Departamento 4B Jimena Eme Vázquez Ésta es una historia de ficción y permanecerá como tal hasta el fin de los tiempos. Los personajes y las situaciones aquí planteadas tienen prohibido intervenir la realidad. PERSONAJES DIANA...
Leer másJorge Arturo Tovar
Después de cinco horas tratando de hilar una historia en mi cabeza, (porque pocas veces me pongo a escribir lanzándome al vacío), me senté frente a la computadora y comencé con un personaje perro. Muchas personas me han dicho que mis personajes tienen una forma muy propia de hablar y siempre lucho contra eso porque no me encanta, pero ahora decidí utilizarlo a mi favor y terminé contento con esa personalidad de Pit.
A media obra, recordé esa imagen de La Dama y el Vagabundo en donde comen pasta y decidí ponerla como referencia. No sabía que influiría mucho en el desarrollo de la obra, ni mucho menos que se convertiría en el título.
Bella Notte
Por: Jorge Arturo Tovar
1.
Pit: Necesito pedirles un favor. Una cosa de nada, sencilla y sin chiste. No se vayan a asustar con mi humano. En cada casa donde gobierna un perro, existen uno o varios humanos a su disposición. Al principio pensaba que todos los humanos eran iguales, pero después de salir a pasear algunas veces con mis amigos de la cuadra, me di cuenta de que no. Todos los humanos son distintos, con sus propios miedos y preocupaciones y sueños tontos. Sobre todo con sus muchas frustraciones y arrepentimientos. Mi humano piensa que no me doy cuenta. En mis sesenta años perro lo he visto llorar, reír, cantar, bailar… en fin, hacer de todo.
Últimamente ha estado medio raro. Sí, más de lo normal. Solo hace falta verlo. Algunos días no se cambia la ropa y, ahora que lo pienso, no recuerdo haberlo visto bañarse. Creo que ha ganado un poco de peso también. Ya no quiere sacarme a pasear.
Me pregunto ¿en qué piensan los humanos? Porque sí piensan, ¿no?
Bueno, pues Antonio, (así se llama mi humano), había pasado días y días así de raro hasta ayer. De pronto, una estúpida sonrisa se dibujó en su rostro y ahora anda ansioso para todos lados.
Antonio: Pit de mi vida, Pit querido. Necesito tu ayuda. Hoy es el gran día.
Pit: ¿Por fin me vas a sacar a pasear?
Antonio: Sabes que no puedo. Tengo una cita en línea, Pit. Con Paloma, mi compañera del trabajo.
Pit: Antonio, es mala idea involucrarse con personas del trabajo.
Antonio: ¿Tú qué sabes? Eres un perro.
Pit: ¿Entonces por qué me preguntas?
Antonio: Bueno, tienes razón.
Pit: ¿Qué quieres de mí, Antonio?
Antonio: ¿La corbata azul o la roja?
Pit: La azul. Siempre me has parecido una persona azul.
Antonio: Pero ¿no es muy formal? El rojo es el color de la pasión.
Pit: Mierda, Antonio. ¿Es la primera cita, no?
Antonio: Sí. Tal vez es demasiado.
Pit: Hazme caso, muchacho, que tengo más años que tú. La azul es la buena.
Antonio: Solo tienes ocho años.
Pit: Que en años perro se traducen a sesenta, más o menos. Tú no sabes todo lo que he vivido, Antonio. Podría hablarte del amor por noches enteras y nunca me quedaría sin anécdotas. Soy un perro de mundo. ¿Me rascas la pancita?
Antonio: No tengo tiempo, Pit. Tengo una cita.
Pit: Primera cita y esa mujer ya te está apartando de mí. ¿A dónde vamos a parar?
Antonio: No te pongas celoso. Si todo sale bien, una vez que esto pase, te llevo toda una tarde al parque de perros que está cruzando la avenida. Luego vamos por tus croquetas favoritas y al regresar te rasco la pancita todo lo que quieras. Hoy necesito concentrarme.
Pit: Veinte minutos al día. Solo eso pido. Veinte minutos caminando al aire libre. Eso de salir para cagar y regresar de inmediato es inhumano. Un día de estos te voy a demandar, Antonio. Espera a mi abogado.
Antonio: Pit, tú has escuchado junto a mí a ese señor que sale en la televisión todas las noches. Ya oíste lo que dijo. Hay una enfermedad que es muy peligrosa. Necesitamos quedarnos en casa. Yo te sacaría a pasear todos los días como antes, lo sabes.
Pit: Pero…
Antonio: Lo sabes, ¿no?
Pit: Sí, Antonio. Te creo.
Antonio: (Para sí mismo, mientras se termina de vestir) Tengo pasta, salsa, carne molida, especias… ya me bañé, me rasuré, ¿me pondré perfume?, no lo descarto… ¡Vino! ¿Qué vino va bien con la pasta? Debería aprenderme esas cosas, tomé un curso de etiqueta…
Pit: Un chardonnay, Antonio. Si tu pasta lleva salsa alfredo, entonces un chardonnay.
Antonio: Uff, ¿hay algo que no sepas?
Pit: Pocas cosas, realmente.
Antonio: Eres un buen perro, Pit.
Pit: Y tú un buen humano, Antonio. ¿Sabes algo?, estoy orgulloso de ti. Ya estaba cansado de verte llorar tanto por tu exnovia.
Antonio: Auch, ¿me la tienes que recordar?
Pit: Bueno, te estoy felicitando. Es bueno que busques a una persona diferente. Yo extraño mis días de galán, cuando el amor corría por mis venas. Era entonces un macho libre y vigoroso.
Antonio: Eran las hormonas, Pit.
Pit: Llámalo como quieras, para mí era amor. Eso sí, nunca te voy a perdonar la cirugía. A veces todavía miro hacia abajo esperando encontrar mis testículos.
Antonio, ¿podrías ponerte pantalón de una vez?, tu desnudez me incomoda.
Antonio: Voy, voy. (Se termina de vestir). Bueno, ya me voy.
Pit: ¿Irte? ¿A dónde?
Antonio: A comprar el chardonnay. Compré vino tinto por error. Tú mismo dijiste que el chardonnay va con la pasta.
Pit: Por favor, es una cita en línea. Se van a ver a través de una camarita de baja calidad en computadora. Podrías estar tomando Seven Up y no se daría cuenta.
Antonio: El éxito está en los detalles.
Pit: ¡Llévame contigo!
Antonio: ¡Solo me voy por diez minutos! ¡No exageres!
Pit: ¿Y qué hay de la enfermedad y el señor que salió en la tele? Lo dijo muy claramente: Quédate en tu casa. Así. Mira que bien me sale imitarlo: Quédate en tu casa.
Antonio: Tendré cuidado.
Pit: ¡Antonio! ¡Anto…!
(Antonio se va)
Pit: Yo sé que no todos los humanos son malos, pero al menos el mío es ingrato de vez en cuando. Sesenta años perro cuidando este departamentito de veinte metros cuadrados como para que no me saque ni a la esquina. Ah, pero él sí sale, ¿verdad? Vas a ver, pinche Antonio, un día de estos me voy a ir a pasear yo solo. ¿Quién necesita a un humano que no puede ni escoger una corbata?
2.
(Antonio ha vuelto y ordenado el lugar para la cita. Hay una computadora en la mesa frente a un plato vacío, una copa y una botella de vino. Pit sigue recostado en el piso).
Pit: ¿Ahora sí tienes tiempo para rascarme la pancita?
Antonio: Más tarde, la pasta ya casi está.
Pit: Huele bien, ¿me das?
Antonio: Los perros no comen pasta.
Pit: Tampoco comemos sobras pero eso sí me das.
Antonio: Te encantan.
Pit: Pues sí, pero también la pasta. Recuerdo una película que vi en mi juventud, cuando era apenas un cachorro de finas patas blancas… ¿cómo se llamaba? ¡Ah, sí! La dama y el vagabundo. En esa película los perros comen pasta y hasta les ponen mesa y velitas. Aaah, que nostalgia. ¿Cómo iba esa canción? (Canta)
Oh, no tiene igual
Questa noche especial
La llamamos Bella Notte…
Antonio: Pit…
Pit: Ven a mirar
Esas luces brillar
Questa amable Bella Notte…
Antonio: Eh, Pit…
Pit: Si estás con quien amas…
Antonio: ¡Pit! ¡Pásame la sal!
Pit: Yo solo digo que un poquito de pasta no estaría mal.
Antonio: Ya veremos.
Pit: Bueno, cuéntame de esa tal Paloma. Su nombre me gusta. Me recuerda cuando me llevabas al parque.
Antonio: La conocí en el trabajo. Desde el primer día nos hemos llevado bien. Su cubículo está muy cerca del mío. Al principio tenía novio pero después terminó con él. Yo estaba nervioso, no quería acercarme tanto porque pensaba que podría incomodarla, pero tampoco quería estar lejos como para verme desinteresado. Cuando nos mandaron a trabajar a casa nos seguimos escribiendo y llamando de vez en cuando. La idea de la cita fue de ella.
Pit: O sea que ella te invitó a cenar. Vaya…
Antonio: ¿Qué?
Pit: ¿Quién lo diría? Eres atractivo para algunas personas.
Antonio: ¿Qué puedo decir? Tengo mi encanto.
Pit: Tampoco exageres.
Antonio: ¿Qué? Para tu información, me inscribí a un sitio de citas una vez y recibí muchos mensajes.
Pit: ¿Cuántos?
