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Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren.

Isabel Toledo

29 años / Ciudad de México

 

¿Cómo iniciaste dentro de la disciplina teatral? ¿Por qué decidiste dedicarte a ella?

De niña y adolescente no encontraba muchos espacios donde pudiera encontrarme con mis compañeros de clase y los talleres de teatro eran un punto de encuentro en el que se establecían lógicas colectivas que me gustaban y que sentía que entendía mejor que los juegos que jugaban en la escuela.
Siempre tuve un acercamiento muy íntimo con la literatura y me gustaba que en esos talleres se construían historias que podía habitar desde el cuerpo y transformar el mundo. También me gustaba mucho el rompimiento en el tiempo y el espacio cotidiano que se generaba. Y especialmente, cómo ciertas convenciones eran tan poderosas que lograban modificar mi manera de sentir, de pensar y de mirar.
Decidí que quería dedicarme al teatro cuando estaba en el último año de secundaria, nunca me lo cuestioné, y creo que las razones por las cuáles lo decidí y sigo dedicándome a crear proyectos escénicos son casi las mismas que cuando era niña: me gusta que a través del teatro es posible encontrarnos en espacios de escucha y empatía para crear universos o dispositivos que construyen nuevos mundos posibles; a través del teatro podemos transformar y transformarnos.

¿Qué preguntas siguen alimentando tu práctica? ¿Qué anhelos tienes por vivir dentro de las artes escénicas?

¿Es suficiente nombrar un acontecimiento como teatro para que lo sea? Mi línea de investigación está en un cruce entre el teatro y el performance. Me interesa pensar el teatro como un concepto que podemos empezar a dinamitar desde dentro, nombrar prácticas artísticas como teatro no porque ocurran en un edificio teatral si no por decisión conceptual y establecer un juego de recepción con los espectadores desde las preguntas: ¿por qué esto que estoy viviendo es teatro? ¿por qué es ficción? ¿son estas personas actrices y actores?
Otro de los cuestionamientos que me alimentan es explorar en la construcción de proyectos escénicos feministas, no sólo desde la temática, si no desde el cómo se encaran los procesos y las relaciones entre creativos y creativas.
Anhelo poder actuar más de lo que actúo. Siento que, a pesar de mis esfuerzos a lo largo de mi carrera, siguen existiendo muchos prejuicios e ideas que buscan presionarme hacia decidir si quiero actuar, dirigir, dirigir teatro de texto, seguir haciendo proyectos performáticos, escribir teoría, escribir teatro, dirigir una escuela de cine. Anhelo vivir un mundo con menos miedo a contaminarnos entre roles y disciplinas.
Anhelo vivir un contexto de equidad de género en los teatros y las instituciones culturales. Anhelo seguir viendo el trabajo de mujeres creadoras que admiro y colaborar con ellas.
Anhelo que los habitantes de las ciudades de México asistan al teatro porque se sienten partícipes de un acontecimiento que nos permite mirarnos, conversar y encontrarnos.

 

Describe tu quehacer teatral en tres palabras. ¿Qué hace de tu forma de habitar el teatro una práctica singular y distinta a las demás?

Feminismo, encuentro, documental.
Me interesa habitar el teatro desde el feminismo y la interdisciplina; no busco la singularidad ni la distinción, si no la colectividad. Habitar el teatro desde la escucha y la atención, desde la libertad creativa, pero siempre con el fin de construir encuentros extraordinarios entre personas. Me gusta habitar el teatro como mujer y ciudadana por encima de la idea del artista, y hacer teatro para mujeres y ciudadanas como yo. 

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

Creo que su importancia radica en lo que para mí es su esencia: construir espacios de encuentro. Y el encuentro entre desconocidos y desconocidas a través de un acontecimiento performático o ficcional no tiene que ocurrir necesariamente en un edificio teatral. Tampoco creo que tenga que ocurrir entre cuerpos habitando un mismo espacio físico.
El teatro es importante porque construye ficciones, realidades, propone formas de mirar y pensar el mundo en el que vivimos. Es importante en la medida en la que los proyectos se centren en los espectadores y espectadoras como constructoras fundamentales de las piezas escénicas. Y por lo tanto, el teatro debe establecer un diálogo con las espectadoras y espectadores. Completarse con su presencia, sus ideas y su mirada.
Nos construimos a través de las representaciones que conocemos a lo largo de nuestras vidas, y el teatro es el espacio de la representación. Es importante porque tiene la posibilidad de representar el mundo desde nuevas ópticas, de representar a la mujer desde una perspectiva feminista, representar cuerpos que no han sido representados, representar historias que hasta ahora han sido silenciadas.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

El machismo y la violencia de género. Los procesos de denuncia a los que se enfrentan las víctimas de violencia de género en la comunidad teatral y las escuelas de formación escénica. El derecho de piso, que dicta que para habitar ciertos espacios hay que haber recorrido un camino que determinan unos cuantos. Las leyes que no protegen a los espacios escénicos independientes para que puedan sobrevivir. El abuso de poder en la pedagogía actoral. El abuso de poder en los procesos de creación. El adoctrinamiento de los cuerpos que ejercen las escuelas de actuación. El miedo a la contaminación. Los proyectos que se hacen por acceder a espacios de poder en lugar de hacerse desde la necesidad de contar algo, compartir algo, debatir en torno a algo. La idea jerárquica de que hay roles que son más importantes que otros. El machismo y la violencia de género.

¿Qué le deseas a la siguiente generación de hacedores teatrales?

Les deseo que se sientan poderosas, libres, fuertes. Que no pidan permiso. Que encuentren en el teatro espacios de contención, de empatía, espacios de afecto y de goce. Que las políticas culturales se adapten a sus necesidades artísticas y no a la inversa. Que puedan vivir del teatro. Que se sepan hermosas. Que amen y sean intensamente amadas.

Si el teatro es el arte del encuentro con el otro ¿cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19? ¿Qué deseas que ocurra cuando volvamos a estar juntos?

Creo que hay muchas maneras de encontrarnos desde la virtualidad de los cuerpos. También creo que el teatro tiene una tradición tan sólida, que es posible construir proyectos teatrales que ocurran a través de otros medios y tecnologías.
Me parece que la situación del encierro y la distancia es una oportunidad para reflexionar en torno a lo que cada una de nosotras y nosotros piensa que es la esencia del teatro. Para algunos compartir obras grabadas es una manera de rescatar esa esencia. Yo difiero.
Deseo que esta oportunidad de construir propuestas escénicas desde otros lenguajes se mantenga cuando podamos reunirnos cuerpo a cuerpo. Podemos estar juntos a la distancia y el teatro puede moverse de su lugar tradicional.

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