lo más importante, el Teatro es Equipo.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

Necesitamos vernos en el otro. Necesitamos saber que no estamos solos, que no somos los únicos que pensamos o actuamos o decimos tal cosa. Todos somos uno, y en algún punto de la vida todos coincidimos.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Yo creo que en México el teatro sigue siendo un lujo al que no todos tienen acceso financiera o culturalmente. Podríamos hacer del teatro una expresión popular, como lo es la música, o la danza.
El teatro sigue siendo elitista y no representa a la población en su totalidad. Sigue habiendo muchas jerarquías, por tanto, no en todos los equipos se tiene plena libertad creativa. Y siempre podemos jugar y alucinar más.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Deseo que todos encuentren su lugar en esta sociedad. Somos muy valiosos y no se nos puede olvidar. Somos juego, fuego, locura, resistencia, somos los que nos aventuramos a vivir a la deriva y realizar nuestros sueños.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

Es duro darse cuenta de que tu arte no tiene ningún sentido sin la presencia del otro; por un momento nos volvimos innecesarios, dejamos de existir. Si a esto le sumamos el poder de los dispositivos audiovisuales, las aplicaciones, el individualismo, podríamos decir que el teatro está en peligro de extinción.
Yo creo que este tiempo en soledad y encierro nos está haciendo revalorar la cercanía, el encuentro, la comunidad, la naturaleza. Ojalá cuando esto acabe ocurra un despertar creativo, y tengamos más curiosidad por contemplar la vida más de cerca.

Más participantes

Natalia Sedano

Pienso que está en un momento crítico como el mundo entero: por un lado siento cierto vouyerismo y oportunismo hacia ciertos temas y teatralidades, por...

Leer más

Carolina Politi

El presente es algo inasible, que viaja a velocidad, no se dibuja previamente y desaparece justo después de suceder. Con los años los actores contamos...

Leer más

Ángel Hernández

Inicié siendo parte de un programa de intervención en espacios públicos con el colectivo Asalto Teatro. Lo hice porque me parecía importante que existieran acciones...

Leer más

Sergio López Vigueras

No estoy seguro de entender este momento histórico, pero en todo caso el papel del teatro siempre ha sido el mismo. El teatro no es...

Leer más

José Juan Sánchez Aguilar

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

José Juan Sánchez Aguilar

33 años / San Luis Potosí, S.L.P.

Lugar principal de trabajo: México, CDMX

Oficio: Actor, productor

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Descubrí el teatro haciéndolo. A los 15 años me integré al grupo de teatro de mi preparatoria, en San Luis Potosí. Participé en una audición y formé parte de la puesta en escena de ese año. Me cautivó el proceso de trabajo, la manera en la que mis compañeros disfrutaban del quehacer, la escucha que naturalmente existe en un equipo artístico.
Intenté no dedicarme al teatro. Mi familia y el mundo entero me advirtieron que era un oficio muy complicado. Ingresé a la Facultad de Derecho de mi ciudad, pero no pude concluir el primer semestre. Dejar de hacer teatro por un tiempo fue, para mí, la prueba más contundente. Extrañaba sentirme escuchado, sentirme útil. El escenario siempre me ha traído una enorme alegría y al sentir que me hacía mucha falta, busqué formarme de manera profesional.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

Siempre son las mismas preguntas, todo el tiempo vuelven, el que cambia soy yo. En algunos momentos las puedo responder con más claridad que en otros. ¿Para qué estoy haciendo esto? ¿De verdad es importante? ¿Sirve de algo? ¿Alguien me está escuchando?
Anhelo una vida digna, para mí y para todos los creadores de arte. Anhelo un mundo en donde nuestro oficio no tenga que justificarse con estadísticas, un campo laboral real, con igualdad de oportunidades.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Para mí, lo más bello del teatro es la imposibilidad de practicarlo a solas. Siempre se necesita de los otros y de lo otro, que quien sabe qué sea eso otro.
He tenido la enorme fortuna de trabajar con gente desmesuradamente talentosa. Primero en la universidad y después en la vida profesional. Todos esos encuentros me han marcado permanentemente, me construyen día con día. Esta experiencia de vida hace que mi trabajo escénico sea distinto, pero construido, cachito a cachito, por lo que los otros me han dado.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

Mi oficio es lo que me ha permitido estar entero estos días. Esto soy.
El teatro es una forma de vida, lo sé porque también lo veo en las experiencias de mis compañeros. Por eso infiero que todas las afirmaciones de vida son importantes, los momentos históricos enmarcan temporalmente, pero lo verdaderamente importante es la vida y no hay manera de priorizar ninguna de sus manifestaciones.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Muchas cosas. Sufrimos de carencia de espacios, de presupuesto, de condiciones dignas de trabajo, de desigualdad. Pero particularmente creo que necesitamos dejar de romantizar nuestro oficio, revisar la manera en la que competimos unos creadores con otros y buscar la construcción de una comunidad.
Sí, el teatro lo hacemos con los otros, pero ¿si consideramos a los otros? Nos gusta la idea de pertenecer a una “familia” artística, pero ¿Qué necesitamos de esa comunidad? ¿Estamos dispuestos a dar algo a cambio?

