Frente a la conversación grabada con alguien que me inspiró
Para Laura
Traigo encima a la niña que bajó del pesero y fue agarrada por tres hombres que la metieron al solar y la violaron.
Traigo debajo de la piel a la mujer que vive con su propio padre y la maltrata.
Traigo entre las uñas a la esposa del vecino que es golpeada cada noche.
Traigo entre los cabellos a la madre que angustiada grita por su hijo perdido.
Traigo entre los dientes a la mujer que camina por la calle a oscuras, y es asaltada y manoseada por un chico drogado que la amenaza con una navaja.
Traigo entre el cuello a una mujer que está tirada en el baldío, desnuda, envuelta en una lona azul.
Traigo en las orejas, el lamento de una anciana que reza cada noche por el alma en pena de su hija asesinada al salir de su trabajo.
Traigo en la entrepierna las heridas de una mujer asesinada por su propio amante.
Traigo a todas esas mujeres, como moretones, rasguños, heridas, costras, lágrimas.
Pero más abajo, traigo los sueños de esas mujeres.
Entre las venas anda la sangre contaminada por esperanza.
Por los huesos traigo las fracturas de la valentía de las niñas que no callan.
También traigo los músculos contracturados por la fuerza de la rabia de la mujer que grita y se defiende y sobrevive.
Traigo también la mandíbula tensa por el coraje de las que dicen no más.
Las traigo a todas.
Aunque ya esté muy muerta para estar viva.
Pero demasiado muerta para estar muerta.
Soy sobreviviente que anda por ahí.
Como un fantasma transparente que deja ver a todas esas mujeres.
Si me ven, ven a todas.
Ando tapada con la desnudez de un cuerpo que incomoda y pide a gritos ser escuchada.
Soy Desdémona.
Soy Emilia
Soy María
Soy Laura
Minerva, Marce, Lorena, Dania, Patricia, Laura, Romina, Erika, Cecilia.
Soy tú, soy ella.
Soy en este instante, y quedaré en la memoria, como un eco que retumba en el presente eterno.