Con los años he descubierto que las preguntas más sencillas son las más difíciles de responder y eso funciona como catalizador en mi actividad como...
Leer másInstantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.
Bruno Zamudio
23 años / Ciudad de México
¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?
Decidí dedicarme a ella por lo poderosa que me resultó la imagen de una quetzal y un xoloitzcuintle dialogando entre ellxs en una obra de la compañía Dislexia-Teatro que escribió Josefina Álvarez Aguilar. Yo tenía nueve años y distinguí que esos dos animales estaban representando a dos humanos que tenían algo que decir, pero que como humanos no eran escuchados en la realidad. Me pareció algo brillante la posibilidad de entender la humanidad a través de dos personajes que no eran propiamente humanos. Creo que sin darme cuenta, el poder de la representación fue lo que me atrajo.
¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?
¿Cuál es la historia que tengo a partir de mi identidad de género y mi identidad sexual? Por haber sido nombrado homosexual desde mi niñez hasta mi adolescencia sin yo haberlo nombrado y la Historia ahora que soy una persona homosexual declarada ¿cuáles son las consecuencias y cicatrices que ambas experiencias me han dado? ¿Tenemos la capacidad crítica suficiente para poder desarmar la información que recibimos sin los absolutos? ¿Qué oportunidades nos dan y qué censuran los absolutos? ¿Qué tanto aporta esto a la urgencia ecológica que nuestro planeta tiene? ¿Estoy aminorando a alguien con el discurso que ofrezco? ¿Enuncio o denuncio?
Anhelo que las mujeres sean reconocidas por la grandiosa labor que han hecho durante toda la vida. En cualquier área. Anhelo que dejen de ser violentadas, acosadas, violadas, censuradas, abusadas y maltratadas. Lo mismo anhelo para la comunidad LGBTTIQA. Anhelo que nos escuchemos, que permitamos el diálogo, que valoremos lo valiosa que puede ser la figura del o la dramaturgista para la revisión de nuestros procesos de creación escénica, para la mediación, la investigación, la mayéutica, la resonancia.
Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?
«Amorosamente te escucho» o «Perdón, soy cáncer».
¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?
Ay, ay, ay, ya no sé cuántos momentos históricos estamos atravesando en el momento en el que respondo estas preguntas, pero pensaré cuál es la importancia del teatro en este momento histórico de los momentos históricos.
Creo que es importante porque nos recuerda la subversión, de cualquier estilo, la subversión a partir de nuestros afectos, nuestras manifestaciones, nuestras integraciones al sistema para poder cambiarlo desde dentro (aunque muchas veces esto pareciera que es legitimarlo, creo que el aspecto crítico es sumamente importante aquí para la posibilidad de crear nuevas redes de trabajo y que esta creación implique la destrucción de otras ya inútiles e inservibles), la subversión de lo que posteamos en redes socio digitales y la subversión TAMBIÉN al cuestionar interminablemente las formas en las que el teatro existe, es importante que sea una disciplina cuestionante y cuestionable en sí misma.
¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?
Valorar el discurso juvenil. No quería decir juvenil porque cada quien tiene su propia relación con la juventud, pero creo que es necesario que dejemos de aminorar la participación de la gente recién egresada de las escuelas superiores de teatro o las personas jóvenes que hacen teatro y que no estudiaron en ninguna escuela superior, pero que tienen preguntas al modelo teatral al que nos integramos cuando lo hacemos de manera profesional. Ya no estamos para sólo escuchar el discurso que lleva más de 45 años funcionando, legitimado por una sociedad patriarcal sin la búsqueda de la justicia que el feminismo ha demandado en el mundo.
Creo que mi generación podría verse más integrada en la discusión de políticas culturales, que entendamos que el teatro no sólo se hace con la participación de lxs artistas escénicxs, también es posible gracias al diálogo o a la exigencia o demanda a otras estructuras de la polis, pero también creo que corresponde a las personas con más experiencia invitarlas a participar de esta construcción y este diálogo.
¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?
Que escriban su nombre,
en sus cuadernos escolares,
en su pupitre,
en los árboles,
en las páginas leídas,
en las páginas vírgenes,
en la piedra la sangre y las cenizas
escriban su nombre
y que por el poder de una palabra
vuelvan a vivir
que hayan nacido para conocerla
para cantarle
a la libertad.
Deseo esto pensando y «reescribiendo» el poema Liberté de Paul Éluard.
Que nunca falte la poesía, que nunca falte la poesía.
Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?
Encontrándome a mí y encontrando a lxs otrxs de otras maneras. Buscando qué otras formas tenemos de encontrarnos y qué formas distintas de sentirnos nos revelan. En el tema financiero es muy complicado, pero he buscado la forma de sobrevivir más en el trabajo cultural que en el trabajo teatral, lamento darme cuenta que la intermitencia de nuestro trabajo es un problema cuando no se tiene una beca o algún ingreso económico constante. He buscado sobrevivir trabajando como agente cultural y no como agente teatral. Creo que también enfrento la emergencia aceptando la diferencia y la emergencia, asumiendo que no puedo hacer todo lo que quisiera, que muchas veces mi campo de acción es menor de lo que yo quisiera. Ser consciente de lo que está en mis manos y trabajar con ello.
Deseo que cuando volvamos a estar juntxs tengamos la apertura de entender que las condiciones mundiales están fuera de nuestras manos, que el ritmo probablemente será lento, que aceptemos que durante un buen tiempo el teatro tendrá que ser diferente, en algunos casos más diferente de lo que ya se intentaba. ¡Que se nos curen nuestros ojos de tantas horas frente a la laptop y el celular!
Que no se nos olvide la Tierra, que la visitemos y la cuidemos, que la sigamos descubriendo, que nos demos el tiempo de vivir ecosistemas que no hemos vivido. Probablemente un día, a alguna generación, le tocará que el exterior sea prohibido. Las plantas probablemente no existirán, las flores dejarán de florecer y lxs humanxs dejarán de beber y sentir el agua como nosotros lo hacemos hoy.
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