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Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Héctor Cruz Juárez

39 años / Ciudad de México

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

En algún momento de la vida hay que escuchar nuestras voces internas, buscar claridad para percibir nuestro propio sendero. Mi padre es un pintor muralista de prolífera carrera, mi madre química farmacobióloga, mi hermana Vivian es actriz bailarina, Sissy es diseñadora de joyas, Lynda también pintora y Olin una fantástica jefa de familia.

Yo fui el resultado de trasnoches en un sillón esperando a mi padre en reuniones con pintores, escultores, políticos y literatos, de público fiel de proyectos de Vivian en el Centro Universitario de Teatro, de tardes de Cineteca con Sissy y construcción escenográfica con Lynda. Ellas, mis hermanas, mi familia son mi más grande inspiración, soy afortunado, el resto es poder limpiar la vista al tesoro que tenemos frente.

Soy afortunado de tener guías en esta vida que han sido generosas visiones para percibir el mundo, ahí el teatro, ahí la danza, ahí la pintura. Encuentro en el teatro, en las artes escénicas un espacio en colectivo, un lugar generoso que exige presencia, demanda coraje y no promete: Recompensa.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

El mar es un lugar hermoso, es enigmático, es lugar donde sus imágenes a lo sonoro y al tacto, tantos nos hemos rendido. Así es para mí la vida. Para ese mar que es la vida, uno necesita un buen navío. Tripulación. Ir juntos promete aventura y buen puerto. Si hay algo que encuentro apasionante en ello es viajar en compañía, descubrirme vulnerable y capaz en cada vuelta en alta mar. Así es el arte, un nuevo proyecto, una función más.

Si hay algo emocionante es saber que no estoy solo, que el teatro es un “somos”, un organismo simbiótico que da tanto como exige. En ese mar que es la vida, he elegido ir lejos, en compañía, respondiendo en ese “juntos” nuevos rumbos, siendo consecuentes con nuestro entorno, dándole voz a las expresiones abstractas de nuestro “yo” más profundo para ser más críticos, más analíticos y más empáticos.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Generosidad, resistencia y recompensa.

Somos el resultado de múltiples factores, tropiezos y hallazgos. He cultivado múltiples herramientas para dialogar con mi entorno, afortunadamente, todas ellas tienen vértices de convergencia y forman una estrecha red, por ejemplo: el dibujo, la fotografía, el video, la planeación, el diseño, la creatividad, la enseñanza, la publicidad, el videoarte, la iluminación, las herramientas digitales, la programación, etcétera, etcétera.

Me considero muy afortunado de que todo lo anterior y muchas cosas más a alguien le sirvan, me considero un facilitador, un vehículo para materializar ideas, me gusta acompañar, dejarme seguir por la brújula de la dirección y ser consecuente, seguir conociendo y construir algo mas grande en compañía para estar orgulloso, algo para compartir, para compartir al “otro”, para compartir al público. Me gusta pensar el ser parte de algo más grande, que tengo un lugar en un objetivo mayor y noble: fomentar el diálogo y la reflexión. Cultivar la imaginación.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

Esta es una pregunta a la que siento todavía no tendremos respuesta, tengo la impresión que todo tomará nuevas formas y que nos vamos a sorprender para bien y fuera de nuestra capacidad de vidente. Estamos pasando por un momento que nos invita/exige a una reflexión onda y sin prisas.

Barriendo los apuros violentos de información mediática, está crisis nos abre una puerta a revisarnos en distintos estratos, los individuales, nuestra relación con nuestro entorno inmediato, la familia, nuestra participación social, el colectivo, etc. Ser conscientes de todas esas esferas, de las que ésta espuma a la que pertenecemos hace su trama.

Estamos a punto de conocer una nueva realidad de la cual no tengo mucha información, sin embargo, esa nueva realidad necesitará teatro, danza, música, poesía, nuestra labor estará ahí para reencontrarnos, reconocernos y sanarnos.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Debemos comenzar por nosotros mismos, reflexionar acerca de nuestra labor, si estamos o seguimos ahí donde queríamos estar al inicio de nuestra carrera.

Qué tanto nos hemos burocratizado, qué tanto hemos perdido y sí, qué tanto también hemos crecido. ¿De que adolece nuestro estatus teatral? ¿En la forma? ¿Son los procesos? ¿Es la herencia? ¿Son los recursos?

Esta última semana he platicado mucho acerca del FONCA, de Efiteatro, de los tabuladores, de cómo se distribuye un presupuesto, del cansancio, de la producción en serie… ¿Cómo nos relacionamos con todo esto? ¿Un artista debería de solo pensar en la metáfora? ¿No ser crítico con el entorno? ¿De los sistemas de producción?

Nací en 1980, escuché muchas veces estar en crisis y pues, llegó para quedarse. Estamos cosechando décadas y décadas de escalas de valores alterados, métricas inestables y criterios variables… ¿Necesitamos perder lo que más amamos para reconocer su valor? Necesitamos volvernos a preguntar todo esto muchas veces, de forma sistemática, de forma ritual si es necesario para que de ahí tomemos fuerza y ahí nuevamente, reunidos, todo juntos, retomemos rumbo a lo que esta comunidad más necesita: diálogo, unidad, reflexión y acción.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Deseo que generación tras generación encuentre mayor claridad, cultive criterio para reconocer una pasión genuina.

Deseo que aprendan de la historia, que sean críticos, que desmantelen la verdad y la mentira y que construyan sus nuevas versiones, que lo hagan desde y por ellos, que su barco busque tripulación aventurera y responsable, que cuente historias, que sorprendan, que repitan y descubran.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

He estado pensando en ello estos días. Vienen tiempos difíciles, que no conocemos. Esta es una prueba muy grande, de hecho, creo que pasará tiempo hasta que podamos percibir su dimensión correcta. Es tiempo de pensar. De organizarnos. De valorar y poner la vista en objetivos en comunidad. Tenemos las herramientas, lo sabemos hacer. Sin embargo, no tengo la menor duda que será el arte el vehículo clave para esta reconstrucción y para el reencuentro -juntos- el teatro, el pilar indispensable para la nueva versión que descubriremos de nosotros mismos.

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