Llegó a México en 1968 como agregado cultural en misión para encargarse de la participación francesa en la olimpiada cultural. Decidió quedarse en México volviéndose empresario y colaborador del Ballet Independiente antecesor del Ballet Teatro del Espacio. Durante 40 años participó activa y apasionadamente en la lucha permanente de Gladiola Orozco y Michel Descombey para hacer vivir esta generosa utopía que era el Ballet Teatro del Espacio. Fue administrador, consejero artístico, promotor y benefactor de la compañía.