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Les deseo mucha determinación para escucharse entre ellos. No nos damos cuenta, pero todo el tiempo dejamos de escucharnos. Los artistas tenemos ese «pequeño lugar interno» lleno de vanidad, en el que nos refugiamos cada que podemos. Se necesita mucha fuerza y mucha atención para romper ese individualismo que tanto daño le hace al teatro.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

La presencia del otro, incluso en su forma de ausencia, es algo que siempre me contiene y hace que superviva. En todas las etapas históricas los teatreros hacemos eso, supervivir. Creo que debemos procurar, cuidar y atesorar nuestra existencia. Me gustaría que encontremos la forma de ser necesitados por el público.
Anhelo un tiempo en el que no seamos pobres de audiencia. El teatro mexicano tiene mucho para dar, pero el encuentro con la gente siempre ha sido una batalla con muchos obstáculos y no siempre podemos librarlos.

Más participantes

Berta Hiriart

Espero que los jóvenes encuentren su propia voz, su propio estilo. Para lograrlo, hay que alimentar la curiosidad: investigar en los libros, en las puestas...

Leer más

Anabel Caballero

La pregunta que intentó nunca perder de vista es: ¿Para qué desarrollar un proyecto? ¿Cuál es la pertinencia del mismo en el contexto actual mexicano?...

Leer más

José Alberto Gallardo

Me pregunto desde que comencé acerca de la pertinencia de mi quehacer. Entonces de forma muy naive, que me hizo caer en aposturas de todo...

Leer más

Susana Romo

Las preguntas que alimentan mi práctica vienen del vínculo con el espectador, de entender lo que hago como un servicio al otro, de la mirada...

Leer más

Mariana Giménez

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Mariana Giménez

52 años / Buenos Aires, Argentina

Lugar principal de trabajo México, CDMX

Oficio: Actriz

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

En Málaga, cursaba el primer semestre de Psicología y desde la ventana del aula veía entrar a las alumnas y los alumnos al Conservatorio que estaba justo enfrente. Pensé que yo tenía más que ver con esa gente que con la que me rodeaba en ese momento, así que crucé la calle y ya no volví. Allí descubrí que se podía vivir de hacer teatro, aunque yo viví haciéndolo desde muy niña, con mis hermanas en el garaje de la casa de mis padres. Muchas horas, años haciendo teatro con todos los juguetes y objetos raros o de deshecho de la casa encima de una manta tirada en el piso. Sin duda, todo el imaginario y la mirada de mundo, la convención enloquecida, los mundos dentro de los mundos y la construcción del personaje provienen de allí, de ese origen infantil delirante y genial durante las siestas calurosas de la provincia de Buenos Aires.
En México se dice «gente de teatro». Gente deriva del latín y significa tribu o familia. Esa es mi gente. Me encanta.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

Todo es preguntas en el teatro. Últimamente me rondan algunas que tienen que ver con la enfermedad, la transmutación, el miedo a lo desconocido, a lo distinto. Pero casi todas las preguntas confluyen en amor, locura y muerte, de alguna manera.
Mi anhelo tiene que ver este preciso instante con seguir haciendo teatro. No tengo prisa, sólo deseo. Tratar de percibir lo que nos rodea y establecer la conexión, descubrir el código.
Del hacer deviene el discurso, la poética. Ahora toca despejar esta equis: Si la cosa está así, entonces… ¿cómo lo vamos a hacer?
Poner todo en duda es un ejercicio sano, también. Que la sacudida sea útil para revisarlo todo.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

¿Sólo tres palabras?
Libertad, misterio, trabajo.
Pienso que un artista lo es porque mira el mundo así, de forma única. Me gusta mucho descubrir otras miradas y sorprenderme con ellas, identificarme y maravillarme. Pero si soy honesta, nunca entendí esa aspiración de ser «cómo». Lo que yo amo es todo eso que pasa cuando se crea un personaje o un concepto. Y lo vivo de manera muy íntima, muy personal.

Primero vas a tientas, y de pronto aparece una pista, una señal. Y luego una especie de posesión, todo llega de manera caótica y muy intensa. Es el momento en donde vas al súper y la fruta te habla, y el metro es un escenario, y una foto te abre la puerta. Y después llega un espíritu ordenador obsesivo, que le da aparente estructura a la costumbre demencial de construir un mundo dentro del que existe.
Y sí… todo viene de la infancia, irremediablemente. De esa primera vez que miramos algo, y se quedó grabada esa impresión como una huella indeleble. Cuando la mirada propia se mezcla con la del equipo creativo, la experiencia se vuelve total, colectiva.
Lo que más me gusta del proceso creativo es construir algo con mucho cuidado y detalle, y luego destruirlo, para volver a construirlo, y así. Una pradera verde hermosa, y de la nada se abre una grieta y aparece el Averno. Entendemos mejor esa cualidad impermanente en el teatro que en la vida. Por eso hacer teatro es adictivo.
Uno lo entiende todo mejor, hasta no entender.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

¿Cuál es la importancia? Toda.
Ahora más que nunca, porque el teatro está fundado en un acuerdo tácito que hacen las personas para encontrarse corporalmente. Entonces imagínate, ahora que tocarse es imposible, ¿dónde será posible este encuentro sino en el Teatro, que es el territorio de la imposibilidad?

