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Categoría: Instantánea

Valentina Sierra

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Valentina Sierra

40 años / Ciudad de México

Lugar principal de trabajo: Ciudad de México

Oficio: Actriz, directora, dramaturga

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Crecí viendo las obras de títeres que hacían mis tías Raquel y Rocío Bárcena. Supe que quería hacer teatro alrededor de los 6 años. Estudié en la Escuela Nacional de Arte Teatral, mi primer maestro fue Adam Guevara, él terminó de enamorarme del teatro.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

Adam Guevara me dio la lección que determinó mi quehacer teatral: Antes de subirte a un escenario, antes de aprender a hablar, antes de dominar la actuación, es indispensable tener la urgencia de decir algo. Esas son las preguntas que activan mi creatividad. A la manera de Facebook: ¿En qué estás pensando? ¿Qué es eso que da vueltas en tu cabeza? ¿Qué es lo que te urge gritar, resolver, cuestionar? Cuando es honesta la urgencia se hace indispensable el proceso creativo y va adquiriendo forma y ritmo.
En este momento anhelo volver a levantar el telón sin miedo al contacto, anhelo llevar a escena los proyectos gestados durante el confinamiento. Pero más allá de la pandemia que estamos viviendo, anhelo que Puño de Tierra, compañía de la que soy cofundadora, tenga un espacio propio. Un lugar de experimentación, ensayo y presentación, multifuncional, amplio, céntrico y con estacionamiento. Es verdad que es un anhelo desvergonzado, pero un anhelo al fin.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Dignidad, empatía, búsqueda.
Hacer teatro para mí es crear mundos a partir del juego y la diversión. Es un juego que me tomo muy en serio e inevitablemente la diversión interviene. Amo esa palabra, diversión. Las partes que la conforman describen mi manera de habitar la escena. En latín
divertere “dar un giro en dirección opuesta”, y qué es el teatro sino eso, detenerte y cambiar de rumbo, tomar un camino distinto. Diversión es también divergencia, separación múltiple, diferentes opciones, muchas respuestas a una misma pregunta.
Me gusta partir de la incertidumbre y la búsqueda. Los procesos flexibles y abiertos. Lo único a lo que renuncié cuando me titulé como actriz fue al sufrimiento. A mí nunca me funcionó para crear, es una herramienta que decidí jamás utilizar, antes de salir egresada le dejé en un casillero olvidado… espero que nadie la haya encontrado.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

Hay un antes y un después de la pandemia. Dejando de lado por un momento este confinamiento que me tiene escribiendo desde mi cama en pijama a las 4 de la tarde; el teatro logra separarnos de las pantallas durante unas horas.
Es muy difícil encontrar el presente, un espacio en el que un grupo de personas decidan vivir la misma historia aquí y ahora. Eso distingue a las artes escénicas y las hace sobrevivir a la televisión, al cine y a las plataformas virtuales. Regresando a la pandemia, ha quedado más clara que nunca la necesidad de la presencia.
Más allá del entretenimiento, el teatro es identificación y catarsis. A través del teatro expreso lo que no puedo expresar, a través de la ficción veo la realidad. En este momento, como en muchos otros, el teatro es reivindicación social, feminismo, denuncia.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Creo que el principal problema del teatro en nuestro país es la accesibilidad. Está centralizado como el resto del país y acceden a él muy pocas personas. Mientras el Estado no vea al teatro como un derecho fundamental, seguirán faltando apoyos para llegar a toda la población.
EFIARTES, que por un lado le ha proporcionado apoyo económico a muchos proyectos que de otra forma no habrían podido ver la luz, también ha dejado fuera a las compañías que no tienen contacto empresarial. Creo que es un error grave que la responsabilidad de entablar relación con los aportantes recaiga en los creadores, porque esto crea figuras intermediarias (
brokers) que terminan decidiendo cuál proyecto es viable y cuál no y no precisamente por la pertinencia del discurso o la calidad artística. Creo que el apoyo fiscal debería ser una bolsa común y la decisión debería de recaer en un jurado especializado.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Les deseo una educación en espacios seguros y equidad de oportunidades.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

Como parte de la compañía Puño de Tierra, he logrado encontrar nuevos espacios y caminos de expresión teatral. Hemos utilizado diferentes plataformas virtuales para exponer nuestro trabajo de confinamiento. Particularmente me siento muy satisfecha por el proyecto audiovisual “Mujeres decididas e insistentes que lavan y remiendan sus propios calzones”, que apoyado por la UNAM y la Compañía Nacional de Teatro, pudo ver la luz. En este proyecto utilizamos todas las herramientas teatrales con las que contábamos y logramos un proyecto audiovisual con olor a teatro.
Creo que ha quedado claro que la cultura es una actividad indispensable. Ha sido, a la distancia, un salvavidas durante el confinamiento. Estoy convencida que el regreso a la nueva normalidad estará permeado por la urgencia del arte presencial.

