Me da miedo esa gente que espera a la vuelta de la esquina.Y me dan mucho miedo los testigos morbosos, cuando observan enmudecidos. Pero lo que más miedo me da es toda esa gente inmune o indiferente ante las calamidades ajenas.
Esta es una historia sobre esos miedos. O, mejor dicho, sobre esos males con aspecto de accidente, que aunque parecen sordos, arrastran consecuencias irreversibles. Esta es una historia ordinaria y cotidiana: porque en un segundo cualquiera de nosotros podemos dar la vuelta a una esquina peligrosa y descender a mundos insospechados. Pero eso no es lo peor: peor es que alguien será un testigo paralizado, alguien tomará fotos, y alguien tendrá algo que opinar en las redes sociales.
Ximena Escalante
¿Qué signi ca ser testigo de un hecho violento? ¿Cuáles son las obligaciones que uno involuntariamente contrae al observar el mundo que nos rodea? El mal se origina en nuestra incapacidad para pensar, sugiere la lósofa Hannah Arendt. Las tragedias no necesariamente requieren de una mente maestra, agrega. Si ese es el caso, ¿es posible que el horror sea producto de la trivialidad? Habitado por los espectros de la noche, DF bipolar es la anatomía de un crimen, alimentado por calles semivacías y luces tuertas, donde se despliega voluptuosamente la sombra del caos.
Antonio Castro