×

Categoría: Bitácora 2. Círculo de soledad pública 

Realización de video.

En el cuarto de fondo, en la realización del video para la reunión de hoy

Realización de video

Premisa: ¿por qué estoy haciendo esto?

Tema: Desdémona al final 

Cuestión: La composición de la imagen y la alternancia de significados junto a la construcción de un personaje-persona

Antecedente: ayer presenté un video que no había visto desde que grabé. Me pareció curioso cómo se extendió y el ritmo de lo que sucedía no era el mejor. Me parece que empecé fría y conforme iba hablando el pensamiento se iba aclarando un poco más. 

Lectura de la obra Otelo de W. Shakespeare : 

Brabancio: Una virgen nunca desenvuelta, de un carácter tan apacible y tímido, que al menor movimiento enrojecía; y , a despecho de su naturaleza, de sus años, de su país, de su reputación, de todo, ¡caer enamorada de quien tenía miedo de mirar!

Otelo: Me amó por los peligros que había corrido y yo la amé por la piedad que mostró por ellos. 

Desdémona: como hija te debo obediencia, pero es ahora a mi esposo a quien se la debo. 

Brabancio: las palabras no son más que palabras, y todavía he escuchado que se puede penetrar en un corazón roto a través del oído. 

 

Testimonio 1:

Se dijo después de mi muerte que lo merecía.

Que ya le había provocado una gran pena a mi padre por haberme casado a escondidas.

Se dijo que si había acabado así, era porque me lo había buscado. 

Se dijeron tantas cosas, tantas palabras. 

Pero las palabras no son más que palabras, y se dice que pueden atravesar un corazón roto a través de un oído muerto. 

Todo eso lo escuché mientras moría. 

El oído es lo último que termina por irse. 

Y escuché la última historia de Otelo, el soldado del que me enamoré. 

El hombre que se creía mucho por haber matado a los malos. 

A los narcos. 

A los que matan sin piedad. 

A esos hombres embriagados de poder.

Mi soldado me mató porque creyó que era como ellos. 

Como los malos. 

Se dijeron tantas cosas, que él terminó por creerlas. 

Y creyó que si era capaz de traicionar a mi padre, también sería capaz de traicionarlo a él. 

Pero se dicen tantas cosas

Que las palabras ya van perdiendo su significado

Yo cometí este crimen.

Yo me encaminé hacia la muerte a través del amor. 

Ya no siento nada

Ya no siento mi cuerpo

Soy Desdémona, 

Era Desdémona

Soy mexicana

Y yo amaba a un soldado

A Otelo

Que se cuente la historia que más se acerque a la de una mujer que amó y fue amada.

¿Quién cometió este crimen?

Yo lo cometí. 

O al menos es lo que responde Desdémona en la obra de Shakespeare.

Ya no siento nada.

Prendan una vela y cuenten la historia que más se acerque a esta última imagen.

Den testimonio de su propio dolor.

Les comparto el mío

Aunque ya no lo siento. 

Fui Desdémona

Fui mujer

No soy nada

 

Las pasiones.

En mi escritorio del estudio

Las pasiones

“Hay gritos para las pasiones y en los gritos de cada pasión, hay escalones, grados de la vibración de las pasiones; y el mundo ha conocido, en otros tiempos, una armónica de las pasiones. Pero cada enfermedad tiene también su grito y la forma de su estertor; hay el grito del pestífero en la calle cuando corre con el espíritu ebrio de imágenes y el estertor particular del pestífero que agoniza. Y los temblores de tierra tienen su ruido. Pero el aire vibra particularmente cuando se dice que una epidemia pasa, y de una enfermedad a una pasión, de una pasión a un temblor de tierra, se pueden establecer semejanzas y extrañar armonías de ruido.”

-Antonin Artaud

        @artmemescentral       

Desdemona/Holly Rock

En marzo de 2020 se registró en el 911

64,858 llamadas 

por violencia familiar

87 llamadas de mujeres cada hora.

Se registraron 332 feminicidios y

homicidios dolosos.

Un asesinato de mujer cada 2 horas.

Fuente: Secretario Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

México es el primer lugar mundial en violencia sexual infantil con 5.4 millones de casos por año.

Fuente: OCD

No hay nada más peligroso que un hombre cruel, 

fingiendo ser buena persona. 

Estamos rodeadas de ellos.

Se sientan junto a nosotros en el colectivo.

Caminan a nuestro lado.

Duermen en nuestras camas.

Crecimos con ellos.

Son padres.

Son hijos,

abuelos.

Católicos, abogados.

Albañiles, funcionarios.

Están todos cerca. 

Mira, ahí viene uno de ellos.

Los hemos querido.

Hemos reído con ellos.

Les hemos compartido nuestros secretos.