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Alejandra Díaz de Cossío Salinas

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Alejandra Díaz de Cossío Salinas

55 años / Ciudad de México

Lugar principal de trabajo: México, Morelos, varios municipios de Quintana Roo, Playa del Carmen y Mérida, Yucatán

Oficio: Directora de teatro, actriz y Narradora Oral escénica

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Jugué mucho en mi infancia, tomé clases en el Centro de Arte Dramático y mis padres nos llevaban a muchos espectáculos de ballet, danza contemporánea, música y teatro, me encantó siempre el escenario.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

¿Cómo encontrar lenguajes nuevos donde actores y espectadores vivan una experiencia en conjunto?

Quiero que sea más incluyente y que llegue a más población, que realmente se vuelva una práctica artística que muchas personas puedan experimentar, que no solo se quede en los grandes escenarios. Que con su gran poder para comunicar emociones y sensaciones provoque en el espectador una motivación.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Teatro para niños o familiar, es un teatro artesano, construyo cada elemento del espectáculo.

Me gusta usar diferentes técnicas escénicas sobretodo de títeres, objetos y pop up. También investigar sobre nuestra riqueza cultural y natural para trabajar temas poco o aún no explorados.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

Conciencia colectiva, laboratorio para construir metáforas, espacio de reflexión y creatividad, espacio para exponer discursos

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Debe ser menos elitista, debe ser más incluyente. Tiene que ser más arriesgado, seguir buscando una identidad más auténtica, proponer una estética original a través de nuestra diversidad y riqueza cultural.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Que descubran más su país, que trabajen más con la riqueza cultural que tenemos, que vean otras maneras productivas de cultura en países latinoamericanos.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

La emergencia está siendo devastadora en muchos aspectos, no me gustaría que se recurriera a lo virtual como la «solución para todo» el teatro es encuentro, dialogo, energía y comunicación.

Deseo que estos meses de encierro de verdad nos hagan replantearnos nuestra existencia en el planeta y seamos más sensibles y cuidadosos, todos necesitamos de todos.

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José Uriel García Solís

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

José Uriel García Solís

28 años / Chilapa de Álvarez, Guerrero

Lugar principal de trabajo: Toluca de Lerdo, Estado de México

Oficio: Director

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Nací y crecí en un pueblo del sur, donde casi todos los días se convive con la teatralidad; desde las fiestas hasta los entierros. Todo entre música, danzas, procesiones, misas, limpias y demás rituales. De ahí mi concepción. El gusto y apreciación se me dio por añadidura.

De adolescente pasé por una compañía que me dejó la espinita y cuando tuve que elegir qué estudiar, opté por el Teatro. Así migré a Toluca, casi por arrebato de pasión, rebeldía e ignorancia, pues no sabía a qué tipo de vida me enfrentaría.

Realicé mis estudios universitarios en la Universidad Autónoma del Estado de México donde me formé e inicié mi carrera profesional con hacedores teatrales que marcaron significativamente lo que ahora soy.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

Las mismas todo el tiempo: ¿Por qué hacer Teatro? ¿Para quién? ¿Con quién? ¿Dónde? ¿Es indispensable? ¿Qué puede aportar?

En ocasiones y por momentos, creo que tengo las respuestas, luego se esfuman y ya no hay. Tengo que volver a formularlas, a veces es para reafirmar otras, para obligarme a encontrar nuevas respuestas. Hay que decirlo, va de la mano con los años y las experiencias que me toca vivir. Tiempo atrás tenía una tremenda prisa por devorarme el mundo, ahora pido paciencia para tratar de comprenderlo y comprenderme a mí mismo.

En el Teatro mi anhelo es incidir.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Memoria, territorio, honestidad.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

Arropar a la humanidad, ser consuelo, dotar de belleza, esperanza y, como me lo dijo Saúl Ordoñez, mostrar el horror para sacudirnos, porque también es necesario.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Se debe erradicar cualquier tipo de violencia. Se deben de descentralizar las instituciones y sus programas, la mirada debe de estar presente de manera equitativa para cada rincón.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Rebeldía, empatía y resistencia.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

Procuro sobrellevar este duelo, cuidarme y cuidar la salud de mi familia, atender a mi Padre y a mis hermanas, mantener comunicación con mis seres queridos. Apoyarnos en los momentos de mayor crisis.

Deseo que lleguemos los más posibles, que ganemos esta batalla. Que el aprendizaje nos permita renovarnos. Que el encuentro nos permita llorar y reír para exorcizar esta peste.

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Rubén Ortiz

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Tatiana Olinka Maganda

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Tatiana Olinka Maganda

55 años / Ciudad de México

Lugar principal de trabajo: Ciudad de México

Oficio: Productora

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Inicie estudiando actuación, con la mira de ser directora. Mi abuela sembro en mi la semilla del teatro.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

Siempre me enfrento a nuevos retos y busco la forma en que los procesos sean cada vez mejores, alcanzar la excelencia.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Organización, emoción y acción.

