POESÍAS ESCÉNICAS

Strip- tease

Brossa propone sus strip-tease (1966-1967) en la búsqueda por interpelar al público. Restituye con ellos la potencia subversiva del cabaret, en sus tiempos destinado a las clases populares al ser despreciado por obsceno por la burguesía. Más que el desnudo, en sí lo que interesa al poeta es el juego de “poner al descubierto”, rescatando la doble intención del término: strip (desnudar) tease (provocar). Lo que aparece mientras la ropa desaparece, como el ilusionismo sugerente de las cartas de bastos en su Strip- tease catalá (1977), que aparecían haciendo alusión a la represión dictatorial.

Acción espectáculo en tres partes

Escritos en su mayoría en los años cuarenta, los poemas escenificados de Brossa pueden ser considerados como un precedente del happening o del performance. En esta pieza —una de las tantas acciones-espectáculo que el poeta elaboró—, el poema mismo contiene las directrices de montaje para habitar sus imágenes: encarnar sus atmósferas cargadas de surrealismo, ver aparecer un Pierrot entre risas infantiles y gestos de rebeldía adolescente, y concatenar las acciones hilando metáforas para realizar, cobijado por la ironía, una aguda crítica social.

Poemas civiles (fragmentos)

Mientras apela al desbordamiento de los lenguajes, la indagación constante atraviesa toda la poesía de Brossa. En este poemario de 1961, se palpa el impulso por redescubrir las palabras del mundo cotidiano, por trastocar el lenguaje para hacerlo devenir gesto y acto. Brossa escribía en catalán cuando era una lengua que no podía emplearse públicamente, en un anhelo de preservar esa huella subversiva. La selección de poemas para esta pieza estará habitada entre ecos y resonancias del español mexicano y el catalán.