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Categoría: Bitácora 1. Idea iniciática

Desarrollo del proyecto.

Disque viendo El Principito

Desarrollo del proyecto

La manera que se ha dado para trabajar en este proyecto es indefinida, hay muchas ideas, propuestas y condicionantes que nos ponen a prueba. Trabajar en esta nueva normalidad es complicado, yo ya había trabajado a la distancia antes de la contingencia y conozco varias herramientas que facilitan la comunicación, planeación y desarrollo de proyectos. Lo único que puedo decir es que hay que ceder a ellas, de otra manera no vamos a poder sincronizarnos, debemos explotar todas las herramientas que estén a nuestro alcance. Usar trello, slack, zoom, google drive, google desktop, pinterest, vimeo. También me hizo pensar en la metodología Desing Thinking, esta metodología es muy amable y creo que nos puede apoyar mucho para la forma de trabajo que estamos tratando de resolver.

Dónde comienza a violencia.

Sentada en una silla en el Starbucks de la plaza que está a un costado de mi trabajo

Dónde comienza a violencia

Gaslighting. Es la acción de hacerte sentir que estás loca. Poniendo en duda tu percepción, tu memoria, juicio y suele ser muy sutil. Suele manifestarse poco a poco y es indicador de que existe cierta toxicidad en una relación. Ejemplo: «No yo nunca dije/hice eso. Estás loca. Lo estás inventando. Parece que vives otra realidad. Estás en tus días. Sólo quieres pelear.». Desde aquí puede ir creciendo la violencia psicológica. Tal vez la persona que lo hace no está consciente de la acción, es por ello que hay que señalarle lo que está haciendo y que debe parar. Si lo sigue haciendo hay que considerarlo como un foco rojo y no cuestionarse que es una conducta dañina. La violencia se comienza a manifestar desde la psicología, por lo que es probable que escale. Estos comportamientos tienen como fin hacerte sentir tonta, culpable manipulándote para invalidarte. Si tú sabes lo que viste, sentiste o escuchaste, confía en ello. Esto es resumen de un post que vi. Me pareció interesante. Ahora existe una serie de definiciones y micro definiciones sobre el machismo. Me parece muy importante conocerlas y tomarlas en cuenta. ¿A ti te han hecho luz de gas? A mí, sí. También he sido una mujer maltratada. Y vengo de una familia donde todas mis mujeres lo han sido también, dura y cruelmente. ¿En qué momento como familias normalizamos este tipo de conductas? Cuando Yolanda y Laura me contaban sobre sus anécdotas me decían que les había costado tanto trabajo salir de esas relaciones porque no tenían el apoyo de sus padres. ¡Se negaron a ayudarles porque ellas se lo habían buscado! ¿Será que por eso Desdémona ni siquiera intentó defenderse? ¿Nadie la ayudaría? Deseo hacer una lista de micro definiciones de violencia a la mujer hasta llegar a la asfixia. Yo creo que todas las mujeres hemos sido maltratadas, incluso sin que nos demos cuenta, pues hasta ahora es que comienza a visibilizarse y a conocerse. Es ahora que tenemos la oportunidad de hablar y alzar la voz, de compartir, de aprender y desaprender.

Con sueño y con hambre.

Sentada en un espacio improvisado en medio de mi sala

Con sueño y con hambre

Es extraño y emocionante ver cómo se ha desarrollado este proyecto. Desde la última vez que hicimos Destierros los tres, no nos habíamos vuelto a reunir para trabajar. Siempre estábamos en contacto por medio de un grupo de Whats llamado “El tío y sus sobrinos” y siempre teníamos la intención de “hacer algo”. No fue sino hasta este momento de crisis provocado por la pandemia que Raúl y Dania nos lanzaron un proyecto muy concreto: hacer Otelo a partir de una adaptación que se desarrollará desde el lenguaje forense.

Empezamos a conocer términos forenses y a partir de las consignas que Raúl proponía, hicimos escritos desde hipótesis, describiendo escenarios posibles y narrando sucesos criminales desde el lenguaje forense.

El ambiente virtual en el que estamos, hacía que las conversaciones se enriquecieran desde ahí, desde la imagen, los videos y los escritos compartidos en la pantalla. Nuestras reuniones no duraban más de dos horas. Y fue en la sesión número 5 que hicimos el cadáver exquisito entre los cuatro. ¡Ah, esa sesión ha sido de las mejores!