Es parte fundamental de mi razón de ser y estoy convencida de que cada día se aprenden cosas nuevas que implican nuevos retos.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

La forma en que se manifiesta el pensamiento y emociones en respuesta a la experiencia actual.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Deberían profesionalizarse los productores y creativos; así como una revisión a los procesos creativos para eficientarlos en beneficio de la puesta en escena. Buscar nuevas formas de financiamiento.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Que tengan la creatividad, la inteligencia y la fortaleza para seguir haciendo teatro.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?



Han sido meses de reflexión y revisión de lo que hemos hecho hasta ahora en nuestro día a día, a nivel personal y en colectivo.

Desearía que regresáramos con la actitud y creatividad necesaria para enfrentar los retos que vienen; seguir haciendo el teatro que nos gusta.

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Ariadna Medina

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Ariadna Medina

46 años / Mérida, Yucatán, México

Lugar principal de trabajo: Mérida, Yucatán

Oficio: Directora y productora

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Desde niña participé en todas las actividades artísticas de mi escuela. Fue gracias a mi maestra de literatura en la preparatoria, quien se preocupó por llevarnos a ver varias obras al teatro El Tinglado, que tuve mi primer contacto serio con el teatro. “Hecuba” me hizo pensar que lo mío era ser actriz.

Luego de trabajar con diversas compañías escénicas a lo largo de quince años, surgió en mí la necesidad de enriquecer mi formación para hacer un teatro más comprometido con lo social. Esto me llevó a fundar junto con Juan de Dios Rath en diciembre del 2008 Murmurante Teatro, un proyecto cultural ubicado en Mérida, Yucatán que cuenta con un foro de pequeño formato. Las acciones del grupo están encaminadas a la exploración del sentido del teatro contemporáneo y en los mecanismos de intercambio con otras disciplinas, tanto artísticas como científicas, en el ámbito nacional e internacional.

Como creadora, considero que el teatro, más allá del divertimento, debe tener el propósito de recuperar la sensación de la vida, de hacer que el espectador se cuestione su posición ante los problemas sociales que permean su entorno y que no sea el mismo al salir de la sala. Creo en un teatro sensible, íntimo, transformador, capaz de hablarle al oído al espectador

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

Constantemente estoy buscando nuevas estrategias para atraer al público y hacerle ver que existe un teatro diferente con un lenguaje poderoso que va más allá de lo comercial.

Entre las preguntas que me inquietan están: ¿Cómo competir con la televisión y las redes sociales para atraer a las audiencias jóvenes? ¿Qué problemáticas quiero abordar? ¿Cuál es mi compromiso con la sociedad a través de mi trabajo? ¿Qué lugar ocupa el activismo en mi quehacer teatral? ¿Hasta dónde me comprometo como persona y creadora? ¿Qué propone el teatro que hago para hacer la diferencia con las demás ofertas del gremio? ¿Cómo salir de mi zona de confort? ¿Cómo vincularme con otras disciplinas?

Debido a que soy directora y productora de Murmurante Teatro mis anhelos se enfocan en cómo afianzar la estabilidad económica y creativa del grupo. A corto plazo me gustaría concretar una red de colaboración con preparatorias y universidades, tal como la que impulsé recientemente con la Universidad Modelo donde se vinculó a los jóvenes creadores a los procesos artísticos de Murmurante Teatro.

También me interesa concretar residencias con creadores nacionales e internacionales que propicien el enriquecimiento de los lenguajes artísticos del grupo y que contribuyan a perfeccionar nuestro lenguaje documental.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Innovación, resistencia, redes.

Me veo como creadora e investigadora teatral y por ello me resulta importante establecer canales de comunicación transversal con sociólogos, médicos, psicólogos, criminólogos, trabajadores sociales, historiadores, activistas y expertos en temas de género, así como también artistas de otras disciplinas como la comunicación social, la creación sonora y audiovisual en distintos formatos multimedia, así como el cine documental.

En Murmurante Teatro no siempre sabemos lo que vamos a encontrar en cada proceso. No hay hipótesis previas sino que se van descubriendo en la medida en que profundizamos en la investigación

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

El teatro es un vehículo idóneo para acercarnos al espectador con el fin de provocarlo y concientizarlo.

Es momento de atrapar a través de plataformas virtuales a ese espectador distante que por alguna circunstancia no ha podido acercarse a nuestro trabajo. El teatro es una experiencia que solo se puede disfrutar en todo su esplendor en la presencia. Los grupos que tenemos la fortuna de contar con materiales audiovisuales en este momento podemos aprovechar las herramientas digitales y acercarnos a nuevos públicos.

Es una oportunidad para que al abrirse nuevamente las puertas de los espacios escénicos podamos recibir más espectadores. No hay que ceder ante las circunstancias adversas, hay que reinventarse. Y esperar nuestro regreso al escenario. Ahí donde la magia del teatro sucede

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Los modelos de creación y producción actuales son muy diversos. Considero que es importante abrir nuestra mirada hacia los grupos y espacios independientes y descubrir su pertinencia en el fortalecimiento del tejido social.

Es importante que el Estado se comprometa porque la cultura es un derecho que está establecido en la Constitución mexicana. Los grupos artístico somos aliados culturales, de tal forma que el Estado al invertir en cultura procura ciudadanos incluyentes, sanos y críticos con su entorno.