Nos hemos enamorado.

Un día uno de ellos, 

catalogó a una de nosotras como la “bonita”

y a otra como la “fea”.

Pero ahora, 

eso ya no importa.

Somos carne.

Deseo ante sus pupilas.

Profundo,

nos devoran.

Nos consumen en todos los empaques.

Ahora sólo intentamos recoger los pedazos rotos,

por aquellas que perdimos en el camino.

Dicen,

cuando sana una

sanamos todas.

No sé,

yo no he sanado.

Me siento incompleta.

Ya es casi medianoche.

Y estoy perdida.

Desdémona,sí, Desdémona.

Me mira fijamente.

¿Qué me quieres decir?

¿Cuál es nuestra responsabilidad social como artistas? 

Si es que podemos llamarnos así. 

¿Dónde está nuestra voz?

¿Quiénes somos?

Ironías de la vida.

La tintorería, el negocio de mi madre, ya está cerrado, estoy entre la ropa escribiendo

Ironías de la vida

¿Cómo estoy? 

Verguiado, me caí de la bicicleta. Nadie me tiró, ningún taxista abrió su puerta descuidadamente, ni caí dentro de un bache. Sencillamente iba jugando con mi manubrio pendejamente a poca velocidad y embarré la jeta en el concreto. No sé qué pensar, o más bien tengo que dejar de pensar y ser más precavido. 

 

Bitácora.

 

Raúl nos propuso una nueva plataforma, un escenario virtual donde la gente va a entrar con un avatar y se moverá en ese mundo digital. Como entendí, nuestra obra va a suceder ahí. Me emocionó que Raúl se emocionara, a Paty no le gustó tanto la idea, la noté dudosa. Entré desde mi celular, así que me costó trabajo moverme en ese espacio, temo que las personas que entren les pase lo mismo que yo. En ese espacio vamos a subir todo el material y los espectadores van a poder verlo según su voluntad. La idea es arriesgada, pero emociona, no sé si alguien ya lo hizo antes. 

 

Patricia y Desdémona en tercera persona.

.

.

Desdémona

Bitácora 2. Círculo de soledad pública.

En la habitación del fondo

Patricia y Desdémona en tercera persona

Raúl ayer nos pidió empezar a hacer videos cortos, el contenido de estos videos van sobre la línea de la comparecencia, me recuerda el montaje del samovar, donde hacíamos autorretratos en el ejercicio base. Pero esta vez vamos a desplazarnos hacia el video. Me cuesta. Me siento vulnerable a la hora de estar frente a una cámara, yo no sé cómo lo hacen los actores que sólo están frente a un ojo. Es distinto, la energía se queda en mí, siento que estoy acotada sólo hacia un punto de vista. 

Me encerré en un cuarto, prendí la laptop y desplacé la cámara en diagonal para que no vieran el ropero de atrás; bajé el brillo de la cámara para no estarme viendo y empecé a hablar. 

Desdémona habló hacia la cámara. Se sentía observada, pero sabe de antemano que hay que dejar evidencia de su testimonio, de su paso por esta vida. Tal vez alguien entienda el porqué de ciertas acciones. Desdémona se está desplazando hacia un lugar incómodo, está tocando con su intimidad y con sus puntos más débiles. 

Yo quisiera decirle a ella que es fuerte, que eso no la hace ser menos y mucho menos ser poca cosa. No debería sentirse así. Pero es inevitable que alguien que ha perdido la paz interna no se sienta desplazada por las propias ideas que están tan enraizadas en el alma. Es un equipaje con el que se ha cargado toda la vida, maletas llenas de memorias, recuerdos, objetos, hechos, palabras, fotografías y rostros que no se olvidan. Las heridas de Desdémona son la causa de su muerte y ella lo sabe. Es algo de antaño. No se puede negar. 

Sin embargo, hay un testigo; como bien lo retrata Shakespeare en la obra, una fiel amiga la acompaña y da testimonio de su vida. La cámara es ahora eso, un rastro que deja y que quien escuche y miré podrá sacar sus propias conclusiones. 

No puedo hablar como Desdémona en primera persona, tal vez esté ejercicio en tercera persona, me ayude a acercarme a ella.

La huella de Desdémona

 

Todos duermen, hasta la perra, petronila, que está a mi izquierda. Estoy ansioso.

La sala, en la casa de mi madre

Todos duermen, hasta la perra, petronila, que está a mi izquierda. Estoy ansioso

Me gusta moverme en bicicleta, lo llevo haciendo casi dos años y me siento seguro, rápido además  me despierta. Se ha convertido en mi medio de transporte, por económico y veloz. Llego a mis ensayos un poco antes que si me fuera en transporte público… pero a veces me entra una idea, ¿Qué pasaría si algún día me accidento? Por la ciudad veo colgadas bicicletas pintadas de blanco como homenaje a ciclistas atropellados. Me da miedo y decido no usarla más, pero  no quiero utilizar transporte público y no tengo dinero para comprarme un auto ni para pagar gasolina; sólo tengo que ser más precavido y dejar de pensar en eso. 

