- Bitácora 5. El error de Otelo
- Toño Otelo
- Regreso
Mi cuarto
El loco
Bitácora:
Hoy fue un día importante. Pienso en el loco del tarot que tiene un pie en el barranco y otro en el precipicio. Está a punto de lanzarse al precipicio y sin embargo tiene un pie en la colina.
Por primera vez en el proceso me siento pleno.
Llegué a las dos a casa de Paty porque teníamos junta con Alejandro. Tenía que llevar un video ya grabado, textos aprendidos, los textos que trabajaríamos con Jacobo Dayán y anoche ni en la mañana pude hacerlo, mi cerebro estaba frito, no podía pensar, no sabía que quería, ni por dónde buscar, quería correr a mi casa. Llegué a casa de Paty, fue grato ver a Alex, dispuesto, mis hermanos del coro de los otros nos apoyan, a pesar de todo, están aquí. Luego charlé con Paty, ella me externó que yo no estaba preparado para lidiar con tanta información, y es cierto, ella ha estado acostumbrada a lidiar con muchas personas, me sorprende como tiene muchas personalidades para lidiar con cada área: Carmen, Alicia, moderadores, colaboradores, Fausto, Juan, etc. Es como si se convirtiera en muchas personas, y además tiene energía y temperamento para juntas y juntas. Eso es lo que hace una directora, hablar y mediar cada idioma, saber plantear lo que se necesita, le gusta. Va a llegar lejos. Yo estoy lidiando con eso, me saturo, y pareciera que mi cabeza se pone en stand by, se apaga y me peleo conmigo. Me dijo que me apoyara en ella, y que lo expresara. Hablamos sobre el espacio, sobre las cosas que pensaba ayer. Todo se arregló. El diálogo lo soluciona todo. Luego nos pusimos a trabajar. Me planteó un ejercicio donde toda la estructura que hicimos ayer pasará interna, fue interesante, y sobretodo le dio contenido al trabajo que posteriormente hicimos. Hacer un recorrido mental me hizo tener claridad sobre lo que se hace. Claridad en mis emociones quiero decir. Luego empezamos a hacer un recorrido, no quiero llamar coreografiado, pero sí de acciones, es decir, hacer la estructura que hicimos ayer y mientras la hacíamos ir enunciando todo, lo que pensamos y hacemos. Así, poco a poco le fuimos dando forma a lo estructurado y sentido. Nos quedó una cosa loquísima de diez minutos. Después comimos pizza y luego llegaron Miriam y Ricardo. Charlamos sobre lo que teníamos, ellos pusieron sus juguetes y a continuación presentamos lo ensayado con sus cámaras. Quedó algo perrísimo. Se parece a lo que me imaginé, a lo que Paty exploró. Creo que la entrada de Ricardo y Miriam es una fortuna. Fausto también llegó, con un ojo lastimado, pero con ese gran corazón y disposición para colaborar. Recuerdo cuando en medio de la acción se puso a enfocar un espejo, tratando de aportar. Somos un buen equipo. Encontramos situaciones perrísimas, imágenes muy bellas. Al final del día creo que la metáfora es el camino.