Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.
José Juan Sánchez Aguilar
33 años / San Luis Potosí, S.L.P.
Lugar principal de trabajo: México, CDMX
Oficio: Actor, productor
¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?
Descubrí el teatro haciéndolo. A los 15 años me integré al grupo de teatro de mi preparatoria, en San Luis Potosí. Participé en una audición y formé parte de la puesta en escena de ese año. Me cautivó el proceso de trabajo, la manera en la que mis compañeros disfrutaban del quehacer, la escucha que naturalmente existe en un equipo artístico.
Intenté no dedicarme al teatro. Mi familia y el mundo entero me advirtieron que era un oficio muy complicado. Ingresé a la Facultad de Derecho de mi ciudad, pero no pude concluir el primer semestre. Dejar de hacer teatro por un tiempo fue, para mí, la prueba más contundente. Extrañaba sentirme escuchado, sentirme útil. El escenario siempre me ha traído una enorme alegría y al sentir que me hacía mucha falta, busqué formarme de manera profesional.
¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?
Siempre son las mismas preguntas, todo el tiempo vuelven, el que cambia soy yo. En algunos momentos las puedo responder con más claridad que en otros. ¿Para qué estoy haciendo esto? ¿De verdad es importante? ¿Sirve de algo? ¿Alguien me está escuchando?
Anhelo una vida digna, para mí y para todos los creadores de arte. Anhelo un mundo en donde nuestro oficio no tenga que justificarse con estadísticas, un campo laboral real, con igualdad de oportunidades.
Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?
Para mí, lo más bello del teatro es la imposibilidad de practicarlo a solas. Siempre se necesita de los otros y de lo otro, que quien sabe qué sea eso otro.
He tenido la enorme fortuna de trabajar con gente desmesuradamente talentosa. Primero en la universidad y después en la vida profesional. Todos esos encuentros me han marcado permanentemente, me construyen día con día. Esta experiencia de vida hace que mi trabajo escénico sea distinto, pero construido, cachito a cachito, por lo que los otros me han dado.
¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?
Mi oficio es lo que me ha permitido estar entero estos días. Esto soy.
El teatro es una forma de vida, lo sé porque también lo veo en las experiencias de mis compañeros. Por eso infiero que todas las afirmaciones de vida son importantes, los momentos históricos enmarcan temporalmente, pero lo verdaderamente importante es la vida y no hay manera de priorizar ninguna de sus manifestaciones.
¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?
Muchas cosas. Sufrimos de carencia de espacios, de presupuesto, de condiciones dignas de trabajo, de desigualdad. Pero particularmente creo que necesitamos dejar de romantizar nuestro oficio, revisar la manera en la que competimos unos creadores con otros y buscar la construcción de una comunidad.
Sí, el teatro lo hacemos con los otros, pero ¿si consideramos a los otros? Nos gusta la idea de pertenecer a una “familia” artística, pero ¿Qué necesitamos de esa comunidad? ¿Estamos dispuestos a dar algo a cambio?
¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?
Les deseo mucha determinación para escucharse entre ellos. No nos damos cuenta, pero todo el tiempo dejamos de escucharnos. Los artistas tenemos ese «pequeño lugar interno» lleno de vanidad, en el que nos refugiamos cada que podemos. Se necesita mucha fuerza y mucha atención para romper ese individualismo que tanto daño le hace al teatro.
Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?
La presencia del otro, incluso en su forma de ausencia, es algo que siempre me contiene y hace que superviva. En todas las etapas históricas los teatreros hacemos eso, supervivir. Creo que debemos procurar, cuidar y atesorar nuestra existencia. Me gustaría que encontremos la forma de ser necesitados por el público.
Anhelo un tiempo en el que no seamos pobres de audiencia. El teatro mexicano tiene mucho para dar, pero el encuentro con la gente siempre ha sido una batalla con muchos obstáculos y no siempre podemos librarlos.
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