Estaba en la Martín Carrera, el semáforo estaba en restaba en rojo, yo esperando el verde, entonces una camioneta decide saltarse el alto y me ve, yo traté de moverme pero no supe para donde, pensé que se iba a detener, pero no, no se detuvo, al contrario, avanzó a toda prisa como queriendo impactarme, el mensaje era: -Eso te pasa por pendejo mijo- La esquivé pero detrás de esa veía otra camioneta, pasó rozándome y me gritaron algo, me sentí expuesto, luego pensé que pude haber muerto, atropellado, y mis seres queridos muy tarde se iban a enterar de mi, el conductor se iba a fugar y nada… la vida se nos escapa de las manos. Pienso que estamos expuestos a morir, hace tiempo un maestro dijo eso en una de sus clases: -La muerte nos ronda, nunca sabemos cuando- Llegué a mi casa sano y salvo, y respiré. Estoy ansioso, sugestionado, pero a salvo. No dejo de pensar que este pensamiento lo tienen las mujeres de mi país todos los días, es triste, angustiante, lo digo desde mi comodidad de hombre, pero  trato de empatizar… pienso en la bitácora de Raul (yago), donde decía que buscaba sentir lugares que lo pusieran en riesgo, un poco eso me ha pasado: he estado en calles peligrosas a altas horas de la noche recorriendo el silencio, tentando al diablo, nunca me ha pasado nada, no es que sea inmune, sino que soy un varon moreno, no pasa de que me quiten mi celular, 50 varos y me den una putisa. Me siento seguro, quisiera que este país fuera así, seguro para todes… de hecho me pasa que las personas se tienen que cambiar de acera cuando me ven… quisiera llegar a viejo y contar mis experiencias, a mis sobrinos, a mis nietos una y otra vez, y luego se fastidien de mi… quisiera tener la estabilidad económica para un auto, eso implica tener el dinero para pagar un departamento, no sé si con mi sueldo de actor de teatro lo logre, espero que sí, una vez vi en un post que decía que  es un error querer comprarte un auto si antes no te has comprado un departamento… en fin, seguimos vivos. 

Patricia – Desdémona y un poco de Otelo.

Sentada en el sillón al lado del gato y pegada a la ventana porque me estoy colgando del internet de la vecina, no me lo estoy robando, es un acuerdo amistoso

Patricia - Desdémona y un poco de Otelo

Ayer tuvimos una junta con el equipo creativo de Teatro UNAM, no sé por qué escribí “creativo”, más bien es la gente de difusión y programación, pero es que se han convertido en creativos ahora; ya que nuestro teatro será la red, ellos fungen como técnicos. Quizás por eso los llamo creativos, o fue que alguien ayer en la junta que tuvimos en la tarde los llamó creativos. No recuerdo… 

El caso es que hay un límite que se está desdibujando. Es por así decirlo una utopía muy extraña, ya no hay necesidad de ir al escritorio a solicitar ciertas cosas o ir a la oficina de tal a hacer el trámite para tal cosa. Esa distancia entre las personas que laboran en una institución.

En la junta de ayer se expuso el objetivo del proyecto y las dudas que surgieron al respecto fueron en su mayoría de todos. 

(Me quedé sin internet, así que no pude seguir escribiendo.)

 

Sin título.

Mi cuarto

Sin título

Desdémona- Ventanas de Iojari

Raúl- ¿Qué es lo íntimo?

           Entregar un video sobre esto

          ¿Qué tanto nos acercamos a las víctimas y qué tanto  a los asesinos?

          Desconfiar de la imagen

 

La muerte.

En mi escritorio, tomando café

La muerte

Hablar de la muerte incomoda, torna un tono triste y sombrío, me rebasa. ¿Será que en este tema encontremos el eje artístico? Paty dice que cuándo vamos a entrar a lo creativo, yo diría que a lo artístico. Este proyecto es interdisciplinario. El teatro, la escritura, la experiencia virtual, lo visual, la multimedia, la interactividad. Lo creativo lo hemos ido desarrollando en todo este tiempo. Solamente que como artistas no estábamos acostumbrados a nombrarlo así. Pensamos que sólo es un tema de producción, de logística, de planeación.

Tengo un viejito lindo que calma mis ansias. Que me da tristeza verlo morir o más bien pensar en que va morir. Me revienta el alma que no disfrute al máximo porque está enfermo. Pero sé que somos su hogar. Mis gatos me reviven. Un día vi como mataron a una gatita, una jauría de perros la acorraló debajo de un auto, no pude hacer nada, me siento culpable, la vida se me fue rápido en ese instante.

