¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?
La misma de siempre: ser el reflejo de las prácticas humanas, una de las pocas posibilidades que tenemos para hacernos conscientes del tiempo en que vivimos.
¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?
El hermetismo, la idea de sacrificio y la veneración de los cánones.
¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?
Que se no se conformen con las formas bellas y efectivas del oficio teatral, que busquen en la creación algo que en verdad les «mantenga el corazón en su lugar» y que sean conscientes que el teatro no lo es todo en la vida, hay un sinfín de opciones creativas para estar en el mundo.
Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?
Esta emergencia que vivimos ha sido enunciada desde hace mucho tiempo por el arte, la literatura, la pintura y el teatro que han vislumbrado siempre esa posibilidad de aniquilamiento, esa es su potencia.
El desafío que enfrentamos actualmente requerirá de toda nuestra capacidad para generar nuevas formas de relación; con el planeta y con el vecino que tenemos al lado. Ahí estarán las artes vivas para mostrar esa otra posibilidad de estar juntos.