Y es que mi proceso ha cambiado desde hace 8 años cuando hicimos aquel montaje, ahora siento que he adquirido mayor estructura, pero hay algo que me explota cuando vuelvo a trabajar con ellos, se me abre la intuición, la locura y las ganas de explorar otros lenguajes. Es mi nicho experimental.

Luego ocurrió algo inesperado: Juan Meliá me contactó para hacer un proyecto en plataforma virtual. Pero con la consigna de exponer el proceso a público.

Rápidamente pensé en el proyecto que estábamos haciendo y se lo describí sin pensarlo. Aún estaba en etapa inicial, de hecho aún lo está. Pero qué mejor que se produzca y desarrolle con alguien que está interesado en volverse cómplice.

No sé, creo que hay proyectos que son así, por naturaleza fluyen y atrapan. Este es uno de ellos y estamos en eso.

Mi inquietud radica, (porque siempre soy miedosa) en que nos concentremos en el lenguaje virtual y olvidemos el contenido creativo. Hasta ahora no hemos podido retomar la parte creativa, nos hemos concentrado en la logística y el armado de la escaleta. En fin, es un proceso donde nuevamente estamos involucrados en todas las áreas. Ya lo hemos hecho antes como compañía. Me da vértigo, pero es parte de la riqueza de hacer teatro, aunque ahora está ese debate ¿es teatro? ¿cómo lo llamamos ahora? ¿me estaré traicionando? ¿qué nuevo saldrá de esto?

Lo que me sostiene es que hay una provocación para crear en medio de este contexto de crisis por el que atraviesa nuestro país. Y crear ficción desde el lenguaje teatral me apasiona y me llena de dicha. Me da esperanza sobre lo que puede sostener ahora a nuestra comunidad, aunque sea desde este proyecto.

 

(De cuando nos fuimos de viaje a Tijuana a dar función y le tomé una foto al muro.)

Narrativas ajenas.

En mi cubículo un poco sola, poniéndome al tanto entre mis pensamientos y el trabajo

Narrativas ajenas

El otro día la señora Yolanda relataba una historia sobre dos accidentes automovilísticos. Lo que me llamó la atención fue su sensación y confusión de si estaba muerta o no. En el primer choque, se volteó su auto en la carretera, se quedó dormida al parecer, no recuerda nada. Despertó con el auto ya volcado, oía voces que decían «no los muevan están muertos». Ella se preguntaba inconsciente si realmente estaba muerta y lo único que pensó fue en su hija enferma, no reaccionó hasta después y la comenzaron a sacar del auto. Escuchó «él si está muerto» entonces pensó «maté a mi marido». No lo mató, los dos sobrevivieron. En el segundo los chocó una hummer, esta vez recibió el golpe ella, un hematoma de 18cm en el cráneo, sentía físicamente que le sangraba la cabeza pero no se había abierto, la hemorragia era por dentro. A comparación de la vez pasada, la confusión no la atormentaba, sino que ahora sentía que se estaba muriendo. Llamó a su hermana para pedirle que se hiciera cargo de su hija. Se le distorsionó la voz. Sobrevivió a dos accidentes automovilísticos en tan sólo un mes. Ahora sí que al que le toca le toca. ¿O será que Dios le habrá enviado un mensaje? Pero bueno, yo no creo en Dios aunque ella y muchos más sí. Ese mismo día pero más tarde. Yolanda y Laura me contaban sobre el maltrato que habían sufrido por sus ex parejas. Por un lado Yolanda vivió maltrato físico, golpes que la llevaban al hospital. Mientras a Laura, la encerraba su marido cuando salía de viaje. Ninguna es peor. ¿Qué las sacó de ese infierno? La maternidad. Una fiera. En parte, eso que vivieron les hace ser quien son ahora. Estas historias las relaciono con Desdémona en particular. El sentir que mueres, la forma en la que muere. Creo que me he clavado en revivir en mí la experiencia de esos sucesos de muerte y por otro lado relacionar las vivencias de otros con la obra. Es la parte humana que creo que buscamos. Solo así podríamos sensibilizar al público, en base a la experiencia. Es así como nos relacionamos para empatizar.

Experiencias.