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Tener postura crítica hacia nuestro trabajo permite dialogar, revisar, confirmar, decidir.
No todo tiene que cambiar, hay cosas que funcionan, otras necesitan desaparecer y otras modificarse.
Creo que hacen falta más proyectos incluyentes y diversos, que apoyen la mirada propia del artista, que vinculen a las compañías estatales, las distintas escuelas de teatro, el teatro institucional con el teatro independiente, las distintas comunidades. El arte teatral con otras disciplinas artísticas, con la ciencia. Lo más productivo surge siempre del encuentro con lo distinto. Ese encuentro hay que propiciarlo más.
Los modelos deben estar pensados para fomentar el diálogo creativo, el recurso es un medio para lograr un fin, esto no debe olvidarse: el fin último es la creación artística.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Yo quiero seguir cerca de los jóvenes y las jóvenes del teatro. Esa es la razón por la que doy clases, principalmente. Cuando se descubre todo por primera vez, es tan vital e inspirador. Eso es contagioso, en el mejor de los sentidos.
Deseo para las generaciones venideras, que vivir del teatro sea una tarea más amable, que puedan dedicarse profesionalmente a nuestro quehacer sin la eterna incertidumbre de la supervivencia. Parece que ese propósito se vuelve doblemente difícil en estos momentos que estamos viviendo.

Sin embargo, creo que es una oportunidad única para la creación, es el momento de hacerse aquellas grandes preguntas de las que hablo más arriba, y otras nuevas, o viejas y olvidadas.
Y eso es esperanza.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

La incertidumbre es un territorio tremendo. Todo era raro de por sí, pero esto…
No obstante, pienso que el teatro me salvará, como otras veces, y nos salvará a todos los que necesitamos superar ciertos obstáculos para poder vivir. Desde hace unos años entiendo la vida como un riesgo constante, quien no lo entiende no vive. Pienso en la vulnerabilidad más que en el peligro. Este riesgo no es inútil ni estéril, es un linde desconocido que hay que explorar para descubrir algo fundamental y urgente sin tener garantía cierta. Ese algo merece el riesgo.
Yo sigo haciendo teatro porque no lo puedo evitar. Todo lo que ocurre a mi alrededor es inspiración y referente.
Creo que encontraremos la manera, sin duda. Aunque se vuelva un espacio limitado, será aún más precioso justamente por eso. El amor cortés era la sublimación erótica del encuentro amoroso, que por breve o difícil, era más preciado. Como el arte de la alquimia, el teatro será el territorio donde se pueda tocar al otro sin tocarlo. Eso ocurrirá cuando volvamos a estar juntos: alquimia, milagro. Teatro.

Más participantes

Tania González Jordán

Tengo muchas preguntas, pero una pregunta que ha alimentado mi práctica y lo sigue haciendo es la que intenta comprender el camino por el cual...

Leer más

Elías Toscano

Como recién egresado vivo un constante debate personal entre lo que disfruto hacer y lo que necesito hacer para continuar con mi práctica profesional. Es...

Leer más

Pablo Chemor

Me gusta seguir explorando cómo se relacionan la música y el teatro. ¡Y quiero actuar más! Quiero hacer un musical. Quiero escribir. Quiero dirigir. O...

Leer más

Lázaro Gabino

Mi trabajo lo he desarrollado casi por completo en el marco de Lagartijas tiradas al sol, grupo de teatro que iniciamos Luisa Pardo y yo...

Leer más

Araceli Rebollo

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Araceli Rebollo

46 años / México

Lugar principal de trabajo: Ciudad de México

Oficio: Directora de escena, académica

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Profesionalmente inicié a los 19 años, creo que antes sólo lo hacía por diversión. Empecé con el pie derecho, por una parte pertenecía a un grupo que se presentaba en zonas marginadas del entonces Distrito Federal y por otro lado participaba en el montaje de La vida es sueño en el Teatro Juan Ruíz de Alarcón, también hice teatro de calle y circo y eso me permitió tener un panorama muy amplio de lo que es hacer teatro como oficio, como profesión y desde el ámbito académico.
La verdad lo decidí por instinto, tenía el pase reglamentario de la prepa de la UNAM, así que, a una persona de entregar mi registro, cambié el orden de mis opciones y eso cambió mi camino. Mi papá es un amante de la historia y el arte, mi mamá ama la música y por ella estaba siempre en los festivales escolares y demás actividades artísticas al alcance para una niña de «provincia».
Los libros, el circo y el cine estuvieron siempre cerca como entretenimiento, así que creo que la selección de estudiar la licenciatura fue instinto natural. Sigo hasta ahora gracias a las enseñanzas de mis maestros, ellos me dieron las bases para poder llevar a cabo los estudios y las tareas de este oficio. Mi elección se ha ido reforzando gracias a ellos, mis compañeros y mis alumnos. Aprendo mucho compartiendo con otros creadores escénicos y descubriendo con mis alumnos nuevos caminos y formas.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