Deberían de existir más apoyos de producción y generación de proyectos independientes que, finalmente, son los que pueden provocar un cambio real en la sociedad.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Deseo que sea una generación crítica, comprometida y generosa con el quehacer teatral. Que escuchen su propia voz y que no se dejen seducir por la fama fácil. Que tengan un compromiso auténtico con su público. Que se cuestionen constantemente sobre su oficio y que no olviden la esencia del teatro.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

En Murmurante Teatro la práctica de generar materiales audiovisuales para llevar un registro de nuestros procesos de trabajo se ha consolidado como una línea estética del grupo. Considero que es una fortaleza en este momento en que la actividad del teatro en presencia se ha detenido. Por lo anterior estamos realizando una programación de eventos por medio de la plataforma ZOOM en la cual pretendemos acercar al espectador a nuestro trabajo.

Deseo que nuestro encuentro sea entrañable y que no olvidemos la importancia de convivir y compartir el hecho escénico. El teatro es físico y presencial, esa es la cualidad que marca una diferencia con el resto de las artes. Ojalá que tanto creadores como público nos demos la oportunidad de volvernos cómplices.

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Juan de Dios Barrueta Rath

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Juan de Dios Barrueta Rath

47 años / Ciudad de México

Lugar principal de trabajo: Yucatán

Oficio: Creador escénico

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Como a los trece años vi una obra de teatro que me gustó, un hermano mayor me llevó a ver «Ubu Rey» con un grupo brasileño que andaba de gira en México. Luego cuando estudié la prepa entré a un taller de teatro y comencé a colaborar con algunos grupos amateurs y tomando talleres en la Casa del Lago. Al ingresar a la universidad me decidí por estudiar la Licenciatura en Teatro. Vi algunas obras que me animaron a ello como «La pasión de Pentesilea», «Yourcenar o cada quien su Marguerite», «Ubu Rey», «Jacques y su amo», entre otras. Me fascinó poder hacer y decir tales cosas en el escenario.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

Las preguntas que el teatro me ha permitido hacerme van todas en relación a la condición humana.
Al principio trataba de comprenderme un poco mejor a mí mismo porque mi personalidad era tímida y muy contenida. Emocionalmente tenía problemas con mis padres, con el mundo, era algo violento y autodestructivo. El teatro me hizo saber que las metáforas sirven para la vida, para vivirla más plenamente, para saber que no estamos solos y que otros han enfrentado dilemas parecidos a los nuestros o han fracasado o se han enamorado o se han visto en todo tipo de situaciones límite frente a las cuales han tenido que decidir comprometiendo todo su corazón y su ser en esas decisiones.

Las preguntas van por ahí, especialmente en cuanto a que el teatro sirve para la vida. Produce conocimiento. ¿Para qué sirve el teatro? Creo que revela cosas de uno mismo y de los otros, cosas que son vitales, importantes para vivir o al menos para no morir.

Me encantaría difundir más el teatro, no solamente como práctica colectiva y pública, sino también como hábito de lectura y compartirlo con otros, con gente que nunca ha leído teatro o que nunca ha ido al teatro. Quisiera que descubrieran el placer de imaginar que están en una situación creada por Lope de Vega o Calderón o Shakespeare o Molière o Carballido o Chías y que responden a lo que sucede en ella. Que la gente común descubra en su propio cuerpo y voz la maravilla del teatro.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Produce conocimiento para la vida.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

Es vital porque es un mecanismo de descubrimiento del ser. Es revelador. El teatro habilita a las personas, las vuelve maliciosas en el mejor sentido de la palabra, es decir, les despierta sus mentes y les hace ver cuán ridículos o cuan sublimes pueden llegar a ser en ciertas situaciones.

Es un conocimiento que el teatro revela de un modo especial, así como la música es vital o las otras artes, el teatro hace lo suyo y genera otro tipo de comunicación, de intercambio intersubjetivo como dirían los doctos.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Nuestro modelo teatral responde a un modelo social y económico. A uno muy desigual, por cierto.

El modelo oscila entre el dominio pleno del mercado y sus reglas y por otra parte, el de los derechos sociales entre los cuales la cultura es uno de los más importantes. La revolución mexicana propició un modelo de sociedad en el cual los conceptos de educación, de cultura y de bienestar estaban fuertemente vinculados para formar una base social más articulada y homogénea que la que existía a principios del siglo XX.

Los rituales cívicos escolares que nos llegaron a resultar tan reiterativos y huecos, para ciertos grupos sociales significaron una forma de integrarse a una nación, a veces para bien y a veces no tanto, pues tenían que dejar de lado matrices culturales propias como la lengua y las costumbres en aras de alcanzar cierta movilidad social. Esa articulación hizo posible que las artes y la cultura fueran considerados derechos sociales y se crearon instituciones públicas que brindaban educación y cultura a las masas.

