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En la habitación

El armado

El armado de esta pieza ha tenido que partir desde lo técnico, desde lo que se ve a cámara. Hemos tenido que adentrarnos al lenguaje visual, lo que el espectador verá. La casa se ha convertido en un set de grabación. Erika ha estado mandando muchas nuevas ideas para intervenir el espacio. Plantas, luces de colores, zapatos, etc.

Me gusta que la casa se llene de plantas. Hay un cadáver en descomposición que está siendo tragado por la naturaleza.

Del texto no sé si todo funcione. Sé que nos faltan algunas partes por afianzar.

Sobre todo la escena de la mesa. Ahí siento que falta. No está clara. Ahora mismo la trabajaré, antes de que llegue Toño.

Juan Pablo nos ha pedido que sus intervenciones sean lo más claras posibles. Eso nos puso en crisis ayer. Porque a mí me gusta ir fijando cosas, para seguir profundizando, pero siento que Toño quiere seguir y seguir explorando, lo cual está bien, pero tenemos que ir decidiendo.

¿Cómo estoy? Angustiada… no sé si esto vaya a gustar o no. Estamos tocando un tema muy fuerte. Me mueve mucho. Ayer en la exploración que hicimos, surgieron varias cosas interesantes. Pero no me gusta estar todo el tiempo improvisando. No es lo mío, no me siento a gusto… Me gusta si tenemos tiempo, pero justo en este montaje, ya no tenemos tiempo. Se acerca el estreno. Todo el tiempo hay que invertirlo en cuestiones técnicas. Y es que es necesario, dependemos de lo virtual, el sonido, las interfaces, las consolas, las luces, etc. Estamos componiendo la imagen. Lo actoral también está. Ahí es donde hay que profundizar más, en la mirada, lo que se piensa.

Estoy angustiada por el futuro, no sabemos hacia dónde va esto. Me preocupa la economía, es posible que tenga que mudarme, que tenga que irme hacia otro lado. Los trabajos empiezan a cancelarse. Queda este, que es importante, muy importante. Confieso que lo he sufrido. Mi casa se ha vuelto un teatro, y mi intimidad ha estado más que expuesta, el trabajo y la intimidad se han mezclado. Eso me pone de humores distintos todos los días, a veces quisiera ir hacia algún lugar y luego regresar a mi casa, pero aquí estoy trabajando y viviendo. Me fastidio, sí. Pero hay que trabajar. Resistir.

No sé si mi pareja esté sufriendo igual. No lo sé.

En fin, creo que fue una decisión que se tomó. Que tomé. Ahora tengo que hacerme cargo y disfrutar. Ya en el momento no lo siento tan fuerte.