En realidad son muchas y persistentes. El ser humano es un universo interminable, mostrar a profundidad cada parte de él sería algo muy deseable. Las preguntas son muchas y por un tiempo una se manifiesta más que otras y es así que surge un montaje o un proyecto. Además de preguntas creo que tengo una gran necesidad de compartir las respuestas que logro vislumbrar y que estas se conviertan en nuevas preguntas para mí o para otros.
Un anhelo es que ver a todos mis alumnos haciendo lo que les gusta, que encuentren su propia voz. Otro es saber que el teatro puede cambiar el pensamiento de las personas y estas a su vez pueden mejorar el mundo. Una utopía, más que un anhelo, es que seamos capaces de ser una comunidad a través del reconocimiento y respeto por el trabajo del otro.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Intenso, complejo, apasionante.
Soy de una generación donde los modos de producción no eran reconocidos como necesarios. La idea del arte por el arte permeaba gran parte de la enseñanza. Inicié en el teatro como actriz, pero poco a poco me fui interesando por la producción y la dirección. Mi formación como directora fue a través de grandes personalidades (Mendoza, Margules, Ibáñez, Ruíz, Valencia, Castillo) que levantaban proyectos desde su visión de vida.
La figura del director era hegemónica, a pesar de eso conocía pocas mujeres que se dedicaran a la dirección. La historia del teatro en México ha dado prioridad a figuras masculinas y creo que mi generación es un parteaguas en ese sentido.
La producción y la gestión la sigo aprendiendo sobre la marcha.
Con respecto a mi trayectoria y trabajo personal en mis montajes siempre encontrarás música, danza y versos. Me gusta jugar con la tradición y encontrar la conexión de textos clásicos con formas y modos contemporáneos. Y más recientemente intento que los proyectos como festivales, coloquios y demás lleguen gratuitamente a muchas personas y que su encuentro con el teatro sea pleno y honesto, no importa si es desde lo escénico, lo académico o el mero entretenimiento.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

El teatro cobra relevancia en tanto dejamos que él sea el que se manifieste, no sólo como arte, sino como medio de comunicación y fenómeno social. El espectador cautivo buscara su encuentro, regresará a su butaca ya sea presencial o virtualmente en tanto nosotros seamos capaces de brindarle ese espacio de reconocerse en nuestras historias, montajes, propuestas.
El teatro siempre será sinónimo de encuentro con el otro, si no lo olvidamos, puede ser también un medio de sanación. Pienso que esa es la importancia no sólo del teatro sino de las artes en general.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Creo que el teatro siempre encuentra su lugar y forma en cada época y lugar. Ahora nos preocupa la apertura de los grandes teatros, pero fuera de las grandes instituciones el teatro no ha parado, se sigue manifestando desde las aulas y los intentos de llegar a través de las pantallas a las casas de los espectadores con compañías independientes.
También pienso que una vez que tengamos un conocimiento más profundo y amplio de la cultura digital el teatro tendrá nuevas herramientas para manifestarse dentro y fuera de los escenarios y las pantallas.
Tal vez es momento de transformar la caja negra en un espacio abierto, libre, con un espectador que se acerca por curiosidad y se queda por necesidad.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Que encuentren su voz y su modo de hacer teatro. Que piensen en lo que les dejamos como herramientas para labrar su propio camino y no necesariamente seguir el nuestro. Que vean al teatro como una forma de vida y no sólo como una profesión. Y que confíen en que lo que hacen siempre será lo mejor, pues sale desde su impulso creativo, si nace desde la honestidad el espectador estará ahí siempre. Dicen que lo que no te mata te hace más fuerte, así que espero verlos más fuertes y plenos.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

Pues no la enfrento, la vivo, la acepto y busco las herramientas necesarias para adaptarme a ella. Ahora ensayo un montaje por video llamada y no avanzamos a la velocidad que el capitalismo exige, pero el trabajo se hace y puedes extrañar el contacto físico, pero el encuentro se da.
Creo que este virus nos mueve de nuestra zona de confort y eso no nos gusta, pero a la larga nos dará la experiencia para enfrentar cualquier cosa, como teatristas y seres humanos. Nos está cambiando la mirada y eso a mí me gusta.
Por otra parte a nivel de proyectos también cambiamos la programación del
Festival de Teatro Clásico MX y vamos a experimentar con otros medios. No sabemos si será bueno o malo, pero será, es nuestra primera emisión en medio de una pandemia, así que sólo nos resta dar lo mejor. El Coloquio de teatro y fútbol espera la luz verde en Monterrey para llevarse a cabo en las condiciones que sean posibles, así que seguimos trabajando.
El teatro también es transformación.
Como todo reencuentro después de mucho tiempo creo que estará lleno de sentimientos encontrados, así que espero que sea con dudas pero amorosamente, que este lleno de sorpresas por la transformación ocurrida de ambas partes (teatro y espectador), pero también con aceptación mutua. Sin duda será un reencuentro lleno de vida.

Más participantes

Julieta González

Desde el Colegio de Productores estamos trabajando de la mano de autoridades para crear estrategias que permitan la supervivencia del sector y de la infraestructura...

Leer más

Sergio Medina Meneses

Demostrar que el teatro no es un arte arcaico. Que es necesario para seguir. Que a diferencia de otras artes, el teatro puede existir mientras...

Leer más

Josafat Aguilar Rodríguez

Me cuestiono permanentemente durante todo el proceso, incluso después del estreno, si será adecuada tal convención teatral para un espectador que está sobrestimulado en términos...

Leer más

Daniel Austria

¿Cómo acercar el teatro a cada rincón? ¿Cómo se comparte la emoción que te hace sentir el teatro? Llegará algún día en el que el...