Actualmente habitamos las ruinas de ese modelo, cuyas instituciones han sido desmanteladas o privatizadas o abandonadas. El Fondo Nacional para la Cultura y las Artes ha sido una especie de parche o remiendo de un modelo de arte y cultura pública que se dio el lujo de tener instituciones como el Centro de Cooperación Regional para la Educación de Adultos de América Latina o la Red Nacional de Teatros del Instituto Mexicano del Seguro Social y del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, la Universidad, los teatros de Bellas Artes, los Centros de Iniciación Artística, en fin, una estructura de derechos sociales que fue destruida.

Los creadores necesitamos articular de nuevo los campos de la educación, la cultura y las artes. Entrar a las escuelas, propiciar presencia e intercambios con pueblos originarios, extender el concepto de cultura mediante prácticas transdisciplinarias, que flexibilicen las fronteras entre disciplinas artísticas, sociales y científicas. Las culturas comunitarias, las artes populares, las prácticas parateatrales deben ser recuperadas. Formas de teatralidad popular que se han ido muriendo porque no se les presta atención, se las ningunea porque el modelo actual concibe el arte y la cultura como un espacio estrecho donde se necesita estar legitimado por un aparato, tan estrecho como la academia, cuyas brillantes propuestas tienen relativamente escaso impacto en la sociedad.

Se necesita un mayor flujo intercultural, una mayor habitabilidad del espacio público y una mayor apropiación del discurso público por parte de todos los sectores de la sociedad. Lo público, lo que es de todos, así como lo fue el río para el pueblo y la ciudad en el pasado, la fuente, la iglesia, el manantial, la cueva, el cielo, el mar, todo eso que se ha ido privatizando y parcelando con los miserables límites impuestos por los «dueños» de las cosas y de los saberes.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Que sean más humildes y francos, que se animen a recorrer el país, que sean más solidarios con los compañeros, que tengan más espacios y apoyos públicos, que sean más considerados socialmente, que asuman que lo que producen es un conocimiento valioso sobre el ser humano.

Mayor autonomía y autogestión mediante leyes más justas de mecenazgo y valoración pública de las artes y la cultura. Que se abran los espacios educativos a la presencia de los artistas como mentores y no solamente como entretenedores.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

Por el momento, aislado y recluido trato de ser paciente, de cuidarme, de conectar conmigo y con los otros por los medios digitales, esperando que algún día volvamos a estar juntos.
Desearía que todos tuviéramos mayor conciencia de lo valioso que es encontrarnos, de la gran ocasión que representa poder tocarnos y abrazarnos una vez más. Quisiera que esa conciencia posibilitara la prevención y el cuidado de todos hacia todos, la consideración y el cuidado hacia los que tienen capacidades diversas, hacia los ancianos, hacia los niños, conciencia del silencio que se produce cuando estamos reunidos y contemplamos algo que nos emociona.

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Sara Pinet

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Sara Pinet

34 años / Ciudad de México

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Cuando tenía 14 años entré, impulsada por mi mamá que estaba preocupada al verme siempre sola, a una clase de teatro. Nunca había sentido que pertenecía a algo, que amaba algo, que me comunicaba verdaderamente con algo. Ese algo fue para mí, a los 14 años, el teatro.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

Decidí a principios de año hacer una pausa en mi carrera y alejarme del teatro por un tiempo, luego llegó la pandemia y todo, de todas formas, se detuvo. Esta pausa, decidida o forzada, me obliga a una revisión profunda y honesta de las preguntas y los intentos de respuestas que han movido mi práctica en los últimos años. Es un trabajo exhaustivo y apasionante. Hoy no tengo claridad en mis preguntas, por eso me detengo. No sé qué quiero para mí en el teatro en el futuro, por eso me detengo.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Rigor, libertad, gozo.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

El teatro está en pausa y creo que está muy bien que lo esté. Una especie de pausa activa, que respira, que vibra, como un atleta que espera el pitido de arranque; una pausa que generalmente no tenemos y que nos permite y nos obliga a repensarlo todo, a replantearlo todo, a imaginar millones de nuevas posibilidades, a transformar, a desechar, a imaginar, a probar, a descansar…
Cuando el teatro regrese su papel será fundamental. Esta pausa era necesaria.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Las prisas, la creación mecanizada, los modelos de producción.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Que se apasionen, que pregunten, que nos expliquen, que nos pidan, que nos compartan, que nos acompañemos, que se comprometan, que gocen y se atrevan.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

Mi refugio ahorita es la dramaturgia. Hasta que nos volvamos a encontrar.
Deseo que nos demos cuenta de lo necesarias que son las pausas y el voltear hacia atrás de vez en cuando.

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Antonio Zúñiga

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Antonio Zúñiga

54 años / Ciudad de México

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Por casualidad: quería ser jugador de futbol, pero en el equipo de futbol de la universidad ya no había cupo y menos para chaparritos. Entonces entré al grupo de teatro de la universidad luego de ver una obra de ellos.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

Solo quiero estar vivo.
¿Por qué escribo? ¿Podré escribir hasta el día de mi muerte? Anhelo que mis obras toquen el corazón del espectador.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Deseo, barrio, vida.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

El regreso a uno mismo.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Nosotros. El canibalismo. Los protocolos de las relaciones.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Les deseo que si ya no tienen remedio, puedan seguir con esta tradición milenaria.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

Escribiré monólogos en whats a mis amigos.