En mi escritorio por comenzar a trabajar

Experiencias

Despersonalización. Alteración de la percepción o la experiencia de uno mismo de tal manera que se siente separada de los procesos mentales y de su cuerpo. Suelen ser constantes en los ataques de pánicos, periodos prolongados de estrés, ansiedad y depresión. La persona siente que está en un sueño, que su entorno es irreal. Yo pienso que Otelo le pasó esto, se despersonalizó. Llevo más de un año experimentando esta sensación. No podía describirlo hasta que leí el término. Interesante. Me identifico, siento un alivio. Una vez me degollaron, no lo sabía hasta que me lo dijeron. Me preguntaron por mi cicatriz en el cuello. Yo que pensé que no se notaba, pero es que yo la veo con amor. -¿Qué te pasó ahí? -Ah, me operaron de las cervicales. -¿Pero cómo? -Pues entraron por enfrente, con un instrumento apartaron mi tráquea y los órganos que se exponen en el cuello y con un microscopio procedieron. -Ósea, ¿te degollaron? Me quedé insólita. Como cuando un gato prueba por primera vez el helado. Sí, me degollaron. Hay un video al respecto. Lo voy a pedir. Creo que puede servir a manera de documento, me siento lista para verlo. Puedo imaginar mi piel abierta, mi carne expuesta, los órganos vivos, la sangre fluyendo, mientras yo ahí, inmóvil, como muerta. La primera vez que lo dijo Eloy, uno de mis cirujanos, sentí repugnancia, me lo dijo tan alegre. ¿Qué se siente estar muerto? Retóricamente por supuesto. ¿Has tenido alguna experiencia cercana a la muerte o algún suceso que remita a ello? En mi vida me han sometido a dos operaciones con anestesia completa. Recuerdo sólo llegar como al 8, la cuenta es regresiva empezando desde 10. Supongo que es protocolo porque las dos veces fueron así. La primera vez tenía 17 años, la verdad es que no recuerdo mucho el proceso pre operatorio. Pero el post, en sala de espera es de las peores experiencias de mi vida, jamás he sentido tanto dolor físico. Se puede morir por una anestesia mal aplicada. Que estresante debe ser anestesiólogo. La segunda vez estaba más nerviosa y el recuerdo está más fresco. No pude dormir, siempre es incómodo estar en un hospital. Cuando llegaron a decirme que me pasarían a la sala preoperatoria me puse muy nerviosa. Llegue, esperé. El primero en presentarse fue el anestesiólogo. Me preguntó mis datos, y me pidió que le explicara lo que me harían. Después se presentó́ un neurocirujano, me preguntó lo mismo. Después me pasaron a una sala más pequeña justo enfrente del quirófano. Yo pensé que ya me iban a meter cuchillo 😂 Llegó otro doctor, me preguntó lo mismo. Todos estábamos esperando al mero mero, el cirujano que operaría. Llegó dos horas tarde, el nervio se prolongaba y eso era torturante. Pero pensaba que más valía que el doctor durmiera bien. Me metieron al quirófano, otro doctor me preguntó otra vez lo mismo, me dijo -¿Eres médico? -No. -Es que sabes muy bien lo que te van a hacer y lo explicas con términos médicos. Visité a 3 cirujanos, entre ellos al mejor de México según San Google, al final no me decidí por él. El doctor Delfino me dió lo que nadie, confianza. La confianza no es fácil de ganar, no es sencillo de otorgar. (Yo creo que por eso Desdémona «se dejó matar», confiaba tanto en Otelo, sabía que no era él quien cometía el asesinato sino Yago.) En su historial decía que operaba a unas 190 personas al año. ¿A cuántas de ellas habrá degollado?. Also, leí un sin número de testimonios, tesis, videos. Sabía perfectamente cuál era el procedimiento pero jamás lo asocié con la degollación. Llegó Delfino, estaba tan nerviosa que veía nublado, además no traía lentes, no escuchaba bien lo que decían. Habían olvidado la resonancia y no recordaban que vértebras tenían que operar. Pero verlo me dió tranquilidad (así que supongo que Desdémona murió tranquila, pues lo último que vió fue a Otelo), tenía claro que era lo último que quería ver antes de….¿morir?. Bueno, la anestesia no es una muerte, pero se parece un poco, dejas de habitar tu cuerpo porque literalmente te duermes y dejas de sentir físicamente y tu conciencia deja de existir. Yo no recuerdo nada. Solo cuando desperté en la sala de espera y me llevaron a mi habitación. Dejé de habitar mi cuerpo, tal vez es por ello que me he sentido así desde la operación. También estuve en duelo. Creo que la muerte se puede manifestar de varias formas sin estar necesariamente muerto o sin que alguien cercano se haya muerto. La muerte, y se abre todo un universo entre lo que se ha vivido y lo desconocido. Por eso sentí que me quedé atrapada en dos dimensiones. En fin, maldito seas Shakespeare.

