Esta puesta en escena surgió en medio de la pandemia en formato digital y fue creada a partir de cadáveres exquisitos hechos por el público, actrices y colaboradores especialistas en asuntos de violencia de género, digitalidad y criminología, como parte de la primera realización del programa Residencia Expuesta de Teatro UNAM.

Posteriormente, se realizó la instalación de un paisaje onírico en un departamento, escenario para la trama que se desarrolla desde la poesía, la narrativa de los cuerpos y la música.

Construimos la escena del crimen a partir de dos personajes de la historia de Shakespeare: Otelo y Desdémona, quienes van reviviendo el pasado que los llevó al desenlace trágico, como dos fantasmas que deambulan en una casa donde una sombra los acompaña y hace registro de lo sucedido.

Resignificamos la historia desde la problemática social que nos atraviesa como país: el feminicidio. Y tocamos otros temas importantes que surgen de dicho problema: la violencia de género y la enfermedad de los celos. Pensamos la obra como un collage escénico de cuadros vivos, envueltos en una atmósfera de colores y música, donde el espectador va uniendo las piezas de una relación amorosa ensombrecida por los celos.  Mostramos a una Desdémona que puede ser el retrato de muchas mujeres en un país donde ocurren aproximadamente diez feminicidios al día.  

Realizamos una disección del clásico de Shakespeare, iniciamos con su final y lo dilatamos en el tiempo para adentrarnos al cadáver de Desdémona desde una mirada forense que muestra señas de violencia y evidencias de una vida que pudo haber sido distinta a su desenlace trágico.