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Humberto Busto

Anhelo que el teatro resurja como una actividad de resistencia, de atrevimiento frente a la pandemia, de cierto grado de disidencia, como acto fundamental para...

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Marysol Cordourier

Las preguntas que alimentan mi quehacer escénico se desdoblan en la creación-investigación, de mi propia praxis y también de la de mis colegas. Me interesa...

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Ramón Verdugo

Mi pregunta fundamental es cómo construir experiencias escénicas que sean significativas para nuestros equipos de trabajo y para las personas que comparten como espectadores. De...

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Sophie Alexander-Katz

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Sophie Alexander-Katz

42 años / Ciudad de México

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Mi abuela era actriz, productora, escritora, pionera productora de televisión, alma de teatro y me influenció desde la infancia.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

Que el arte que yo produzca genere contenidos, herramientas y elementos que las personas, en su tránsito por esta vida, puedan usar para crecer como ser humanos, para generarse momentos de bienestar, etc.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Mi ser y estar en el teatro es mi manera de entender y conocer el mundo en el que vivo.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

La salud de las personas, directamente relacionado con el bienestar de su espíritu.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Deberíamos de poder vivir del teatro sin tener que dividirnos en 100 “chambas” para acceder al «Lujo» de hacer teatro. Sistemas de apoyo, de financiación mucho más accesibles, cambio real desde el Estado sobre la percepción de la cultura y su influencia en la salud y educación de la población.
Debe ser accesible para todos y por lo tanto apoyado presupuestalmente por el Estado. El gobierno que hoy tenemos y quién encabeza la Secretaría de Cultura federal han dejado claro en sus actos que no hay enfoque correcto con relación al rol de la cultura en una sociedad.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

¡Que puedan vivir de ello dignamente!

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

Justo que está abstención al arte presencial nos haga dimensionar lo vital que es para todos la posibilidad que nos da el teatro que es “el arte del encuentro colectivo donde las
personas -actrices, actores y público- exponen y trabajan, en un espacio de confianza e intimidad, sus emociones”.

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Sayuri Navarro

Todas las preguntas se repiten una y otra vez y la respuesta nunca es fija, depende del día, la hora, el estado emocional, el cielo,...

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Darinka Ramírez

Intento buscar que las preguntas que se albergan en mis entrañas sean honestas con lo que me atraviesa en ese momento; procuro lanzarme a encontrar...

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Sophie Alexander-Katz

Que el arte que yo produzca genere contenidos, herramientas y elementos que las personas, en su tránsito por esta vida, puedan usar para crecer como...

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Ernesto Lecuona

Las preguntas generadoras siempre son muchas, comparto algunas que me parecen pertinentes: ¿Qué sentido tiene mi discurso con la sociedad? ¿Qué nuevos elementos se integrarán...

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Raquel Araujo Madera

Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Raquel Araujo Madera

55 años / Ticul, Yucatán

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Mi familia se dedicaba al campo, a los animales, al trabajo rudo y al comercio. En ese afán de las familias mestizas que salían del pueblo para llegar a vivir a Mérida, esperaban que sus descendientes tuviéramos un mejor futuro, por lo que propiciaron la posibilidad de estudiar y, tristemente, dejar de hablar la lengua maya. El apellido de mi abuela, Madera, debe haber sido Che’ en maya. En casa se compraban electrodomésticos, aunque el poc chuc se siguiera asando en el patio, o cocinando en pib, pero los libros también proliferaron en casa. Y mi mamá decidió que, como muchas niñas en Mérida, tomara clases de danza desde los cuatro años. Pero aquello que se esperaba funcionara como un cambio de estatus social, se transformó en pasión. Recuerdo ese momento inefable del primer gran silencio, poético y cursi, cuando saltando un grand jeté sentí que se detenía el tiempo. Esa Yo testigo que me miró saltar, que miró a los espectadores, que percibió la oscuridad y la bocaescena, es la que me conduce para llevar a cabo cada proyecto escénico. Es como un desdoblamiento, esa voz me hace las preguntas sobre la existencia y el tiempo.
Primero fue la decisión de salir de mi casa para estudiar la Licenciatura en Literatura Dramática y Teatro en la UNAM. Después convencer a mi familia y resistir sola en el entonces Distrito Federal. No lo recuerdo, pero debe haber sido una fuerza tremenda la que tuvo la Yo de aquel tiempo, para estudiar lejos de casa. Uno de los mejores recuerdos de mi vida, es el tiempo en Filosofía y Letras. Por supuesto, llegando de provincia, ingenuidad total (bueno, creo que a la fecha sigo siendo un cronopio, apenas ayer me lo dijo de nuevo Oscar, mi compañero de vida y co-director de La Rendija); sin haber leído nada de Grotowski, Stanislavski, aunque sí Artaud… Los primeros años de la carrera me dediqué a tratar de comprender ese nuevo mundo. Las clases de Espacio Escénico y Dirección con Gabriel Weisz dieron cauce a algo: la urgente necesidad de indagar sobre mí misma. Alrededor de Gabriel nos reunimos una serie de personas (“El recuerdo de los hombres nunca surge con esa deslumbrante luminosidad que acompaña al de las mujeres.” Rocío, Alejandra, Amada y yo / también Mauricio, Edgar, Omar, Alejandro… ) y juntas creamos Teatro de la Rendija.
Me dedico a las artes escénicas porque es la manera que encontré para estar viva.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

