Anhelo que el teatro resurja como una actividad de resistencia, de atrevimiento frente a la pandemia, de cierto grado de disidencia, como acto fundamental para...
Leer másInstantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.
Jorge Kuri Neumann
47 años / Ciudad de México
¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?
Antes de encontrarme con el teatro me gustaba la pintura y el dibujo; la fotografía y el diseño; también la historia del arte y la música. Llegué al teatro porque los caminos que fui recorriendo poco a poco me condujeron hacia allí; al estudiar escenografía encontré una disciplina para profundizar integralmente en todo aquello que me gustaba y, además, encontré nuevos campos de conocimiento fascinantes: la literatura dramática, el espacio teatral, la iluminación escénica. Estudiar todo eso en conjunto me hizo sentir muy bien, muy completo, muy feliz. Pronto comprendí que el teatro es un lugar de encuentro con seres humanos con quienes compartir un objetivo en común; humanos presentes (por ejemplo: una actriz, un técnico o una directora) pero también con humanos ausentes (por ejemplo: un dramaturgo, un escenógrafo o una vestuarista que pudieron haber vivido en otros tiempos y lugares). Me sentí encantado con el proceso de creación colectiva que conlleva la creación teatral y con la posibilidad de comunión con el público.
¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?
Con frecuencia me pregunto: ¿Es posible que el teatro nos ayude a reconciliarnos con nosotros mismos y con el mundo? ¿Se puede hacer teatro desde una perspectiva más congruente con la ecología? ¿Cómo puedo ayudar, desde mi quehacer, a que una puesta en escena sea una oportunidad de reflexión y cambio?
Siempre pienso mi trabajo en relación a la experiencia de las actrices y de los actores, siento que eso me mantiene alerta durante el proceso de comunicación y creación colectiva, entonces me hago preguntas asociadas al dispositivo escénico que les propongo: ¿Cómo se sienten en este espacio o con esta luz? ¿Les resulta estimulante esta atmósfera para su propio proceso creativo?
También me formulo preguntas relacionadas a mi práctica específica: ¿Cómo reaccionará el color de este vestuario al ser combinado con tal o cual color de luz? ¿Qué técnica o herramienta funciona para expresar una idea específica?
La inquietud, la duda y la curiosidad son motores de mi propia creatividad. En ese sentido son muchas las preguntas que me hago cuando diseño y siempre tienen que ver con procesos de constante experimentación, de prueba y error; son preguntas que se transforman, preguntas cíclicas, viejas preguntas que se renuevan, preguntas que se contemplan y estudian desde distintos tiempos y espacios, aun cuando las posibles respuestas sean distintas, contradictorias e incluso inexistentes.
Anhelo que todo México se llene de teatros impecables, seguros, bien equipados y bellos; anhelo teatros suficientes para que todas y todos los compañeros del gremio podamos hacer teatro en las mejores condiciones posibles; anhelo teatros llenos de público generoso; anhelo que el arte sea una actividad prioritaria en la educación de las nuevas generaciones; anhelo ser parte de una comunidad teatral más colaborativa.
Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?
Imaginación, duda, abstracción.
¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?
El teatro es un vital espacio de creación, reunión y reflexión entre humanos.
El teatro nos da la oportunidad de colaborar juntos con un objetivo creativo en común. En estos tiempos, en que lo que se pondera es la individualidad, el teatro es invaluable. Nos da la oportunidad de imaginar la creación de mundos nuevos, de ofrecer posibles soluciones a los problemas que nos aquejan; de sanar nuestras heridas al contemplarnos en la ficción.
Al hacer pausa, bajar la velocidad y entregarnos al momento único en que la escena cobra vida, el teatro nos permite reflexionar en la inmortalidad del instante y nos permite, al ver en el otro lo que no podemos ver en nosotros mismos, profundizar en la vida.
¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?
Pienso inmediatamente en los modelos de producción:
Creo que podrían cambiar aquellos modelos de producción que privilegian una visión económica sobre el quehacer artístico; para entender que el arte siempre debe ser origen y motor de la actividad teatral.
Creo que hace falta reflexionar, imaginar, investigar y proponer posibilidades creativas que fomenten una conciencia ecológica en el teatro, para desde ahí, generar modelos de producción congruentes a la crisis planetaria que estamos viviendo.
Creo que hacen falta modelos de producción que fomenten y se comprometan con una cultura de mantenimiento continuo y real de las instalaciones y equipamiento de los espacios teatrales.
¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?
Le deseo perseguir y realizar sus sueños en el teatro, le deseo creación y acción amorosas, le deseo dedicación incansable, le deseo comunicación franca y cordial, le deseo aprender de los errores de sus antecesores: le deseo lucidez.
Le deseo empatía hacia la humanidad, le deseo fuerza y perseverancia, le deseo emociones profundas, le deseo aventuras escénicas extraordinarias, le deseo vivir su presente, le deseo congruencia y responsabilidad hacia el planeta que le toca vivir.
Deseo que logre un teatro maravilloso, conmovedor y bello.
Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?
Estamos viviendo una situación inaudita y compleja, dolorosa y terrible. Enfrento la emergencia con prudencia, sin miedo, con serenidad. Me siento comprometido con los habitantes de mi hogar, de mi barrio, de mi cuidad y de mi país… con los habitantes del mundo entero, me mantengo atento y confío responsablemente en las indicaciones de los expertos en la materia.
Extraño salir a caminar y ver los árboles, extraño ver a mis colegas, amigos y alumnos. Y en mi casa, descubro que esta pausa es una verdadera oportunidad para detener el frenesí de lo inmediato y así, aprovechar para abrazar el pasar del tiempo, para observar los detalles del espacio que habito, para observar la luz cambiar lentamente; y siento que si es bueno dejar de hacer, para reflexionar en nuestros hábitos de productividad, consumo y desecho, para valorar y cuidar más que nunca nuestra vida en este planeta, para sanar. Imagino que en esta pausa nuestros cielos se limpiarán para que, cuando acabe, nuevamente podamos contemplar las estrellas.
Deseo que mantengamos las formas de comunicación presencial y personal. Deseo que la tecnología –con sus notables ventajas– disminuya su protagonismo en nuestras vidas. Deseo que esta pausa sea un parteaguas para ser más solidarios que nunca, para ser más empáticos y más responsables. Deseo que conectemos más con la naturaleza que nos rodea, deseo que podamos volver a saludarnos y a abrazarnos con libertad.
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