Las preguntas que alimentan mi práctica son: ¿Cómo impulsar un teatro que estimule la imaginación, la fantasía, la creatividad y que al mismo tiempo informe,...
Leer másInstantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.
Pablo Iván Viveros
28 años / Ciudad de México / Xalapa, Veracruz
¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?
Inicié cuando estaba en la preparatoria, había materias que podíamos tomar de manera optativa y una de estas era teatro. La primera vez que pisé un escenario fue en esa época, en el 2007, con un monólogo de Sabina Berman llamado «Un actor se repara». Hice unas cuantas obras más bajo la dirección de Héctor Martínez -un maestro de Xalapa- pero decidí estudiar profesionalmente después de un intento fallido de ser ingeniero.
En el 2011 entré a estudiar a la Facultad de Teatro de la Universidad Veracruzana… ¿Por qué? Siempre digo que, por adrenalina, no dimensionaba realmente el mundo del teatro, pero esas primeras experiencias en la prepa me marcaron y seguí mi intuición.
¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?
¿Dónde estoy parado? ¿Cuál es mi origen? ¿Qué puedo aportarle al mundo? ¿Cómo puedo beneficiar a más personas a partir de lo que hago? ¿Qué es lo nuevo? ¿Cómo me adapto? ¿De verdad soy las historias que me he contado de mí mismo? ¿Por qué el teatro? ¿Por qué no?
Anhelos… Hacer teatro en todos los rincones del mundo que pueda habitar, llegar a viejo y decirle a algún compañerx de generación «te acuerdas cuando …» reír de la anécdota y pisar el escenario en la tercera llamada.
Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?
Versatilidad, colectivo, intensidad.
Me interesa mucho explorar lo que no está en el teatro pero que me devela algo que puedo llevar a escena: hago yoga, tengo un proyecto que incluye algo de boxeo, la cultura ballroom (voguing) me interesa mucho y en general la diversidad sexo-genérica y todas sus posibilidades de expresión; me interesa trabajar con las infancias.
Toco el clarinete, he explorado el clown, el drag, el cabaret, pero me ha surgido una necesidad muy potente de regresar al realismo, me ando clavando con Strasberg… en fin… soy un estuchito de monerías.
¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?
La indagación de la presencia.
Hoy más que nunca, se nos devela una profunda necesidad de estar presentes, de contenernos y cuidarnos emocionalmente como humanidad. El teatro es el arte de la presencia y en esa indagación radica su importancia. No concibo la vida sin el contacto humano y no concibo el mundo sin el teatro así que, pase lo que pase, el teatro se adaptará como organismo vivo que es, ha sido y será.
¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?
No lo sé, creo que el teatro cambia según la sociedad que lo hace… los cambios radicales que se generen socialmente, en consecuencia cambiarán los modelos teatrales y esos modelos teatrales cambiaran las mentes de quienes sean sus partícipes y así… es un ciclo interdependiente como todos los fenómenos… Nada existe de manera aislada.
¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?
Que no se desanimen… a muchos nos ha costado lidiar con la decisión de elegir este camino. A mí me costó al inicio la aprobación de mis padres, de mis maestros, del gremio… uno a veces se clava con eso, con ser validado… como actor joven pasa y puede llevarte a estados depresivos porque tus emociones se vuelven GIGANTES en el proceso de asumirte como artista.
La vida profesional es dura pero llena de dicha… en resumen es eso: no tirar la toalla, seguir la pasión y la voz interna. Y VER EL MUNDO DE FRENTE, ASUMIR EL RETO.
Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?
Encontraremos un mundo, en el mejor de los casos, en proceso de regenerarse a sí mismo… Hago lo mejor que puedo con las herramientas que tengo y no dejo de creer en el trabajo en equipo. Siempre trabajar colectivamente porque las circunstancias nos orillan a la soledad (que es bonita) pero el trabajo es para y con lxs otrxs.
Lo que deseo que ocurra… deseo que cada instante se dilate porque ahora sí, vamos a valorar más que nunca las caricias, los abrazos, las fiestas, los besos, las miradas, los aplausos, los escenarios…
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