¿Cómo puedo conectarme con el otro? ¿Cómo generar ese gran silencio, lo inefable, ese acontecer – juntos -? (Referencia a J. Dubatti)
Mi práctica escénica mucho tiene que ver con lo que me inquieta, con lo que me impulsa, me provoca; aquello que me lleva a dedicarle años a un proyecto, buscando contagiar ese impulso a mis compañeras de viaje-escena.

Así que, a grandes rasgos, puedo decir que la primera obra que funda el trabajo de grupo, que se llamó “Infinitamente Disponible”, en 1988, tuvo que ver con los primeros atisbos autobiográficos (aunque antes, con “La sangre del silencio” dirigida por Rocío Carrillo, ya nos habíamos hundido en nuestras historias personales). Muchas preguntas rondaron desde ese proceso ¿Cuáles son los límites entre estar y actuar, ser y representar, versionarme o ficcionarme?
La reflexión actual es amplia al respecto, desde la noción de presencia, la expansión de los márgenes del teatro y su porosidad y la fragmentación y sobre posición de capas de sentido y discurso. Y sí, continúo preguntándome sobre los cruces. Me respondo en puestas en escena como “Bacantes, para terminar con el juicio de dios” que no hay pureza en los estados… cada segundo ese devenir en escena pulsante que soy, se despliega, se vuelve a plegar con otra avalancha de sensaciones y capas de pensamiento, percepciones mientras me muevo. La enunciación de la palabra es un fenómeno poderoso, que impulsado por determinados movimientos, por el contacto con mi compañero/a de escena; por un objeto, también acompañante; u otro ser vivo, planta, animal; o estímulo, luz, piso frío, memoria… catapulta la existencia cada día de función.
Vivir múltiples vidas -cada experiencia escénica- es un estallido de nueva vida. Bueno, aquí apenas va una pregunta, y casi una respuesta. Así se mueven algunas pulsiones, como las pruebas de “distanciamientos” en «Tío Vania 1920» versión del «Tío Vania» de Antón Chéjov, a la yucateca, y “El divino Narciso” de Sor Juana y “Amor es más laberinto” de Sor Juana y Juan de Guevara…
Desde hace algunos años trabajamos con un hombre que admiro muchísimo que se llama Humberto Chávez Mayol. Es fotógrafo, investigador, colecciona relojes y es un profesor paciente y generoso, como pocos. Con él iniciamos una serie de laboratorios de instalación y escena, para generar cruces con la instalación y la escritura colaborativa. De esos laboratorios se desprende el proyecto «Nevermore y otras manías», obra de recorrido sobre textos de Edgar Allan Poe y «Los Coleccionistas» en dos versiones, una para sala, y otra para espacio público. En ambas obras, aun cuando La Rendija nace montando obra de recorrido como menciono más arriba, comenzamos a renovar el deseo de textos de dramaturgia colectiva y de dirección colaborativa. Son piezas que, sin pretender inventar el agua tibia, conducen por medio de audios, disolviendo al espectador en actor-expectante de su propia actoralidad. La última versión la hemos realizado en tiempo real, sin textos pregrabados, si vienes a Mérida, tal vez te toque participar…
Si Don Covid nos lo permite, llevaremos a cabo una residencia artística a final de año con Toni Cots, Esther Freixa, Patricia Gutiérrez, Virginia Gutiérrez y Juliana Muras para repensar el teatro autobiográfico y documental de La Rendija. Se llama «Profunda Piel», quiero estar de nuevo en escena, y trabajar con árboles y otros seres con los que compartimos la vida.
Más que anhelo, es una forma de vida.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Curiosidad, existencia, vida.
Que soy mujer, yucateca, que tengo 55 años, que soy hija de una mujer arrefaldada que se llamó Nidia Araujo y fue madre soltera, que estudié en la UNAM; que abrimos un espacio escénico en Mérida que se llama Teatro de la Rendija, que Oscar y yo entablamos cada vez que trabajamos juntos – o sea, siempre – una batalla por la belleza, el sentido, el tiempo, el espacio y la luz; que tengo seis perros, una tía adorable de ochenta y cuatro años que se llama Adi,