Recuperamos su cadáver a unas cuadras de la casa. Un día se me murió una,también me siento culpable. Un día se nos murieron cinco. 

Culpa: Sentirse responsable o compungido por una ofensa percibida, real o imaginaria. Puede ser  parte de la reacción de duelo. La culpa puede ser normal y es sólo un indicador de  una enfermedad subyacente cuando los sentimientos se vuelven excesivos, ocurren en todo momento e interfieren con la vida cotidiana. 

Autotratamiento: Reconocer los sentimientos de culpa y hablar de ellos con un ser querido o un  amigo de confianza puede brindar alivio. 

Gracias, Google.

A veces me imagino morir 

o que alguien de mi familia muere, 

brotan las lágrimas,

gruesas, 

sublimes, 

efímeras, 

un poema, 

estoy entera.

Ahora nos volveremos dramaturgos de nuestras historias.

La muerte me da miedo, ¿a quién no? Me da miedo no decirle a mi mamá todo lo que siento. Entonces más bien no me da miedo la muerte, me da miedo el 

arrepentimiento, la culpa.

Sin dolor no te haces feliz, sonaba esta canción el otro día. Sin dolor no te haces feliz, me lo repetí varias veces. Pensé que quizás. Pero quizás no lo sabré hasta que pase mi dolor. Pensé.

Si no sufrimos, no nos escuchan.

Si no lloramos, no nos escuchan.

Si no gritamos, no nos escuchan.

Si no nos aliamos, no nos escuchan.

Si no usamos la violencia, no nos escuchan.

Tenemos que morir para que nos escuchen.

Nos enseñaron a luchar entre nosotras, no a luchar por nosotras.

Vivimos en un contexto muy contradictorio.

Paty y yo nos sincronizamos a la distancia, no dije nada. Tenemos la capacidad de morir y dar vida. Dentro de nosotras hay una membrana que se destruye y se reconstruye cada mes. Que maravilla, que dolor. La naturaleza hace lo suyo. Es una virtud.

De pronto pienso en la resignación de la mujer.

La contingencia la hemos vivido diferente. Creo que ha dependido de la personalidad y del status social. En lo personal, no la he pasado mal. Afortunadamente tengo trabajo, tengo donde vivir, y mi personalidad ha sido una gran cómplice. Me gusta la soledad. A inicios de la pandemia leía una nota en El País, sobre una psicóloga que hablaba sobre las redes sociales en el encierro. Pues de pronto las publicaciones se convirtieron en una develación de cómo viven las personas. Ahora ya no te comparto a donde estoy, quienes son mis amigos. Ahora te comparto, donde duermo, donde cocino o donde se supone que cocino porque pido comida a domicilio. Me palpita el corazón fuerte en estos momentos. Me dio pavor. ¿Dónde demonios quedó la privacidad? ¿Existe la privacidad? Esta psicóloga mencionaba que las personas hacían esto porque era una forma de sentirse menos peor. Pues al publicar sus lujos, su fortuna, lo bien que la pasan en la pandemia, es  un alivio. Demostrar que no la estaban pasando mal a comparación de millones de personas que se quedaron sin empleo, en medio de la pobreza, los hacía sentir mejor. ¿Es real que al sentirnos superiores ante una situación catastrófica nos sentimos más tranquilos? ¿El sufrimiento ajeno nos da placer? Que complejo es el ser humano. Pero no sabemos ser otra cosa. Quiero salir de aquí. Me sofoco.Después recuerdo que no tengo redes sociales, pero eso no me da ninguna tranquilidad. La red se volvió morbosa. Ahora recuerdo una parte de la bitácora de Toño.

Escribo este texto interrumpidamente. Me frustra no poder dedicarme al proyecto como quisiera, tengo otros compromisos laborales que cumplir. En todo este tiempo, en el que escribo y trabajo en otros asuntos, la música es mi compañera. Escucho mi playlist favorita. Me siento darks, quiero llorars, soy oscuridarks. En este punto me detengo y me pregunto cuál será el papel de Chucho en la pieza.

Reflexión

Sentada en mi habitación escuchando música

Reflexión

Pienso que este proyecto puede ser un espacio para visibilizar, no sólo los feminicidios, sino la violencia de género desde una perspectiva en general. Estaba buscando un contabilizador de feminicidios en todo el país, pero sólo encontré uno de Puebla, necesito nadar un rato en la red. Un feminicidio cada dos horas. Me lo repito tantas veces porque me parece atrevidamente impresionante. Es momento de ponerme a producir el material que se necesita, resolver problemas técnicos. Seguir imaginando. Escribir se ha vuelto una tarea imprescindible.