Antonio: Como… cuatro.
Pit: Uff, no. ¿Cómo hacías para responder tantos?
Antonio: Mira, me interesa mucho que las cosas salgan bien con Paloma, ¿sí? En verdad me gusta.
Pit: Bueno, Antonio, pues te deseo suerte.
Antonio: No lo vayas a arruinar.
Pit: ¿Yo? ¿Qué insinúas?
Antonio: No se me olvidan todas las veces que traje a cenar a mi exnovia y hacías un desastre.
Pit: Un poco de emoción por ver un rostro nuevo, era todo. Como tú sí sales…
Antonio: Hoy todo tiene que salir perfecto.
Pit: Oye… esta pasta de verdad huele bien…
Antonio: Quita tu narizota de la olla.
Pit: ¿Le pusiste mozzarella? Es mi favorito.
Antonio: ¡Pit! ¡Atrapa la pelota!
Pit: ¡¿Pelota?! ¡¿Dónde?!
(Antonio lanza la pelota y Pit corre tras ella. Antonio tapa la olla de la pasta para que termine de cocinarse).
Pit: (Regresando molesto con la pelota) Espero estés satisfecho.
3.
(Antonio está sentado a la mesa con su copa de vino y su pasta a medio comer. Del otro lado de la habitación está Pit, comiendo croquetas de su plato. Observa a Antonio. Paloma está en la pantalla de la computadora, usa pijama y tiene un plato de cereal con leche).
Paloma: Me sorprendes, de verdad.
Antonio: ¿Por qué?
Paloma: Cuando te propuse que cenáramos juntos por videollamada no esperaba nada de esto. De haber sabido me hubiera preparado…
Antonio: No pasa nada, ya que podamos reunirnos, cocino pasta nuevamente.
Paloma: Y yo cereal con leche.
(Ríen incómodos).
Pit: Mírenlos. Que patéticos, ¿no? ¿Por qué los humanos son así? Como gran estudioso del comportamiento humano, reconozco que hay algunas cosas que aún no he logrado descifrar. Los humanos aparentan mucho. Se la pasan mintiendo o escondiendo cosas. Guardan secretos… Esto no se los he contado aún pero, ¿saben por qué Antonio terminó con su última novia? Él quería sorprenderla con un regalo de cumpleaños enorme. A veces puede ser muy exagerado. El día de su cumpleaños, fingió que se le había olvidado y estuvo todo el día haciéndose tonto para que la sorpresa de la noche fuera realmente inesperada. Bueno, pues ambos estaban sentados en aquel sillón de allá viendo una película cuando de pronto ella comenzó a llorar. Así como lloran los humanos, con gemidos y mocos. Él, que seguramente ya se lo imaginaba, le preguntó: “¿qué tienes?”. Yo pensé: ¡Que cínico! Y ella comenzó con que era su cumpleaños y Antonio lo había olvidado. Pero no fue todo. Ella aprovechó para reclamarle cosas que Antonio había hecho mal desde hace mucho. Y entonces él no se aguantó y le reclamó lo suyo y se pusieron a discutir tanto que hasta se desearon la muerte y no sé qué más.
Ella se fue llorando y Antonio se quedó solo. Se comió él solo el pastel que le había comprado, (maldito, no me dio) y estuvo llorando días y noches enteras.
Bueno, lo que quiero decir es que a veces las cosas serían mejor si los humanos pudieran decirse la verdad. Aunque, mis instintos de perro investigador del comportamiento humano me dicen que los humanos no siempre saben cuál es la verdad. Ay, que filosófico me puse.
Antonio: ¿Y cómo te va en el encierro? ¿No quieres volver al trabajo?
Paloma: Nunca pensé que diría esto pero sí. Me muero de ganas por volver a la oficina.
Antonio: ¿De verdad?
Paloma: ¿Tú no?
Antonio: Un poco. La verdad disfruto mucho estar en casa.
Paloma: ¿Vives solo?
Antonio: Sí.
Pit: ¿Ah, sí?
Paloma: ¿Y no te sientes triste a veces?
Antonio: Un poco, pero se me pasa.
Pit: ¡Un poco! ¡Si llevaba días tirado en la cama antes de hoy!
Paloma: ¿Y qué haces para que se te pase?
Antonio: Pues lo que hace todo el mundo. Hago ejercicio en casa, me alimento sanamente, leo todos los días.
Pit: Ahora sí se pasó de embustero. ¿Ejercicio? Si se aporrea con subir las escaleras. El otro día pidió una pizza de pepperoni y se la acabó solo. ¿Y lee todos los días? pues creo que una vez lo vi leer Padre rico, Padre pobre y lo dejó porque le pareció muy complicado.
Paloma: ¡Que interesante! ¿Qué te gusta leer?
Pit: Sí, Antonio. Cuéntanos.
Antonio: Tú sabes… libros pues… intelectuales.
Paloma: ¿Cómo cuál?
Pit: Vamos, Antonio. Recuerda tus clases de español de la secundaria.
Antonio: Ehm… ¿Ya leíste La vida es sueño?
Paloma: ¡Me encanta! (Recita de memoria)
Apurar, cielos, pretendo,
ya que me tratáis así
qué delito cometí
contra vosotros naciendo;
aunque si nací, ya entiendo
qué delito he cometido.
Bastante causa ha tenido
vuestra justicia y rigor;
pues el delito mayor
del hombre es haber nacido.
¿Cuál es tu parte favorita?
Antonio: Ah, pues… la parte donde se van a dormir.
Pit: Pero que cerdo inculto… Necesita un poco de ayuda perruna.
(Pit deja su plato de croquetas y corre a Antonio. Sube las patas a sus piernas).
Paloma: ¡Que hermoso perro!
Antonio: ¡Pit! ¿Qué haces?
Pit: Ayudándote, inútil. Digo, woof woof.
Paloma: ¿Cómo se llama?
Antonio: Pit, se llama Pit. Solo que le había dado de comer para que no me interrumpiera porque a veces es muy molesto…
Pit: Vas a ver, cabrón. Woof woof.
Paloma: ¡Me encantan los perros!
Antonio: ¿Ah, sí?
Pit: Quihubo.
Paloma: Sí. Cuando era niña tenía tres. Y dos gatos. Y un hámster.
Pit: ¿Tenía gatos? Antonio, saca a esta mujer de mi vista.
Antonio: Yo también tenía una gata cuando era niño.
Pit: ¿¡Qué!?
Antonio: Se llamaba Mora.
Pit: ¡Antonio! ¡Te desconozco!
Paloma: ¿No son hermosos los gatos?
Antonio: Muchísimo.
Paloma: ¡Y los hámsters!
Antonio: ¡Me encantan los hámsters!
Pit: Aquí estoy, ¿eh?
Paloma: ¿Y a este precioso de dónde lo sacaste?
Pit: ¡Me dijo precioso! (Mueve la cola emocionado).
Antonio: A Pit, pues… lo adopté. Yo tenía apenas unos 21 ó 22 años. Estaba en la universidad y un día regresando a mi casa lo encontré tirado en el parque. Estaba muy chiquito, ni siquiera había abierto los ojos todavía. Creo que su madre lo abandonó. Tú sabes, a veces dejan al más débil para concentrarse en los otros. Lo levanté y lo miré. Seguro tenía uno o dos días de nacido. Me lo llevé a mi casa, en esos momentos vivía con mi mamá. Pit comenzó a crecer y a crecer. Yo sospechaba que sería un perro grande, pero no me imaginé que tanto. Después, cuando me mudé a este departamento, Pit me acompañó y desde entonces ha sido mi compañero en esta soledad. Además es muy inteligente, ¿verdad, amigo?
(Pit observa a Antonio detenidamente y de pronto comienza a chillar y a encimarse en él).
Paloma: ¡Se ve que te quiere mucho!
Antonio: Sí, nos llevamos muy bien… (A Pit) ¡Ya basta! ¡Me estás ensuciando la camisa!
Pit: Antonio, nunca me habías contado esa historia. ¡Te amo, pinche Antonio!
Paloma: ¡Lo emocionaste con tu historia!
Pit: Antonio, Paloma y tú se merecen la mejor primera cita de todas. ¡Aún hay tiempo! Voy a ayudarles para que este sea un gran recuerdo…
Antonio: ¿De qué estás hablando?
(Pit corre por toda la casa. Pone Bella Notte en el estéreo).
Paloma: ¿Y esa música? ¿La pusiste tú?
Antonio: ¿Yo? Eeeh… pues, sí.
(Pit sigue corriendo, de su cama para perro saca un ejemplar de La vida es sueño. Se lo da a Antonio y le señala una página).
Pit: ¡Lee esto! ¡Woof, woof!
Antonio: ¿Qué es esto?
Pit: ¡Confía en mí, muchacho!
Paloma: ¿Qué es eso, Antonio?
Antonio: Eeeeeh… (Lee)
Con cada vez que te veo
nueva admiración me das,
y cuando te miro más
aun más mirarte deseo.
Ojos hidrópicos creo
que mis ojos deben ser;
pues cuando es muerte el beber,
beben más, y desta suerte,
viendo que el ver me da muerte,
estoy muriendo por ver.
Paloma: ¡La vida es sueño!
Antonio: (Revisando la portada) ¡Oh! ¡Es cierto! Digo, ya sabía.
(Pit sigue corriendo de un lado a otro. Le sirve a Antonio más vino en su copa y se la pone en la mano. Le levanta el meñique).
Pit: ¡Ahora un brindis!
Antonio: ¡Brindemos!