Leer más

Mónica Hoth von der Meden

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Mónica Hoth von der Meden

61 años / México, Ciudad de México, Mixcoac

Lugar principal de trabajo: México, Guanajuato
Ciudad de México

Oficio: Dramaturga, gestora cultural

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Mi primer acercamiento al teatro como creadora fue a través del teatro de títeres de sombras y decidí dedicarme al teatro porque en él encontré un medio para expresarme y llegar a un público amplio.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

Me interesa llegar a públicos más amplios y lograr que se encuentren en algún reflejo de la escena.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Busco que el teatro sea una experiencia significativa para el público mexicano contemporáneo.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

Creo que en este momento histórico los teatreros debemos reflexionar sobre la función social y estética de nuestro oficio.
Su importancia actualmente me es el recuerdo del convivio y la aspiración al mismo.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Encuentro que hay varios modelos teatrales, entonces desconozco a cuál se refieren, pero sí creo que debemos fomentar más el teatro para públicos jóvenes, ¡para no extinguirnos en el camino!

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Que gocen su práctica y que produzcan obras significativas. Que sus palabras y sus imágenes sean poéticas y potentes, que tengan algo que decir, y si es algo que pueda hacernos mejores personas, ¡¡mejor!!

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

Como dramaturga estoy muy acostumbrada a trabajar en soledad, pero no deja de afectarme la crisis que estamos viviendo.
Cuando volvamos a estar juntos espero que seamos más sencillos y más sensibles al otro.

Más participantes

Álvaro Cerviño

¿Qué quiere ver el público? ¿Qué puedo mostrarles? Mi anhelo imposible: una réplica del Corral de Comedias de Almagro en México y montar todos los...

Leer más

Darinka Ramírez

Intento buscar que las preguntas que se albergan en mis entrañas sean honestas con lo que me atraviesa en ese momento; procuro lanzarme a encontrar...

Leer más

Camila Villegas

En estos tiempos, se hace casi ensordecedora la pregunta en torno a la pertinencia del teatro. Más allá de preguntas en torno a lo formal...

Leer más

Valentina Sierra

En este momento anhelo volver a levantar el telón sin miedo al contacto, anhelo llevar a escena los proyectos gestados durante el confinamiento. Pero más...

Leer más

Amanda Schmelz

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Amanda Schmelz

50 años / México, Ciudad de México

Lugar principal de trabajo: México, Ciudad de México

Oficio: Actriz, diseñadora de caracterización

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Estudiaba arqueología y un día mi hermana -que me veía atribulada con las tareas- me preguntó qué quería ser «como cuando éramos chiquitas», me dijo, “actriz de teatro”, le respondí. Cambié de carrera y encontré mi lugar, mi país.
Y aunque he tenido momentos difíciles en los que he pensado en el auto-exilio de este arte ancestral y siempre complejo desde su presente constante y exigente, no puedo del todo -nunca- y afortunadamente, dejar de ver la vida desde este nicho que me ha cobijado, dado cabida y comprensión del mundo.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

¿Dónde están los límites de lo que pensamos que podemos ser y hacer? ¿Hasta dónde podemos llegar con nuestra imaginación y nuestro deseo?
Pienso que en el teatro tenemos la posibilidad de indagar muy lejos sobre la condición humana y liberar los candados que como sociedad nos hemos impuesto. Particularmente me interesa indagar en nuevas narrativas, cómo podremos salirnos del cajón del patriarcado y contar otras historias de maneras distintas. Siempre hay una vuelta más que darle a la tuerca.

Mis anhelos tienen que ver con articular mi propio discurso como creadora escénica. Tengo proyectos que concretar en dramaturgia y dirección. Quiero generar y ser parte de procesos de creación colectiva, seguir trabajando en compañía(s).
Me interesa crear enlaces entre distintas disciplinas artísticas. La idea de poner en movimiento piezas pensadas para estar fijas en un museo, siempre me ha atraído especialmente.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Salto sobre mi sombra (son cuatro palabras).
Juego, arrojo, disciplina.
Escucha, descubrimientos, renuncias.
Mi voz, que soy yo y me desnuda.
La visión que tengo de la escena desde la caracterización, esa manera de entender cómo habitar otra piel y hacerla tuya.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

