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Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Bárbara Colio

50 años / Ciudad de México

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

Como espectadora. Tenía 5 o 6 años. Electra. Mi primera obra. Con Ofelia Guilmain. Me pareció extraordinario el que tantas personas nos reuniéramos en un mismo lugar, para que nos dejaran entrar a otros mundos. Ver a otros siendo otros, y a la vez, ser nosotros. Sigo siendo espectadora. Luego fui actriz, directora, luego autora, luego todo lo que fuera necesario ser y hacer para crear teatro, ponerlo en pie, echarlo a andar, compartirlo.
Pude haber sido muchas cosas, sé hacer muchas cosas incluso las hice, pero, si le vas a dedicar la vida a algo, decidí dedicárselo a aquello que me hacía sentir plena. No basta solo quererlo, hay que dedicarse, clavarse y hacerlo lo mejor posible, el teatro es rudo, pero si te mantienes a su altura, es también, inconmensurablemente generoso.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

¿Por qué la gente hace lo que hace? ¿Por qué yo hago lo que hago? ¿Por qué tú, haces lo que haces? ¿De qué estamos hechos? ¿Qué hay en la última capa del corazón?
Anhelo no terminar de hacerme preguntas, porque entre que sea así, voy a seguir escribiendo.

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Imagino, transformo, toco.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

Dicen que la cuarentena servirá para estar con nosotros mismos, para vernos en nuestra real naturaleza, para comprendernos. Eso, el teatro, siempre lo ha hecho, nos ha enfrentado con lo que somos, nos ha activado los mecanismos adormilados o escondidos, y los ha puesto a funcionar a través de ver a otro, haciendo o pensando o deseando lo que nosotros mismos hemos deseado, hecho, pensado.
El teatro nos delata ante lo que somos, nos hace reconocernos secretamente en los personajes, haciéndonos sentir un tanto menos solos. Hablo como espectadora, hoy es tiempo de guarecerse, sabiendo que el mundo entero lo hace también. Pero al cruzar de nuevo la puerta, porque la cruzaremos, cuando volvamos a las calles a estrechar la distancia, a dejar el miedo, sé que volveremos al teatro, porque tendremos la imperiosa necesidad de exhalar, de soltar, de suspirar, de reír, de llorar, de sentir una caricia, de encontrar un canal en el cual podamos encontrarnos, vernos, reconfigurarnos, y poder seguir por este mundo, sintiéndonos, un tanto menos solos.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

Los sistemas de producción. Definitivamente. Los sistemas de producción actuales parecen cada vez más ir en contra de la misma creación, del mismo teatro, de los mismos hacedores.
Habría que replantearse el preguntarle a aquellos encargados de las modificaciones a EFIARTES, a los que diseñan algunas convocatorias, a ciertos programadores, a los que huyen y no pagan y no tratan con respeto a sus creadores, «disculpen, ¿qué es lo que usted cree que es el teatro? ¿por qué lo quiere chingar?»

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Que exista. Que sea. Que perseveren. Entre paros, protestas, pandemias y contingencias, la han tenido difícil, pero, que si esto es, que si el teatro ES lo que quieren hacer y lo hacen bien: Lo hagan. Lo hagan.
Siempre deberá existir quien, en la reunión alrededor del fuego, cuente la historia para espantar el miedo.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

La última palabra de esta pregunta es la respuesta: Juntos. Juntos tenemos que volver a abrir los espacios, convocar al otro, reunir a los que lo hacemos, empatizar con los programadores, echar mano de todo, empujar la rueda con fuerza para que vuelva a girar. El teatro necesita imperiosamente el reunir al que lo hace y al que lo ve en un mismo espacio físico, ESO es el teatro, no ninguna otra cosa. La reunión en el espacio es imprescindible, lo humano con humano, básicamente es lo que es. El teatro toca, y nos toca levantarlo. Por mientras, hay que nombrarlo, hay que seguirlo pensando.



Yo he seguido con mi proyecto de DESCORCHE CASERO para hablar de los procesos teatrales en transmisiones en FB LIVE, hablo con aquellas compañías que se quedaron varadas por la pandemia, compañías que estaríamos ahora en cartelera. Mantener la llama encendida hasta que llegue el momento de avivar el fuego. Son conversaciones donde puedes aprender, descubrir y están en FB: BarcoDrama, y en Youtube: Bárbara Colio

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