Paloma: Muy bien ¿por qué?
Antonio: Por…
Pit: ¡Por el amor! ¡Por la vida! ¡Por los comienzos!
Antonio: ¡Porque termine la cuarentena!
Pit: Bueno, pudo ser peor.
Paloma: ¡Porque termine la cuarentena!
Pit: Creo que mi trabajo aquí está hecho. Antonio, por si no te lo había dicho antes, te quiero mucho. Me siento muy afortunado de vivir aquí contigo. A veces no te soporto, pero eres un humano con defectos como todos los humanos y yo acepto eso. Nadie es perfecto, pues. Quiero que sepas que cuidaré de ti y de tu departamento todos los años perro que me quedan y que siempre seré feliz haciéndolo. Te quiero Antonio, eres un gran…
Paloma: ¿Por qué tu perro está ladrando tanto?
Antonio: ¡No sé! ¡Pit! ¡Cállate!
Pit: …Y te mereces toda la felicidad del mundo porque tienes un gran corazón. Todos deberían darse cuenta de que eres un gran ser humano y…
Paloma: Voy a bajar el volumen…
Antonio: ¡Pit! ¡No me dejas escuchar!
Paloma: ¿Todo bien?
Antonio: ¡Voy a sacarlo! ¡Espera!
Paloma: ¡¿Qué?!
Antonio: ¡Que ahora vengo!
(Antonio toma a Pit por el collar y lo arrastra)
Pit: ¡Ugh! ¿A dónde vamos?
(Antonio abre la puerta del patio y saca a Pit. Cierra la puerta).
Pit: ¡Antonio…! Antonio… ¿Antonio?
4.
Pit: Bueno, ¿qué les dije? ¡Los humanos son unos ingratos! Te usan para que les protejas la casa, para tener a alguien con quien hablar de sus estúpidos problemas, ¡y hasta para conseguirse novia!, pero a la menor molestia, ¡al patio!
Esto no se va a quedar así. Ya son varias las que me debe el Antonio. Alguien tiene que enseñarle a respetar a sus mayores. ¡Sesenta años perro, carajo!
(Pit se esfuerza por abrir con sus patas la puerta del patio. Después de algunos intentos, lo consigue. Entra a la casa y se escabulle para que Antonio no lo vea. Él sigue en su cita).
Paloma: Nunca me hubiera imaginado que mi compañero de oficina fuera tan culto e interesante…
Antonio: ¿Yo? Me halagas…
Paloma: ¡De verdad! No con cualquiera se puede tener una conversación así de profunda.
Antonio: Tú también eres muy culta e interesante. Me da gusto que podamos cenar esta noche, aunque sea a la distancia.
Paloma: A mí también.
Antonio: Hay algo que me gustaría decirte…
Paloma: ¿Qué es?
Antonio: Me la he pasado muy bien esta noche. Creo que no me sentía así de bien con alguien desde hace mucho tiempo. Paloma, tú…
Paloma: ¿Qué dijiste? Como que se está cortando…
Antonio: Que tú me gustas…
Paloma: No… te… entiendo…
Antonio: ¡Que me gustas!
(Se pierde la conexión).
Antonio: ¡Maldita computadora! ¿Ahora qué le pasa?
(Antonio trata de encontrar la solución al problema. Se concentra en la pantalla. Pit aparece con un cable en su hocico. Después de un momento, Antonio lo mira y corre tras él).
Antonio: ¡Maldito perro!
Pit: ¡Alcánzame si puedes, muchacho!
(Se persiguen por toda la casa. Antonio comienza a perder el aliento).
Pit: ¿No que mucho ejercicio?
(Se siguen persiguiendo. Por momentos parece que Antonio lo va a atrapar pero Pit consigue escabullirse).
Antonio: ¡Pit! ¡La pelota!
Pit: ¡No esta vez!
(Finalmente, Antonio consigue acorralar a Pit).
Antonio: Pit, dame ese cable.
Pit: ¡No te acerques, muchacho, o lo mastico!
Antonio: ¡No me gruñas! ¡Dámelo!
(Antonio da un paso al frente y Pit muerde el cable más fuerte).
Antonio: ¡No!
Pit: ¡Te vas a quedar sin internet toda la cuarentena!
Antonio: ¡Todo menos eso! ¡No voy a poder salir a comprar otro cable!
Pit: ¿Ah, no?, pues yo creo que sí, así como sales a comprar el chardonnay.
Antonio: Pit, estaba en medio de un asunto muy importante.
Pit: Que pena, muchacho.
Antonio: Pit, por favor.
Pit: Te he pasado varias, Antonio. Te he estado soportando todos estos días de cuarentena que has estado en la casa. Un perro también necesita su espacio, ¿sabes?, extraño los días de soledad perruna que tenía cuando te ibas a trabajar. He tenido que aguantar tus lloriqueos por las noches, (sí, te he oído); los olores de las comidas que pides y que no me compartes, tus pretextos para no sacarme a pasear, ¡pero la gota que derramó el vaso fue que me sacaras al patio! ¡Eso no se lo tolero ni a mi perra madre!
Antonio: Está bien, Pit. Me excedí. Lo admito. Tienes mucha razón. No debí tomarte del collar y sacarte al patio. Es verdad que últimamente ha sido difícil para ambos. Todo esto de la enfermedad y la cuarentena nos tiene muy tensos a todos y no sabemos qué hacer.
Pit: ¿Y yo qué culpa tengo?
Antonio: ¡Ninguna!
Pit: ¿Entonces?
Antonio: ¡Ya, por favor! Pit, te pido perdón. Lo único que quiero es el cable. Solo pido eso. Quiero seguir platicando con Paloma. Estaba a punto de decirle algo importante… Anda, hazlo por mí. Por los viejos tiempos, ¿eh? Por todas esas veces que salimos juntos y los recuerdos que tenemos de toda una vida. ¿O te gustaría que me quedara solo?
(Silencio).
Pit: …Está bien. Tómalo.
(Pit suelta el cable).
Antonio: ¡Gracias! ¡Mil gracias!
(Antonio corre a conectar el cable nuevamente. Al principio está desesperado pero poco a poco se relaja. Pit se queda en un rincón con las orejas agachadas y la cola entre las patas. Antonio, a punto de terminar de conectar el cable, se arrepiente y lo suelta).
Antonio: Pit…
Pit: …
Antonio: Oye, Pit…
Pit: …
Antonio: ¿Por qué no me contestas?
Pit: Muchacho, esta es la noche en que se rompió mi corazón de perro. Anótalo en tu calendario. Hoy he conocido el verdadero sufrimiento y dolor. Podría escribir los versos más tristes esta noche…
Antonio: Por favor, no exageres.
Pit: No. No es exageración este dolor que siento en mi corazón.
Antonio: Pit, anda, anímate. Puedo hablar con Paloma y después hacemos algo tú y yo. Vemos una de esas películas de culto que tanto te gustan. De esas suecas que duran tres horas y que nadie les entiende.
Pit: No estoy de humor para películas, muchacho. No creo que estos ojos puedan disfrutar con el cine una vez más. Ve, habla con esa Paloma que tanto te gusta. Yo… necesito tiempo para estar solo.
(Antonio duda, pero se da la vuelta y conecta el cable. Vuelve a su computadora. Está a punto de conectarse de nuevo pero mira a Pit en el rincón. Cierra la computadora y se levanta de la silla).
Antonio: Oh, no tiene igual
Questa noche especial
La llamamos Bella Notte…
Pit: Ahora no, estoy muriendo de tristeza.
Antonio: Ven a mirar
Esas luces brillar
Pit: Antonio…
Antonio: Questa amable Bella Notte…
Pit y Antonio: Si estás con quien amas
Dichoso vas a ser
Nocturna magia llegará
y el amor va a florecer.
(Mientras cantan, Antonio pone un mantel en la mesa, un par de velas y sirve pasta en dos platos. Pit ha comenzado a bailar por todo el departamento y no se ha dado cuenta).
Pit: Oh, noche especial
de amor celestial.
Questa dolce
bella notte.
(Pit mira a Antonio, que está sentado en la silla de antes, pero ahora hay un asiento esperando a un acompañante).
Pit: ¿Qué es esto?
Antonio: ¡Esto es una noche especial! ¡Una Bella Notte!
Pit: Pero… tú tienes que cenar con Paloma.
Antonio: Será otro día. Hoy quiero cenar con mi perro, el que me ha acompañado durante… ¿cuánto?, ¿sesenta años perro?
Pit: Aproximadamente.
Antonio: ¿Qué dices?
Pit: ¿Esta pasta es para mí?
Antonio: ¡Y toda la que quieras! Cociné para toda la semana.
Pit: ¡Que delicia! ¿Y el chardonnay?
Antonio: Eso sí que no. El vino no es bueno para los perros.
Pit: ¡No sé qué decir! ¿Y Paloma?
Antonio: Ya le hablaré mañana y le diré que tuve un… problema de conexión. Después de todo, no estaría mintiendo.
Pit: ¡Eso sí! ¡No más engaños! ¡Mentir no deja nada bueno!
Antonio: Lo dice la voz de la experiencia.
Pit: Exacto. Aunque bueno, ¿cuántos años tienes? ¿29? ¿30? Tampoco eres un niño. Eso lo reconozco.
Antonio: Se me ocurre una cosa. ¿Después de cenar me enseñas La vida es sueño?
Pit: ¿Quieres impresionar a Paloma?
Antonio: Pues sí, pero también me interesa el libro.
