La única pregunta que me mueve a seguir en mi quehacer escénico es: ¿Cómo hacer que mis sueños, sensaciones y emociones puedan traducirse escénicamente para...
Leer másInstantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.
Yoalli Michelle Covarrubias
24 años / México, Morelos, Cuautla
Lugar principal de trabajo (País, estado, ciudad): México, Ciudad de México
Oficio: Actriz, creadora escénica
¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?
Llegué de Cuautla a la Ciudad de México a los 15 años porque me quedé en un Centro de Educación Artística. Mi intención era continuar con la música y prepararme para ser pianista. En cuanto comencé a tener una probadita del universo del teatro en la escuela y vi las obras que se presentaban en la ciudad, me enamoré por completo y yo decía: “No sé cómo se hace ni cómo le voy a hacer pero algún día yo quiero estar ahí”.
Fue en la preparatoria que realicé mi primer montaje con Sixto Castro Santillán y estando concursando en el Festival Internacional de Teatro Universitario que dije: “Yo quiero hacer esto toda mi vida. Quiero estar aquí (en el escenario) hasta que me muera”. Un año después entré al Centro Universitario de Teatro y ya de ahí nada me detuvo.
¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?
Terminé mi formación universitaria hace casi dos años y cada vez tengo menos certezas que cuando comencé. Uno de mis más grandes anhelos es descentralizar el teatro. Que el teatro de calidad, el teatro informado, llegue a todos los rincones de mi país y que cada vez menos artistas tengamos que mudarnos a la capital para tener trabajo o una formación más sólida. Me confronta y me ocupa también el teatro que estamos entregando a las infancias y qué temas y recursos podemos seguir incursionando, qué nuevas historias y narrativas podemos experimentar en el aquí y ahora, en este mundo tan apocalíptico que estamos viviendo. Cómo vamos a seguir trabajando en la inclusión y visibilización de las disidencias, cómo nos vamos a salir de los moldes ya conocidos para generar nuevas poéticas y discursos que repercutan en el presente y en el futuro, no solo seguir dialogando con reproducciones del pasado.
Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?
Magia, resiliencia, confrontación.
¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?
Seguir congregando a la materia viva para habitar realidades imposibles. Que el streaming, que el Zoom… recordemos que seguimos siendo personas realizando un esfuerzo por seguir unidas a través de pantallas a kilómetros de distancia.
¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?
Debemos ya dejar de mitificar y endiosar a ciertas figuras de poder en el gremio, generar redes de comunicación entre las y los jóvenes creadores y los que tienen más trayectoria. Esto con el objetivo de desarrollar nuevas poéticas y cuestionamientos que permitan que todos juntos salgamos de este estancamiento. Dejemos de lado esa barrera generacional de una vez por todas. ¿Qué pasaría si esas voces se escucharan y trabajaran en conjunto?
Encontremos nuevas posibilidades en cada rincón de nuestro país para nutrir y generar historias que tengan relación con nuestro entorno y no solo con el entorno de las décadas pasadas. Hay teatro en otros 31 estados, no solo en la Ciudad de México.
Por último, pero no menos importante: Hay cientos de miles de perfiles de actrices, actores y creadores en el medio y no sólo los tres estereotípicos que al gremio le encanta reciclar y querer que todxs encajemos en esos moldes caducos. DIVERSIDAD, POR FAVOR.
¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?
Que encuentren un terreno fértil para poder sembrar y cosechar sus ideas a la edad que tengan. Que puedan vivir dignamente de lo que aman y que revolucionen su quehacer recordando el pasado sí, pero generando discursos con su entorno presente. Que les paguen ensayos. Que trabajen porque un proyecto les apasiona y no sólo porque necesitan el dinero para sobrevivir porque no se les paga lo necesario. Que las escuelas de teatro enseñen a sus actrices y actores enfrentarse de verdad a las condiciones que tendrán cuando salgan. Y que se les enseñe a cobrar dignamente y trabajar con humildad.
Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?
Bien decimos que el teatro es una carrera de resistencia y al igual que siempre, el teatro se resiste a morir buscando distintas posibilidades. Quienes trabajamos en esto nos aferramos con garras y dientes haciendo de todo para sobrevivir con la esperanza de pronto volver a los teatros.
¿Cómo la enfrento? Trabajando en lo que puedo, ensayando, investigando, vendiendo, comprando, traqueando, enseñando, aprendiendo.
¿Qué deseo? Qué sigamos trabajando en tener condiciones laborales dignas para que más allá de que el teatro sea resistencia, sea pasión y dignidad.
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