Una Obra para viajar por las constelaciones que diariamente se forman en el alma de los hombres. Nebulosas de júbilo pero también de reflexión y dolor. Campo de estrellas es una actriz. Un proceso. Un eje que se ha perdido, y que la inteligencia creadora vuelve a encontrar.
Una actriz se derrumba ante la pérdida de su madre y poco a poco, vuelve a construirse a sí misma a través de personajes clave que la visitan y la penetran precisamente en ese momento de dolor y transición, y que le ofrecen un parámetro de comparación que la reubica, que vuelve a encender en su alma la necesidad de la creación y de la ficción y que le muestra claramente que su Madre no se ha “ido”; la muerte ha podido abrir canales insospechados de comunicación, encuentro y acercamiento permanentes.

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Esta puesta en escena está dedicada a la memoria de mi madre, la Señora Jayne Martin Jenkinson Grey. Y a la presencia sabia y entrañable de la Maestra Luisa Josefina Hernández. A ellas mi amor y gratitud.
Margarita Sanz

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Una mujer, un ser humano, abre las puertas de su intimidad aceptando el vacío y el silencio en torno suyo, profundo delirio en el que se despliega la vida. Esta, sometida a tal embriaguez y exaltación, nos invita al vértigo de abrazar esa realidad suprema que nos impulsa y nos lleva sobre todo obstáculo, instancia superior que se encuentra dentro de todo ser humano. El terror se ha convertido en gracia.
Gracias Margarita por hacer del abismo una ventana a tu universo, gracias Luisa Josefina por tu arquitectura cósmica, gracias Héctor por mostrarme otras galaxias e impulsar buenas estrellas, gracias por poder hablarles de tu con mi más profundo respeto. A todo el equipo de Campo de Estrellas, gracias.
Gerardo Trejoluna