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Leer másInstantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.
Jorge Ballina
51 años / Ciudad de México
¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?
Desde muy niño mis papás me llevaban al teatro, a la ópera y al ballet. También de mi papá heredé el gusto por la arquitectura. Desde adolescente comencé a hacer maquetas de escenografía de mis versiones escenográficas para un teatro de juguete que tenía. Fue una vocación extraña muy temprana. Después estudié arquitectura sabiendo siempre que lo aplicaría profesionalmente a escenografía teatral.
¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?
Como escenógrafo, es raro que yo levante los proyectos con obras que quiero hacer. Por lo general me invitan a proyectos elegidos por los directores o los productores.
He aprendido a descubrir en cada proyecto las preguntas. Cada obra y cada equipo creativo plantea cuestionamientos nuevos, problemas nuevos a resolver y soluciones espaciales para esos problemas. No hay manera de repetirse y aburrirse cayendo en fórmulas y recetas personales impuestas como un estilo personal. Cada obra debe ser diferente.
En cuanto a anhelos que tengo por vivir en las artes escénicas: están las ganas de volver a dirigir la escena. Hace más de diez años que no lo hago. Quiero intentar generar mis propios proyectos como algunas veces lo he hecho.
Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?
La frase «Espacio en movimiento» se ha usado algunas veces para describir mi obra escenográfica. Siempre parto de la acción dramática. Comienzo con analizar lo que pasa en escena y hago un espacio para alojar de la mejor manera a cada acción. Y como las acciones suceden en la dimensión tiempo, mis espacios tienden a transformarse mientras las acciones cambian. No como espacios estáticos sino como un continuo que no se detiene. Como música visual que fluye constantemente sin parar. Eso podría definir mi manera de trabajar, aunque cada obra es diferente.
¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?
El teatro, como cualquier arte, tiene la función de ayudarnos a entender qué hacemos dentro del mundo. Creamos universos inventados y limitados para poder aprehender la realidad y entenderla. A veces con la cabeza, a veces con los sentidos y las emociones. El teatro sigue teniendo ese objetivo y lo seguirá teniendo. En cualquier momento histórico. El teatro de cada época cambia, pero su sentido fundamental no.
¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?
Y no creo que tengamos un solo modelo teatral. Yo trabajo en producciones institucionales, privadas, mixtas, pequeñas y grandes. En México y en el extranjero. Los modos de organización, producción, difusión, etc. son diferentes y todos son perfectibles, pero el proceso creativo, que es el que más importa, es similar en todos los casos.
Creo que el teatro que hacemos en México es en general bastante bueno. A veces nos faltan recursos, a veces difusión, a veces público. Pero creo que pase lo que pase seguiremos encontrando modos de hacerlo.
¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?
Les deseo que encuentren la pasión por hacer teatro. Que sea una necesidad personal de expresión. Es la única manera de hacer buen teatro. Tener equipos creativos y elencos apasionados y entregados.
Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?
Es muy fuerte lo que estamos viviendo. Los que hacemos teatro no estamos acostumbrados a trabajar individualmente. Nuestro trabajo depende siempre de otros y es generado en equipo. Es muy frustrante no poderlo hacer o intentar hacerlo a distancia. En estos momentos me gustaría ser pintor, escritor o compositor y poder crear una obra completa yo solo. Pero el teatro no es así. Y ese es justamente su encanto. No partir de una lucha de egos e ideas personales, sino crear un arte dependiente de las ideas de los demás. Que nos trasciende como personas al integrarnos en una totalidad mayor que es la puesta en escena.
Sólo espero que esto acabe lo antes posible para poder seguirlo haciendo y que no nos quedemos sin recursos y público debido a la crisis económica que se avecina.
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