¿Cómo y desde dónde usar el teatro para una mejor realidad? ¿Cuáles son sus límites? ¿Qué posibilidades hay después de ese límite?
Leer másInstantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.
Alfonso Cárcamo
45 años / Ciudad de México
¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?
Desde la infancia participé de muchos eventos escénicos escolares, nadie me obligó; luego, llegando al bachillerato me uní a los talleres de teatro, fue natural y creo que hasta ahí nunca lo reflexioné, solo hice lo que hice. Entrar al Centro Universitario de Teatro y compartir aula con una total diversidad de universos que desconocía hizo que por primera vez tomara conciencia de lo que había venido haciendo, entonces todas las dudas acerca de mi vocación teatral surgieron e hice lo necesario para que me corrieran.
Solo estando fuera del Centro Universitario de Teatro fue que comprendí que eso era lo que quería hacer, expandir mis días en ficciones, entenderme en otros zapatos, poner preguntas en ojos extraños. Entonces regresé a terminar la carrera con la plena conciencia que iba a hacer teatro desde cualquier trinchera, fuera actuando, produciendo, escribiendo o dirigiendo.
¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?
Los problemas más comunes son mi detonador: ¿Por qué no se pueden llevar bien mamá e hija? ¿Qué dije o no dije a mi amiga más querida que ahora no quiere hablarme? ¿Por qué mi gran amigo se va a divorciar? ¿Cómo se imagina que será la vida cualquier persona luego de que se muera su papá? ¿Cuánto de lo que nos inventamos para sobrevivir en familia nos está alejando de la familia? Y así, cosas muy simples que veo en mi círculo de amigos y familia, cosas que luego conecto con premisas filosóficas o artísticas, estructuro en un discurso y las decanto en un texto dramático o en un concepto de dirección.
Ahora mismo y hacia delante, quiero desarrollar comedia, hendir la piel de los espectadores con temas cercanos a lo cotidiano y que la risa provoque la reflexión de largo aliento.
Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?
Observar, sintetizar, expandir.
Mi forma de habitar el teatro es absolutamente móvil y eso me encanta, puedo dirigir o hacer la adaptación de una pieza para una productora privada y al tiempo estar en un proceso de investigación escénica súper clavado, en esencia sigo jugando a expandir mis días a punta de ficciones.
¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?
La simpleza. Que una persona que ha entrenado representar una historia pueda mostrarse ante otra con total convicción y que esa persona que observa se entregue a la historia sin mediar ningún artificio, la facilidad con la que el teatro puede acceder a la creación del momento presente basado en un alguien que representa y un alguien que observa.
Ahora esa simpleza del mecanismo esencial del teatro es la ventana de oportunidad.
¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?
Expandir a otros espacios distintos del edificio teatral, crear comunidades afines a un discurso y en obediencia a sus inquietudes, poner en juego la creación del instante presente en lugares y momentos donde la inmensa mayoría de las personas jamás imaginarían que podría ocurrir algo teatral.
¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?
Que su trabajo artístico, su posibilidad de crear piezas escénicas, dependa en el menor porcentaje posible del Estado y en el mayor porcentaje posible del público que han creado con su discurso.
Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?
El escenario más aburrido que visualizo tras la pandemia es que volvamos a lo mismo, de vuelta a hacer teatro dentro del edificio teatral y ahí los mejores presupuestos; volver a armar carpetas y competir; diseñar la pieza correcta para el cliente o insistir en un discurso hasta que pegue en alguna institución. Con base en ese escenario voy enfrentando la emergencia sanitaria, así que estoy desarrollando textos y planificando puestas en escena.
¿Qué deseo? Que mis vecinos toquen a mi puerta y me digan que ya juntaron a 200 personas, que tienen equis cantidad de dinero y que quieren que arme una obra de teatro al respecto de eso que un día charlamos en el pasillo.
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