y es la anfitriona en Casa Rendija, donde se alojan los artistas en residencia; que esa casa es mi casa familiar heredada de mi madre; que mi maestra Eglé Mendiburu trabaja como actriz en varias obras de La Rendija, que soy parte del maravilloso Proyecto Ruelas del Festival Internacional Cervantino y mi segunda casa es Pozo Blanco con Los Quijotes de Pozo Blanco: Lulú Estrada, Eve y Alo Lozada, Diego, Daniel, Ángel y Lupita Ríos, por supuesto Yael y Javier Suárez, y Andy y Haideé Vega… que Katenka Ángeles, Nara Pech, Itzel Riqué, Aída Segura, Sásil Sánchez, Indra Ordaz, Verónica Bravo, Cecilia Ramírez Romo, Anna Díaz, Saire Simón, Dayana Borges, Alejandra Díaz de Cossío, Mabel Vázquez, Silvia Káter, Patricia Irineo, Yamili Monje, Ceci Barahona, Virginia Rodríguez, son tenaces compañeras de viaje-escena, junto con Erik Soto, Pedro Massa, Zaab Dí Hernández, Roldán Ramírez, Antonio Peña, Jorge Castro, Juan Ramón Góngora, Roberto Franco, David Hurtado, Rigel Guevara, Armando Encalada, y muchos más, se rifan como colaboradores y/o parte de La Rendija.
Porque somos múltiples, porque el Teatro, así con mayúsculas, se hace juntos.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

Dotar de presente. Fisurar el dispositivo que naturaliza la manera de ver el mundo y comprender afectos otros, nuestros, propios, no dados.
Cada vez, el Teatro, experiencia viva, fisura la mirada impuesta por ese avasallante aparato publicitario, deseante, que pretende determinar nuestros cuerpos y mentes.
Hablo, por supuesto, de ese Teatro que es acontecer, y que es capaz de transformarme.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

La forma de producir arte en este país amado nuestro. Es agotador levantar los proyectos, vivimos en la indefensión como profesionales del arte. Nos urge un estatuto de artistas. Generar indicadores para el arte escénico que no sean preponderantemente cuantitativos.
Propiciar un proyecto transversal de cultura que le dé espacio a todos, que existan nichos de acción variados e incluyentes del muy amplio panorama de agentes culturales, más allá de los programas que existen; para que dejemos esa lucha encarnizada por los recursos, necesitamos más recursos y programas amplios y visionarios. Es necesario generar juntos, instituciones y artistas, un ecosistema que permita la subsistencia digna de las personas dedicadas a las artes escénicas.
Urgente que llevemos a cabo una Cartografía de Mujeres del Teatro Mexicano, realizada por mujeres. Tenemos una especie de retazos que hay que juntar entre todas, visibilizar a todas, generar teoría teatral, es nuestra hora. (Queremos tanto a Jorge, y a José Antonio y a Patrice… pero). Maravilla de maravillas, ahora tenemos a Didanwy, Zavel, Majo Calamidad, Fernanda, Shaday, Itandehui, Verónica, Soco… Pensamiento que no exilie a las mujeres de la historia del teatro mexicano, que escuche por sus ojos y sienta con su palabra y su razón.
No quiero dejar de mencionar, que como universitaria y teatrista, me siento profundamente orgullosa de las acciones de esta etapa de Teatro UNAM y la Cátedra Bergman; son un oasis para el pensamiento del teatro. Aquí se están comenzando caminos a los que atender la invitación al viaje.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Más bien deseo que todas miremos a las generaciones de mujeres de teatro que están tomando el escenario con tal fuerza, renovación y gracia, que me tienen enamorada. Tenemos mucho que aprender de ellas. Natalia, Diana, Saire, Isabel, Jimena, Mariana, Cecilia, Rosa, Myrna; y todas las que todavía no he visto, pero sé que están ahí.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

El arte es esa manera de comprender el mundo, tan humana… nuestro cerebro, que es cuerpo, nos permite abstraernos en tiempo y espacio, del tiempo y espacio, conecta entrada tras entrada, ideas tras ideas. Que el arte postpandémico sea aquel que fisure el dispositivo que nos mantiene en cautiverio más allá del confinamiento, que el teatro postpandémico abra rendijas por las que podamos volar… volar para ver y reparar, para ver y no olvidar, mirada panorámica de nuestro entorno, ese cuerpo expandido nuestro.
Ese Teatro Postpandémico es de pequeñas comunidades, rizomático, amigable y cuidadoso. Convive contaminando menos, se moviliza de maneras inteligentes y ligeras, no es antropocéntrico, abraza maneras otras, juzga menos, pero es autocrítico y trabaja duro, integra saberes múltiples de manera panorámica. Ese teatro postpandémico será verde y mujer.

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Ari Albarrán

La primera pregunta que alimenta mi practica siempre nace de un “y si...”. Una idea o una inquietud de probar algún lenguaje o alguna historia....

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David Gaitán

Las preguntas que alimentan mi práctica van en dos sentidos: Por un lado, al interior de los equipos con quienes tengo oportunidad de colaborar. Ahí...

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Beatriz Luna

Ansío vivir en un mundo justo, donde la igualdad sea lo cotidiano, donde haya espacio para todas y todos. Y mi práctica escénica ha estado...

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Ursula Pruneda

La escena es un universo inmenso. La ficción es muchísimo muy poderosa para indagar en el sí mismo, en el otro, en lo que nos...

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