Pit: ¿De veras?
Antonio: Puedo intentarlo.
Pit: Me parece bien. Aunque tú te mereces que te quieran con todo y tus libritos de superación personal.
Antonio: Solo leí uno de esos cuando estaba en la universidad, ¿podrías olvidarlo?
Pit: ¡Esas cosas nunca se olvidan!
(Ríen).
Antonio: Ojalá algún día inventaran un traductor de ladridos a español. Me gustaría entenderte.
Pit: Creeme, a mí también me gustaría entenderte.
Antonio: Me pregunto si a ti también te gustaría entenderme.
Pit: El español suena muy complejo. La verdad prefiero quedarme con mis ladridos. Oye Antonio, hay una cosita más que quisiera pedirte…
Antonio: Sí, yo compraría ese traductor.
Pit: Una cosita…
Antonio: ¿Qué pasa? ¿Por qué ladras, Pit?
Pit: ¿Ahora sí me rascas la pancita?
Antonio: ¡Hasta que te canses!
5.
Pit: Así son los humanos: complejos, indecisos. Con el humor cambiante y propensos a equivocarse. Cuánta envidia deben tenernos a nosotros los perros, siempre tan leales, sencillos y sinceros. A pesar de todo, no cambiaría al mío.
Parece que esta noche va a llamar a Paloma nuevamente. Veremos qué tal le va. Ya nos pusimos a leer un poco, después de todo. Cuando pase todo esto de la cuarentena quizá pueda conocerla en persona. Parece una buena humana, a pesar de que le gusten los gatos. Lo dicho, nadie es perfecto.
Ahora los dejo. Tengo pasta que comer y a mi pancita ya le hacen falta cariñitos.
FIN
Bella Notte
Por: Jorge Arturo Tovar y Valeria Di Toto
LADO A
== 1 ==
Pit: Necesito pedirles un favor. Una cosa de nada, sencilla y sin chiste. No se vayan a asustar con mi humano. En cada casa donde gobierna un perro, existen uno o varios humanos a su disposición. Al principio pensaba que todos los humanos eran iguales, pero después de salir a pasear algunas veces con mis amigos de la cuadra, me di cuenta de que no. Todos los humanos son distintos, con sus propios miedos y preocupaciones y sueños tontos. Sobre todo con sus muchas frustraciones y arrepentimientos. Mi humano piensa que no me doy cuenta. En mis sesenta años perro lo he visto llorar, reír, cantar, bailar… en fin, hacer de todo.
Últimamente ha estado medio raro. Sí, más de lo normal. Solo hace falta verlo. Algunos días no se cambia la ropa y, ahora que lo pienso, no recuerdo haberlo visto bañarse. Creo que ha ganado un poco de peso también. Ya no quiere sacarme a pasear.
Me pregunto ¿en qué piensan los humanos? Porque sí piensan, ¿no?
Bueno, pues Antonio, (así se llama mi humano), había pasado días y días así de raro hasta ayer. De pronto, una estúpida sonrisa se dibujó en su rostro y ahora anda ansioso para todos lados.
Antonio: Pit de mi vida, Pit querido. Necesito tu ayuda. Hoy es el gran día.
Pit: ¿Por fin me vas a sacar a pasear?
Antonio: Sabes que no puedo. Tengo una cita en línea, Pit. Con Paloma, mi compañera del trabajo.
Pit: Antonio, es mala idea involucrarse con personas del trabajo.
Antonio: ¿Tú qué sabes? Eres un perro.
Pit: ¿Entonces por qué me preguntas?
Antonio: Bueno, tienes razón.
Pit: ¿Qué quieres de mí, Antonio?
Antonio: ¿La corbata azul o la roja?
Pit: La azul. Siempre me has parecido una persona azul.
Antonio: Pero ¿no es muy formal? El rojo es el color de la pasión.
Pit: Mierda, Antonio. ¿Es la primera cita, no?
Antonio: Sí. Tal vez es demasiado.
Pit: Hazme caso, muchacho, que tengo más años que tú. La azul es la buena.
Antonio: Solo tienes ocho años.
Pit: Que en años perro se traducen a sesenta, más o menos. Tú no sabes todo lo que he vivido, Antonio. Podría hablarte del amor por noches enteras y nunca me quedaría sin anécdotas. Soy un perro de mundo. ¿Me rascas la pancita?
Antonio: No tengo tiempo, Pit. Tengo una cita.
Pit: Primera cita y esa mujer ya te está apartando de mí. ¿A dónde vamos a parar?
Antonio: No te pongas celoso. Si todo sale bien, una vez que esto pase, te llevo toda una tarde al parque de perros que está cruzando la avenida. Luego vamos por tus croquetas favoritas y al regresar te rasco la pancita todo lo que quieras. Hoy necesito concentrarme.
Pit: Veinte minutos al día. Solo eso pido. Veinte minutos caminando al aire libre. Eso de salir para cagar y regresar de inmediato es inhumano. Un día de estos te voy a demandar, Antonio. Espera a mi abogado.
Antonio: Pit, tú has escuchado junto a mí a ese señor que sale en la televisión todas las noches. Ya oíste lo que dijo. Hay una enfermedad que es muy peligrosa. Necesitamos quedarnos en casa. Yo te sacaría a pasear todos los días como antes, lo sabes.
Pit: Pero…
Antonio: Lo sabes, ¿no?
Pit: Sí, Antonio. Te creo.
Antonio: (Para sí mismo, mientras se termina de vestir) Tengo pasta, salsa, carne molida, especias… ya me bañé, me rasuré, ¿me pondré perfume?, no lo descarto… ¡Vino! ¿Qué vino va bien con la pasta? Debería aprenderme esas cosas, tomé un curso de etiqueta…
Pit: Un chardonnay, Antonio. Si tu pasta lleva salsa alfredo, entonces un chardonnay.
Antonio: Uff, ¿hay algo que no sepas?
Pit: Pocas cosas, realmente.
Antonio: Eres un buen perro, Pit.
Pit: Y tú un buen humano, Antonio. ¿Sabes algo?, estoy orgulloso de ti. Ya estaba cansado de verte llorar tanto por tu exnovia.
Antonio: Auch, ¿me la tienes que recordar?
Pit: Bueno, te estoy felicitando. Es bueno que busques a una persona diferente. Yo extraño mis días de galán, cuando el amor corría por mis venas. Era entonces un macho libre y vigoroso.
Antonio: Eran las hormonas, Pit.
Pit: Llámalo como quieras, para mí era amor. Eso sí, nunca te voy a perdonar la cirugía. A veces todavía miro hacia abajo esperando encontrar mis testículos.
Antonio, ¿podrías ponerte pantalón de una vez?, tu desnudez me incomoda.
Antonio: Voy, voy. (Se termina de vestir). Bueno, ya me voy.
Pit: ¿Irte? ¿A dónde?
Antonio: A comprar el chardonnay. Compré vino tinto por error. Tú mismo dijiste que el chardonnay va con la pasta.
Pit: Por favor, es una cita en línea. Se van a ver a través de una camarita de baja calidad en computadora. Podrías estar tomando Seven Up y no se daría cuenta.
Antonio: El éxito está en los detalles.
Pit: ¡Llévame contigo!
Antonio: ¡Solo me voy por diez minutos! ¡No exageres!
Pit: ¿Y qué hay de la enfermedad y el señor que salió en la tele? Lo dijo muy claramente: Quédate en tu casa. Así. Mira que bien me sale imitarlo: Quédate en tu casa.
Antonio: Tendré cuidado.
Pit: ¡Antonio! ¡Anto…!
(Antonio se va)
Pit: Yo sé que no todos los humanos son malos, pero al menos el mío es ingrato de vez en cuando. Sesenta años perro cuidando este departamentito de veinte metros cuadrados como para que no me saque ni a la esquina. Ah, pero él sí sale, ¿verdad? Vas a ver, pinche Antonio, un día de estos me voy a ir a pasear yo solo. ¿Quién necesita a un humano que no puede ni escoger una corbata?
== 2 ==
(Antonio ha vuelto y ordenado el lugar para la cita. Hay una computadora en la mesa frente a un plato vacío, una copa y una botella de vino. Pit sigue recostado en el piso).
Pit: ¿Ahora sí tienes tiempo para rascarme la pancita?
Antonio: Más tarde, la pasta ya casi está.
Pit: Huele bien, ¿me das?
Antonio: Los perros no comen pasta.
Pit: Tampoco comemos sobras pero eso sí me das.
Antonio: Te encantan.
Pit: Pues sí, pero también la pasta. Recuerdo una película que vi en mi juventud, cuando era apenas un cachorro de finas patas blancas… ¿cómo se llamaba? ¡Ah, sí! La dama y el vagabundo. En esa película los perros comen pasta y hasta les ponen mesa y velitas. Aaah, que nostalgia. ¿Cómo iba esa canción? (Canta)
Oh, no tiene igual
Questa noche especial
La llamamos Bella Notte…
Antonio: Pit…
Pit: Ven a mirar
Esas luces brillar
Questa amable Bella Notte…
Antonio: Eh, Pit…
Pit: Si estás con quien amas…
Antonio: ¡Pit! ¡Pásame la sal!
Pit: Yo solo digo que un poquito de pasta no estaría mal.
Antonio: Ya veremos.
Pit: Bueno, cuéntame de esa tal Paloma. Su nombre me gusta. Me recuerda cuando me llevabas al parque.