Siempre se ha cuestionado la función del teatro, del arte en general. Frente al hambre y la precariedad de lo que –nos han instruido- es lo indispensable para estar vivos, el arte parece perder importancia, vigencia, urgencia e incluso justicia proletaria y universal. Pero permanece, sin embargo, se mueve. No está en la canasta básica y para el mercado dominante que todo lo acapara y lo coopta, se convierte en producto de consumo superfluo para las masas manipulables.
El teatro me ha enseñado que la masa y el público son términos completamente opuestos. El público es un ente activo, intrínseco al hecho teatral, se sabe indispensable; transforma y es transformado (esa es la aspiración, al menos). Los espectadores están haciendo el teatro con nosotros en el entrecruzamiento de un espacio con otro: construimos un algo nuestro que es efímero pero, con suerte, eterno. No conozco nada más excitante. Trabajamos mucho antes de que lleguen, siempre deseosos de que en ese momento el juguete funcione, que el duende baje y el milagro se produzca. No siempre sale… somos terriblemente falibles, humanos al fin.
El teatro es un espacio en el que se crean narrativas, se rompen paradigmas; es un portal que abre infinitas posibilidades… y vamos a necesitar reinventarnos. Es una herramienta única para visitar otros mundos y tocarse entre seres humanos sin moverse de lugar. Y vamos a necesitar esos viajes y tocarnos de otras maneras.
A través del teatro se puede decir no a la corrupción, a las dictaduras, al olvido de la memoria colectiva. “Un pueblo sin teatro es un pueblo sin verdad”, dijo Usigli.
El teatro es un espacio para dialogar(nos), interrogar(nos), reconocer(nos), entender(nos), reflexionar sobre lo que somos, y vamos a necesitarlo para sublimar tanta tristeza, frustración y violencia acumuladas.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Pienso en la importancia de la renovación del lenguaje, de cómo hay que buscar constantemente maneras nuevas para decir lo mismo y para decir lo que no se ha dicho.
Creo que debemos tener mucho cuidado para no permitir que el teatro se parezca cada vez más a otros medios, con alfombras rojas y marquesinas con nombres de “artistas de la televisión”. Cada vez vemos más estas obras hechas con “fórmula de éxito” y producción en serie y eso va en detrimento del apoyo a proyectos de experimentación y bajo perfil donde el diálogo del teatro tiene lugar realmente. Hay que preguntarse muchas cosas y deshacer todo modelo único por definición.
Me gustaría que se entienda al teatro como un educador potencial, una herramienta magnífica para crear seres libres y pensantes que tengan confianza en sí mismos y derecho a soñar.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Que fracasen muchas veces y se vuelvan a levantar.
Que nos sorprendan, que nos enseñen; que refresquen el lenguaje ahí donde nosotros nos hemos estancado.
Que recorran el camino siempre con el deseo explícito de arriesgarse y que no quiten nunca el dedo del renglón; que no cedan ante los engaños del ego y la fama; que sean solidarios entre ellas y ellos y no permitan en sus prácticas más inequidad de género, racismos y homofobias, ni se dejen determinar por nadie.
Pero que estudien mucho, entrenen duro, que sean tan disciplinados como apasionados.
Y que no pierdan nunca el interés.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

Por alguna razón que todavía tendré que seguir indagando, la metáfora del barco me ha acompañado poderosa, insistentemente, durante toda la cuarentena (cuareterna). Desde luego no es una metáfora mía ni una particularmente original, pero ha sido para mí una tabla de salvación para transitar en el desasosiego de esta época extraña y ominosa, con una bandera de esperanza.
La idea de tener un vehículo cuyo objetivo siempre es llegar a un puerto, un ancla que tirar a un fondo reconocible y una tripulación en quienes apoyarse en el trayecto, es lo más parecido a tierra firme por ahora. Mi barco es el teatro. Es como la isla flotante de la que habla Eugenio Barba: “el terreno incierto que puede desaparecer bajo los pies, pero que puede permitir el encuentro, la superación de los límites personales. Pero, más allá de las islas flotantes, ¿qué es lo que existe? ¿qué y quién se encuentra?”
Es en este pequeño terruño, mi parcela personal, en la que he estado labrando; el jardín interior que nada ni nadie puede quitarme. Me he aventurado a realizar pequeños proyectos frente a la cámara, de los cuales algunos son más logrados que otros, pero de los que atesoro la experiencia obtenida y el arrojo y disciplina que me han requerido para concretarse. Gracias a esto he descubierto que mi inquietud artística no se detiene y que, por el contrario, es el asidero de mi sanidad.
Ha sido un tiempo de reacomodos, de reflexión y de pausa. De siembra, de depuración y por supuesto, de resiliencia. Lo que hemos aprendido durante estos meses es inconmensurable y sé que todavía nos traerá muchas enseñanzas y sorpresas, así como grandes desafíos.

Para mí, hoy, más que nunca, las posibilidades infinitas, lúdicas y perpetuamente humanas del teatro, constituyen las puertas, puentes y pasadizos de salida y entrada, de entrada y salida y vuelta de nuevo a la vida; al mundo -aunque herido, aunque perdido (porque no hay regreso, sólo reinvención)-.
Hay mucho qué rescatar del trabajo que hemos estado realizando desde nuestras casas y a través de medios digitales. Esto nos ha obligado a desarrollar habilidades creativas y técnicas desconocidas hasta el momento y que serán de gran utilidad cuando volvamos a los escenarios, porque habrán surgido nuevas formas y nuestra necesidad de reconocernos y cosechar lo que en estos tiempos hemos sembrado, será infinita. Serán los frutos de la reflexión, del autoconocimiento. Pero habrá también retazos y escombros y deberemos rescatarnos entre nosotros porque la crisis económica será devastadora.
Ya ha pasado antes, durante la Segunda Guerra Mundial hubo gente que sobrevivió a los campos de concentración gracias a que en su interior tenían piezas de arte que los transportaban a otros mundos y ayudaban a otros a hacerlo, brindándoles belleza y alegría en medio del horror. Esa es la fuerza del arte.
La próxima vez que tenga la oportunidad de entrar en un teatro, de encontrarme con mis compañeros para escribir o analizar un texto, para ensayar y tender puentes en el vacío frente a un público presente; como nunca antes voy a valorar cada instante sabiendo que es irrepetible, como cada cosa, cada momento y cada persona.
Tendremos revancha. Tendremos teatro.

Más participantes

Pedro Castellanos Lemus

Me intriga la indagación escénica de las diferentes formas de interacción entre las personas y su mutua transformación en lo corporal, lo intelectual y lo...

Leer más

Noé Morales Muñoz

Me da por buscar relaciones, vínculos, cruces entre cuerpos, temas, narrativas, disciplinas, campos del conocimiento. Mi concepción de la escena es la de un territorio...

