En mi escritorio, tomando café
La muerte
Hablar de la muerte incomoda, torna un tono triste y sombrío, me rebasa. ¿Será que en este tema encontremos el eje artístico? Paty dice que cuándo vamos a entrar a lo creativo, yo diría que a lo artístico. Este proyecto es interdisciplinario. El teatro, la escritura, la experiencia virtual, lo visual, la multimedia, la interactividad. Lo creativo lo hemos ido desarrollando en todo este tiempo. Solamente que como artistas no estábamos acostumbrados a nombrarlo así. Pensamos que sólo es un tema de producción, de logística, de planeación.
Tengo un viejito lindo que calma mis ansias. Que me da tristeza verlo morir o más bien pensar en que va morir. Me revienta el alma que no disfrute al máximo porque está enfermo. Pero sé que somos su hogar. Mis gatos me reviven. Un día vi como mataron a una gatita, una jauría de perros la acorraló debajo de un auto, no pude hacer nada, me siento culpable, la vida se me fue rápido en ese instante.
Recuperamos su cadáver a unas cuadras de la casa. Un día se me murió una,también me siento culpable. Un día se nos murieron cinco.
Culpa: Sentirse responsable o compungido por una ofensa percibida, real o imaginaria. Puede ser parte de la reacción de duelo. La culpa puede ser normal y es sólo un indicador de una enfermedad subyacente cuando los sentimientos se vuelven excesivos, ocurren en todo momento e interfieren con la vida cotidiana.
Autotratamiento: Reconocer los sentimientos de culpa y hablar de ellos con un ser querido o un amigo de confianza puede brindar alivio.
Gracias, Google.
A veces me imagino morir
o que alguien de mi familia muere,
brotan las lágrimas,
gruesas,
sublimes,
efímeras,
un poema,
estoy entera.
Ahora nos volveremos dramaturgos de nuestras historias.
La muerte me da miedo, ¿a quién no? Me da miedo no decirle a mi mamá todo lo que siento. Entonces más bien no me da miedo la muerte, me da miedo el
arrepentimiento, la culpa.
Sin dolor no te haces feliz, sonaba esta canción el otro día. Sin dolor no te haces feliz, me lo repetí varias veces. Pensé que quizás. Pero quizás no lo sabré hasta que pase mi dolor. Pensé.
Si no sufrimos, no nos escuchan.
Si no lloramos, no nos escuchan.
Si no gritamos, no nos escuchan.
Si no nos aliamos, no nos escuchan.
Si no usamos la violencia, no nos escuchan.
Tenemos que morir para que nos escuchen.
Nos enseñaron a luchar entre nosotras, no a luchar por nosotras.
Vivimos en un contexto muy contradictorio.
Paty y yo nos sincronizamos a la distancia, no dije nada. Tenemos la capacidad de morir y dar vida. Dentro de nosotras hay una membrana que se destruye y se reconstruye cada mes. Que maravilla, que dolor. La naturaleza hace lo suyo. Es una virtud.
De pronto pienso en la resignación de la mujer.
La contingencia la hemos vivido diferente. Creo que ha dependido de la personalidad y del status social. En lo personal, no la he pasado mal. Afortunadamente tengo trabajo, tengo donde vivir, y mi personalidad ha sido una gran cómplice. Me gusta la soledad. A inicios de la pandemia leía una nota en El País, sobre una psicóloga que hablaba sobre las redes sociales en el encierro. Pues de pronto las publicaciones se convirtieron en una develación de cómo viven las personas. Ahora ya no te comparto a donde estoy, quienes son mis amigos. Ahora te comparto, donde duermo, donde cocino o donde se supone que cocino porque pido comida a domicilio. Me palpita el corazón fuerte en estos momentos. Me dio pavor. ¿Dónde demonios quedó la privacidad? ¿Existe la privacidad? Esta psicóloga mencionaba que las personas hacían esto porque era una forma de sentirse menos peor. Pues al publicar sus lujos, su fortuna, lo bien que la pasan en la pandemia, es un alivio. Demostrar que no la estaban pasando mal a comparación de millones de personas que se quedaron sin empleo, en medio de la pobreza, los hacía sentir mejor. ¿Es real que al sentirnos superiores ante una situación catastrófica nos sentimos más tranquilos? ¿El sufrimiento ajeno nos da placer? Que complejo es el ser humano. Pero no sabemos ser otra cosa. Quiero salir de aquí. Me sofoco.Después recuerdo que no tengo redes sociales, pero eso no me da ninguna tranquilidad. La red se volvió morbosa. Ahora recuerdo una parte de la bitácora de Toño.
Escribo este texto interrumpidamente. Me frustra no poder dedicarme al proyecto como quisiera, tengo otros compromisos laborales que cumplir. En todo este tiempo, en el que escribo y trabajo en otros asuntos, la música es mi compañera. Escucho mi playlist favorita. Me siento darks, quiero llorars, soy oscuridarks. En este punto me detengo y me pregunto cuál será el papel de Chucho en la pieza.