Antonio: La conocí en el trabajo. Desde el primer día nos hemos llevado bien. Su cubículo está muy cerca del mío. Al principio tenía novio pero después terminó con él. Yo estaba nervioso, no quería acercarme tanto porque pensaba que podría incomodarla, pero tampoco quería estar lejos como para verme desinteresado. Cuando nos mandaron a trabajar a casa nos seguimos escribiendo y llamando de vez en cuando. La idea de la cita fue de ella.
Pit: O sea que ella te invitó a cenar. Vaya…
Antonio: ¿Qué?
Pit: ¿Quién lo diría? Eres atractivo para algunas personas.
Antonio: ¿Qué puedo decir? Tengo mi encanto.
Pit: Tampoco exageres.
Antonio: ¿Qué? Para tu información, me inscribí a un sitio de citas una vez y recibí muchos mensajes.
Pit: ¿Cuántos?
Antonio: Como… cuatro.
Pit: Uff, no. ¿Cómo hacías para responder tantos?
Antonio: Mira, me interesa mucho que las cosas salgan bien con Paloma, ¿sí? En verdad me gusta.
Pit: Bueno, Antonio, pues te deseo suerte.
Antonio: No lo vayas a arruinar.
Pit: ¿Yo? ¿Qué insinúas?
Antonio: No se me olvidan todas las veces que traje a cenar a mi exnovia y hacías un desastre.
Pit: Un poco de emoción por ver un rostro nuevo, era todo. Como tú sí sales…
Antonio: Hoy todo tiene que salir perfecto.
Pit: Oye… esta pasta de verdad huele bien…
Antonio: Quita tu narizota de la olla.
Pit: ¿Le pusiste mozzarella? Es mi favorito.
Antonio: ¡Pit! ¡Atrapa la pelota!
Pit: ¡¿Pelota?! ¡¿Dónde?!
(Antonio lanza la pelota y Pit corre tras ella. Antonio tapa la olla de la pasta para que termine de cocinarse).
Pit: (Regresando molesto con la pelota) Espero estés satisfecho.
== 3 ==
(Antonio está sentado a la mesa con su copa de vino y su pasta a medio comer. Del otro lado de la habitación está Pit, comiendo croquetas de su plato. Observa a Antonio. Paloma está en la pantalla de la computadora, usa pijama y tiene un plato de cereal con leche).
Paloma: Me sorprendes, de verdad.
Antonio: ¿Por qué?
Paloma: Cuando te propuse que cenáramos juntos por videollamada no esperaba nada de esto. De haber sabido me hubiera preparado…
Antonio: No pasa nada, ya que podamos reunirnos, cocino pasta nuevamente.
Paloma: Y yo cereal con leche.
(Ríen incómodos).
Pit: Mírenlos. Que patéticos, ¿no? ¿Por qué los humanos son así? Como gran estudioso del comportamiento humano, reconozco que hay algunas cosas que aún no he logrado descifrar. Los humanos aparentan mucho. Se la pasan mintiendo o escondiendo cosas. Guardan secretos… Esto no se los he contado aún pero, ¿saben por qué Antonio terminó con su última novia? Él quería sorprenderla con un regalo de cumpleaños enorme. A veces puede ser muy exagerado. El día de su cumpleaños, fingió que se le había olvidado y estuvo todo el día haciéndose tonto para que la sorpresa de la noche fuera realmente inesperada. Bueno, pues ambos estaban sentados en aquel sillón de allá viendo una película cuando de pronto ella comenzó a llorar. Así como lloran los humanos, con gemidos y mocos. Él, que seguramente ya se lo imaginaba, le preguntó: “¿qué tienes?”. Yo pensé: ¡Que cínico! Y ella comenzó con que era su cumpleaños y Antonio lo había olvidado. Pero no fue todo. Ella aprovechó para reclamarle cosas que Antonio había hecho mal desde hace mucho. Y entonces él no se aguantó y le reclamó lo suyo y se pusieron a discutir tanto que hasta se desearon la muerte y no sé qué más.
Ella se fue llorando y Antonio se quedó solo. Se comió él solo el pastel que le había comprado, (maldito, no me dio) y estuvo llorando días y noches enteras.
Bueno, lo que quiero decir es que a veces las cosas serían mejor si los humanos pudieran decirse la verdad. Aunque, mis instintos de perro investigador del comportamiento humano me dicen que los humanos no siempre saben cuál es la verdad. Ay, que filosófico me puse.
Antonio: ¿Y cómo te va en el encierro? ¿No quieres volver al trabajo?
Paloma: Nunca pensé que diría esto pero sí. Me muero de ganas por volver a la oficina.
Antonio: ¿De verdad?
Paloma: ¿Tú no?
Antonio: Un poco. La verdad disfruto mucho estar en casa.
Paloma: ¿Vives solo?
Antonio: Sí.
Pit: ¿Ah, sí?
Paloma: ¿Y no te sientes triste a veces?
Antonio: Un poco, pero se me pasa.
Pit: ¡Un poco! ¡Si llevaba días tirado en la cama antes de hoy!
Paloma: ¿Y qué haces para que se te pase?
Antonio: Pues lo que hace todo el mundo. Hago ejercicio en casa, me alimento sanamente, leo todos los días.
Pit: Ahora sí se pasó de embustero. ¿Ejercicio? Si se aporrea con subir las escaleras. El otro día pidió una pizza de pepperoni y se la acabó solo. ¿Y lee todos los días? pues creo que una vez lo vi leer Padre rico, Padre pobre y lo dejó porque le pareció muy complicado.
Paloma: ¡Que interesante! ¿Qué te gusta leer?
Pit: Sí, Antonio. Cuéntanos.
Antonio: Tú sabes… libros pues… intelectuales.
Paloma: ¿Cómo cuál?
Pit: Vamos, Antonio. Recuerda tus clases de español de la secundaria.
Antonio: Ehm… ¿Ya leíste La vida es sueño?
Paloma: ¡Me encanta! (Recita de memoria)
Apurar, cielos, pretendo,
ya que me tratáis así
qué delito cometí
contra vosotros naciendo;
aunque si nací, ya entiendo
qué delito he cometido.
Bastante causa ha tenido
vuestra justicia y rigor;
pues el delito mayor
del hombre es haber nacido.
¿Cuál es tu parte favorita?
Antonio: Ah, pues… la parte donde se van a dormir.
Pit: Pero que cerdo inculto… Necesita un poco de ayuda perruna.
(Pit deja su plato de croquetas y corre a Antonio. Sube las patas a sus piernas).
Paloma: ¡Que hermoso perro!
Antonio: ¡Pit! ¿Qué haces?
Pit: Ayudándote, inútil. Digo, woof woof.
Paloma: ¿Cómo se llama?
Antonio: Pit, se llama Pit. Solo que le había dado de comer para que no me interrumpiera porque a veces es muy molesto…
Pit: Vas a ver, cabrón. Woof woof.
Paloma: ¡Me encantan los perros!
Antonio: ¿Ah, sí?
Pit: Quihubo.
Paloma: Sí. Cuando era niña tenía tres. Y dos gatos. Y un hámster.
Pit: ¿Tenía gatos? Antonio, saca a esta mujer de mi vista.
Antonio: Yo también tenía una gata cuando era niño.
Pit: ¿¡Qué!?
Antonio: Se llamaba Mora.
Pit: ¡Antonio! ¡Te desconozco!
Paloma: ¿No son hermosos los gatos?
Antonio: Muchísimo.
Paloma: ¡Y los hámsters!
Antonio: ¡Me encantan los hámsters!
Pit: Aquí estoy, ¿eh?
Paloma: ¿Y a este precioso de dónde lo sacaste?
Pit: ¡Me dijo precioso! (Mueve la cola emocionado).
Antonio: A Pit, pues… lo adopté. Yo tenía apenas unos 21 ó 22 años. Estaba en la universidad y un día regresando a mi casa lo encontré tirado en el parque. Estaba muy chiquito, ni siquiera había abierto los ojos todavía. Creo que su madre lo abandonó. Tú sabes, a veces dejan al más débil para concentrarse en los otros. Lo levanté y lo miré. Seguro tenía uno o dos días de nacido. Me lo llevé a mi casa, en esos momentos vivía con mi mamá. Pit comenzó a crecer y a crecer. Yo sospechaba que sería un perro grande, pero no me imaginé que tanto. Después, cuando me mudé a este departamento, Pit me acompañó y desde entonces ha sido mi compañero en esta soledad. Además es muy inteligente, ¿verdad, amigo?
(Pit observa a Antonio detenidamente y de pronto comienza a chillar y a encimarse en él).
Paloma: ¡Se ve que te quiere mucho!
Antonio: Sí, nos llevamos muy bien… (A Pit) ¡Ya basta! ¡Me estás ensuciando la camisa!
Pit: Antonio, nunca me habías contado esa historia. ¡Te amo, pinche Antonio!
Paloma: ¡Lo emocionaste con tu historia!
Pit: Antonio, Paloma y tú se merecen la mejor primera cita de todas. ¡Aún hay tiempo! Voy a ayudarles para que este sea un gran recuerdo…
Antonio: ¿De qué estás hablando?
(Pit corre por toda la casa. Pone Bella Notte en el estéreo).
Paloma: ¿Y esa música? ¿La pusiste tú?
Antonio: ¿Yo? Eeeh… pues, sí.
(Pit sigue corriendo, de su cama para perro saca un ejemplar de La vida es sueño. Se lo da a Antonio y le señala una página).
Pit: ¡Lee esto! ¡Woof, woof!