Leer más

Catalina Jiménez

Mi práctica es alimentada siempre por las nuevas experiencias, sobre todo con relación a las jóvenes audiencias y a la profesionalización del área a la...

Leer más

Ana Beatriz Martínez

Anhelo ser nadie. Me parece que en estos tiempos tan envenenados de narcicismo, deseos de fama, éxito, premios y seguidores, ser nadie puede ser un...

Leer más

Luisa Huertas

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Luisa Huertas

69 años / San Salvador, El Salvador, Centro América
MEXICANA por naturalización

Lugar principal de trabajo: Ciudad de México

Oficio: Actriz, docente

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Inicié como estudiante en el Taller de Teatro Infantil del INBA en 1963 ya que desde muy pequeña tuve la certeza de que quería ser actriz. Después ingresé a la carrera en la misma Escuela de Arte Teatral, generación 1967-1969 en donde terminé mi tercer año con Héctor Mendoza. Luego de 5 años de trabajo profesional en teatro, 2 giras internacionales (Colombia, España) algo de televisión y radio, sentí la enorme necesidad de seguir preparándome, acudí a consultar al Maestro Mendoza y me invitó a ingresar al Centro Universitario de Teatro de la UNAM (recién transformado por él en un centro de formación actoral) de 1975 a 1977.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

Tantas preguntas sobre el ser humano, como seres humanos hay reflejados en obras de teatro. Tantas preguntas como cada proceso que inicia me las vuelvo a hacer como actriz para construir un personaje.
En esta etapa mi principal anhelo es volver a pisar el escenario y estar en contacto con el público. Otro anhelo es seguir aprendiendo todo lo posible sobre las artes escénicas.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

IMPORTANTE COMO RESPIRAR.

La energía compartida con mis compañeros de escena y de nosotros con el público, el pulsar, el latido de cada ensayo y luego de las funciones, siempre diferentes.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

Como desde siempre lo ha hecho: reflejar los procesos de la realidad, de su entorno cercano y del que no lo es tanto, de las preguntas, la incertidumbre, el miedo al contacto, al contagio, a la carencia que se vive actualmente, carencia desde afectiva hasta económica.
Colaborar desde nuestro arte para que se comprendan los estadios personales y colectivos, para preguntarnos qué sigue y qué queremos como especie. El teatro contiene el sentir colectivo y es capaz de hacer que la gente participe activamente, se integre incluso al hecho teatral mismo… por lo pronto con «sana distancia».

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Los presupuestos de las producciones: Podrían ser mucho más sencillas en todos sentidos para que se privilegiara la movilidad, la capacidad de llegar a más lugares y de poder adaptarse a diversos formatos, ámbitos y horarios.
Se debe privilegiar el bienestar creativo y económico de los actores.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Que se formen en la mística del teatro, tomen la estafeta de nuestra mejor tradición y que puedan hacer teatro en contacto directo con el público por poco que este sea.
Que tengan amplias posibilidades de prepararse para ser creadores.
Que tengan las condiciones laborales de ciudadanos de primera y no como en la actualidad, en que nuestro gremio no cuenta con los derechos que tienen el resto de los trabajadores: servicios de salud, aguinaldo, vacaciones pagadas, posibilidad de ser sujetos de crédito y demás.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

Por lo pronto utilizando los medios electrónicos para estar al menos en contacto «en vivo» con la gente, estar presentes ante el público y ofrecer experiencias diversas como charlas sobre nuestro quehacer, entrevistas, lecturas y cuanto juego creativo sea posible como lo mostró la obra sobre los leprosarios que, aunque era grabada, nos hablaba de una realidad poco conocida para el público y experimentaba con una forma específica de interpretación que lograba atrapar al espectador.
Lo que deseo cuando volvamos a estar juntos es que el teatro siga cuestionando, conmoviendo, agitando conciencias; que siga haciendo pensar, divertirse, enojarse o llorar al que asista, sean pocos, sean muchos, estén cerca o estén lejos. Eso deseo y eso ocurrirá porque el teatro no ha muerto por siglos y ha resurgido luego de pestes, pandemias, guerras.
El Teatro vive y vivirá mientras haya un actor y un espectador que complemente el rito.

Más participantes

Michelle Guerra Adame

¿A quién le habla el teatro? ¿Quién necesita ver teatro? ¿Para qué? ¿Los niños, las niñas se sienten representados por "esto" que les estoy compartiendo?...

Leer más

Camila Villegas

En estos tiempos, se hace casi ensordecedora la pregunta en torno a la pertinencia del teatro. Más allá de preguntas en torno a lo formal...

Leer más

José Alberto Gallardo

Me pregunto desde que comencé acerca de la pertinencia de mi quehacer. Entonces de forma muy naive, que me hizo caer en aposturas de todo...

Leer más

Luis Mario Moncada

Me siguen inquietando las formas que el teatro adopta en su interminable mutación, me siguen ocupando las estrategias para relacionarme con la audiencia.

