¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?
Cierta costumbre de modelos de producción sencillos y simples, hay que arriesgar más sobre los modelos, ampliarlos, expandirlos y hacer más conexiones y nexos con compañías e instituciones.
Aprovechar las infraestructuras existentes y reutilizarlas si es necesario y hacer modelos no estandarizados sino hechos para la naturaleza de cada propuesta, que los conceptos e ideas no se ajusten a los modelos, al revés, que los modelos de producción sean capaces de hacerse al modelo y los tiempos de la creación.
Destinar presupuesto para los procesos creativos, los presupuestos no son sólo para la producción, en gran medida son para el proceso de creación de esa producción.
¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?
Pensar más, estudiar más, conocer más, ver más, moverse más, profundizar más, escuchar más, para no dejarse llevar por la inmediatez que muchas veces nos envuelve en la inercia de la producción continua o la sobrevivencia.
Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?
Pensando, replanteando ideas y procesos de diseño y de producción a distancia. Y al regreso que tengamos los medios económicos suficientes para impulsar la producción de lo que hemos pensado y reflexionado en este tiempo.