Antonio: ¿Qué es esto?
Pit: ¡Confía en mí, muchacho!
Paloma: ¿Qué es eso, Antonio?
Antonio: Eeeeeh… (Lee)
Con cada vez que te veo
nueva admiración me das,
y cuando te miro más
aun más mirarte deseo.
Ojos hidrópicos creo
que mis ojos deben ser;
pues cuando es muerte el beber,
beben más, y desta suerte,
viendo que el ver me da muerte,
estoy muriendo por ver.
Paloma: ¡La vida es sueño!
Antonio: (Revisando la portada) ¡Oh! ¡Es cierto! Digo, ya sabía.
(Pit sigue corriendo de un lado a otro. Le sirve a Antonio más vino en su copa y se la pone en la mano. Le levanta el meñique).
Pit: ¡Ahora un brindis!
Antonio: ¡Brindemos!
Paloma: Muy bien ¿por qué?
Antonio: Por…
Pit: ¡Por el amor! ¡Por la vida! ¡Por los comienzos!
Antonio: ¡Porque termine la cuarentena!
Pit: Bueno, pudo ser peor.
Paloma: ¡Porque termine la cuarentena!
Pit: Creo que mi trabajo aquí está hecho. Antonio, por si no te lo había dicho antes, te quiero mucho. Me siento muy afortunado de vivir aquí contigo. A veces no te soporto, pero eres un humano con defectos como todos los humanos y yo acepto eso. Nadie es perfecto, pues. Quiero que sepas que cuidaré de ti y de tu departamento todos los años perro que me quedan y que siempre seré feliz haciéndolo. Te quiero Antonio, eres un gran…
Paloma: ¿Por qué tu perro está ladrando tanto?
Antonio: ¡No sé! ¡Pit! ¡Cállate!
Pit: …Y te mereces toda la felicidad del mundo porque tienes un gran corazón. Todos deberían darse cuenta de que eres un gran ser humano y…
Paloma: Voy a bajar el volumen…
Antonio: ¡Pit! ¡No me dejas escuchar!
Paloma: ¿Todo bien?
Antonio: ¡Voy a sacarlo! ¡Espera!
Paloma: ¡¿Qué?!
Antonio: ¡Que ahora vengo!
(Antonio toma a Pit por el collar y lo arrastra)
Pit: ¡Ugh! ¿A dónde vamos?
(Antonio abre la puerta del patio y saca a Pit. Cierra la puerta).
Pit: ¡Antonio…! Antonio… ¿Antonio?
== 4 ==
Pit: Bueno, ¿qué les dije? ¡Los humanos son unos ingratos! Te usan para que les protejas la casa, para tener a alguien con quien hablar de sus estúpidos problemas, ¡y hasta para conseguirse novia!, pero a la menor molestia, ¡al patio!
Esto no se va a quedar así. Ya son varias las que me debe el Antonio. Alguien tiene que enseñarle a respetar a sus mayores. ¡Sesenta años perro, carajo!
(Pit se esfuerza por abrir con sus patas la puerta del patio. Después de algunos intentos, lo consigue. Entra a la casa y se escabulle para que Antonio no lo vea. Él sigue en su cita).
Paloma: Nunca me hubiera imaginado que mi compañero de oficina fuera tan culto e interesante…
Antonio: ¿Yo? Me halagas…
Paloma: ¡De verdad! No con cualquiera se puede tener una conversación así de profunda.
Antonio: Tú también eres muy culta e interesante. Me da gusto que podamos cenar esta noche, aunque sea a la distancia.
Paloma: A mí también.
Antonio: Hay algo que me gustaría decirte…
Paloma: ¿Qué es?
Antonio: Me la he pasado muy bien esta noche. Creo que no me sentía así de bien con alguien desde hace mucho tiempo. Paloma, tú…
Paloma: ¿Qué dijiste? Como que se está cortando…
Antonio: Que tú me gustas…
Paloma: No… te… entiendo…
Antonio: ¡Que me gustas!
(Se pierde la conexión).
Antonio: ¡Maldita computadora! ¿Ahora qué le pasa?
(Antonio trata de encontrar la solución al problema. Se concentra en la pantalla. Pit aparece con un cable en su hocico. Después de un momento, Antonio lo mira y corre tras él).
Antonio: ¡Maldito perro!
Pit: ¡Alcánzame si puedes, muchacho!
(Se persiguen por toda la casa. Antonio comienza a perder el aliento).
Pit: ¿No que mucho ejercicio?
(Se siguen persiguiendo. Por momentos parece que Antonio lo va a atrapar pero Pit consigue escabullirse).
Antonio: ¡Pit! ¡La pelota!
Pit: ¡No esta vez!
(Finalmente, Antonio consigue acorralar a Pit).
Antonio: Pit, dame ese cable.
Pit: ¡No te acerques, muchacho, o lo mastico!
Antonio: ¡No me gruñas! ¡Dámelo!
(Antonio da un paso al frente y Pit muerde el cable más fuerte).
Antonio: ¡No!
Pit: ¡Te vas a quedar sin internet toda la cuarentena!
Antonio: ¡Todo menos eso! ¡No voy a poder salir a comprar otro cable!
Pit: ¿Ah, no?, pues yo creo que sí, así como sales a comprar el chardonnay.
Antonio: Pit, estaba en medio de un asunto muy importante.
Pit: Que pena, muchacho.
Antonio: Pit, por favor.
Pit: Te he pasado varias, Antonio. Te he estado soportando todos estos días de cuarentena que has estado en la casa. Un perro también necesita su espacio, ¿sabes?, extraño los días de soledad perruna que tenía cuando te ibas a trabajar. He tenido que aguantar tus lloriqueos por las noches, (sí, te he oído); los olores de las comidas que pides y que no me compartes, tus pretextos para no sacarme a pasear, ¡pero la gota que derramó el vaso fue que me sacaras al patio! ¡Eso no se lo tolero ni a mi perra madre!
Antonio: Está bien, Pit. Me excedí. Lo admito. Tienes mucha razón. No debí tomarte del collar y sacarte al patio. Es verdad que últimamente ha sido difícil para ambos. Todo esto de la enfermedad y la cuarentena nos tiene muy tensos a todos y no sabemos qué hacer.
Pit: ¿Y yo qué culpa tengo?
Antonio: ¡Ninguna!
Pit: ¿Entonces?
Antonio: ¡Ya, por favor! Pit, te pido perdón. Lo único que quiero es el cable. Solo pido eso. Quiero seguir platicando con Paloma. Estaba a punto de decirle algo importante… Anda, hazlo por mí. Por los viejos tiempos, ¿eh? Por todas esas veces que salimos juntos y los recuerdos que tenemos de toda una vida. ¿O te gustaría que me quedara solo?
(Silencio).
Pit: …Está bien. Tómalo.
(Pit suelta el cable).
Antonio: ¡Gracias! ¡Mil gracias!
(Antonio corre a conectar el cable nuevamente. Al principio está desesperado pero poco a poco se relaja. Pit se queda en un rincón con las orejas agachadas y la cola entre las patas. Antonio, a punto de terminar de conectar el cable, se arrepiente y lo suelta).
Antonio: Pit…
Pit: …
Antonio: Oye, Pit…
Pit: …
Antonio: ¿Por qué no me contestas?
Pit: Muchacho, esta es la noche en que se rompió mi corazón de perro. Anótalo en tu calendario. Hoy he conocido el verdadero sufrimiento y dolor. Podría escribir los versos más tristes esta noche…
Antonio: Por favor, no exageres.
Pit: No. No es exageración este dolor que siento en mi corazón.
Antonio: Pit, anda, anímate. Puedo hablar con Paloma y después hacemos algo tú y yo. Vemos una de esas películas de culto que tanto te gustan. De esas suecas que duran tres horas y que nadie les entiende.
Pit: No estoy de humor para películas, muchacho. No creo que estos ojos puedan disfrutar con el cine una vez más. Ve, habla con esa Paloma que tanto te gusta. Yo… necesito tiempo para estar solo.
(Antonio duda, pero se da la vuelta y conecta el cable. Vuelve a su computadora. Está a punto de conectarse de nuevo pero mira a Pit en el rincón. Cierra la computadora y se levanta de la silla).
Antonio: Oh, no tiene igual
Questa noche especial
La llamamos Bella Notte…
Pit: Ahora no, estoy muriendo de tristeza.
Antonio: Ven a mirar
Esas luces brillar
Pit: Antonio…
Antonio: Questa amable Bella Notte…
Pit y Antonio: Si estás con quien amas
Dichoso vas a ser
Nocturna magia llegará
y el amor va a florecer.
(Mientras cantan, Antonio pone un mantel en la mesa, un par de velas y sirve pasta en dos platos. Pit ha comenzado a bailar por todo el departamento y no se ha dado cuenta).
Pit: Oh, noche especial
de amor celestial.
Questa dolce
bella notte.
(Pit mira a Antonio, que está sentado en la silla de antes, pero ahora hay un asiento esperando a un acompañante).
Pit: ¿Qué es esto?
Antonio: ¡Esto es una noche especial! ¡Una Bella Notte!
Pit: Pero… tú tienes que cenar con Paloma.
Antonio: Será otro día. Hoy quiero cenar con mi perro, el que me ha acompañado durante… ¿cuánto?, ¿sesenta años perro?
Pit: Aproximadamente.
Antonio: ¿Qué dices?
Pit: ¿Esta pasta es para mí?
Antonio: ¡Y toda la que quieras! Cociné para toda la semana.