Leer más

Humberto Busto

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Humberto Busto

42 años / Ciudad de México

Lugar principal de trabajo: México

Oficio: Actor, director, gestor

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Soy egresado del Centro Universitario de Teatro de la UNAM. Desde entonces he trabajado como actor en puestas en escena dentro y fuera del país. Sin embargo, en los últimos años he ampliado mi actividad profesional a la gestión de proyectos artísticos de convergencia y una investigación sobre las artes escénicas pos-dramáticas en Alemania.
Decidí dedicarme a esto porque me ha parecido siempre la forma más afín, profunda y sincera para analizar mi entorno, cuestionarme a mí mismo y comunicarme con otros.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

En este momento, sin lugar a dudas, la pregunta fundamental que está sobre la mesa es el desafío de las artes escénicas frente a esta etapa tan compleja tanto sanitaria como económicamente hablando (y que golpeará particularmente a nuestra herida Latinoamérica).
En ese sentido, me alimento de la mayor cantidad de referencias actuales alrededor de la teatralidad en distintos países, así como de las convergencias inevitables con las artes digitales. El espacio del tiempo no tiempo que habitamos obliga necesariamente a repensar el acercamiento a la escena de una manera conscientemente antropológica y esencial. Es importante en este momento accionar y crear, al mismo tiempo que reflexionar sobre el discurso. Equilibrar los contenidos con las posibilidades reales de ausencia.
Anhelo que el teatro resurja como una actividad de resistencia, de atrevimiento frente a la pandemia, de cierto grado de disidencia, como acto fundamental para reiterar en el espectador su capacidad sanadora en un ambiente de tanta desconfianza.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Camino personal, empatía y exploración.
Pertenezco a una comunidad artística que intenta equilibrar el arte y el comercio. Busco desarrollar o participar en proyectos que puedan servir a un público más amplio sin perder de vista el discurso.
Trabajar, por ejemplo, en la resignificación de un espacio social como es el Planetario de Bogotá con un montaje que combina el trabajo de artistas audiovisuales y un texto conocido como es «Constelaciones» de Nick Payne. O bien, gestionando con el Goethe-Institut y Cátedra Bergman un proyecto escénico que combina en laboratorio el trabajo de bailarines,
performers y actores mexicanos a través de un análisis corporal de los espacios históricos, como fue el caso del proyecto Antiformalismo-Ein Mexorcismus para Kampnagel en Hamburgo.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

Como decía anteriormente, me parece que tiene que ser uno de los mayores terrenos de resistencia frente a las dinámicas de control, temor y desconfianza que la pandemia y sus contradicciones genera a cada paso.
Actualmente, con la Compañía de Teatro El Guetto hemos iniciado una serie de acciones en el espacio público, cubiertos por una esfera de acrílico, que contiene la idea de sentirnos extranjeros en la propia tierra. En ese contexto, entregarle una flor a una persona en el metro, por ejemplo, ya adquiere una significación más grande aún que antes del Covid. En la toma de esa flor, se vuelve a establecer también un acto de fe por ambas partes. Y aunque parezca algo muy sencillo, en realidad está siendo un acto profundo (¿Teatral?… Sí) de reconexión con los otros, que necesitamos obligadamente ahora para hacer equilibrio con los retos trastocados de la distancia social.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Toda esta situación por la que estamos atravesando provocará los cambios inevitables, tanto en modos de producción, creación y difusión. En ese sentido, estar despiertos y tomar decisiones a cada paso está resultando fundamental. Debajo de eso, me parece que es una buena oportunidad para ser honestos en nuestra necesidad de «producir», dándole nuevamente importancia a lo que siempre ha sido lo fundamental.
Hace unos días, viendo la proyección vía
streaming por primera vez en la historia de «Los Persas» de Esquilo en el Epidauro no pude dejar de sentirme trastocado por la fuerza vital del escenario. Ahí está nuevamente nuestro origen del teatro en el mundo futuro que habitamos. Es un «reset» de alguna manera y puede provocar más profundos contenidos que apelen a aquello que trasciende tiempo y espacio.
Lo que nos conecta, lo que nos duele, lo que nos hace humanos.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Riesgo absoluto. Y antorchas de fe en el corazón.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

La enfrento respetando mi propia susceptibilidad. Revalorando la capacidad de crear con lo que está en tus manos realmente y hasta donde tu capacidad emocional y mental pueda llevarte en esta difícil situación.
Haber colaborado con otros artistas para la creación de «La última función» en Teatro UNAM fue un bálsamo en todos sentidos. Cada quien puede tener su perspectiva sobre lo que está ocurriendo, pero por algún momento el luto temporal por el teatro y las artes en general fue extremadamente doloroso. Siento que después de ese trabajo de transmutación, puedo ser capaz de pensar un poco más con claridad sobre algunas posibles soluciones para atravesar esta crisis.
Ahora es tiempo de seguir para adelante y encontrar los mecanismos y medios más adecuados para ir recuperando terreno. Convertir el desastre en belleza, sigo creyendo, es nuestro deber.

Más participantes

Stefanie Izquierdo Martínez

Creo que hay prácticas escénicas y lo que encuentro esencial es el contenido casi siempre político y profundo; la narrativa con el que se dialoga...

Leer más

Luisa Huertas

Tantas preguntas sobre el ser humano, como seres humanos hay reflejados en obras de teatro. Tantas preguntas como cada proceso que inicia me las vuelvo...

Leer más

Sergio Medina Meneses

Demostrar que el teatro no es un arte arcaico. Que es necesario para seguir. Que a diferencia de otras artes, el teatro puede existir mientras...

Leer más

Antonio Rojas

Esta emergencia que vivimos ha sido enunciada desde hace mucho tiempo por el arte, la literatura, la pintura y el teatro que han vislumbrado siempre...

Leer más