Narrativa de una serie de sueños que tuve esta noche.

Sentada en un mat encerrada en el cuarto intencionada a comenzar con mi rutina de fit

Narrativa de una serie de sueños que tuve esta noche

Fueron muchos sueños. Sufrí. Sentí que no sufrí solo en el sueño, sino en la realidad. Lo sentía físicamente. Grité varias veces por la noche, me dolía. Quería llorar, detenerme. Pero sentía que tenía que continuar sino sucedería algo mucho peor. Había rostros conocidos, de antaño, amigos, familia, lugares mezclados. Sabía que eran solo sueños, pero parecía que tenía una misión. En la espiritualidad, aprendí que hay que escuchar a los sueños, ellos tienen un mensaje oculto para practicar en la realidad. Por meses he tenido sueños que me dan la impresión de tener señales muy claras para mí, pero sigo sin saber cuáles son, creo que solo me falta profundizar más. Todo es práctica. En un momento que me desperté me dolía muchísimo el cuello, y estoy segura que no era por mi condición, pensé qué tal vez estaba mal acostada o simplemente alguien me lastimó en los sueños. Alguien quería que viera algo, que me quedara en el sueño manipulándome físicamente. No podía levantarme. Me desperté y seguía soñando, no lo podía detener. Tuve que decidirlo. Era como una de esas películas en la que están atrapados entre dos mundos, dos realidades. La última imagen, acto, fue mi hermano abrazándome por atrás, íbamos caminando como en un campo, parecía un campo de concierto. Su pecho rozaba con mi espalda y me dolía. Tenía marcas vivas en la espalda, como grandes cortadas. Como si me hubieran o me hubiese flagelado. La psicóloga me decía que hacía eso constantemente con mis acciones. Quería evitar que me rozara mi espalda, supongo que él no sabía que estaba lastimada. En un momento rozó tan fuerte que el dolor fue tan profundo que grite en el sueño, me dolió muchísimo. Tuve que levantarme, no podía seguir más, el sufrimiento en silencio me carcomía. Me levanté y no me siento habitando mi cuerpo. Recuerdo tantas cosas y a la vez nada. Sólo hay sensaciones, todas físicas. Siento que me hace falta algo. Que algo se fue. Sigo con ganas de llorar, pero no puedo. Es como un juego, si lloro pierdo. ¿Me habré quedado en otra dimensión?. Tal vez vi mucho Star Trek. Tengo algo que resolver, comienzo a creer en otras vidas. Y si no, creo en mis ancestros y su dolor. En mi abuela fallecida y especialmente en mi madre. Recuerdo otro momento del sueño. Estaba en la oficina, en una casa, con unos amigos, de fiesta, trabajando, íbamos a otro lado, me perdía. Había quedado con Bere, ella vendría a la casa, yo estaba en la cama en la que duermo todos los días. Una noche antes había visto que mis plantas estaban muriendo cuando un día antes las había visto perfectamente sanas. Fue frustrante, le conté a Raúl. Dormí, llegó Bere y me dijo que estaban súper bonitas mis plantas, yo no lo entendí porque una noche antes estaban casi podridas. No sé qué signifique todo eso. Lo primero que hice cuando me levanté en la realidad fue regar una planta, la planta más grande que tenemos en casa se estaba secando desde hace días. Y desde hace muchos días más todas mis plantas se han ido muriendo. Mueren. Es una muerte lenta, agonizante. Pensando ya despierta concluí que tal vez soñé de esa manera por el

cadáver exquisito de ayer, soñé eso que escribimos en otra magnitud, en otra perspectiva; pero desde algún punto, de algún modo era eso. Las marcas en mi espalda, el dolor en mi cuello, el sufrimiento, la sensación de las manos de alguien en mi cuello, los gritos, la extrañeza.