Pit: ¡Que delicia! ¿Y el chardonnay?
Antonio: Eso sí que no. El vino no es bueno para los perros.
Pit: ¡No sé qué decir! ¿Y Paloma?
Antonio: Ya le hablaré mañana y le diré que tuve un… problema de conexión. Después de todo, no estaría mintiendo.
Pit: ¡Eso sí! ¡No más engaños! ¡Mentir no deja nada bueno!
Antonio: Lo dice la voz de la experiencia.
Pit: Exacto. Aunque bueno, ¿cuántos años tienes? ¿29? ¿30? Tampoco eres un niño. Eso lo reconozco.
Antonio: Se me ocurre una cosa. ¿Después de cenar me enseñas La vida es sueño?
Pit: ¿Quieres impresionar a Paloma?
Antonio: Pues sí, pero también me interesa el libro.
Pit: ¿De veras?
Antonio: Puedo intentarlo.
Pit: Me parece bien. Aunque tú te mereces que te quieran con todo y tus libritos de superación personal.
Antonio: Solo leí uno de esos cuando estaba en la universidad, ¿podrías olvidarlo?
Pit: ¡Esas cosas nunca se olvidan!
(Ríen).
Antonio: Ojalá algún día inventaran un traductor de ladridos a español. Me gustaría entenderte.
Pit: Creeme, a mí también me gustaría entenderte.
Antonio: Me pregunto si a ti también te gustaría entenderme.
Pit: El español suena muy complejo. La verdad prefiero quedarme con mis ladridos. Oye Antonio, hay una cosita más que quisiera pedirte…
Antonio: Sí, yo compraría ese traductor.
Pit: Una cosita…
Antonio: ¿Qué pasa? ¿Por qué ladras, Pit?
Pit: ¿Ahora sí me rascas la pancita?
Antonio: ¡Hasta que te canses!
== 5 ==
Pit: Así son los humanos: complejos, indecisos. Con el humor cambiante y propensos a equivocarse. Cuánta envidia deben tenernos a nosotros los perros, siempre tan leales, sencillos y sinceros. A pesar de todo, no cambiaría al mío.
Parece que esta noche va a llamar a Paloma nuevamente. Veremos qué tal le va. Ya nos pusimos a leer un poco, después de todo. Cuando pase todo esto de la cuarentena quizá pueda conocerla en persona. Parece una buena humana, a pesar de que le gusten los gatos. Lo dicho, nadie es perfecto.
Ahora los dejo. Tengo pasta que comer y a mi pancita ya le hacen falta cariñitos.
FIN LADO A
___________________________________
LADO B
(Intervención Valeria Di Toto)
== 1 ==
Paloma: ¿Qué dijiste? Como que se está cortando…
Antonio: Que tú me whauwa…(se oye un ruido metálico)
Paloma: No… te… entiendo…
(pausa) ¿Hola? ¿Estás ahí? ¿Antonio? Estás como congelado. ¿Me escuchas?. ¿Se cortó?
(Se queda inmóvil mirando la computadora con la imagen de Antonio congelada. Se arregla el pelo) ¿Antonio? ¿Te has ido? Y esto que venía tan bien…. (Reinicia la computadora) A ver a ver, quizá es un problema de internet, estas empresas que prometen y cuando se las necesita fallan. Pero hoy no, hoy deberías funcionar… Mmmm, conectada y segura. ¿Se habrá desconectado? ¿Y si lo llamo? ¿Qué tiene de malo? No es nada más que una compañera llamando a un compañero para ver si está todo bien. ¿Está todo bien?.
(Para sí) Ay no no Paloma, no. No empieces con esas cosas otra vez…. El todo vestido, con corbata y de este lado cereales con leche. Una cosa es el encierro y otra muy distinta el abandono, parece que ni siquiera tomaste un baño. ¿Cómo no lo pensé antes?
¡¿Cereal con leche?! Le dije de una cena y ¿cereal?. La próxima vez voy a ponerme un recordatorio grande en el refrigerador antes de agarrar cualquier cosa.
Marie: (caminando lentamente a Paloma. ) ¿Próxima? ¿Y todavía crees que va a existir próxima?
Paloma: Marie, ¿dónde estabas? No sabes lo que….
Marie: Lo oí todo, la anécdota de la infancia, los tres perros, gatos y hamster. Que lindo sería tener compañía en estos días, como para hacer todo más llevadero. ¿No tienes pensado traer otro perro?
Paloma: ¿Qué habrá pasado?
Marie: Uno chico, y que entienda quien es la que manda.
Paloma: ¿Se habrá aburrido?
Marie: ¿Tenía un perro, no? Puede que me caiga algo bien.
Paloma: No sabes el detalle. Pasta, vino, bien vestido, y….
Marie: Una pena que no llegué a verle.
Paloma: Leyó un fragmento de la vida es sueño. ¿Cuántas veces sucede eso?
Marie: Nunca. Hay que saber leer a Calderón.
Paloma: Voy a llamarlo.
Marie: No no no. De ninguna manera. Tiempo.
Paloma: (agarrando su móvil) ¿Y qué le digo?
Marie: Woof, woof. (salta sobre Paloma)
Paloma: Ahora no, estoy con algo importante.
Marie: No lo llames. Woof.
Paloma: Mejor no. Soy la que propone y luego la que insiste?… Tienes razón Marie, no tengo que llamar. (Deja el móvil en la mesa)
== 2 ==
Marie: Quiero pensar que no va a pasar lo mismo de siempre, aunque nada estaría demostrando lo contrario. En estos años logré ver cada uno de los fracasos de mi dueña. Ella es idealista sigue creyendo en el amor, el compromiso y toda la cosa, pero…. lamentablemente eso ya está demodé. Intentar hacerla entrar en razón es lo mismo que sacarle esa manía por tomar esa especie de té sin sabor de todas las mañanas. ¿Cómo lo llama? (pausa) Mate, eso. Costumbres que le quedaron de algún pasado familiar.
En fín creo que busca desesperadamente una pareja, alguien que la acompañe. Si de compañías se trata aquí estoy. Todas las noches la veo frente a la computadora o con su móvil, mirando fotos de otros simulando ser felices, porque si hay algo que está claro es que eso que muestran no es real. Pero ella quiere eso, y creo que todas las noches lo mira para trasladar ese deseo y esas imágenes a sus sueños. Lo debe lograr, porque me abraza fuerte, algunas veces siento sus brazos cruzándose sobre mi y otras su llanto, pero un llanto seco. La verdad es que eso no me gusta, pero es complejo encontrar a alguien, o por lo menos eso repite todas las noches cuando habla por teléfono con su mamá.
Siento que todo cambió cuando él se fue. Para mi siempre fue él, porque por lo poco que recuerdo nunca escuché su nombre, solo se decían amor, amor está la cena, amor no dejes eso así, amor atende, amor no me hagas eso…. muchas veces se gritaban, otras tantas se abrazaban y lloraban, hasta que un día él terminó durmiendo en el sillón, y después no lo ví más. En realidad sí, una última vez, que en nombre del amor ella le tiró todo, todo todo. Ahí sí, fue un mar de lágrimas, apenas salíamos a dar un paseo. Pero ahora ya no, no va a pasar, no lo voy a permitir.
Paloma: No lo voy a permitir.
Marie: Transmisión de pensamientos.
Paloma: No me voy a quedar con las ganas.
Marie: ¿De qué?
Paloma: Pensando qué hubiera pasado si
Marie: No entiendo.
Paloma: Marie, ¿qué pasa si es el?
Marie: ¿El del perro ladrador?
Paloma: Si en medio de este encierro logramos conectar desde otro lado
Marie: ¿Lo dices por la virtualidad?
Paloma: Sin presiones. Hablar por horas de lo que nos gusta y lo que nos pasa, sin que nadie nos apure.
Marie: No entiendo.
Paloma: Este es el momento que tenemos para nosotros, para pensarnos, conocernos…
Marie: Ya se puso filosófica. Debo decir que no me llevo muy bien con esa línea de pensamiento.
Paloma: No voy a dejar pasar más oportunidades, es hoy, es ahora. (Toma su móvil, llama).
Marie: Bueno, ahí viene otra vez. Ella avanza contra todo.
Paloma: Hola ¿Antonio? Si, Paloma. Solo quería saber si estaba todo bien. (pausa) Ah. (pausa) Si, si lo escuchaba ladrar, pero después te quedaste congelado y… (pausa) Ah, está bien. (pausa) No no, entiendo. Si, no te preocupes, atiende a tu perro. Hablamos otro día. (pausa) En serio, está todo bien. Bye.
Marie: Lo dije. Otro rechazo y van….
Paloma: No entiendo
Marie: ¿Qué hay que entender?
Paloma: ¿Su perro?
Marie: ¿Sigue ladrando? ¡Que energía!
Paloma: Es la primera vez que escucho algo así
Marie: ¿Qué? ¿Qué? Dime (moviendo la cola)
Paloma: Jugando cortó el cable y perdió conexión…. ¡Qué energía!
Marie: ¡Es la primera vez que escucho una excusa tan absurda!
Paloma: Quizá tengo que ser menos ansiosa Marie. Ahora mejor una película en la cama y a dormir.
Marie: ¿Qué? ¿No hay llanto, ni gritos? ¿Nada? ¿Película y a dormir?
Paloma: Vamos Marie, vamos que tengo unas galletas para ti.
Marie: (moviendo la cola) Esto es raro, pero…. a dormir, y con galletas! ¡¿Qué mejor?!
== 3 ==
Marie: Bueno, no entiendo muy bien que ha pasado. Por momentos creo que necesito una guía para vivir con esta humana. Cuando pensaba que se venía lo peor, una nueva tragedia anunciada…. Llanto, gritos, Bon Jovi a punto de lastimar mis oídos en medio de la noche… Nada. Como si nada hubiera pasado, una simple película, galletas y dormir.
Realmente no comprendo, de golpe así como si nada ¿todo cambia?. No es que quiera todo eso, pero debo admitir que me desilusiona un poco la ausencia de espamento. Al fin y al cabo era una cita, por más que ella se presentó con cereal con leche. Pero siento que acá hay algo más, algo que no termino de descubrir. ¿Será que por fín podré dormir sin ser asfixiada por esos brazos? ¿Y no tener que darme un baño cada quince días por la presencia de mocos provenientes de llanto en mi pelo? ¿Una nueva vida se avecina? ¿Y si puedo comenzar a dar mi paseo sin correa? Eso sería ideal, manejaría mi ritmo, metería el hocico donde quisiera y no…… ¿Qué es eso? ¿Música?
(Se escucha una melodía por lo bajo) ¿Se levantó escuchando música? El efecto aparece recién hoy. Acaba de comprender que es otro fracaso.
Paloma: (cantando) ¡Bonjour! ¡Bonjour!
¡Bonjour! ¡Bonjour! ¡Bonjour!
Marie: ¿Bonjour? ¡Bonjour! Está cantando bonjour, tiene un buen día.
Paloma: Ahí viene el panadero como siempre
Su mismo pan viene a vender
Las mañanas siempre igual desde el día en que llegué
Marie: a este rústico lugar…. (da vueltas en el lugar)
Paloma: ¡Bonjour! Buen día
¿Cómo están todos?
Marie: Bonjour, buen día
Paloma: Yo quiero más que vida provincial…
Marie: ¿Qué pasó? Woof Woof. ¿Qué? ¿Qué?
Paloma: No me vas a creer Marie, o sí.
Marie: ¿Tengo que seguir preguntando?
Paloma: Yo sabía, sabía que iba a pasar.
Marie: Es algo bueno.
Paloma: La ansiedad no lleva a ningún lado.
Marie: Siempre te lo digo, es exceso de futuro. Pero…
Paloma: Me escribió.
Marie: ¿Quién?
Paloma: Antonio me mandó un mensaje, bien temprano.
Marie: ¿Tenía conexión?
Paloma: ¡No me mires así! Me dijo que le encantaría retomar lo que dejamos pendiente ayer.
Marie: ¿Pendiente?
Paloma: La cena, la cita.
Marie: Ah…. otra vez me iré al cuarto para no tener que ver la caída.
Paloma: Y hoy va a ser distinto.
Marie: ¿Si?
Paloma: Voy a cocinar, nos vamos a bañar y poner lindas.
Marie: Ay no, baño no.
Paloma: ¿Que puedo hacer? Elaborado pero simple
Marie: Elaborado y simple no van de la mano.
Paloma: Ya sé, ya sé, un risotto.
Marie: ¿Arroz?
Paloma: El arroz nunca falta en casa.
Marie: ¿Una vez que cocina hace arroz? Está bien… pero podría ser algo con carne.
Paloma: Lo único esta vez será sin trufas, no es momento para salir a comprar y no va a notarse.
Marie: ¿Sin trufas?
Paloma: Vamos Marie, a moverse que hoy tenemos LA cita.
Marie: Baño no, por favor, baño no.
Paloma: ¡Bonjour! Perdón (corriendo a Marie para limpiar)
Marie: Que rara es.
== 4 ==
( Paloma está sentada a la mesa con su copa de vino y su risotto a medio comer. En el sillón casi oculta entre almohadones está Marie observando la situación. Antonio está en la pantalla de la computadora, usa camiseta blanca y tiene un sandwich y una cerveza abierta).
Paloma: Hola.
Antonio: Hola.
Paloma: Hoy invertimos los roles.
Antonio: Pensé que ayer había sido mucho, el vino, la corbata…
Paloma: Y hoy lo hago yo
Ambos ríen
Paloma: ¿La conexión está mejor?
Antonio: Si. Acordamos con Pit que hoy no tirará del cable.
Paloma: Muy bien por Pit.
Antonio: Si.
Silencio
Paloma: ¿Se cortó?
Antonio: (ríe) No no, aquí estoy.
Paloma: Pensé que….
Antonio: Era una broma.
Paloma: Ah.
Marie: Que feo humor tienes. Y ¿cerveza? ¿En serio cerveza? Creo que mi ama idealiza mucho.
Antonio: Se ve bueno ese risotto.
Paloma: Ah, sí. Hoy cociné. No siempre son cereales con leche.
Antonio: Me gusta. Creo que es un plato simple, pero a la vez elaborado.
Marie: ¿Qué? Simple y elaborado NO VAN DE LA MANO. ¿En qué están pensando?
Paloma: Pensaba que cuando termine todo esto sería lindo cenar, pero sin pantallas por medio.
Marie: ¡Ay no! Siempre un paso más adelante. Calma la ansiedad Paloma.
Antonio: Me encantaría.
(Se oye el ladrido de Pit del otro lado)
Paloma: ¿Es tu perro?
Antonio: Si, es Pit, parece que quiere participar de la cena.
Paloma: Que lindo. Marie se esconde, no es muy sociable.
Antonio: ¿Marie? ¿Vives con alguien?
Paloma: No, vivo sola.
Marie: ¿Sola? Desagradecida.
Paloma: Es un decir, sola no, con Marie, mi perra.
Antonio: ¿Tienes una perra?
Paloma: Sí. Es mi gran compañera.
Marie: Por suerte lo reconoce.
Antonio: Pit, Pit, no saltes, Pit.
Paloma: Hola Pit.
Marie: ¿Hace participar a su perro?
Antonio: Hola dile Pit, hola.
Pit ladra.
Paloma: Marie.
Marie: Ay no, ¿me llama para que también participe? Esto no es un club de citas.
Paloma: Marie, ven, ven.
Antonio: Pit, mira, vamos a conocer a Marie.
Paloma: Es difícil, pero ya va a venir.
Marie: Ok, entonces haré mi aparición para que todos sigan con sus cosas y me iré al cuarto. Es la única manera de estar tranquila un rato. Woof woof.
Paloma: Ahí viene.
Antonio: Hola Marie.
Marie: woof woof.
Paloma: Llegas a verla bien.
Antonio: Sí, claro. Es hermosa.
Marie: ¿Me dijo hermosa?
Paloma: Te dijo hermosa Marie. Es muy bella.
Quedan en pantalla Antonio y Pit. Marie mira fijo la imagen.
Marie: Wow! Que lindo hocico.
Pit: Hola bonita.
Marie: Un gusto, soy Marie.
Pit: Pit. Encantado de conocerte.
Antonio: Perdón. Pit, Pit silencio.
Paloma: No se que les pasa. Marie, shhhh.
Antonio: Parece que no fue buena idea.
Paloma: Parece que no.
Pit: A mi me encanta esta idea. Woof
Marie: A mi también. Woof
Antonio: (elevando su voz) Se complica oírte.
Paloma: ¿Qué dices?
Antonio: No se entiende.
Paloma: No te
Marie: Woof woof
Pit: Woof woof.
Antonio: (mostrando el móvil) Te estoy llamando
Paloma: Ahí atiendo.
Antonio y Paloma se alejan de las pantallas con sus teléfonos.
Pit: ¿Que tal Marie?
Marie: Aquí, soportando. ¿Y tu?
Pit: Podría ser peor, creo.
Marie: Escuché al señor en las noticias, creo que viene para largo.
Pit: Si. No sé cómo seguiremos. (pausa) ¿Lees algo?
Marie: Mmm si, de vez en cuando.
Pit: ¿Algo como que?
Marie: Me gusta Lope.
Pit: ¿Lope de Vega?. Adoro El castigo sin venganza.
Marie: Déjame, pensamiento.
No más, no más, memoria,
que mi pasada gloria
conviertes en tormento,
y de este sentimiento
no quiero memoria, sino olvido.
Pit: ¡Qué acción! ¡Qué afectos! ¡Qué extremos!
Marie: ¡Que interesante!
Pit: ¡woof!
Antonio: Paloma.
Paloma: Aquí estoy.
Antonio: Seguimos en la otra llamada mejor.
Paloma: Si, no sé qué les pasa.
Antonio: Mejor apaguemos esto. Se escucha mucho eco.
Paloma: Si, es lo mejor. Marie, ¡basta!
Antonio: Pit, muévete, vamos.
Pit: Me encantaría que nos volvamos a ver.
Marie: A mi también.
Pit: ¿Te gustan las pastas?
Marie: Me encantan.
Antonio y Paloma cierran sesión y apagan sus computadoras.
== 5 ==
Marie: Así son los humanos: complejos, indecisos. Con el humor cambiante y propensos a equivocarse. Cuánta envidia deben tenernos a nosotros los perros, siempre tan leales, sencillos y sinceros. A pesar de todo, creo que no cambiaría a la mía.
Parece que esto con Antonio va bien encaminado. Veremos qué tal les va. Por lo pronto conocer a Pit no fue mala idea. Quizá, cuando todo esto pase podamos conocernos en vivo. A simple vista parecen buenos.
Ahora me voy, tengo un risotto esperando.
FIN LADO B
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